“JESÚS LIBERA, SANA Y NOS
CONVIERTE EN TESTIGOS DE LA MISERICORDIA
DE DIOS”
PRIMERA LECTURA
HEBREOS 11,32-40
“Por medio de la
fe, subyugaron reinos. Dios tiene preparado algo mejor para nosotros”
Hermanos:
¿Para qué seguir? No me da tiempo de referir la historia de Gedeón, Barac,
Sansón, Jefté, David, Samuel y los profetas; éstos, por medio de la fe,
subyugaron reinos, practicaron la justicia, obtuvieron promesas, amordazaron
fauces de leones, apagaron hogueras voraces, esquivaron el filo de la espada,
se curaron de enfermedades, fueron valientes en la guerra, derrotaron ejércitos
extranjeros; hubo mujeres que recobraron resucitados a sus difuntos.
Pero
otros fueron tundidos a golpes y rehusaron el rescate, para obtener una
resurrección mejor; otros pasaron por la prueba de la flagelación ignominiosa,
de las cadenas y la cárcel; los apedrearon, los serraron, murieron a espada,
rodaron por el mundo vestidos con pieles de oveja y de cabra, faltos de todo,
oprimidos, maltratados; el mundo no era digno de ellos: vagabundos por
desiertos y montañas, por grutas y cavernas de la tierra.
Y
todos éstos, aun acreditados por su fe, no consiguieron lo prometido; Dios
tenía preparado algo mejor para nosotros, para que no llegaran sin nosotros a
la perfección. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La fe da poder.
Esto suena a magia, pero no es magia; en todo caso, una fe sin poder es una fe
sin obras, y una fe sin obras está muerta, nos enseñó el apóstol Santiago (St
2,17).
Es bueno entonces que aprendamos a diferenciar
el poder de la fe y el poder de la magia. Todos los héroes de los que hemos
oído hoy tuvieron gran poder pero no un poder para usar a su antojo sino un
poder para recorrer el camino de la obediencia al plan de Dios. Allí donde algo
se opone a la divina voluntad Dios mismo obra a través de los que tienen fe. No
es entonces una fuerza que queda a disposición del hombre, sino una fuerza que
lleva al hombre mismo a la altura del designio de Dios. Por eso fueron grandes.
Por eso el mundo no era digno de ellos.
SALMO RESPONSORIAL:
30
R./ Sed fuertes y valientes de corazón, los que
esperáis en el Señor.
Qué bondad tan
grande, Señor,
reservas para tus fieles,
y concedes a los
que a ti se acogen
a la vista de
todos. R.
En el asilo de tu
presencia los escondes
de las conjuras
humanas;
los ocultas en tu
tabernáculo,
frente a las
lenguas pendencieras. R.
Bendito el Señor,
que ha hecho por mí
prodigios de misericordia
en la ciudad
amurallada. R.
Yo decía en mi
ansiedad:
"Me has
arrojado de tu vista";
pero tú escuchaste
mi voz suplicante
cuando yo te
gritaba. R.
Amad al Señor,
fieles suyos;
el Señor guarda a
sus leales,
y a los soberbios
les paga con creces. R.
LECTURA DEL
EVANGELIO
MARCOS 5,1-20
“Espíritu inmundo,
sal de este hombre”
En
aquel tiempo, Jesús y sus discípulos llegaron a la orilla del lago, en la
región de los gerasenos. Apenas desembarcó, le salió al encuentro, desde el
cementerio, donde vivía en los sepulcros, un hombre poseído de espíritu
inmundo; ni con cadenas podía ya nadie sujetarlo; muchas veces lo habían
sujetado con cepos y cadenas, pero él rompía las cadenas y destrozaba los
cepos, y nadie tenía fuerza para domarlo. Se pasaba el día y la noche en los
sepulcros y en los montes, gritando e hiriéndose con piedras. Viendo de lejos a
Jesús, echó a correr, se postró ante él y gritó a voz en cuello: "¿Qué
tienes que ver conmigo, Jesús, Hijo de Dios Altísimo? Por Dios te lo pido, no
me atormentes." Porque Jesús le estaba diciendo: "Espíritu inmundo,
sal de este hombre." Jesús le preguntó: "¿Cómo te llamas?" Él
respondió: "Me llamo Legión, porque somos muchos." Y le rogaba con
insistencia que no los expulsara de aquella comarca.
Había
cerca una gran piara de cerdos hozando en la falda del monte. Los espíritus le
rogaron: "Déjanos ir y meternos en los cerdos." Él se lo permitió.
Los espíritus inmundos salieron del hombre y se metieron en los cerdos; y la
piara, unos dos mil, se abalanzó acantilado abajo al lago y se ahogó en el
lago. Los porquerizos echaron a correr y dieron la noticia en el pueblo y en
los cortijos. Y la gente fue a ver qué había pasado. Se acercaron a Jesús y
vieron al endemoniado que había tenido la legión, sentado, vestido y en su
juicio. Se quedaron espantados. Los que lo habían visto les contaron lo que
había pasado al endemoniado y a los cerdos. Ellos le rogaban que se marchase de
su país.
Mientras
se embarcaba, el endemoniado le pidió que lo admitiese en su compañía. Pero no
se lo permitió, sino que le dijo: "Vete a casa con los tuyos y anúnciales
lo que el Señor ha hecho contigo por su misericordia." El hombre se marchó
y empezó a proclamar por la Decápolis lo que Jesús había hecho con él; todos se
admiraban. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Luego del discurso parabólico y
de la tempestad calmada, Marcos introduce el episodio del endemoniado. Podemos
dividir el texto en las siguientes partes: a. Encuentro con un endemoniado; b. Controversia
con el espíritu diabólico; c. Liberación del endemoniado y, d. Envío a
comunicar la experiencia de Salvación. Consideramos que el sentido del texto lo
podemos sintetizar así: situación de opresión (el hombre oprimido por los
espíritus del mal); interpelación-liberación (Jesús interpela a los demonios y
el hombre es liberado) y envío misionero. – ¡Cuántas veces nosotros nos
encontramos con situaciones de opresión-dominación! Tenemos que enfrentarlas
con la fuerza del evangelio para generar procesos de liberación. Quienes
experimentan la fuerza liberadora de Jesús son impelidos a comunicar a otros
esta experiencia. Hoy se dan muchas situaciones entre nosotros que desfiguran y
deshumanizan al ser humano. Podríamos decir que toda realidad que deshumanice a
las personas es una realidad maligna, diabólica y pecaminosa. Por el contrario,
toda acción o proceso que conduzca a la liberación integral de las comunidades
es una acción humanizante que dignifica al ser humano. Pensemos por un momento
cuáles son las situaciones infrahumanas y deshumanizantes que afectan a
nuestras comunidades y qué acciones podemos tomar para devolverles su dignidad.
ORACIÓN
Jesús
cuántas veces ignoramos a aquellos que como el hombre de Geraza han perdido su
humanidad y deambulan por las calles consumidos por el demonio de la adicción y
la dejación. Nos sentimos tan impotentes ante esta realidad, pero hoy te
pedimos que nos ayudes a ser instrumentos ya sea a través de la acción o la
oración, que haga que muchos se quiten los harapos y se fijen en Tí.
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