Miércoles de Ceniza
“¡PODEMOS CAMBIAR!”
Con el recuerdo aun presente de la cuarentena del COVID-19, que puso en confinamiento a todo el planeta y desató una crisis global sin precedentes, que evidenció la fragilidad de un modelo social y económico insostenible, por atentar contra la vida de las personas y el planeta, iniciamos hoy nuevamente otra Cuarentena, que nos invita a volver a una práctica religiosa con corazón y desde el corazón, que no se queda en apariencias o intimismos estériles, y que vaya más allá de las acciones cultuales y religiosas, que satisfacen nuestros egos e inclinaciones personales, pero no comprometen la vida en una auténtica justicia que transforma la realidad tan sufrida de nuestros pueblos. Iluminadas desde la Palabra, la oración, el ayuno y la limosna cuaresmales, han de ayudarnos a salir de nosotros mismos, poniéndonos en camino hacia el prójimo herido, como Iglesia samaritana y en salida, humanizándonos y, de paso, como Jesús, humanizando la religión y la vida. Aceptemos este desafío el día de hoy.
PRIMERA LECTURA
JOEL 2,12-18
“Rasgad los corazones y no las vestiduras”
"Ahora -oráculo del Señor- convertíos a mí de todo corazón con
ayuno, con llanto, con luto. Rasgad los corazones y no las vestiduras;
convertíos al Señor, Dios vuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento
a la cólera, rico en piedad; y se arrepiente de las amenazas." Quizá se
arrepienta y nos deje todavía su bendición, la ofrenda, la libación para el
Señor, vuestro Dios.
Tocad la trompeta en Sión, proclamad el ayuno, convocad la reunión.
Congregad al pueblo, santificad la asamblea, reunid a los ancianos. Congregad a
muchachos y niños de pecho. Salga el esposo de la alcoba, la esposa del tálamo.
Entre el atrio y el altar lloren los sacerdotes, ministros del Señor, y digan:
"Perdona, Señor, a tu pueblo; no entregues tu heredad al oprobio, no la dominen
los gentiles; no se diga entre las naciones: ¿Dónde estáe su Dios? El Señor
tenga celos por su tierra, y perdone a su pueblo." Palabra de Dios
REFLEXIÓN
Hoy es Miércoles de
Ceniza, empieza la Cuaresma tiempo para disponer nuestro corazón, empezamos un
camino que nos llevar luego a celebrar la Pascua y hoy
las lecturas nos invitan a hacerlo a
través del l ayuno, la oración y la
limosna. El profeta Joel nos enseñan que la cuaresma empieza siempre en
lo profundo de la conciencia de cada uno, con su voz profética quiere despertar
la conciencia del pueblo, y la nuestra. Joel nos da claves de sorprendente
actualidad para reformar nuestra vida en la dirección de Dios.
El profeta nos exhorta: "Desgarren los corazones". Ante todo,
un corazón desgarrado es un corazón ABIERTO. Cerramos el corazón cuando no
queremos escuchar; lo cerramos cuando no queremos sentir; lo clausuramos cuando
preferimos no compadecernos de nadie si no es de nosotros mismos; lo sellamos a
fuego cuando pretendemos que podemos resolverlo todo y que no hace falta un
Dios en nuestra vida. Un corazón cerrado es un sepulcro. Abrir el corazón es
dejarlo respirar, dejarlo escuchar, dejarlo sentir y es la invitación que nos
hace el Señor hoy.
SALMO RESPONSORIAL:
50
R. / Misericordia, Señor: hemos pecado.
Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R.
Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti sólo pequé,
cometí la maldad que aborreces. R.
Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.
Devuélveme la alegría de tu salvación,
afiánzame con espíritu generoso.
