viernes, 1 de enero de 2021

 

“DIOS COMPENSARÁ Y  RESTITUIRÁ EL TIEMPO PERDIDO"


El libro del profeta Joel, en el capítulo 2 increpa cuestionando al pueblo y hoy a nosotros: ¿Cuántos años has perdido a causa de la langosta que se ha comido tu cosecha? ¿Acaso los errores cometidos en el pasado, los egoísmos, las malas decisiones y ambiciones personales nos han robado el gozo, la paz, la felicidad y productividad?.¿Reflexionemos hoy cuantas cosas, nos puede haber robado esta pandemia, que ha sido como la langosta en este año 2020 que acabamos de terminar?

Tal vez hoy como el pueblo de Israel ante las palabras del profeta nos sintamos un poco desanimados al pensar en el tiempo que parece haberse perdido y que pareciera que nunca se volviera a ganar, en tantas, tantas pérdidas, tantas cosas que sentimos no se van a recuperar.   Si es así, si vemos que en alguna área de nuestra vida, nuestra familia, nuestras comunidades, descubrimos pérdidas, frustraciones, tomemos las palabras que Dios trajo con el profeta como motivación pero como una práctica real para vivir: Aunque estén experimentando la plaga de las langostas (Pruebas y adversidades)  aún hay esperanza para ustedes mi pueblo. El Señor que es compasivo y misericordioso, lento a la ira y abundante en misericordia y bondad nos dice, les recompensaré y les restituiré todo lo perdido (Joel 2,25).”

Para aplicar la  llave de la restitución existen  tareas o compromisos a realizar para poderlas vivir: Si nos hemos equivocado, debemos reconocerlo (Reconciliarnos) y debemos corregir el camino. Si reconocemos la equivocación del pasado, el Buen Dios estará presto para escucharnos, perdonarnos y bendecirnos (Restituirnos); redimir o restaurar nuestro pasado y llenar de bendición nuestro presente y nuestro futuro de una vida de esperanza, sueños y realizaciones. El Señor nos llama a corregir los errores. Para recibir restitución yo tengo que enmendar los daños causados, pagar las deudas; para recibir restitución tengo que dar restitución a los demás. Y apartarme o alejarme de toda situación, persona o tentación que me quiera volver a esclavizar en la deuda y el error.

  

      Jesús el Señor también nos quiere a invitar con su Palabra a levantarnos,  quiere  que entendamos que podemos sacar cosas buenas del tiempo perdido, de las dificultades, de este año de pandemia,  de las oportunidades desperdiciadas de los sufrimientos y frustraciones, nos invita a que de este año 2020, saquemos lo mejor, las mejores enseñanzas. Él lo hace como Buen Pastor, Maestro de Misericordia enseñándonos a entender las debilidades que tenemos  y  corregirlas y levantarnos.

 Aunque estos  días  y este año que ha pasado, con una pandemia que nos ha cambiado la vida, Jesús nos llena de ánimo,  nos llama a levantarnos en el nombre del Señor.  No tengamos miedo, Dios está deseoso y ansioso de restaurarnos, recompensarnos y restituirnos. Y de hacer un nuevo hoy, un árbol nuevo de nuestra vida que de fruto abundante. A partir de este nuevo año y este nuevo mes que empezamos, que sigamos trabajando, luchando, pero que disfrutemos del fruto de nuestro trabajo como signo de la restitución. Lo que hemos aprendido de los errores del pasado, ahora puede ser toda una escuela de aprendizaje para compartir con otros,   que están atravesando la misma situación. De tal manera la restitución se convierte en un servicio o apostolado, de entrega generosa a los demás.

 

Oro por ti, los tuyos, tus proyectos para este nuevo año. Pido al Señor que tú también lo hagas, haciendo una declaratoria de fe, para que este nuevo año el dueño de la vida nos llene de su bendición, recompensa y restitución. Amén.   

 

“JESÚS, AL DESPOJARSE DEL TODO POR AMOR A NOSOTROS, SE CONVIRTIÓ EN NUESTRA ETERNA Y VERDADERA RESTITUCIÓN”

         

Roberto Zamudio    

         

 

                                    

PROMESA BÍBLICA DEL MES.

