viernes, 1 de febrero de 2013

Jueves 07 de Febrero de 2013



“EN JESÚS NOS HEMOS ACERCADO AL NUEVO ROSTRO DE DIOS”

PRIMERA LECTURA
HEBREOS 12,18-19.21-24

“Os habéis acercado al monte Sión, ciudad del Dios vivo”

Hermanos: Vosotros no os habéis acercado a un monte tangible, a un fuego encendido, a densos nubarrones, a la tormenta, al sonido de la trompeta; ni habéis oído aquella voz que el pueblo, al oírla, pidió que no les siguiera hablando. Y tan terrible era el espectáculo, que Moisés exclamó: "Estoy temblando de miedo".

Vosotros os habéis acercado al monte Sión, ciudad del Dios vivo, Jerusalén del cielo, a millares de ángeles en fiesta, a la asamblea de los primogénitos inscritos en el cielo, a Dios, juez de todos, a las almas de los justos que han llegado a su destino y al Mediador de la nueva alianza, Jesús, y a la aspersión purificadora de una sangre que habla mejor que la de Abel. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Un punto central de todo el discurso sacerdotal ha sido mostrarnos la necesidad para la experiencia de fe de la ofrenda de Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote. Sin su ofrenda nada tiene sentido, nada alcanza la plenitud.

El pasaje de la Carta a los Hebreos en este día nos ofrece un paralelo entre dos montes y dos alianzas. Sinaí con Moisés, por un lado; Sión con Jesús por el otro.
Aunque esta comparación tiene algo de forzado porque Moisés celebró la alianza con Yahvé en el monte Sinaí, mientras que Jesús no estaba en la colina de Sión, en Jerusalén, sino en el montículo de la calavera, el Calvario. Desde luego, el autor de esta Carta conocía en dónde había derramado su Sangre nuestro Señor, y por ello empieza su comparación diciendo: "ustedes no se han acercado a algo palpable". Mucho le interesa que entendamos este punto y por eso no toma como lugar del nuevo pacto al Calvario sino a la imagen evocadora y densamente teológica del monte Sión.

SALMO RESPONSORIAL: 47
R. / Oh Dios, meditamos tu misericordia en medio de tu templo.

Grande es el Señor y muy digno de alabanza
en la ciudad de nuestro Dios,
su monte santo, altura hermosa,
alegría de toda la tierra. R.

El monte Sión, vértice del cielo,
ciudad del gran rey;
entre sus palacios,
Dios descuella como un alcázar. R.

Lo que habíamos oído lo hemos visto
en la ciudad del Señor de los ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios:
que Dios la ha fundado para siempre. R.

Oh Dios, meditamos tu misericordia
en medio de tu templo:
como tu renombre, oh Dios, tu alabanza
llega al confín de la tierra;
tu diestra está llena de justicia. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 6,7-13

“Los fue enviando”

En aquel tiempo, llamó Jesús a los Doce y los fue enviando de dos en dos, dándoles autoridad sobre los espíritus inmundos. Les encargó que llevaran para el camino un bastón y nada más, pero ni pan, ni alforja, ni dinero suelto en la faja; que llevasen sandalias, pero no una túnica de repuesto. Y añadió: "Quedaos en la casa donde entréis, hasta que os vayáis de aquel sitio. Y si un lugar no os recibe ni os escucha, al marcharos sacudíos el polvo de los pies, para probar su culpa." Ellos salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Luego de haber instituido a los Doce, Jesús envía a sus discípulos. Marcos describe este envío de una manera muy detallada, en la que cada instrucción tiene un significado profundo en todo tiempo y lugar. Una primera instrucción relevante es que deben ir “de dos en dos”, lo cual expresa que los que anuncian la Buena Nueva necesitan de la compañía, la integración y la escucha de otros para compartir la experiencia y el trabajo, para poder dar un verdadero testimonio del Señor. Una segunda instrucción que llama la atención es que los discípulos no deben llevar “ni pan, ni alforja, ni dinero”; deben ir con las manos libres, tal como vivió Jesús, quien fue libre para servir y amar a sus hermanos.
Este texto invita entonces a todos los que conformamos la Iglesia de Jesús a redescubrir que la misión se realiza en comunidad, en donde todos participamos (laicos, pastores, sacerdotes, grupos comunitarios, etc.), y que el testimonio más fiel de la Buena Nueva es el estilo de vida, caracterizado por su sencillez y humildad.

ORACIÓN
Señor aquí estamos  para ir donde quieras, para hacer tu voluntad, para anunciarte donde nos pongas, para hablar de lo que haces en nosotros; aquí estamos  para servir de testigos y decir que contigo se vive mucho mejor. Eres nuestro  Maestro y modelo de vida, ayúdanos a no desfallecer y llevar en alto tu nombre. Amén    

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