"DIOS ES SIEMPRE FIEL Y
NOS EXIGE COHERENCIA DE VIDA"
PRIMERA
LECTURA
Ezequiel 43, 1-7a
“La gloria del Señor entró en el templo”
En
aquellos días, el ángel me condujo a la puerta oriental: vi la gloria del Dios
de Israel que venía de oriente, con estruendo de aguas caudalosas: la tierra
reflejó su gloria.
La
visión que tuve era como la visión que había contemplado cuando vino a destruir
la ciudad, como la visión que había contemplado a orillas del río Quebar.
Y
caí rostro en tierra. La gloria del Señor entró en el templo por la puerta
oriental. Entonces me arrebató el espíritu y me llevó al atrio interior. La
gloria del Señor llenaba el templo.
Entonces
oí a uno que me hablaba desde el templo -el hombre seguía a mi lado-, y me
decía: Hijo de Adán, éste es el sitio de mi trono, el sitio de las plantas de
mis pies, donde voy a residir para siempre en medio de los hijos de
Israel." Palabra de Dios
REFLEXIÓN
La primera lectura pone en primer plano un
concepto que es central en la profecía de Ezequiel: la Gloria de Dios.
Se trata de una realidad que es casi física:
brilla, zumba, pesa. Su llegada es avasalladora, como la de la majestad llevada
a su más alto grado. Es sobre todo como un recordatorio de la distancia
infinita que separa nuestra debilidad e
inestabilidad de la solidez de Dios en su ser. Ante él se devela toda nuestra
fragilidad, finitud, sordidez.
Ezequiel pertenece a familia sacerdotal y por eso
tiene una sensibilidad delicada y honda cuando se trata del culto a Dios.
Varios pasajes muestran su desaprobación, que raya en asco, cuando se trata de
la vida hipócrita y comodona de los sacerdotes y los jefes, es decir, los
"pastores" del pueblo de Dios.
Es natural entonces que conciba la restauración
de la alianza como el acto supremo, es decir, como el camino de dar la gloria a
Dios de modo pleno, cumplido y sincero. Natural también que sienta que el
templo es el sitio donde la gloria de Dios "habita" y desde el cual
"reina." Esto es interesante notarlo porque a veces se cree que los
profetas oponían de manera absoluta el culto y la justicia, como si una
condición para practicar la justicia fuera olvidarse o menospreciar el culto.
Ezequiel muestra que desde una sensibilidad litúrgica muy profunda brota un mensaje de fuerza impetuosa
para renovar la vida entera del pueblo de Dios.
Salmo responsorial: 84
R. /La
gloria del Señor habitará en nuestra tierra.
Voy a
escuchar lo que dice el Señor:
"Dios
anuncia la paz / a su pueblo y a sus amigos."
La
salvación está ya cerca de sus fieles,
y la
gloria habitará en nuestra tierra. R.
La
misericordia y la fidelidad se encuentran,
la
justicia y la paz se besan;
la
fidelidad brota de la tierra,
y la
justicia mira desde el cielo. R.
El Señor
nos dará la lluvia,
y
nuestra tierra dará su fruto.
La
justicia marchará ante él,
la
salvación seguirá sus pasos. R.
LECTURA
DEL EVANGELIO
Mateo 23, 1-12
“No hacen lo que dicen”
En
aquel tiempo, Jesús habló a la gente y a sus discípulos diciendo: "En la
cátedra de Moisés se han sentado los letrados y los fariseos: haced y cumplid
lo que os digan; pero no hagáis lo que ellos hacen, porque ellos no hacen lo
que dicen. Ellos lían fardos pesados e insoportables y se los cargan a la gente
a los hombros, pero ellos no están dispuestos a mover un dedo para empujar.
Todo lo que hacen es para que los vea la gente: alargan las filacterias y
ensanchan las franjas del manto; les gustan los primeros puestos en los
banquetes y los asientos de honor en la sinagogas; que les hagan reverencias
por la calle y que la gente los llame "maestros". Vosotros, en
cambio, no os dejéis llamar maestro, porque uno solo es vuestro Maestro, y
todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra,
porque uno solo es vuestro Padre, el del cielo. No os dejéis llamar jefes,
porque uno solo es vuestro Señor, Cristo. El primero entre vosotros será
vuestro servidor. El que se enaltece será humillado, y el que se humilla será
enaltecido.
REFLEXIÓN
Decía
un famoso psicólogo que “el mejor consejo es no dar consejos”, con lo cual ya
echaba a perder su buen consejo. Los consejos, por lo general, tienen la forma
de un recetario, es decir, si pasa esto haz aquello. Otros son tan genéricos
que bien podían formar parte de los horóscopos que abundan en los medios
masivos de comunicación. El evangelio, sin embargo, no nos da recetas, ni
consejos ni orientaciones ambiguas. Los evangelios, acordes con el estilo de
enseñanza de Jesús, nos proporcionan principios y criterios con los que podemos
discernir, ante las diferentes situaciones, cuál es la actitud que debemos
tomar frente a una realidad y cuál es la decisión correspondiente. Los mismos
preceptos del Antiguo Testamento son tomados en general como «orientación» y no
como camisa de fuerza, ya que la fidelidad a Dios es un problema de obediencia
al Espíritu y no de mecánica aplicación de unas ideas. La enseñanza que hoy leemos en el evangelio
nos ayuda a comprender cómo Jesús reconocía la verdad, incluso en la boca de
sus opositores; pero, al mismo tiempo, urgía la necesidad de asumir criterios
efectivos que superaran la interpretación mecánica y anacrónica de la
Escritura.
ORACIÓN
Si Señor ser
misioneros(as) tuyos nos exige predicar y aplicar, por eso llénanos de tu
Espíritu para poder monitorearnos y así cambiar lo que no es tuyo. Nos llamaste
a los más enfermos y necesitados de conversión, pero nos das el regalo de poder
seguirte y servirte desde tu sencillez con asertividad y humildad de corazón,
ayúdanos a reflejarte, por favor. Amén
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