“Yo les restituiré los años que se comió la langosta, comeréis hasta saciaros, alabareis el nombre del Señor,  porque el Señor ha hecho maravillas. (Joel 2,25-26){

 

 

ORACIÓN DEL DÍA

Buen Señor, aquí estamos de nuevo en este año 2021, dándote gracias por todo lo vivido en el consternado año 2020, que en medio de todo nos dejó muchas enseñanzas, que unas personas, tu sabes, las asimilaron, recibieron y aprendieron, y otras hicieron caso o miso, solo querían seguir la vida como siempre.  Ponemos nuestros ojos en Ti Jesús, que eres autor y consumador de la fe, quien sufriste la cruz, menospreciando todo oprobio y te sentaste a lo derecha de Dios Padre. No miramos más atrás, sino que miraremos con fe esperanzadora hacia adelante y hacia arriba. Que este nuevo año esté lleno de ternura, bondades, de amor generoso y maravilloso que Tú, Dios, tienes para nosotros tus hijos. Gracias por bendecirnos y acompañarnos en todo lo que emprendamos, seguros que en tu soberanía apaciguaras todo lo que nos hizo daño y lucharemos junto contigo por un mundo que se aparte del egoísmo, la violencia y la riqueza desequilibrada y sin medida, y busque transformarse según tu civilización del amor, que produce vida abundante… Amén

 

ORACIÓN DE LA NOCHE

Buenas noches Señor, en estas noches del primer mes del año, colocamos ante ti, en oración intercesora, nuestra vida, familias, amigos, vecinos, comunidades en el Espíritu, nuestra nación, sus recursos naturales y biodiversidad, a gobernantes, trabajadores, para que todo aquello que, como dice tu profeta Joel se llevó la langosta (ese elemento maligno), sea restaurado por tu gran amor misericordioso. Que podamos reconocer que todo es consecuencia de la desobediencia, del corazón duro e indiferente a ti, de obrar sin contar contigo, por parte del ser humano, lo que ya no quieres mirar más, sino que atendiendo al clamor de tus hijos anhelas restaurar nuestra esperanza y animo ante tantas perdidas que han dejado sufrimiento y volvernos a llamar al mundo entero para que veamos la verdadera Luz que alumbra las vidas que habitan en todas las naciones y logren y logremos todos permitirte que camines con nosotros. Amén 

Viernes 01 de Enero de 2021

 

 

“EL PODER DE LA BENDICIÓN”

 

 Litúrgicamente, hoy es la fiesta de «Santa María Madre de Dios»; es también la «octava de Navidad», y por tanto el recuerdo de «la circuncisión de Jesús», celebración judía que se celebraba al octavo día del nacimiento de los niños, y en la que se les imponía el nombre. Para nosotros, hombres y mujeres de hoy, esos tres componentes de la festividad litúrgica de hoy nos aparecen como muy lejanos, extraños, tal vez irrelevantes para nuestra vida... tanto por el lenguaje que en que son expresados, como por el «imaginario religioso» al que pertenecen. Pero, por otra parte, hoy es también el primer día del año civil, «¡Año Nuevo!», y la Jornada Mundial por la Paz, celebración esta que, aunque originalmente procede una iniciativa eclesiástica católica, ha alcanzado una notable aceptación en la sociedad, gozando ya de un cierto estatuto civil.

 

 

 

PRIMERA LECTURA

NÚMEROS 6-22-27

 

“Invocarán mi nombre sobre los israelitas y yo los bendeciré”

 

El Señor se dirigió a Moisés y le dijo:

"Diles a Aarón y a sus hijos que cuando bendigan a los israelitas lo hagan de esta manera: 'Que el Señor te bendiga y te proteja; que el Señor te mire con agrado y te muestre su bondad; que el Señor te mire con amor y te conceda la paz.'

"Así ellos pronunciarán mi nombre sobre los israelitas, y yo los bendeciré."  Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

La primera lectura de hoy nos trae una bendición, pero sobre todo nos enseña a bendecir. No es un acto trivial ni una simple costumbre social; es nuestro modo de acoger en cada aspecto de la vida al Dios de la alianza. Nuestras bendiciones mutuas son prenda de la bendición del Señor.

Podemos sintetizar los buenos deseos de esta hermosa bendición del libro de los Números en tres aspectos, que son también los mejores deseos para el año que empieza: protección, amistad con Dios y paz. Defendidos del mal y fortalecidos en el bien: este es rostro de la raza bendecida.

 

La bendición bíblica, que han popularizado especialmente los frailes franciscanos, no habla directamente de la amistad con Dios, sino del resplandor de su rostro, la cercanía de su favor y benevolencia. Una vida bendecida va acompañada del brillo del rostro de Dios y de una cálida proximidad a su amor y su bondad. Corresponde, pues, a lo que solemos llamar "permanecer en la gracia de Dios".

