miércoles, 1 de junio de 2011

¿HACIA DONDE VAMOS?


“No sabemos qué hacer y a ti volvemos nuestro ojos” 2 Crónicas 20, 1-12
Cada día, cada hora,cada minuto, las dudas nos hacen girar la cabeza varias veces hacia muchos lugares, en muchas direcciones y hacernos la pregunta del millón, hacia donde mirar?


Dice Proverbios 29:18: “Donde no hay visión, el pueblo se extravía. Sin visión, la vida de un hombre no tendría sentido. Todos hemos sido creados para cumplir y desarrollar una meta con el propósito de tener un objetivo al cual dirigirnos. Pero nos dirigimos hacia el camino correcto, ¿llevamos la dirección correcta?, ¿Estamos en la dirección y vamos hacia la meta a la cual hemos sido llamados?. Dice la Palabra: "Ciertamente David, después de servir a su propia generación conforme al propósito de Dios, murió”. David cumplió con el objetivo y la meta propuesta para su vida, habiendo realizado todo lo que Dios le había dicho que hiciera. David tenía una relación personal e íntima con Dios. David escuchaba, se dejaba transformar, confiaba, estaba dispuesto a cumplir la voluntad de Dios.


Crónicas nos recuerda como en el Antiguo Testamento, para un gobernante de Israel, hacer las cosas bien empezaba por poner a Dios y su Ley en primerísimo lugar. El ejemplo de Josafat puede, incluso, aplicarse hoy a la experiencia individual de cada persona, cada individuo puede hallar la fe aún en la más amarga dificultad. El rey Josafat afrontaba una verdadera crisis nacional: una coalisión de naciones enemigas contra su pueblo. Las dimensiones del invasor eran impresionantes y este rey comprendió que su pueblo enfrentaba la destrucción.


Su respuesta no fue reclamarle a Dios por la situación; mientras el panorama fue más oscuro para ellos y parecía no haber fuerzas para resistir, cuando la promesa de la bendición que Dios traería por la obediencia parecía una tontería, este hombre condujo a su pueblo a la única opción: confiar en Dios. Este fue un conmovedor testimonio de la fe de estos hombres y mujeres, testimonio que merece repetirse cuando no sepamos a donde ir, ni que hacer, cuando un mar de dudas nos agobie, o cuando nos levantamos cada mañana, el de fijar nuestra mirada a un solo lugar, el volver nuestros ojos al cielo y poner nuestra visión en el Señor.



Que esta fe nos alumbre en los momentos más oscuros y difíciles que tengamos que afrontar, en las decisiones que tengamos que tomar, en el caminar diario y en el día a día nuestra vida. Declaremos hoy como el salmista (Salmo 121): Levanto mis ojos a los montes y me pregunto ¿ De dónde vendrá mi auxilio? Mi ayuda vendrá del Señor, que hizo el cielo y la tierra.



FRASE PARA RECORDAR ESTA SEMANA



“ALZA TU MIRADA, VUELVE TUS OJOS AL SEÑOR, Y BUSCA SU DIRECCIÓN PARA TU VIDA"

Levanta tu mirada

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