viernes, 1 de febrero de 2013

Domingo 17 de Febrero de 2013



 “LA FE QUE PROFESAMOS ES EN JESÚS, EL HIJO DE DIOS”

PRIMERA LECTURA
DEUTERONOMIO 26, 4-10

“Profesión de fe del pueblo escogido”

Dijo Moisés al pueblo: "El sacerdote tomará de tu mano la cesta con las primicias y la pondrá ante el altar del Señor, tu Dios.Entonces tú dirás ante el Señor, tu Dios: "Mi padre fue un arameo errante, que bajó a Egipto, y se estableció allí, con unas pocas personas.

Pero luego creció, hasta convertirse en una raza grande, potente y numerosa.

Los egipcios nos maltrataron y nos oprimieron, y nos impusieron una dura esclavitud.

Entonces clamamos al Señor, Dios de nuestros padres, y el Señor escuchó nuestra voz, miró nuestra opresión, nuestro trabajo y nuestra angustia.

El Señor nos sacó de Egipto con mano fuerte y brazo extendido, en medio de gran terror, con signos y portentos.

Nos introdujo en este lugar, y nos dio esta tierra, una tierra que mana leche y miel.

Por eso, ahora traigo aquí las primicias de los frutos del suelo que tú, Señor, me has dado."

Lo pondrás ante el Señor, tu Dios, y te postrarás en presencia del Señor, tu Dios." Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
El texto de Deuteronomio  revela, claramente el uso de los “dos tiempos” que usa con frecuencia el autor: el tiempo de Moisés, y el tiempo del autor, sea este exílico (del exilio) o post-exílico, como piensan los estudiosos. Comienza con una frase que es muy frecuente en Dt: “cuando entres en la tierra que Yahvé te da” (6,10; 7,1; 11,29; 17,14; 18,9), sea porque es una tierra que hemos perdido por no haber hecho eso, o porque señale lo que debemos hacer cuando regresemos a ella, o insista particularmente en la reconstrucción del Templo, el “lugar que “Yahvé ha elegido” (cf. 12,5.11.14)... Es interesante notar que el sacerdote es mencionado pero no juega aquí ningún papel más que depositar la cesta en el altar (e incluso en v. 10b el que deposita es el mismo oferente).

Por otra parte, el esquema opresión-clamor-liberación es muy característico del autor deuteronomista (particularmente del libro de los Jueces) como para pensar en una pura originalidad. La importancia de la tierra, como lugar del descanso, tierra dada por Yahvé también es muy importante.
 El Dios de Israel es un Dios que se revela en la historia de su pueblo, en la de ayer y la de hoy.

Esa latencia de pasado y presente, singular y plural mantiene vivo a Israel, y haciendo presente todo esto, presentado como reconocimiento de los dones de Dios, el mayor de los cuales es la tierra, esa ofrenda se transforma en un pueblo que se postra ante su Dios y reconoce que de él, y no de los dioses de la fecundidad o la tierra le vienen los dones. Postrarse ante Dios, bienes en mano, es reconocer que la idolatría es estéril, y que Yahvé es el único ante el cual es sensato agradecer, y a quien es justo adorar.

SALMO RESPONSORIAL: 90
R. / Está conmigo, Señor, en la tribulación.

Tú que habitas al amparo del Altísimo,
que vives a la sombra del Omnipotente,
di al Señor: "Refugio mío, alcázar mío,
Dios mío, confío en ti." R.

No se te acercará la desgracia,
 ni la plaga llegará hasta tu tienda,
porque a sus ángeles ha dado órdenes
para que te guarden en tus caminos. R.

Te llevarán en sus palmas,
para que tu pie no tropiece en la piedra;
caminarás sobre áspides y víboras,
pisotearás leones y dragones. R.

"Se puso junto a mí: lo libraré;
lo protegeré porque conoce mi nombre,
me invocará y lo escucharé.
Con él estaré en la tribulación,
lo defenderé, lo glorificaré." R.

SEGUNDA  LECTURA
ROMANOS 10, 8-13

“Profesión de fe del que cree en Jesucristo”

