miércoles, 1 de agosto de 2012

Jueves 09 de Agosto de 2012


"NO SIEMPRE ES FÁCIL COMPRENDER LAS BUENAS NOTICIAS DE DIOS"

PRIMERA LECTURA
Jeremías 31, 31-34

“Haré una alianza nueva y no recordaré sus pecados”

"Mirad que llegan días -oráculo del Señor- en que haré con la casa de Israel y la casa de Judá una alianza nueva. No como la alianza que hice con sus padres, cuando los tomé de la mano para sacarlos de Egipto: ellos quebrantaron mi alianza, aunque yo era su Señor -oráculo del Señor-.

Sino que así será la alianza que haré con ellos, después de aquellos días -oráculo del Señor-: Meteré mi ley en su pecho, la escribiré en sus corazones; yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo. Y no tendrá que enseñar uno a su prójimo, el otro a su hermano, diciendo: "Reconoce al Señor." Porque todos me conocerán, desde el pequeño al grande -oráculo del Señor-, cuando perdone sus crímenes y no recuerde sus pecados."  Palabra de Dios.

reflexión
La lectura de hoy nos invita a descubrir el límite de la alianza que se celebró con Moisés como mediador. De esa alianza lo único que se dice es que los antiguos padres la rompieron y de ahí sólo vino el escarmiento. Es decir, el ciclo propio de esa alianza es: un pacto razonable, una infracción sin disculpa, un castigo lógico pero también espantoso. El tiempo del pacto fue con Moisés; infracción fue prácticamente todo lo que siguió en el desierto, con los jueces y con los reyes; el castigo será la deportación.

Todo eso es lógico pero la lógica no salva a nadie. La lógica sólo establece que hay una proporción entre la ofensa y el castigo, pero no tiene fuerza para evitar la ofensa ni tampoco para hacer que nazca vida a partir del castigo. Según esto mismo, el amor tiene algo de ilógico, o de absurdo, si se quiere. Amar es interrumpir el curso lógico de los acontecimientos interponiendo en la mitad un nuevo comienzo que se llama "perdón" y cuya esencia se llama "gracia."

El nuevo comienzo en este mensaje de Jeremías es precisamente la Nueva Alianza de la que aquí se empieza a hablar y que vendrá a celebrarse sólo con Jesucristo. Exactamente eso es lo que oímos en la Eucaristía: "Este es el cáliz de mi Sangre, Sangre de la Alianza nueva y eterna..."


Salmo responsorial: 50
r. / Oh Dios, crea en mí un corazón puro.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.

Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso:
enseñaré a los malvados tus caminos,
los pecadores volverán a ti. R.

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado, tú no lo desprecias. R.


Lectura del evangelio
Mateo 16, 13-23


Tú eres Pedro, y te daré las llaves del Reino de los cielos”

En aquel tiempo llegó Jesús a la región de Cesarea de Filipo y preguntaba a sus discípulos: "¿Quién dice la gente que es el Hijo del hombre? Ellos contestaron: Unos que Juan Bautista, otros que Elías, otros que Jeremías o uno de los profetas. El les preguntó: "Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Simón Pedro tomó la palabra y dijo: "Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo". Jesús le respondió: "¡Dichoso tú, Simón, hijo de Jonás!, porque eso no te lo ha revelado nadie de carne y hueso, sino mi Padre que está en el cielo. Ahora te digo yo: Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia, y el poder del infierno no la derrotará. Te daré las llaves del Reino de los cielos; lo que ates en la tierra, quedará atado en el cielo, y lo que desates en la tierra, quedará desatado en el cielo". Y les mandó a los discípulos que no dijeran a nadie que él era el Mesías.

Desde entonces empezó Jesús a explicar a sus discípulos que tenía que ir a Jerusalén y padecer allí mucho por parte de los senadores, sumos sacerdotes y letrados, y que tenía que ser ejecutado y resucitar al tercer día. Pedro se lo llevó aparte y se puso a increparlo: "¡No lo permita Dios, Señor! Eso no puede pasarte". Jesús se volvió y dijo a Pedro: "Quítate de mi vista, Satanás, que me haces tropezar; tú piensas como los hombres, no como Dios.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Qué significa “pensar como Dios”? La cultura nos enseña a pensar únicamente en términos de conveniencia económica. Si es productiva, si es rentable, si se ajusta al presupuesto, entonces cualquier cosa es buena. Hace dos mil años pensaban un poco distinto. En esa época, si algo era socialmente reconocido, si daba prestigio, si hacía parte de la tradición, entonces era bueno. Para Pedro el anuncio de la pasión era inaceptable, porque Jesús tenía que pasar por la cruz. Y eso era un castigo para forajidos y rebeldes. Los mismos discípulos pensaban que sólo había tres cosas socialmente aceptables: cumplir la Ley, expulsar a los romanos y salvar a la nación. Pero en esto Jesús los contradice, porque asume la voluntad de Dios y no se somete a la opinión generalizada. Para Jesús lo importante es el amor, la justicia y la verdad, es decir, algo que no le interesaba a casi nadie en esa época y mucho menos ahora. Jesús no quiere ser famoso, sino obediente a la voluntad de su Padre amado. Y ese pensamiento, en aquella época como ahora, era poco popular. Pero Dios no está interesado en las encuestas de popularidad, sino en la vida plena y abundante para todos.

ORACIÓN 
Dios, necesitamos tanto vivir en tu Espíritu Santo, que nos da luz para poder entender tus planes de amor liberador. Que difícil es, aún hoy, comprender tu lógica: ¡Que para que otros vivan tengamos que morir o ver morir a quienes amamos e incluso perdonar a quienes les quitan de nuestro lado! No nos cabe en la limitada mente; solo tu Espíritu nos lo hace captar y asumir. Amén  

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