martes, 1 de febrero de 2022

Viernes 18 de Febrero de 2022

 

“VIVIENDO LOS VALORES DEL EVANGELIO”

 

PRIMERA LECTURA

SANTIAGO 2,14-24.26

“La fe sin obras está muerta”

¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Es que esa fe lo podrá salvar? Supongamos que un hermano o una hermana andan sin ropa y faltos del alimento diario, y que uno de vosotros les dice: "Dios os ampare; abrigaos y llenaos es estómago", y no les dais lo necesario para el cuerpo; ¿de qué sirve? Esto pasa con la fe: si no tiene obras, por sí sola está muerta. Alguno dirá: "Tú tienes fe, y yo tengo obras. Enséñame tu fe sin obras, y yo, por las obras, te probaré mi fe."

Tú crees que hay un solo Dios; muy bien, pero eso lo creen también los demonios, y los hace temblar. ¿Quieres enterarte, tonto, de que la fe sin obras es inútil? ¿No quedó justificado Abrahán, nuestro padre, por sus obras, por ofrecer a su hijo Isaac en el altar? Ya ves que la fe actuaba en sus obras, y que por las obras la fe llegó a su madurez. Así se cumplió lo que dice aquel pasaje de la Escritura: "Abrahán creyó a Dios, y esto le valió la justificación." Y en otro pasaje se le llama "amigo de Dios". Veis que el hombre queda justificado por las obras, y no por la fe sólo. Por lo tanto, lo mismo que un cuerpo sin espíritu es un cadáver, también la fe sin obras es un cadáver. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Con los actos es como hay que demostrar la fe. Este pasaje de Santiago nos preserva de toda ilusión en la vida cristiana: ésta no consiste en conceptos, sino en realizaciones concretas. Al leer el pasaje, caemos en la cuenta de que está hecho más bien para ser proclamado; y a nadie puede dejar indiferente. El cristiano que lo oye, se siente inmediatamente invitado a considerar cómo vive. No nos dice Santiago -que lo da por sabido- qué es la fe y cuál es su objeto. En cuanto a la concreta actividad que ella supone, nos la describen estos versículos orientados al cuidado del otro y de la caridad. Es un estilo pastoral muy simple y un tema querido de Juan en sus cartas.

La fe conceptual no salva; tiene que pasar a lo concreto de la vida. El verdadero testigo de la fe no se contenta con predicarla, sino que percibe de hecho las necesidades y busca solucionarlas. Para Santiago, el cristiano de su parábola sólo tiene una fe muerta... "Yo, por las obras, te probaré mi fe." Así pues, la sola posesión del don de la fe no puede salvar, es preciso obrar.

 

SALMO RESPONSORIAL 111:

R. /  Dichoso quien ama de corazón los mandatos del Señor

 

Dichoso quien teme al Señor

 y ama de corazón sus mandatos.

 Su linaje será poderoso en la tierra,

 la descendencia del justo será bendita. R.

En su casa habrá riquezas y abundancia,

su caridad es constante, sin falta.

En las tinieblas brilla como una luz

 el que es justo, clemente y compasivo. R.

 

Dichoso el que se apiada y presta,

y administra rectamente sus asuntos.

El justo jamás vacilará,

su recuerdo será perpetuo. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

El salmo, siguiendo el tono de las reflexiones de los sabios, proclama la felicidad que gozará el que es bueno, clemente y compasivo. Las bienaventuranzas de Jesús proponen temas complementarios en relación con su proclamación del Reino de Dios, que él hace presente entre los hombres.     

 

LECTURA DEL EVANGELIO

 MARCOS 8,34-9,1

 

“El que pierda su vida por mí y por el evangelio la salvará”

 

«Y llamando a la gente a que se reuniera con sus discípulos, les dijo: El que quiera venirse conmigo, que reniegue de sí mismo, que cargue con su cruz y entonces me siga.  Porque si uno quiere salvar su vida, la perderá; en cambio, el que pierda su vida por mí y por la buena noticia, la salvará.  Y luego, ¿de qué le sirve a uno ganar el mundo entero, si le falta la vida?  Pues ¿qué podrá dar para recobrarla?  Además, si uno se avergüenza de mí y de mis palabras entre la gente ésa, idólatra y pecadora, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga con la gloria de su Padre.» Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

¿Qué es negarse a sí mismo? Tal vez la primera imagen que viene a nuestra mente es la de una persona que se impone una vida  llena de sacrificios y penurias. Pero no es ésta la idea que nos comunica el evangelio. Negarse a sí mismo es romper con eso que llamamos individualismo. Es decir, la falsa ilusión de vivir aislado o de ser autosuficiente. Todos los seres humanos, quiéranlo o no, viven en solidaridad entre sí y con la naturaleza. Negarse a sí mismo es tomar conciencia de la propia ínfima condición y pequeñez. Negarse a sí mismo es reconocerse como incapaz de transformar el mundo sin vincularse a un proyecto mayor. Jesús ofrece un camino para superar la pretensión del individualismo, por medio del seguimiento y de la cruz. El seguimiento es la aceptación de su llamada y el dejarse transformar por su enseñanza. La cruz viene cuando asumimos las contradicciones que su seguimiento genera en nosotros y en nuestro mundo. Negarse a sí mismo es asumir que tenemos la potencialidad para ser felices con lo que somos y tenemos, y que tenemos el poder para transformar el mundo, si asumimos el proyecto de Jesús: el Reino.

ORACIÓN

Señor, hoy nos exhortas; de qué nos sirve orar, conocer la palabra, estar en la comunidad e incluso asumir un servicio, si nuestras obras no te reflejan porque no van encaminadas a hacerlas desde el valor esencial que es el amor y desde éste obrar en favor del prójimo. Ayúdanos  Señor, por favor,  para que así lo hagamos. Amén

 “Tu fe se verifica en los frutos que des, en las obras que deben brotar de un corazón auténticamente creyente que es capaz de hacer que el entorno cambie y se dirija hacia la voluntad de Dios”

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