Nuestra Señora de Chiquinquirá
“MARÍA MODELO DE FE Y ESPERANZA ”
PRIMERA LECTURA
EFESIOS 1,3-6.11-12
Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, pues en Cristo
nos ha bendecido en los cielos con toda clase de bendiciones
espirituales. Dios nos escogió en Cristo desde antes de
la creación del mundo, para que fuéramos santos y sin defecto en su presencia.
Por su amor, nos había destinado a ser adoptados como hijos suyos por
medio de Jesucristo, hacia el cual nos ordenó, según la determinación bondadosa
de su voluntad. , Esto lo hizo para que alabemos siempre a Dios
por su gloriosa bondad, con la cual nos bendijo mediante su amado Hijo. En
Cristo, Dios nos había escogido de antemano para que tuviéramos parte en su
herencia, de acuerdo con el propósito de Dios mismo, que todo lo hace según la
determinación de su voluntad. Y él ha querido que nosotros seamos los primeros
en poner nuestra esperanza en Cristo, para que todos alabemos su glorioso
poder. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En esta primera lectura de Pablo a la comunidad de Éfeso da gracias al
Dios de la vida, básicamente por la bendición de ser “Dios y Padre de nuestro
Señor Jesucristo”, porque él fue el primero en bendecirnos. Es decir se da
gracias porque nos dio su Gracia. Y su gracia o bendición consiste en elegirnos
para ser hijos e hijas adoptivos suyos por medio de Jesucristo. Este hermoso
canto o himno nos ayuda a comprendernos como: agraciados, teniendo como modelo
a María la Madre de nuestro Salvador, cuya memoria celebraos hoy.
Somos benditos, amados por el Padre, desde siempre, con un amor que se
manifiesta en toda su fuerza al rescatarnos del pecado al precio de la sangre
de Cristo. Antes de la creación fuimos elegidos y pensados con amor, existimos
por amor, crecemos porque no dejamos de ser amados, y no moriremos porque
siempre seremos amados (resucitados).
SALMO RESPONSORIAL: 112
R. / ¡Bendito sea el nombre del Señor para siempre!
Alaben, servidores del Señor,
alaben el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
desde ahora y para siempre. R.
Desde la salida del sol hasta su ocaso,
sea alabado el nombre del Señor.
El Señor está sobre todas las naciones,
su gloria se eleva sobre el cielo. R.
¿Quién es como el Señor, nuestro Dios,
que tiene su morada en las alturas,
y se inclina para contemplar
el cielo y la tierra? R.
El levanta del polvo al desvalido,
alza al pobre de su miseria,
para hacerlo sentar entre los nobles,
entre los nobles de su pueblo. R.
OREMOS CON EL SALMO
A este Salmo se le da el título de El único Dios
verdadero. Es una exhortación a la confianza mediante la evocación del poder de
Yahvé y de la nada de los ídolos: el pueblo, a su regreso del destierro, no
tiene por qué desalentarse. Es necesario profesar nuestra fe en el verdadero
Dios frente a los ídolos modernos (la riqueza, el poder, el placer, la fama…).
En la persona de Cristo Dios nos ha bendecido con toda clase de bienes espirituales.
LUCAS 11, 27-28
Mientras Jesús decía estas cosas, una mujer entre la gente gritó: —¡Dichosa la mujer que te dio a luz y te crió. Él contestó:—¡Dichosos más bien quienes escuchan lo que Dios dice, y lo obedecen! Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En el evangelio de Lucas, el Poder de Jesús, la autoridad de su Palabra,
la Integridad de su existencia provocan la admiración en el pueblo sencillo.
Una mujer se hace portavoz de la alabanza y la hace extensiva a la madre que lo
engendró y lo crio. Jesús acepta la alabanza de la mujer, pero la rectifica. En
el reino de Dios, que él inaugura, el motivo de gloria no se ha de poner en el
parentesco de sangre con Jesús, pues la salvación no proviene de pertenecer a
determinada familia ni a cierta confesión religiosa, sino de una actitud justa
ante el prójimo, ante su realidad social y ante Dios. Lo que realmente cuenta
es la relación que se establece con Jesús sobre la base de la aceptación y el
cumplimiento de la voluntad del Padre, que siempre pasan por el otro. Solo
desde esta perspectiva se puede entender la importancia y el lugar privilegiado
que tiene la virgen María en el discipulado de Jesús y de la Iglesia. Ella, al
decir “Si” a Dios y su proyecto de vida, al confiar en las palabras del ángel,
ha comenzado a ser el signo de una nueva forma de existencia.
Ha concebido con la fe en su corazón antes de hacerlo con el vientre. Su
bienaventuranza no se limita al seno y a los pechos, sino que abarca toda su
persona. Recordemos que Lucas y su comunidad, es el que más habla de Mará en el
discipulado Cristiano, y la pone, en cierto modo, como el modelo discipular de
los creyentes. Para finalizar, de María podemos aprender la gran lección
que nos repite Jesús: “que sepamos escuchar la Palabra y la cumplamos”
ORACIÓN
Nos ayudas a reconocer a tu Madre como la bendita mujer que conocía las
Escrituras, amaba y hacia la voluntad de Dios. Por eso hoy necesitamos, conocer
esas acciones, que como ella, han logrado realizar tantas mujeres y hombres a lo
largo de la historia, que nos anime a no quedarnos en la escucha, sino también
en ejercer lo que se nos indica para ser mejores seres humanos, amorosos,
activos y seguidores de un Dios tan bello como Tú. Amén
“El mismo Espíritu que fecundó a María
de Nazaret, nos bautiza para la transformación de nuestra vida”
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