martes, 1 de marzo de 2022

Jueves 03 de Marzo de 2022

 

“EL ÚNICO CAMINO”

 

PRIMERA LECTURA

DEUTERONOMIO 30,15-20

 

“Hoy te pongo delante bendición y maldición”

 

Moisés habló al pueblo, diciendo: "Mira: hoy te pongo delante la vida y el bien, la muerte y el mal. Si obedeces los mandatos del Señor, tu Dios, que yo te promulgo hoy, amando al Señor, tu Dios, siguiendo sus caminos, guardando sus preceptos, mandatos y decretos, vivirás y crecerás; el Señor, tu Dios, te bendecirá en la tierra donde vas a entrar para conquistarla. Pero, si tu corazón se aparta y no obedeces, si te dejas arrastrar y te prosternas dando culto a dioses extranjeros, yo te anuncio hoy que morirás sin remedio, que, después de pasar el Jordán y de entrar en la tierra para tomarla en posesión, no vivirás muchos años en ella. Hoy cito como testigos contra vosotros al cielo y a la tierra; te pongo delante vida y muerte, bendición y maldición. Elige la vida, y viviréis tú y tu descendencia, amando al Señor, tu Dios, escuchando su voz, pegándote a él, pues él es tu vida y tus muchos años en la tierra que había prometido dar a tus padres Abrahán, Isaac y Jacob." Palabra de Dios

 

REFLEXIÓN

Dios nos invita a elegir y a la vez nos apremia a tomar una determinada opción. Parece contradictorio: el Dios que me hizo capaz de bien y de mal luego me invita a que elija el bien y rechace el mal. Tal vez por eso algún existencialista dijo que el hombre estaba "condenado" a ser libre. ¿Por qué Dios, que sabe cuál es mi bien, abre para mí la tremenda posibilidad de no elegir ese bien?.  Es que el bien no es en primer lugar una "cosa" que hacemos, sino aquello que somos, aquello que alcanzamos ser a través de los que decimos, pensamos, optamos y vivimos. Miremos en cambio en contraste con nosotros,  por ejemplo, a  los planetas, siguiendo rígidamente sus órbitas, o las plantas, cumpliendo las leyes de la biología, o los animales, obedeciendo sin protestas el curso de sus instintos. Esos bienes existen y tiene la altura y cualidad de los seres que los realizan, pero no pueden elevarse de allí a la consideración de su propio ser o de su propio obrar. Desconocen la majestad que revelan en una armonía que les precede y les domina en silencio.

Algo distinto quiso Dios para nosotros. Sólo en nosotros el pensamiento se levanta a la consideración de su propio origen y de su último fin. Somos las únicas creaturas visibles que pueden decir "no" a sus propios impulsos y detenerse a sí mismos en el curso de los deseos que parecerían inevitables.  Dios, pues, nos ha creado con su poder, nos educa con su sabiduría y nos mueve con su amor. Quiere hacer verdad y realidad en nosotros un bien nuevo, un bien inédito entre las creaturas visibles: el bien de aquel que, en libertad, con lucidez y amor, se levanta sobre sí mismo y saluda con gratitud a su Hacedor.

 

SALMO RESPONSORIAL: 1

R./ Dichoso el hombre que ha puesto su confianza en el Señor.

 

Dichoso el hombre

que no sigue el consejo de los impíos,

ni entra por la senda de los pecadores,

ni se sienta en la reunión de los cínicos;

sino que su gozo es la ley del Señor,

y medita su ley día y noche. R.

 

Será como un árbol

plantado al borde de la acequia:

da fruto en su sazón

y no se marchitan sus hojas;

y cuanto emprende tiene buen fin. R.

 

No así los impíos, no así;

serán paja que arrebata el viento.

Porque el Señor protege el camino de los justos,

pero el camino de los impíos acaba mal. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este primer Salmo expresa el sentimiento de un hombre que eleva sus ojos a la situación entera del mundo, y considera cómo algunos avanzan y otros caen. Cristo fue el primero de los bienaventurados, así como Adán lo fue de los ignominiosos. Pero se ha de notar que todos concuerdan en una cosa y difieren en dos. Concuerdan en que todos buscan la felicidad, pero difieren en la manera de dirigirse hacia ella, y al final de esto, en que algunos la alcanzan, y otros no.

 

 

LECTURA DEL EVANGELIO

LUCAS 9,22-25

 

“El que pierda su vida por mi causa la salvará”

 

 En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "El Hijo del hombre tiene que padecer mucho, ser desechado por los ancianos, sumos sacerdotes y escribas, ser ejecutado y resucitar al tercer día." Y, dirigiéndose a todos, dijo: "El que quiera seguirme, que se niegue a sí mismo, cargue con su cruz cada día y se venga conmigo. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se perjudica a sí mismo?" Palabra del Señor

 

 

REFLEXIÓN

Hasta hace poco, la vida era considerada “el bien supremo indiscutible”, pero la deshumanización que vivimos hoy la ha puesto en peligro y nos encontramos amenazados como nunca lo habíamos estado antes. La enseñanza constante de Jesús es la de la renuncia a la propia vida, es decir, a una vida estéril y egoísta, centrada en sí misma. Por su Palabra, nos invita a resignificarla en todas sus formas, como lo primero y fundamental que tenemos que cuidar, viviéndola desde la auto-donación, sin egoísmos. Hay demasiado dolor, desdicha y sufrimiento en la humanidad, y, por tanto, es urgente humanizar nuestras relaciones familiares, comunitarias y sociales que parecen despersonalizarse y distanciarse. Hoy, parece que el endiosamiento, el orgullo, el deseo de poder, riquezas materiales, de reconocimiento,  la arrogancia en los que hemos caído nos pasa la factura. Desde la lógica evangélica, necesitamos ir a contracorriente: quien pierda su vida por amor a los demás, la gana. Es así como nos negamos a nosotros mismos, cargamos con la realidad para transformarnos y transformarla. ¿Reflexionemos, a dónde apunta nuestra vida?

Hay preocupación en el mundo, porque en este “mercado” de la globalización, valores como la humildad, el servicio, la misericordia, están en plena devaluación. Muchos piensan que invertir en estos valores no trae ganancia. Jesús  también nos  pregunta ¿de qué sirve invertir en la ambición, el poder, la corrupción, la intolerancia, si se pierde la felicidad, el amor y la tranquilidad?

ORACIÓN

Buen Jesús, ayúdanos a cuidar nuestra alma como el tesoro más sagrado. Que entendamos que de nada  vale ganar el mundo entero si no te tenemos a ti; si tu no habitas en nuestros sueños, ni estas en nuestros planes, nada  tiene sentido. Tu Señor eres nuestro gran tesoro y no te queremos perder, que el mundo, el poder, la ambición, las riquezas no nos desvíen del camino. Señor Jesús, tu eres todo para nosotros. Amén

“Conoce y ama a Aquel que de verdad te ama y encontrarás que solo saliendo de ti, poniéndote en la ruta de Dios conocerás tu origen y meta, encontrando la verdadera vida”

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