“NO BAJEMOS LOS BRAZOS”
Quisiera invitarte a reflexionar en este mes desde un personaje, muy
importante para el pueblo judío en el Antiguo Testamento, Elías. Siendo un gran
y poderoso profeta atraviesa también por momentos de depresión y
desanimo, dice 1ra de Reyes 19,9: “y en su desánimo Elías se escondió en una
cueva donde pasó toda la noche. Y vino a él la palabra del Señor, el cual le
dijo: ¿Qué Haces aquí escondido, Elías? Sal de tu cueva.”. Todos como
Elías en algún momento de la vida pasamos por situaciones de desilusión,
desaliento o desánimo, y aún más nos puede estar pasando en este tiempo de
confinamiento.
Una persona desanimada es como una persona muerta. Ha perdido su ánimo,
sus sueños, su ilusión, su motor se ha apagado, no quiere continuar más (signos
de depresión), es como pelear con los brazos abajo. La vida le golpea y no
puede defenderse. No tiene muchas ganas de salir de su cueva o situación donde
se ha escondido. Sé que hay situaciones que nos superan en nuestra debilidad,
abaten y nos sorprenden; circunstancias inesperadas e indeseadas de las cuales
no sabemos cómo salir. Entonces ¿qué hacer?, como diría el famoso comediante
mejicano “Y ahora ¿Quién podrá defendernos?”
Encerrarse en sí mismo, entristecerse y deprimirse no va a solucionar la
situación. Enojarse y ponerse de mal genio menos. Por eso si tú también como yo
estás atravesando o has atravesado situaciones de desaliento, como Elías a
causa de esta pandemia, de una enfermedad, de una crisis económica, familiar,
emocional, espiritual, te quiero invitar a tener en cuenta conmigo estas
sencillas y simples reflexiones para enfrentar los momentos de desánimo,
desaliento o crisis:
1. No lleves solo (a) la
carga. En tiempos de crisis busca la compañía de alguien que esté capacitado
para animarte y sostenerte, ¡No cualquiera! Uno que te escuche, que no te
juzgue y se ponga a tu nivel para acompañarte; no intentes pelear las crisis
solo(a), no te alejes de tu familia, pequeña comunidad y amistades, que sí te
edifican y te pueden ayudar; no escondas tus sentimientos fingiendo que todo
está bien. No te quedes solo(a) porque vas a desaparecer, busca alguien con
quien hablar y orar.
2. No te compares con
otras personas: cada uno tiene su propia identidad y sufrimientos, aunque
enfrente de manera diferente el dolor, esto te hace única. La meta en la vida
no es competir con los sufrimientos y victorias de los demás, sino ayudarnos
mutuamente; esa es la importancia de vivir en comunidad.
3. No te dejes manejar
por tus emociones: Las emociones son muy traicioneras; somos muy cambiantes.
Nuestros sentimientos siempre tienden a confundirnos y en cualquier momento a
traicionarnos, especialmente cuando estamos bajo presión. Allí es donde juega
un papel muy fundamental la vida espiritual, tu fe por encima de tus emociones
y las verdades bíblicas más que tus sentimientos.
4. No exageres las
cosas: Elías, sumido en una profunda depresión, le dijo a Dios: “He quedado
solo y me buscan para matarme”. En realidad estaba exagerando; no era así.
Había como siete mil fieles como él viviendo la misma situación y a veces peor
en todo Israel. No exageres. No te hagas la víctima. Muchos sufren peores cosas
que tú y yo.
5. No te metas en tu
cueva: Elías hizo eso. Las dificultades tienden a alejarnos, a llevarnos a
escondernos de los demás (depresión). Los problemas hay que enfrentarlos y
tratar de resolverlos. Muchos queremos encerrarnos en nosotros mismos, en
nuestros cuartos, pero es la peor receta para enfrentar las crisis de tristeza
y desanimo. Allí no vamos a encontrar la respuesta a nuestros interrogantes, y
mucho menos la medicina para nuestra salud. El techo no tiene la solución a
nuestros problemas. La solución está más arriba, en los cielos, es decir en
Jesús. Ese Dios que sufrió más que tú y yo y lo soportó todo por amor. Él te
entiende, en este momento de desánimo que, quizás, puedas estar atravesando en
alguna área de tu vida. Jesús es el más interesado en levantarnos, animarnos y
restaurarnos.
No puedes bajar los brazos en estos tiempos difíciles, Dios
no nos abandona y nos ayuda a levantarnos; tenemos un compromiso de amor
para con nuestra familia y con nuestra comunidad. Que este sea un tiempo
para acercarnos más al Señor, que no perdamos la esperanza, y entendamos
que Dios tiene un propósito para
nosotros, que aprendamos a valorar la
vida, nuestra familia y comunidad; que entendamos que debemos
protegernos y con esto protegemos a los demás.
“La depresión y el desánimo se vencen con una fuerte dosis extra de
ánimo que solamente se encuentra en Jesucristo y su proyecto de vida
“
Que la paz y la bendición de nuestro Dios de la vida les acompañe en
este mes.
Roberto Zamudio
“Vengan a mí los cansados y agobiados que yo los hare descansar”
MATEO, 11,28
Hermoso Dios de la vida y el amor. Buenos días, que alegría poder estar
contigo en intimidad, antes que comience el día, volver a sentir la necesidad
de hablarte, de contarte mis dificultades, miedos, vacíos, necesidades y tantas
cosas que no sé cómo solucionar. Sé que me amas y me puedes ayudar. Sé que la
oración, la intercesión, tu Palabra y la comunidad son los soportes para
mantener los brazos levantados y no desfallecer. Por eso me uno a ti cada día
de este mes sintiéndome liberado(a) por ti y con el mayor regalo que es el
Espíritu Santo guiándome. Gracias porque no todo está resuelto en mi vida y
cada vez surgen situaciones y circunstancias que me hacen necesitar de ti y
recibir la fuerza y sabiduría para enfrentarlas. Gracias por mi familia, mi
comunidad fraterna, mis amigos amigas, compañeros(as) y vecinos(as), sé que a
todos (as) también les cubres y ánimas en sus dificultades.
Me voy a mis quehaceres con la certeza de tu acompañamiento y amor como
el Padre-Madre, buen Pastor, que nos apacienta, cuida y capacita. Amén
ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA
Gracias amado Dios por todo lo que has hecho en mí ser a lo largo de
este día. Sé que desde esta mañana que te he solicitado ayuda has estado
pendiente de mí y has actuado en mi favor. Quiero pedirte que sigas actuando y,
por la fuerza de tu Espíritu, me regales cada vez más compasión, bondad,
humildad, mansedumbre, paciencia, tolerancia, inteligencia, sabiduría y demás
valores, ya que así podré sostenerme para no caer y tener calma en mi corazón
para poder salir de toda dificultad, victorioso(a)
Antes de dormir durante este mes llévame a reflexionar sobre la virtud
de la reconciliación, para así seguir transformando mi interior en busca de ser
cada vez mejor ser humano que se une a la causa por un mundo fundamentado en el
amor que produce justicia y por ende el poder vivir en la paz de los hijos e
hijas de Dios.
Te pido por mi familia, mi comunidad, ministros del evangelio,
gobernantes, por mi país, para que los bendigas, guíes, ilumines y también
logren soportar sus dificultades con tu ayuda e ir obteniendo una comunión
contigo, mi Señor. Amén
CUMPLEAÑOS JULIO
1.
Santiago Parales
7. María
Cristina Cortés y Catalina Ruiz
8. David
Alejandro Franco
Carmenza
Matiz
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