"TENER UNA FE Y
ESPERANZA FIRME EN EL DIOS LIBERADOR"
PRIMERA
L ECTURA
Jeremías 31, 1-7
“Con amor eterno te amé”
En
aquel tiempo -oráculo del Señor-, seré el Dios de todas las tribus de Israel, y
ellas serán mi pueblo. Así dice el Señor: "Halló gracia en el desierto el
pueblo escapado de la espada; camina Israel a su descanso, el Señor se le
apareció de lejos. Con amor eterno te amé, por eso prolongué mi misericordia.
Todavía te construiré, y serás reconstruida, doncella de Israel; todavía te
adornarás y saldrás con panderos a bailar en corros; todavía plantarás viñas en
los montes de Samaria, y los que plantan cosecharán.
"Es
de día", gritarán los centinelas en la montaña de Efraín: "Levantaos
y marchemos a Sión, al Señor, nuestro Dios."" Porque así dice el
Señor: "Gritad de alegría por Jacob, regocijaos por el mejor de los
pueblos: proclamad, alabad y decid: "El Señor ha salvado a su pueblo, al
resto de Israel."" Palabra de
Dios.
REFLEXIÓN
Con
la fama de triste que tiene Jeremías, tal vez no esperaríamos una declaración
de amor tan clara y tan bella como la que hemos encontrado hoy. Es Dios mismo
quien nos dice estas palabras, que deben ser saboreadas: "Con amor eterno
te amo, por eso te mantengo mi favor; te edificaré de nuevo y serás
reedificada, doncella de Israel; de nuevo tomarás tus panderetas y saldrás a
bailar alegremente."
Es
importante recordar con frecuencia ese fondo de amor inagotable que está ahí,
muy adentro de todo el lenguaje de los profetas, incluso si el deber les
impone, como le impuso a Jeremías, hablar fuerte en contra de las hipocresías e
injusticias del pueblo. En realidad es que este es un criterio para distinguir
al verdadero profeta del falso: el verdadero habla desde el amor, también
cuando corrige y exhorta.
Un ejemplo reciente y una aplicación de este
criterio lo tenemos en los típicos análisis de la realidad social que hace unos
años eran punto de partida ineludible en todo estudio sobre la Iglesia en
América Latina. Por aquella época algunos pensaban que el análisis marxista
era, si no el único, sí el más apropiado para descubrir los engaños sociales y
pecados colectivos de la región.
El
problema es que este análisis, que ciertamente tomaba ribetes proféticos en su
ardor, dejaba siempre un sabor de encono, de desquite, de venganza de los
pobres y desposeídos. Tal profetismo tenía entrañas de ira y en su fondo último
parecía siempre preferible vencer al opositor y no convertirlo. Según lo que
hemos visto hoy, se entiende que la Iglesia tuviera que intervenir y hacer ver
que no cualquier análisis se puede usar, sobre todo si sus presupuestos
contradicen las entrañas de caridad y de amor que son evidentes en los genuinos
profetas, como Jeremías.
SALMO. Interleccional: Jeremías 31
R. / El
Señor nos guardará como un pastor a su rebaño.
Escuchad,
pueblos, la palabra del Señor,
anunciadla
en las islas remotas:
"El
que dispersó a Israel lo reunirá,
lo
guardará como un pastor a su rebaño." R.
"Porque
el Señor redimió a Jacob,
lo
rescató de una mano más fuerte."
Vendrán
con aclamaciones a la altura de Sión,
afluirán
hacia los bienes del Señor. R.
Entonces
se alegrará la doncella en la danza,
gozarán
los jóvenes y los viejos;
convertiré
su tristeza en gozo,
los
alegraré y aliviaré sus penas. R.
LECTURA
DEL EVANGELIO
Mateo 15, 21-28
“Mujer, qué grande es tu fe”
En
aquel tiempo, Jesús salió y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una
mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle:
"Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy
malo". El no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a
decirle: "Atiéndela, que viene detrás gritando". El les contestó:
"Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel". Ella los
alcanzó y se postró ante él, y le pidió de rodillas: "Señor,
socórreme". El le contestó: "No está bien echar a los perros el pan
de los hijos". Pero ella repuso: "Tienes razón, Señor, pero también
los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos". Jesús le
respondió: "Mujer, ¡qué grande es tu fe!; que se cumpla lo que deseas".
En aquel momento quedó curada su hija. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La
comunidad del evangelista Mateo afronta un dilema: ¿Atendemos primero a los
necesitados ‘de casa’ o atendemos a los ‘de fuera’? Para el evangelista la
respuesta es clara: la misión de Jesús dio prioridad a los ‘de casa’, a las
ovejas perdidas de Israel; pero sus seguidores, siguiendo su ejemplo, deben
abrirse a los ‘de fuera’, a las naciones. La acción de Jesús con los de casa es
el modelo a seguir con los de fuera, con los extranjeros, como con la mujer del
pasaje de hoy que sorprende a todos por su persistencia y por la extraordinaria
grandeza de su fe. Jesús conoce los riesgos de su acción entre los paganos, por
eso da una respuesta sacada de la sabiduría popular de su pueblo. La mujer
responde con la misma sabiduría para mostrar cómo la oferta de Dios, si bien
pasa primero por los necesitados de Israel, beneficia a todas las personas,
porque si se trata de la gracia de Dios, incluso las migajas son suficientes. Nosotros afrontamos un desafío semejante;
corremos el riesgo de dar tanta importancia a las urgencias internas de
nuestras propias comunidades cristianas que olvidamos que nuestra vocación es
un llamado pascual a abrirnos a las urgencias del ‘resto’ de la humanidad.
ORACIÓN
Ayúdanos a confiar en
tu inmensa bondad y sabiduría, a tener
la certeza de que es en tu perfecta voluntad en que nos haces vivir para ser
personas libres, sanas, que luchan por un mundo diferente, basado en tu pedagogía:
la del verdadero amor. Ese que lleva a pensamientos, sentimientos y actitudes
de no discriminación, de justicia, solidaridad, misericordia y ternura.
Amén
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