 

Buen comienzo del año éste de la bendición, bendición de la cual necesitamos tanto. Uno quisiera olvidar los errores, olvidar tantos problemas, olvidar la pandemia,  limpiarse de las culpas que molestan en la propia conciencia, estrenar  este nuevo año, estrenando una página nueva del libro de su vida, y empezarla con buen pie, dando rienda suelta a los mejores deseos de nuestro corazón... Por eso es bueno comenzar el año con una bendición en los labios, después de escuchar la bendición de Dios en su Palabra.

 

Bendigamos al Señor por todo lo que hemos vivido hasta ahora, y por el nuevo año que pone ante nuestros ojos: nuevos días por delante, nuevas oportunidades, tiempo a nuestra disposición... Alabemos al Señor por la misericordia que ha tenido con nosotros hasta ahora. Y también porque nos va a permitir ser también nosotros una bendición en este nuevo año que comienza: bendición para los hermanos y bendición para Dios mismo. Año nuevo, tiempo nuevo para empezar con la  Bendición de Dios.

 

SALMO RESPONSORIAL: 66

R: El Señor tenga piedad y nos bendiga.

 

El Señor tenga piedad y nos bendiga,

ilumine su rostro sobre nosotros;

conozca la tierra tus caminos,

todos los pueblos tu salvación. R.

 

Que canten de alegría las naciones,

porque riges el mundo con justicia,

riges los pueblos con rectitud

y gobiernas las naciones de la tierra. R.

 

Oh Dios, que te alaben los pueblos,

que todos los pueblos te alaben.

Que Dios nos bendiga; que le teman

hasta los confines del orbe. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

La recolección de la cosecha es motivo para invitar a todos los pueblos a dar gracias a Dios. La providencia de Dios se extiende a todas las criaturas, a todos los pueblos. Todos experimentan los frutos de su bondad.   

 

SEGUNDA LECTURA

GÁLATAS 4,4-7

 

“Envió Dios a su Hijo nacido de una mujer”

 

Pero cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer, sometido a la ley de Moisés, para rescatarnos a los que estábamos bajo esa ley y concedernos gozar de los derechos de hijos de Dios. Y porque ya somos sus hijos, Dios mandó el Espíritu de su Hijo a nuestros corazones; y el Espíritu clama: "¡Abbá! ¡Padre! Así pues, tú ya no eres esclavo, sino hijo de Dios; y por ser hijo suyo, es voluntad de Dios que seas también su heredero. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

El tema de que trata esta carta es la relación entre la filiación divina y la de la libertad del hombre (v.7). Pablo hace un discurso pedagógico en el que nos muestra esa liberación en la plenitud de los tiempos por medio de la persona de Cristo. El nacido de mujer y bajo la ley nos da la plenitud de la libertad y nos da la condición de hijos, el hombre se encuentra ahora frente a una persona: Cristo el cual, siendo como es Hijo de Dios, no podría ser esclavo. Quien quiera que se adhiere a Él por los lazos del Espíritu se convierte en hijo adoptivo y, por tanto, heredero de un mundo nuevo en el que todo es don y libertad.

Ha aparecido la bondad de Dios en Jesús, y es hora de gran alegría, para hacer saber al mundo -y a la creación misma- que Dios ha florecido en nuestra tierra y todos somos depositarios de esa herencia de felicidad.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

LUCAS 2,16-21

 

“Encontraron  a María, a José y al niño. A los ocho días, le pusieron por nombre Jesús”

 

Los pastores fueron de prisa y encontraron a María y a José, y al niño acostado en el establo. Cuando lo vieron, se pusieron a contar lo que el ángel les había dicho acerca del niño, y todos los que lo oyeron se admiraban de lo que decían los pastores. María guardaba todo esto en su corazón, y lo tenía muy presente. Los pastores, por su parte, regresaron dando gloria y alabanza a Dios por todo lo que habían visto y oído, pues todo sucedió como se les había dicho.

