"SERVIR A LOS DEMÁS CON
LOS BIENES Y CON LA PROPIA VIDA"
PRIMERA
LECTURA
2da de corintios 9, 6-10
“Al que da de buena gana lo ama dios”
Hermanos: Recuerden que
el que poco siembra, cosecha poco, y el que mucho siembra, cosecha mucho. Cada
cual dé lo que su corazón le diga y no de mala gana ni por compromiso, pues
Dios ama al que da con alegría. Y poderoso es Dios para colmarlos de toda clase
de favores, a fin de que, teniendo siempre todo lo necesario, puedan participar
generosamente en toda obra buena. Como dice la Escritura: “Repartió a manos
llenas a los pobres; su justicia permanece eternamente”.
Dios, que proporciona
semilla al sembrador y le da pan para comer, les proporcionará a ustedes una
cosecha abundante y multiplicará los frutos de su justicia.
REFLEXIÓN
En
su segunda carta a la comunidad cristiana de Corinto, Pablo continúa el tema de
la colecta para la comunidad de Jerusalén, motivándolos y ofreciéndoles más
argumentos para que sean generosos en sus ofrendas; en la cultura del campo, la cosecha siempre
depende de lo generosa que haya sido la siembra; como es tu semilla así va a
ser tu cosecha. Si Dios nos ha colmado
de toda clase de favores o bendiciones, lo lógico de nosotros es que seamos
generosos con los demás; Dios nos premiará y jamás se dejará ganar en
generosidad; pero hay que dar con un corazón desinteresado y con buena cara,
“no ha disgusto ni por compromiso”. No se trata sólo de dar o compartir bienes
materiales; hay que compartir con el otro la misma vida. No solamente con los
de cerca sino también con los lejanos. Nuestra ofrenda tendría que ser integral
(material, afectiva y espiritual). Deberíamos ofrendar nuestro tiempo para el
servicio a los demás. El compartir generosamente con los otros es optar por la
luz del Señor que se hace brillo intenso que hay entre tantas tinieblas que hay
en este mundo. En una sociedad que camina entre tanta oscuridad si somos caritativos,
le devolvemos al Señor algo que Él con tanta bondad nos ha dado y habrá un poco
más de luz en medio de tantas tinieblas.
SALMO RESPONSORIAL: 111
R/ Dichoso el que se
apiada y presta.
Dichoso quien teme al Señor y ama de corazón sus
mandatos.
Su linaje será poderoso en la tierra,
la descendencia del justo será bendita. R.
El que se apiada y presta,
y administra rectamente su asuntos.
El justo jamás vacilara,
su recuerdo será perpetuo. R
El que es caritativo no temerá las malas noticias,
su corazón está firme en el Señor.
Su corazón esta seguro, sin temor,
sus enemigos serán derrotados.R
Reparte ofrendas a los pobres,
su caridad es constante, sin falta,
por eso siempre alzará la frente con dignidad. R
LECTURA DEL EVANGELIO
juan 12, 24-26
“si el grano de trigo muere, producirá mucho fruto”
En aquel tiempo, Jesús
dijo a sus discípulos: «Yo les aseguro que si el grano de trigo sembrado en la
tierra, no muere, queda infecundo; pero si muere, producirá mucho fruto. El que
se ama a sí mismo, se pierde; el que se aborrece a sí mismo en este mundo,
asegura para la vida eterna.
El que quiera servirme
que me siga, para que donde yo esté, también esté mi servidor. El que me sirve
será honrado por mi Padre». Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
La
comunidad de Juan en la misma línea de Pablo a los corintios nos recuerda que
no se produce vida (fruto) sin dar la propia; amar es darse sin límites, hasta
desaparecer, si es necesario. Solamente el don de entrega libera las
bendiciones capacidades y talentos del ser humano. La muerte en el que es capaz
de dar fruto no es un suceso aislado, sino la culminación de un proceso
generoso de donación de si mismo. La fecundidad no depende de la transmisión de
una religión o de una doctrina, sino de una muestra extrema de amor. Lo
contrario que es tener apego a la propia vida es signo de destrucción total.
Sólo quien no teme a la muerte puede entregarse hasta el fin, llevando su vida
a su completo éxito.
El
verdadero discípulo(a) colabora con el,
en la tarea de la evangelización, del anuncio del mandamiento nuevo del
amor, aún en medio de la hostilidad y persecución. El que le colabora se
encuentra como su Maestro, en la esfera del Espíritu. El hombre libre posee su
vida, su presente, y en cada presente puede entregarse del todo; la entrega
total en cada momento es el significado de “morir”. A este lo honrará el Padre
como a un hijo. Podremos hacer muchas cosas, tener muchos estudios, o tener
posesiones, pero nunca debemos perder de vista que lo importante es el bien que
hacemos a los demás. Esa tiene que acabar siendo nuestra más importante y auténtica riqueza.
ORACIÓN
Esta es otra Palabra
difícil de vivir, Señor, sobre todo cuando el mismo ser humano desvió tu
proyecto comunitario de solidaridad y fraternidad. Por favor imprégnanos del
servicio natural, el tuyo, que da, entrega, atiende con disposición,
diligencia, generosidad y desinterés, es
decir ese que fluye fácilmente sin ni siquiera proponérselo. Amén
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