viernes, 1 de febrero de 2013

Sábado 23 de Febrero de 2013



“SER PERFECTOS EN EL AMOR SIN DISCRIMINAR A LOS INJUSTOS”

PRIMERA LECTURA
DEUTERONOMIO 26,16-19

“Serás el pueblo santo del Señor”
Moisés habló al pueblo, diciendo: "Hoy te manda el Señor, tu Dios, que cumplas estos mandatos y decretos. Guárdalos y cúmplelos con todo el corazón y con toda el alma. Hoy te has comprometido a aceptar lo que el Señor te propone: Que él será tu Dios, que tú irás por sus caminos, guardarás sus mandatos, preceptos y decretos, y escucharás su voz. Hoy se compromete el Señor a aceptar lo que tú le propones: Que serás su propio pueblo, como te prometió, que guardarás todos sus preceptos, que él te elevará en gloria, nombre y esplendor, por encima de todas las naciones que ha hecho, y que serás el pueblo santo del Señor, como ha dicho." Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Los términos de la invitación que hace Dios al hombre llevan un tono que nos puede parecer extraño: son los mandamientos. Hay dos modos de entender esto: primero, pensar que Dios es un ser fastidioso que pone demasiadas condiciones para dar su amistad; segundo, Dios ha pensado en nuestro bien antes que nosotros mismos lo hayamos hecho, y esos mismos mandamientos son señal de su búsqueda de nuestro bien.
Ahora bien, lo primero es imposible porque Dios no tiene ninguna necesidad de poner condiciones sencillamente porque no necesita de nosotros. No le agregamos nada. Nos ha creado, como dice hermosamente la liturgia, "para tener en quien depositar sus bendiciones", así que no tiene necesidad de poner condiciones a quienes no le hacen falta. Sólo su amor por nosotros hace que le hagamos falta y que se interese por nosotros, y eso, con otro lenguaje significa: nos manda lo que nos manda porque nos ama, sólo porque nos ama y piensa en nuestro bien.

SALMO RESPONSORIAL: 118
R. / Dichoso el que camina en la voluntad del Señor.

Dichoso el que, con vida intachable,
camina en la voluntad del Señor;
dichoso el que, guardando sus preceptos,
lo busca de todo corazón. R.

Tú promulgas tus decretos
para que se observen exactamente.
Ojalá esté firme mi camino,
para cumplir tus consignas. R.

Te alabaré con sincero corazón
cuando aprenda tus justos mandamientos.
Quiero guardar tus leyes exactamente,
tú, no me abandones. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 5,43-48

“Sed perfectos como vuestro Padre celestial”
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Habéis oído que se dijo: "Amarás a tu prójimo" y aborrecerás a tu enemigo. Yo, en cambio, os digo: Amad a vuestros enemigos, y rezad por los que os persiguen. Así seréis hijos de vuestro Padre que está en el cielo, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y manda la lluvia a justos e injustos. Porque, si amáis a los que os aman, ¿qué premio tendréis? ¿No hacen lo mismo también los publicanos? Y si saludáis sólo a vuestros hermanos, ¿qué hacéis de extraordinario? ¿No hacen lo mismo también los gentiles? Por tanto, sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto."

REFLEXIÓN
El Evangelio nos presenta el tema del amor al prójimo. Hemos de entender “prójimo” como aquel que reconocemos como hermano, vecino, compañero, de la misma carne. En la vida cristiana el amor no consiste sólo en un buen consejo de piedad, una palmadita en la espalda o una expresión de buen comportamiento moral. Para el seguidor de Jesús y continuador de su obra, el amor es un imperativo, una categoría superior intransferible, innegociable. Para Jesús, quien estuvo en comunión con la genuina tradición bíblica en fidelidad a lo fundamental (la Ley, los Profetas, la Sabiduría), el amor es un mandato divino. Quien no ama no tiene el Espíritu de Jesús, no camina por su propuesta liberadora. Pero el amor que plantea Jesús va más allá de los cercanos, conocidos y amigos; alcanza el horizonte de los enemigos. Este amor a los enemigos es esencia de la vida cristiana. Amar al enemigo significa haber conocido a Dios y a Jesús en profundidad, haber destruido las raíces que alimentan el afán de dominio y estar viviendo ya una experiencia de “hijo”, a tal nivel que dicha filiación no se entiende sin la hermandad. – ¿Intentamos sinceramente amar a nuestros enemigos como dice Jesús?

ORACIÓN
La lógica de tu Evangelio es tan contraria a la que vivimos en este mundo; qué pena contigo Mi Señor ser tan ciegos y no comprender la magnitud del verdadero amor. Claro,¿qué gracia hay en dar al que me da? ¿Qué de bueno tiene eso? Ah pero, hacer como Tú de orar y ayudar incluso al que me ha hecho daño…, cómo nos cuesta. Necesitamos de tu favor y tu gracia para alcanzar este hermoso misterio de tu  proyecto de amor. Ayúdanos por favor. Amén

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: