viernes, 1 de enero de 2021

Domingo 31 de Enero de 2021

 


“MOÍSES Y JESUCRISTO, ENVIADOS PARA LIBERAR"

PRIMERA LECTURA
DEUTERONOMIO 18,15-20

“Suscitaré un profeta y pondré mis palabras en su boca”

Moisés habló al pueblo, diciendo: "Un profeta, de entre los tuyos, de entre tus hermanos, como yo, te suscitará el Señor, tu Dios. A él lo escucharéis. Es lo que pediste al Señor, tu Dios, en el Horeb, el día de la asamblea: "No quiero volver a escuchar la voz del Señor, mi Dios, ni quiero ver más ese terrible incendio; no quiero morir." El Señor me respondió: "Tienen razón; suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú. Pondré mis palabras en su boca, y les dirá lo que yo le mande. A quien no escuche las palabras que pronuncie en mi nombre, yo le pediré cuentas. Y el profeta que tenga la arrogancia de decir en mi nombre lo que yo no le haya mandado, o hable en nombre de dioses extranjeros, ese profeta morirá." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

La primera lectura de hoy nos lleva a hacer una comparación entre Moisés y Jesús. Para apreciar lo que esto significa necesitamos descubrir a Moisés; descubrir en qué sentido Moisés es un profeta.  Se suele pensar que un profeta es alguien que predice cosas. Y aunque los escritos tradicionalmente atribuidos a Moisés contienen algunas referencias hacia el futuro, por ejemplo: qué pasará cuando Israel sea infiel a Dios, no parece que ese sea el motivo básico de su lugar en el caminar del pueblo de Dios.
Más bien podemos decir que si un profeta habla con propiedad del futuro es porque de algún modo se aproxima a la mirada de Dios, el cual abarca todo. Esta proximidad tiene como fruto inmediato no tanto predecir sino mostrar la voluntad de Dios, que a menudo entra en contraste con los planes humanos. Vemos así que Moisés "el legislador" y Moisés "el profeta" son en verdad la misma persona, uno que con su testimonio y su oración hizo transparente el querer de Dios para todo un pueblo.
Y hay más: no se trata sólo de decir "esto quiere Dios;" se trata de mostrar "cómo nos quiere Dios." Las disposiciones de Dios serían pura imposición si no supiéramos de su amor que libera, de su ternura que es potente, de su sabiduría que rebasa a todos. Y de todo esto ha dado fe uno que supo vivir buscando su rostro: Moisés.

SALMO RESPONSORIAL: 94
R./ Ojalá escuchéis hoy la voz del Señor: "No endurezcáis vuestro corazón."

Venid, aclamemos al Señor,
demos vítores a la Roca que nos salva;
entremos a su presencia dándole gracias,
aclamándolo con cantos. R.

Entrad, postrémonos por tierra,
bendiciendo al Señor, creador nuestro.
Porque él es nuestro Dios,
y nosotros su pueblo,
el rebaño que él guía. R.

Ojalá escuchéis hoy su voz:
"No endurezcáis el corazón como en Meribá,
como el día de Masá en el desierto;
cuando vuestros padres me pusieron a prueba
y me tentaron, aunque habían visto mis obras." R.

OREMOS CON EL SALMO
Este Salmo es un canto de alabanza al Señor de la creación y de la alianza. Era utilizado por los judíos en las ceremonias de renovación de la Alianza, en la que los levitas invitan a la asamblea a participar activamente en la celebración. A cada invitación, la muchedumbre responde mediante una fórmula ritual estereotipada de aprobación, que comienza por "sí": "sí, el gran Dios, es el Señor"... (La creación) "Sí, él es nuestro Dios"... (la Alianza). La nueva alianza sellada con la Sangre de Cristo exige igualmente una correspondencia generosa al amor de Dios, pero más desde la razón y el corazón

SEGUNDA LECTURA
1CORINTIOS 7,32-35

“La soltera se preocupa de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos”

Hermanos: Quiero que os ahorréis preocupaciones: el soltero se preocupa de los asuntos del Señor, buscando contentar al Señor; en cambio, el casado se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su mujer, y anda dividido. Lo mismo, la mujer sin marido y la soltera se preocupan de los asuntos del Señor, consagrándose a ellos en cuerpo y alma; en cambio, la casada se preocupa de los asuntos del mundo, buscando contentar a su marido. Os digo todo esto para vuestro bien, no para poneros una trampa, sino para induciros a una cosa noble y al trato con el Señor sin preocupaciones. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Esta segunda lectura nos plantea un tema que ha suscitado dificultad en su interpretación, pero que no pretende ser un mandato obligatorio de tipo moral; el tema del celibato versus el matrimonio; mas que un mandato es una sugerencia, que debe ser acogida y respetada entre quien opta por servir al Señor a través del celibato, o de la vida matrimonial. Es cierto que un estado de vida célibe, da mayor libertad para el servicio, pero esto no le quita valor al trabajo que los casados puedan hacer en la comunidad.  Pablo hace la debida aclaración al afirmar que “quisiera que vivieran sin preocupaciones”. No hay una sentencia obligatoria. Pablo también hace caer en la cuenta  que a partir de Jesús cada individuo vive la presencia de Dios en sí mismo, y el cristiano deposita su vida entera en ella.  Pero no puede vivir sino en relación con los acontecimientos y con las relaciones con las demás personas. El estado matrimonial, aunque llegue a perder su papel exclusivo de perpetuar la raza, sigue siendo el lugar por excelencia en que se vive la presencia de Dios. Pero de todas formas, esa presencia es explícita; no se hará explícita sino en el Reino, dice el apóstol cuando Dios sea todo en todos. 

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 1,21-28

“Enseñaba con autoridad”

En aquel tiempo, Jesús y sus discípulos entraron en Cafarnaún, y cuando el sábado siguiente fue a la sinagoga a enseñar, se quedaron asombrados de su doctrina, porque no enseñaba como los escribas, sino con autoridad. Estaba precisamente en la sinagoga un hombre que tenía un espíritu inmundo, y se puso a gritar: "¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno? ¿Has venido a acabar con nosotros? Sé quién eres: el Santo de Dios." Jesús le increpó: "Cállate y sal de él." El espíritu inmundo lo retorció y, dando un grito muy fuerte, salió. Todos se preguntaron estupefactos: "¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo. Hasta a los espíritus inmundos les manda y le obedecen." Su fama se extendió en seguida por todas partes, alcanzando la comarca entera de Galilea. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Después de dar inicio a su ministerio de salvación entre los hombres, llamando a sus discípulos, Jesús se dedica a establecer el Reino con sus palabras y acciones. El evangelio de Marcos nos lo muestra hoy en su realidad de profeta y liberador. (Mc 1,21-28). Pero para poder comprender mejor la figura de Jesús, la liturgia pone de paralelo al evangelio un texto del Deuteronomio en la primera lectura (18,15-20) en el que el pueblo pide a Dios un profeta que sea humano, cercano y sin los signos terribles de la gloria de Dios, que asustan y atemorizan. La respuesta de Dios es bellísima: “Yo suscitaré un profeta de entre sus hermanos, como tú. Pondré mis palabras en su boca y les dirá lo que yo le mande”. Ese es Jesús: hermano nuestro y profundamente humano, capaz de hacer sentir con su gestos y palabras, la ternura y la cercanía de un Dios bondadoso y salvador.

Este es Jesús, es el que va a la sinagoga para reunirse en oración con la comunidad de Israel. La sinagoga y el templo eran el lugar de reunión normal de un pueblo de alabanza. Allí acudían todos los creyentes judíos para cantar salmos, escuchar la palabra de la Ley y poner en común sus necesidades. Allí va Jesús y le permiten enseñar a la comunidad.
Marcos nos dice que la palabra y la enseñanza de Jesús son especiales: tenía autoridad y fuerza; en nada se parecía a la enseñanza de los escribas del pueblo. Por eso, la palabra de Jesús está cargada de una fuerza divina, asombraba y admiraba, conquistando el corazón de los creyentes. Jesús, como Maestro, es único. Por eso el pueblo, admirado, decía: “Este enseñar con autoridad es nuevo”. A él lo sienten cercano, comprensivo, conocedor profundo del sentimiento humano  un hombre que habla con palabras de Dios, como lo había anunciado Moisés.

En la sinagoga, además, estaba un hombre dominado por fuerzas extrañas, que no le dejaban ser libre y lo oprimían duramente. La presencia de Jesús crea inmediatamente  un choque y una oposición, pero al mismo tiempo una afirmación de la realidad especial de Jesús: “¿Qué quieres de nosotros, Jesús Nazareno?. Tú eres el Santo de Dios”. Jesús por su parte, sin aspavientos y espectáculo, pero con autoridad dijo al espíritu: “Cállate y sal de él”. Y el hombre quedo libre para alabar y servir a Dios. Jesús pues, es el profeta de Dios que, no sólo anuncia con vigor el mensaje de Dios, sino que va haciendo en nosotros un proceso liberador. Con su palabra y sus acciones nos libera de todo lo que nos domina y esclaviza, pero nos deja libres para servir a Dios y trabajar a favor de los hermanos.
          
ORACIÓN

Elevamos a ti nuestra oración en gratitud por el mes que hoy termina y el regalo del nuevo que comienza. Gracias por los bellos momentos donde no te cansas de manifestarnos y hacernos sentir tu inmenso amor y misericordia, gracias también por los tiempos difíciles vividos, donde hemos sentido nos has acompañado. Como eco del encuentro con tu bendita palabra, hoy te pedimos que coloques en nuestro corazón siempre la necesidad de querer escuchar tu voz muy dentro de nosotros(as). Voz de tu Palabra que nos oriente, guíe y acompañe en nuestra búsqueda de felicidad y realización cada día. Amén.

  “El enviado  no solo debe decir: “Esto quiere Dios”, sino: “Cómo nos quiere Dios””


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