Señor, me abrirás los labios,
y mi boca proclamará tu alabanza. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este Salmo -designado
tradicionalmente con el nombre de Miserere- es la súplica penitencial por
excelencia. El salmista es consciente de su profunda miseria y experimenta la
necesidad de una total transformación interior, para no dejarse arrastrar por
su tendencia al pecado. Por eso, además de reconocer sus faltas y de implorar
el perdón divino, suplica al Señor que lo renueve íntegramente, “creando” en su
interior “un corazón puro”
SEGUNDA LECTURA
2CORINTIOS 5,20-6,2
“Reconciliaos con Dios; ahora es tiempo favorable”
Hermanos: Nosotros actuamos como enviados de Cristo, y es como si Dios
mismo os exhortara por nuestro medio. En nombre de Cristo os pedimos que os reconciliéis
con Dios. Al que no había pecado Dios lo hizo expiación por nuestro pecado,
para que nosotros, unidos a él, recibamos la justificación de Dios. Secundando
su obra, os exhortamos a no echar en saco roto la gracia de Dios, porque él
dice: "En tiempo favorable te escuché, en día de salvación vine en tu
ayuda"; pues mirad, ahora es tiempo favorable, ahora es día de
salvación. Palabra del Señor
REFLEXIÓN
A la vista de estos llamados de la gracia en la voz de Nuestro Señor y
de sus profetas entendemos la expresión apremiante de San Pablo en la segunda
lectura de hoy: " ¡En nombre de Cristo les suplicamos que se dejen
reconciliar con Dios!". Esta época, esta cuaresma, es "un tiempo
favorable". Lo mejor que podía sucedernos quiere sucedernos. Dios quiere
llegar a nuestra vida y reconstruirla. Dios sabe quiénes somos; conoce lo
escondido, y así como somos nos acepta; aunque no para dejarnos cuales somos
sino para hacernos cada vez más imagen y semejanza suya. Este es el tono sereno
y profundo de gozo que se esconde detrás de la penitencia que hoy empezamos.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 6,1-6.16-18
“Tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará”
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Cuidad de no
practicar vuestra justicia delante de los hombres para ser vistos por ellos; de
lo contrario, no tendréis recompensa de vuestro Padre celestial. Por tanto,
cuando hagas limosna, no vayas tocando la trompeta por delante, como hacen los
hipócritas en las sinagogas y por las calles, con el fin de ser honrados por
los hombres; os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio, cuando
hagas limosna, que no sepa tu mano izquierda lo que hace tu derecha; así tu
limosna quedará en secreto, y tu Padre, que ve en lo secreto, te lo pagará.
Cuando recéis, no seáis como los hipócritas, a quienes les gusta rezar de
pie en las sinagogas y en las esquinas de las plazas, para que los vea la
gente. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, cuando vayas a rezar, entra
en tu aposento, cierra la puerta y reza a tu Padre, que está en lo escondido, y
tu Padre, que ve en lo escondido, te lo pagará. Cuando ayunéis, no andéis
cabizbajos, como los hipócritas que desfiguran su cara para hacer ver a la
gente que ayunan. Os aseguro que ya han recibido su paga. Tú, en cambio,
cuando ayunes, perfúmate la cabeza y lávate la cara, para que tu ayuno lo note,
no la gente, sino tu Padre, que está en lo escondido; y tu Padre, que ve en lo
escondido, te recompensará." Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Reflexionemos profundamente el tiempo que empezamos hoy con el Miércoles
de Ceniza: la Cuaresma, considerado también «un tiempo fuerte», un tiempo
con su peculiaridad propia, con su sentido de preparación de la Pascua.
Hagámoslo con la frase común al colocarnos la ceniza: “Recuerda que eres polvo
y en polvo te convertirás”, frase que nos recuerda, según el Génesis, que Dios
creó al ser humano de dos materias primas, barro y Espíritu. El barro simboliza
fragilidad humana y el Espíritu la fuerza o soplo divino. Barro (cuerpo) y
Espíritu son como nuestros pies para caminar con seguridad y firmeza. Ambos los
debemos cuidar con esmero. Tenemos cuarenta días para repensar
nuestra viva y buscar una verdadera conversión, que es volver a Dios y a los
hermanos. Días de preparación para celebrar la gran fiesta de Pascua, el
triunfo de la vida sobre la muerte.
Mateo hoy con el evangelio nos propone trabajar tres obras de
misericordia, la limosna, la oración y el ayuno. Pero pareciera que para
Jesús, los signos externos no tienen ningún sentido si no nacen del
corazón, de una “recta intención”, de una auténtica actitud de conversión, de
un compromiso real con el Reino de Dios, de lo contrario, estarán
cubiertas de hipocresía y soberbia, perdiendo su sentido a los ojos de Dios.
Estas tres obras deben estar íntimamente conectados con un compromiso de
vida que contribuya a transformar el ambiente en que vivimos. La solidaridad,
la justicia, la honradez y la apuesta por la paz son la expresión de una
auténtica conversión que nace de lo profundo del ser humano. Probemos vivir una
buena Cuaresma y seguro no nos
arrepentiremos.
ORACIÓN
Señor, tú que lo ves y conoces todo, sondea nuestro corazón
y la intención de nuestros actos. En este tiempo de Cuaresma que iniciamos hoy
llévanos a descubrir en la discreción y el anonimato el sentido de hacer el
bien sin buscar el reconocimiento de los demás, sino la alegría de servir. Que
en este tiempo de cuaresma rumbo hacia la pascua con tu ayuda podamos tener una
conversión sincera. Amén
“Cuaresma es tiempo de cambio, no la
dejemos pasar en vano, detengámonos lo suficiente para reconciliarnos con Dios
y pactar conversión de vida”
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