martes, 1 de febrero de 2022

Martes, 08 de Febrero de 2022

 

 “HONRAR AL SEÑOR CON EL CORAZÓN Y CON LAS OBRAS”

 

PRIMERA LECTURA

1REYES 8,22-23.27-30

 “Escucha la súplica de tu pueblo, Israel.”

En aquellos días, Salomón, en pie ante el altar del Señor, en presencia de toda la asamblea de Israel, extendió las manos al cielo y dijo: "¡Señor, Dios de Israel! Ni arriba en el cielo ni abajo en la tierra hay un Dios como tú, fiel a la alianza con tus vasallos, si caminan de todo corazón en tu presencia. Aunque ¿es posible que Dios habite en la tierra? Si no cabes en el cielo y en lo más alto del cielo, ¡cuánto menos en este templo que he construido! Vuelve tu rostro a la oración y súplica de tu siervo, Señor, Dios mío, escucha el clamor y la oración que te dirige hoy tu siervo. Día y noche estén tus ojos abiertos sobre este templo, sobre el sitio donde quisiste que residiera tu nombre. ¡Escucha la oración que tu siervo te dirige en este sitio! Escucha la súplica de tu siervo y de tu pueblo, Israel, cuando recen en este sitio; escucha tú, desde tu morada del cielo, y perdona." Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

Salomón ora en el templo, el grandioso templo que será durante siglos el corazón de la vida de la fe del pueblo de Dios. Sus palabras destacan la grandeza de Dios que hace ver pequeño al templo mismo; y piden compasión y perdón. Hay pues, un juego maravilloso de contrastes entre lo grande del momento y de la construcción, y lo pequeñas que son nuestras vidas y nuestras obras frente a la santidad y la inmensidad del Señor.

Hay varios modos de aprovechar para nuestra vida las enseñanzas la lectura de hoy. Ante todo, es bello que Salomón es tan humilde cuando era más grande a los ojos de su pueblo. Otro aspecto interesante es aquello de no idolatrar las obras de nuestras manos. Lo más sano es ver todo lo que hacemos como Salomón vio su templo. Él sabía que no iba a hacer nada más grande en su vida y sin embargo comprendió que el Dios que rebasa los cielos sobrepasa también el breve espacio de unos ladrillos.

 

SALMO RESPONSORIAL: 83

R. /  ¡Qué deseables son tus moradas, Señor de los ejércitos!

 

 Mi alma se consume y anhela

 los atrios del Señor,

 mi corazón y mi carne

 retozan por el Dios vivo. R.

 

 Hasta el gorrión ha encontrado una casa;

 la golondrina, un nido, donde colocar sus polluelos:

 tus altares, Señor de los ejércitos,

 Rey mío y Dios mío. R.

 

 Dichosos los que viven en tu casa,

 alabándote siempre.

Fíjate, oh Dios, en nuestro Escudo,

 mira el rostro de tu Ungido. R.

 

 Vale más un día en tus atrios

 que mil en mi casa, y prefiero el umbral de la casa de Dios

 a vivir con los malvados.

 

OREMOS CON EL SALMO

Un Salmo puesto en boca de los peregrinos que se dirigen al templo de Jerusalén y expresan la alegría del encuentro con el Señor. El templo definitivo donde Dios se hace presente entre hombres y mujeres es Cristo y la nueva Jerusalén es la Iglesia, comunidad de creyentes y seguidores(as).  Dios invita a todos los pueblos a dirigirse a ella. 

 

LECTURA DEL EVANGELIO

MARCOS  7,1-13

 

“Dejais a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la  tradición de los hombres”

 

En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con las manos impuras, es decir, sin lavarse las manos. (Los fariseos, como los demás judíos, no comen sin lavarse antes las manos, restregando bien, aferrándose a la tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes, y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas.)  Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús: "¿Por qué comen tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores?" Él les contestó: "Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como está escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la doctrina que enseñan son preceptos humanos." Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres."

 

Y añadió: "Anuláis el mandamiento de Dios por mantener vuestra tradición. Moisés dijo: "Honra a tu padre y a tu madre" y "el que maldiga a su padre o a su madre tiene pena de muerte"; en cambio, vosotros decís: Si uno le dice a su padre o a su madre: "Los bienes con que podría ayudarte los ofrezco al templo", ya no le permitís hacer nada por su padre o por su madre, invalidando la palabra de Dios con esa tradición que os trasmitís; y como éstas hacéis muchas." Palabra del Señor.

 

 

REFLEXIÓN

Va creciendo el conflicto ante dos imágenes diferentes de Dios. Entre la santidad de Dios y la compasión de Dios. Dios es santo, pero es también compasivo. Jesús experimenta a Dios como el Compasivo. La santidad de Dios no está en contradicción con su compasión. Perdonar pecados, sanar en sábado, dejar a un lado la leyes del ayuno, comer sin lavarse las manos, para los fariseos son prácticas de los discípulos y de Jesús que van en contra de la santidad de Dios. Los discípulos vienen de compartir las mesas de los pobres. Para Jesús, no importa que lo hagan sin lavarse las manos. Han expresado en ese compartir la misma mesa que Dios es compasivo. Ese Dios compasivo prefiere que las ofrendas vayan dirigidas a cuidar al padre y a la madre en sus tribulaciones y necesidades. A ese Dios compasivo no le interesan las ofrendas. No las necesita. La mejor ofrenda es cuidar del huérfano, del migrante, de las viudas y de los propios padres en su vejez. Este conflicto entre el Dios santo del Levítico y el Dios compasivo de los evangelios sigue vivo en la iglesia. ¿Cuándo aprenderemos que la gloria de Dios consiste en que el POBRE VIVA, como decía Monseñor Romero (mártir salvadoreño), como nos lo mostró la madre Teresa de Calcuta  y como nos lo recuerda  el Papa Francisco día a día?

La enseñanza de Jesús es muy clara: las prácticas religiosas sólo son un medio para discernir la voluntad de Dios. Lo fundamental es el amor y la justicia.

 

ORACIÓN

Señor tu habitas en medio de tu pueblo y no te dejas encerrar en ninguna imagen o figura creada por el ser humano, no te agrada sólo el cumplimiento de  prácticas religiosas y ritos.  Tú nos llamas a tomar la Palabra, a tener una experiencia viva contigo e ir mas allá, a descubrir tu acción liberadora y amorosa de  Creador, Maestro, Amigo y sanador; para luego  ir y comprometernos con el pobre, el necesitado y el más desvalido. Oramos, damos gracias y bendecimos las vidas de Rosa Reina y Obdulio en su aniversario. Amén

 

“El culto que Dios quiere es el que nace de un corazón  lleno del amor a Dios y al prójimo, que se compromete con obras de servicio a los necesitados, desprotegidos y sedientos de Él”

 

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