"HAY
DIFERENTES FORMAS DE CONDUCIR A LOS
OTROS HACIA EL CAMINO DE DIOS"
PRIMERA
LECTURA
2 Tesalonicenses 1, 1-5. 11b-12
“El Señor sea glorificado en vosotros, y vosotros en
él”
Pablo,
Silvano y Timoteo a los tesalonicenses que forman la Iglesia de Dios, nuestro
Padre, y del Señor Jesucristo.
Os
deseamos la gracia y la paz de Dios Padre y del Señor Jesucristo.
Es
deber nuestro dar continuas gracias a Dios por vosotros, hermanos; y es justo,
pues vuestra fe crece vigorosamente, y vuestro amor, de cada uno por todos y de
todos por cada uno, sigue aumentando.
Esto
hace que nos mostremos orgullosos de vosotros ante las Iglesias de Dios, viendo
que vuestra fe permanece constante en medio de todas las persecuciones y luchas
que sostenéis.
Así
se pone a la vista la justa sentencia de Dios, que pretende concederos su
reino, por el cual bien que padecéis.
Nuestro
Dios os considere dignos de vuestra vocación, para que con su fuerza os permita
cumplir buenos deseos y la tarea de la fe; para que así Jesús, nuestro Señor,
sea glorificado en vosotros, y vosotros en él, según la gracia de Dios y del
Señor Jesucristo. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La
primera lectura de hoy, tomada del comienzo de la Segunda Carta de San Pablo a
los fieles de Tesalónica, es un precioso testimonio de las relaciones de fe y
amor que sirvieron de contexto en el nacimiento de las primeras comunidades
cristianas. Examinemos un poco qué aparece ahí porque estas palabras no son
puras fórmulas de cortesía.
Comenta
Santo Tomás de Aquino que los deseos de "gracia" y "paz"
que escribe el apóstol son como el resumen de toda la vida espiritual, porque todo
empieza en la gracia y todo culmina en el don estimable de la paz. El deseo de
gracia nos recuerda que todo ha llegado como un regalo para nosotros, porque su
precio fue pagado con amor en la Cruz; el deseo de paz nos recuerda que ningún
bien falta a los que acogen ese amor en sus vidas.
Pablo
por una parte reconoce el camino recorrido, pues escribe: "nos mostramos
orgullosos de ustedes ante las comunidades cristianas de Dios, y de la
constancia y de la fe que ustedes tienen en todas las persecuciones y
tribulaciones que están sufriendo." Sin embargo, no considera concluida su
tarea de apóstol ni les hace creer a ellos que ya están en la plenitud del
Reino, sino que los invita a crecer y prosperar: "Oramos siempre por
ustedes, para que Dios los haga dignos de la vocación a la que los ha llamado,
y con su poder lleve a efecto tanto los buenos propósitos que han
formado." Sus palabras, pues, se dirigen al presente de una comunidad que
tiene un fundamento que viene del pasado y que se abre a una perspectiva de
futuro.
Queda
claro entonces que los cristianos somos peregrinos. Hay una consumación a la
que aquí se alude discretamente pero que ocupará más espacio en el cuerpo de
esta misma Carta. Pablo escribe, en efecto: "En el justo juicio de Dios,
(ustedes) serán considerados dignos de su Reino, por el cual ahora
padecen." Brillan así la fe como cimiento que viene del pasado, el amor
como norma del presente y la esperanza como horizonte de futuro.
Salmo responsorial: 95
R. / Contad
las maravillas del Señor a todas las naciones.
Cantad
al Señor un cántico nuevo,
cantad
al Señor, toda la tierra;
cantad
al Señor, bendecid su nombre. R.
Proclamad
día tras día su victoria.
Contad a
los pueblos su gloria,
sus
maravillas a todas las naciones. R.
Porque
es grande el Señor, y muy digno de alabanza,
más
temible que todos los dioses.
Pues los
dioses de los gentiles son apariencia,
mientras
que el Señor ha hecho el cielo. R.
LECTURA
DEL EVANGELIO
Mateo 23, 13-22
¡Ay de vosotros, guías ciegos!
En
aquel tiempo habló Jesús diciendo: "¡Ay de vosotros, letrados y fariseos
hipócritas, que cerráis a los hombres el Reino de los cielos! Ni entráis
vosotros, no dejáis entrar a los que quieren. ¡Ay de vosotros, letrados y
fariseos hipócritas, que devoráis los bienes de las viudas con pretexto de
largas oraciones! Vuestra sentencia será por eso más severa. ¡Ay de vosotros,
letrados y fariseos hipócritas, que viajáis por tierra y mar para ganar un
prosélito, y cuando lo conseguís, lo hacéis digno del fuego el doble que
vosotros! ¡Ay de vosotros, guías ciegos, que decís: "Jurar por el templo
no obliga, jurar por el oro del templo sí obliga"! ¡Necios y ciegos! ¿Qué
es más, el oro o el templo que consagra el oro? O también: "Jurar por el
altar no obliga, jurar por la ofrenda que está en el altar sí obliga".
¡Ciegos! ¿Qué es más, la ofrenda o el altar que consagra la ofrenda? Quien jura
por el altar, jura también por todo lo que está sobre él; quien jura por el
templo, jura también por el que habita en él; y quien jura por el cielo, jura
por el trono de Dios y también por el que está sentado en él". Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El
evangelio dirige una dura crítica contra un sector de la propia comunidad que
se identifica ciegamente con el fanatismo religioso de los fariseos. El
evangelio de Mateo fue escrito para una comunidad cristiana que tenía gran
aprecio por las enseñanzas de la interpretación judía; esta tradición tiene un
aspecto positivo, enormemente creativo; pero tiene también un aspecto negativo,
meramente repetitivo, en el que se pierde de vista la necesidad de leer la
Biblia a partir de la vida. La enseñanza del evangelio nos muestra cuán
fácilmente la persona creyente se deja arrastrar por ese fanatismo y se sale
del ámbito de la experiencia cristiana, en la que lo esencial es el seguimiento
de Jesús, el discernimiento de la voluntad de Dios de acuerdo con las
circunstancias de la realidad y la lectura de la Sagrada Escritura de acuerdo
al principio del amor al prójimo. La crítica de Jesús, por supuesto, no se
dirige al fanatismo de otros grupos religiosos, sino a los miembros de la
propia comunidad, que, dejando a un lado el camino de Jesús, no sólo se dejan
arrastrar por ese fanatismo, sino que enseñan tales cosas a sus hermanos y
hermanas.
¿En
qué medida la crítica del evangelio nos afecta hoy ?
ORACIÓN
Señor,
somos trabajadores de tu mies y necesitamos ejercitarnos para poder guiar a
otros hacia Ti. Que las estrategias y maneras para hacerlo sean verdaderamente
favorables, sin otra pretensión que lograr que las personas experimenten al
Dios de amor y bondad, como también el conocimiento de tu Palabra liberadora.
Ayúdanos para que así sea.
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