Hermanos: La Escritura dice: "La palabra está cerca de ti: la tienes en los labios y en el corazón."Se refiere a la palabra de la fe que os anunciamos.
Porque, si tus labios profesan que Jesús es el Señor, y tu corazón cree que Dios lo resucitó de entre los muertos, te salvarás.
Por la fe del corazón llegamos a la justificación, y por la profesión de los labios, a la salvación.
Dice la Escritura: "Nadie que cree en él quedará defraudado."
Porque no hay distinción entre judío y griego; ya que uno mismo es el Señor de todos, generoso con todos los que lo invocan. Pues "todo el que invoca el nombre del Señor se salvará."  Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Pablo introduce en la carta a los Romanos un paréntesis sobre Israel  que no es ajeno a la totalidad de la misma ya que desde el comienzo nos dijo que la salvación es para todos, pero “primero para los judíos”. Sin embargo, sus “hermanos de raza” demoran en reconocer a Cristo, y Pablo manifiesta su dolor por ello; de todos modos lo ve como un tiempo pedagógico de Dios para dar oportunidad a la conversión de los paganos. Después -quizá movidos por los celos- todo Israel se salvará (11,26). Pero esto no exime de responsabilidad a los judíos ya que miran la justicia que les viene de ellos mismos y no la que viene de Dios. La iniciativa de Dios (gracia) es uno de los temas centrales de la teología paulina, y es grave creer que de nosotros depende.
El texto, en realidad es una unidad desde el v.1, pero que en v.5 comienza a desarrollar lo que hasta allí había anunciado. Con el corazón creemos y con la boca proclamamos esa fe, fe que se expresa en la sencilla fórmula fundamental: “Jesús es Señor”, confesión decisiva para el creyente (1 Cor 12,3; 2 Cor 4,5; Fil 2,11), y en el reconocimiento de que “Dios lo resucitó”.
“Todo el que crea en él” es un texto de Is que con mucha frecuencia ha sido leído cristológicamente (piedra elegida, preciosa, angular y fundamental...), que se refiere a Yahvé presente en Jerusalén. Poner la confianza en Jerusalén era algo verdaderamente idolátrico, era una búsqueda de seguridad no puesta exclusivamente en Dios. De allí que esta piedra sea a su vez de tropiezo y de salvación. Depende dónde esté puesta la confianza, si en Dios, o en las cosas de Dios manipuladas idolátricamente Y también de la Ley el pueblo puede hacerse un ídolo. No es la ley la que salva, sino Yahvé, o Jesucristo, en quien Dios interviene salvando. Y por eso es salvador de todos, tanto judíos como paganos. Una nueva lectura cristológica lo confirma: “el que invoque el nombre del Señor se salvará”; la salvación no llega por obras o acciones humanas sino por la iniciativa de Dios, el cual debe ser creído y proclamado para la salvación de todos, salvación que comienza en el bautismo y nos compromete en la evangelización de proclamar lo hemos creído...

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 4, 1-13

“El Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado”

En aquel tiempo, Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán y, durante cuarenta días, el Espíritu lo fue llevando por el desierto, mientras era tentado por el diablo.
Todo aquel tiempo estuvo sin comer, y al final sintió hambre.
Entonces el diablo le dijo: "Si eres Hijo de Dios, dile a esta piedra que se convierta en pan." Jesús le contestó: "Está escrito: «No sólo de pan vive el hombre»".
Después, llevándole a lo alto, el diablo le mostró en un instante todos los reinos del mundo y le dijo: "Te daré el poder y la gloria de todo eso, porque a mí me lo han dado, y yo lo doy a quien quiero. Si tú te arrodillas delante de mí, todo será tuyo."
Jesús le contestó: "Está escrito: «Al Señor, tu Dios, adorarás y a él sólo darás culto»". Entonces lo llevó a Jerusalén y lo puso en el alero del templo y le dijo: "Si eres Hijo de Dios, tírate de aquí abajo, porque está escrito: «Encargará a los ángeles que cuiden de ti», y también: «Te sostendrán en sus manos, para que tu pie no tropiece con las piedras»".
Jesús le contestó: "Está mandado: «No tentarás al Señor, tu Dios»".
Completadas las tentaciones, el demonio se marchó hasta otra ocasión. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
En el relato de Lucas; a diferencia de Juan, Jesús va del desierto a la ciudad, y en la ciudad comienza su ministerio, como en la ciudad culminará todo para desde allí comenzar, siempre conducido por el Espíritu el tiempo nuevo de la Iglesia. En la primera tentación, el diablo no discute que Jesús sea el Hijo de Dios, lo da por supuesto, y lo tienta a convertir en pan una piedra ya que lógicamente tiene hambre. Más que un “nuevo pueblo”, Jesús es “hijo de Dios”, “el Hijo de Dios”. ¿Por qué Jesús no obra el milagro? Porque los milagros que Jesús hace son siempre para los otros, como la multiplicación de los panes: allí Jesús mismo se preocupa: “denles ustedes de comer” (9,13). La segunda es la tentación de poder (exousía) política. En tiempos donde todo el mundo conocido está sometido al imperio romano, se puede ver de un golpe de vista todo: el imperio mismo es diabólico y perverso. E idólatra. La tercera tentación no sólo tiene como característica que ocurre en Jerusalén, sino también que el diablo cita la escritura. La escritura mal citada, o mal leída, también puede ser diabólica, o idolátrica. Por otra parte, Jesús deja muy claro que su ministerio es para otros, no para él. No es salvarse a sí mismo, como tampoco en la cruz: “si eres ... sálvate” (23,35.37.39).

Como dos rabinos, Jesús y el diablo discuten con citas bíblicas. Y nos queda claro que es falso servidor de Dios el que se sirve de su ministerio en su propio provecho, que no es propio de los fieles a Dios reclamar milagros ya que Dios puede salvar sin necesidad de estas obras “maravillosas” o “teatrales”. Jesús nos muestra -con su vida- el camino de la obediencia de hijo conducido por el espíritu.

ORACIÓN
Señor que la celebración en comunidad de tu Presencia en medio de nosotros, nos capacite para proclamar que Tú eres el Hijo de nuestro Dios creador, sanador, amigo, hermano, Padre- Madre, pero que también nos lleve a interiorizar qué tanto estamos ejerciendo lo que creemos y decimos de Ti. Amén.

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