A los ocho días circuncidaron al niño, y le pusieron por nombre Jesús, el mismo nombre que el ángel le había dicho a María antes que ella estuviera encinta.  Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN:

 

Jesús no nace entre los grandes y poderosos del mundo sino, muy en la línea de Lucas, entre los pequeños y los humildes; como los pastores de Belén, que no son meras figuras decorativas de nuestros pesebres sino que eran, en los tiempos de Jesús, personas mal vistas, con fama de ignorantes y de incapaces de cumplir la ley religiosa judía. A ellos en primer lugar llaman los «ángeles» a saludar y a adorar al Salvador recién nacido. Ellos se convierten en pregoneros de las maravillas de Dios que habían podido ver y oír por sí mismos. Algo similar pasa con María y José: no eran una pareja de nobles ni de potentados, eran apenas un humilde matrimonio de artesanos, sin poder ni prestigio alguno. Pero María, la madre, «guardaba y meditaba estos acontecimientos en su corazón», y seguramente se alegraba y daba gracias a Dios por ellos, y estaba dispuesta a testimoniarlo delante de los demás, como lo hizo delante de Isabel, entonando el Magníficat.

 

La invitación es que sigamos viviendo en tiempo de Navidad, tiempo en el que la ternura, el amor, la fraternidad, el cariño familiar... se nos hacen más palpables que nunca. La ternura de Dios hacia nosotros, que se expresó en el niño de Belén, inunde nuestra vida. Dejemos recalar estos sentimientos en nuestro corazón, para que perduren a lo largo de todo el año.

 

Al comenzar el año, al poner el pie por primera vez en este nuevo regalo que el Señor nos hace en nuestra vida, vamos a agradecerle con todo el corazón la alegría de vivir, la oportunidad maravillosa que nos da de seguir amando y siendo amados, y la capacidad que nos ha dado para cambiar y rectificar.

 

 ORACIÓN

Gracias Señor por la oportunidad de vida que nos concedes hoy al iniciar un nuevo año, Gracias por tu bendición para con nosotros, que podamos con nuestra vida, con nuestros labios, con nuestra presencia y nuestro actuar ser bendición también para todo aquel que encontremos en el camino. Te entregamos Señor este nuevo año que empezamos, te entregamos  nuestra vida, nuestra familia todos nuestros sueños nuestro planes y queremos antes que nada sujetarlos a tu voluntad. Oramos, bendecimos y damos gracias por las vidas de Diana Carolina Franco e Irma Garzón en su cumpleaños. Amén.

 

“Recordemos que este año y los por venir,  los hijos e hijas de Dios debemos hacer lo que sea necesario por bendecir la existencia, la naturaleza y en generar  vida”

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Sábado 02 de Enero de 2021

 

 

“PERMANECER EN CRISTO, LE DA EL NORTE A LA EXISTENCIA HUMANA”

 

 

PRIMERA LECTURA

1JUAN 2,22-28

 

“Lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros”

 

Queridos hermanos: ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ése es el Anticristo, el que niega al Padre y al Hijo. Todo el que niega al Hijo tampoco posee al Padre. Quien confiesa al Hijo posee también al Padre. En cuanto a vosotros, lo que habéis oído desde el principio permanezca en vosotros. Si permanece en vosotros lo que habéis oído desde el principio, también vosotros permaneceréis en el Hijo y en el Padre; y ésta es la promesa que él mismo nos hizo: la vida eterna.

Os he escrito esto respecto a los que tratan de engañaros. Y en cuanto a vosotros, la unción que de él habéis recibido permanece en vosotros, y no necesitáis que nadie os enseñe. Pero como su unción os enseña acerca de todas las cosas -y es verdadera y no mentirosa- según os enseñó, permanecéis en él. Y ahora, hijos, permaneced en él para que, cuando se manifieste, tengamos plena confianza y no quedemos avergonzados lejos de él en su venida.  Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Desde la óptica de Juan hay una verdad que es la más grande del mundo. Esa verdad está en la carne de Cristo, en cuanto, en esa carne hemos visto, oído y palpado la revelación que Dios nos ha dado de su amor y su salvación. Según esto, la gran mentira es negar esa revelación que tiene precio y valor de sangre del Hijo de Dios. Y eso es lo propio del anticristo; eso es lo propio de aquel o aquellos que se oponen al Señor Jesús.

 

Por eso es fuerte la exhortación: "permanezcan en lo que han oído" (1 Jn 2,24). Es una advertencia severa, que podríamos poner en paralelo con las palabras, también graves, del apóstol Pablo: " Me maravillo de que tan pronto hayáis abandonado al que os llamó por la gracia de Cristo, para seguir un evangelio diferente; que en realidad no es otro evangelio, sólo que hay algunos que os perturban y quieren pervertir el evangelio de Cristo. Pero si aún nosotros, o un ángel del cielo, os anunciara otro evangelio contrario al que os hemos anunciado, sea anatema" (Gál 1,6-8).

