miércoles, 1 de agosto de 2012

Viernes 31 de agosto de 2012


"LA CRUZ, AUNQUE ES ESCANDALOSA, ES MOTIVO DE LIBERACIÓN Y GLORIA"

PRIMERA LECTURA
1Corintios 1, 17-25
  
“Predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los hombres, pero para los llamados a Cristo, sabiduría de Dios”

Hermanos: No me envió Cristo a bautizar, sino a anunciar el Evangelio, y no con sabiduría de palabras, para no hacer ineficaz la cruz de Cristo.

El mensaje de la cruz es necedad para los que están en vías de perdición; pero para los que están en vías de salvación-para nosotros- es fuerza de Dios.

Dice la Escritura: "Destruiré la sabiduría de los sabios, frustraré la sagacidad de los sagaces." ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde está el escriba? ¿Dónde está el sofista de nuestros tiempos? ¿No ha convertido Dios en necedad la sabiduría del mundo?

Y como, en la sabiduría de Dios, el mundo no lo conoció por el camino de la sabiduría, quiso Dios valerse de la necedad de la predicación, para salvar a los creyentes.

Porque los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero para los llamados a Cristo -judíos o griegos-, un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
La primera lectura de hoy puede llevarnos a revaluar esa opinión, no porque sea mentira nuestra fe, desde luego, sino porque su mayor fuerza se encuentra en otro lugar.

San Pablo conocía bien la realidad de los fieles de Corinto. Tratándose de un puerto en el centro mismo del mundo griego, los corintios se veían sometidos a un bombardeo constante de todo tipo de religiones, cultos y sistemas de filosofía. Obviamente, cada predicador de cada religión hacía el oficio de "vender" sus ideas y de ponderarlas como las más sabias o más fuertes. El apóstol de Cristo llegó a ese ambiente lleno de oportunidades, pero también ávido de embustes y novedades, y allí anunció un mensaje radicalmente distinto: más que una sabiduría es una locura; más que un portento es un escándalo. Pablo habló de la Cruz y sobre ella fundamentó toda su obra de evangelización en Corinto.

La sabiduría de buen recibo para los oídos griegos, y luego para nuestros oídos occidentales, es aquella que por su belleza y profundidad acaricia la inteligencia y otorga poder, es decir, aumenta el señorío sobre las cosas y las personas. La sabiduría que Pablo anuncia, en cambio, causa repulsión y extrañeza: habla de un Mesías vestido de derrota, un Cristo puesto en manos de sus enemigos, demasiado débil y aparentemente ineficaz e inútil.

Y sin embargo, la fealdad y el absurdo de la Cruz tienen un mensaje que es más bello que la más bella teoría: el mensaje del amor hasta el extremo. La inutilidad y la impotencia del Crucificado tienen una fuerza mayor que el más espléndido milagro: la fuerza de la compasión como método y de la misericordia como ley que rescata la de vida.

 Salmo responsorial: 32
R. / La misericordia del Señor llena la tierra.

Aclamad, justos, al Señor,
que merece la alabanza de los buenos.
Dad gracias al Señor con la cítara,
tocad en su honor el arpa de diez cuerdas. R.

Que la palabra del Señor es sincera,
y todas sus acciones son leales;
él ama la justicia y el derecho,
y su misericordia llena la tierra. R.

El Señor deshace los planes de las naciones,
frustra los proyectos de los pueblos,
pero el plan del Señor subsiste por siempre,
los proyectos de su corazón, de edad en edad. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
Mateo 25, 1-13
  
“¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!”

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "El Reino de los cielos se parecerá a diez doncellas que tomaron sus lámparas y salieron a esperar al esposo. Cinco de ellas eran necias y cinco eran sensatas. Las necias, al tomar las lámparas, se dejaron el aceite; en cambio, las sensatas se llevaron alcuzas de aceite con las lámparas. El esposo tardaba, les entró sueño a todas y se durmieron. A medianoche se oyó una voz: "¡Que llega el esposo, salid a recibirlo!" Entonces se despertaron todas aquellas doncellas y se pusieron a preparar sus lámparas. Y las necias dijeron a las sensatas: "Dadnos un poco de vuestro aceite, que se nos apagan las lámparas". Pero las sensatas contestaron: "Por si acaso no hay bastante para vosotras y nosotras, mejor es que vayáis a la tienda y os lo compréis". Mientras iban a comprarlo llegó el esposo, y las que estaban preparadas entraron con él al banquete de bodas y se cerró la puerta. Más tarde llegaron también las otras doncellas, diciendo: "Señor, señor, ábrenos". Pero él respondió: "Os lo aseguro: no os conozco". Por tanto, velad, porque no sabéis el día ni la hora". Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El elemento clave de la espiritualidad es la atención, o la conciencia despierta. La época de Jesús fue un momento de cambios drásticos e imprevistos, y la gente vivía con la expectativa de lo que podría suceder de repente y sin previo aviso. La comunidad cristiana aprendió a vivir la urgencia de ese momento sin perder de vista la esperanza del mañana; la parábola que el evangelio nos propone manifiesta esa tensión entre la ‘atención’ y la ‘distracción’. Muchas personas se comportan como doncellas ‘necias’ o distraídas y dejan pasar las oportunidades de crecimiento espiritual que les da la vida. Posponen su crecimiento personal porque les urgen otras tareas que agotan todos sus pensamientos. Otras personas en cambio, tienen a mano una ‘reserva espiritual’ para cualquier momento crítico. Ese ‘aceite’ se refiere a un conjunto de actitudes, prácticas y experiencias, que ayudan a alcanzar esa vigilancia espiritual. Nuestra época, como la de Jesús, está marcada por cambios drásticos e imprevistos. Vivimos la incertidumbre del presente y la inquietud del mañana. El evangelio nos enseña a tener siempre una ‘reserva’ a mano y a estar siempre atentos y vigilantes para dar una respuesta cristiana a las urgencias del tiempo presente.

 ORACIÓN
Al terminar este mes te damos infinitas gracias por todo lo que nos has permitido caminar en Ti, sentimos tu cercanía y  apoyo en medio de las dificultades, de lo que no entendemos, de las necesidades físicas, materiales y aún espirituales. Sí, las cargas aunque parezcan tan pesadas, son manifestación de la fuerza y liberación que Tú impregnas en nuestra existencia. Gracias amado Dios.

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