 

Este tipo de advertencias  nos previenen contra las "novedades", un tema que aparece muchas veces en el Nuevo Testamento. El Evangelio es simple, contundente, eficaz; las novedades, que no son profundizaciones sino traiciones al Evangelio, son retorcidas, tratan más de seducir que de salvar; acarician nuestra conducta, no la cambian.

 

 

SALMO RESPONSORIAL: 97

R. / Los confines de la tierra han contemplado la victoria de nuestro Dios.

 

Cantad al Señor un cántico nuevo,

porque ha hecho maravillas:

su diestra le ha dado la victoria,

su santo brazo. R.

 

El Señor da a conocer su victoria,

revela a las naciones su justicia:

se acordó de su misericordia y su fidelidad

en favor de la casa de Israel. R.

 

Los confines de la tierra han contemplado

la victoria de nuestro Dios.

Aclama al Señor, tierra entera;

gritad, vitoread, tocad. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este Salmo es un canto de aclamación a la realeza de Dios, Señor del universo y de la historia. El despliegue del poder salvador de Dios llega a su punto culminante en la encarnación de su Hijo y en la victoria de este sobre la muerte y el pecado.  

 

LECTURA DEL EVANGELIO

JUAN 1,19-28

 

“En medio de vosotros hay uno que no conocéis”

 

Éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan a que le preguntaran: "¿Tú quién eres?" Él confesó sin reservas: "Yo no soy el Mesías." Le preguntaron: "¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?" Él dijo: "No lo soy." "¿Eres tú el Profeta?" Respondió: "No." Y le dijeron: "¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?" Él contestó: "Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el camino del Señor", como dijo el profeta Isaías."

 

Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: "Entonces, ¿por qué bautizas si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?" Juan les respondió: "Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la correa de la sandalia." Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan bautizando. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Los jefes judíos conocen bien la misión que realiza Juan el Bautista en la orilla del río Jordán. Están preocupados y deciden interrogarlo. La respuesta de Juan es clara y contundente: no es el Mesías, ni Elías, ni el profeta; es simplemente una voz que grita en el desierto, que invita a la conversión; administra un bautismo con agua como anticipación del nuevo bautismo que implantará el Mesías. Su misión es la de anunciar y preparar el camino.

 

Juan con su misión nos muestra cuál ha de ser nuestra propia misión: ser anunciadores y mensajeros de Buenas Noticias que hagan visible el amor, la justicia y la paz de Dios en medio de los hermanos. Los cristianos tenemos la responsabilidad primera de preparar el corazón del mundo para que pueda escuchar la voz de Dios. Si los cristianos no ofrecemos nuestra vida, nuestras comunidades y nuestras Iglesias para hacer un mundo nuevo, ¿cómo podrá entonces conocer el mundo el proyecto de Jesús? Esto lo hacemos como servidores, excluyendo toda arrogancia del poder o de creernos los únicos responsables en la construcción de un mundo mejor.

 

ORACIÓN

Gracias Señor por este nuevo día, tu amor y bendiciones. Que a lo largo de este nuevo año que comienza podamos dar a conocer tu presencia en nuestra vida a los demás por medio de nuestro propio testimonio. Amén.

“Ser cristiano es aceptar la propuesta salvadora de Dios, la bendición que Él quiere darle a la humanidad que viene a través de Uno que llegó al extremo del amor, de la  caridad, del padecer en el  sacrificio de  la cruz”

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Domingo 03 de Enero de 2021

 

 “LA MANIFESTACION DE DIOS”

 

EPIFANÍA DEL SEÑOR

 

PRIMERA LECTURA

ISAÍAS 60,1-6

 

“La gloria del Señor amanece sobre tí ”

 

Levántate, Jerusalén, envuelta en resplandor, porque ha llegado tu luz y la gloria del Señor brilla sobre ti. La oscuridad cubre la tierra, la noche envuelve a las naciones, pero el Señor brillará sobre ti y sobre ti aparecerá su gloria. Las naciones vendrán hacia tu luz, los reyes vendrán hacia el resplandor de tu amanecer. Levanta los ojos, y mira a tu alrededor: todos se reúnen y vienen hacia ti. Tus hijos vendrán desde lejos; tus hijas serán traídas en brazos. Tú, al verlos, estarás radiante de alegría, tu corazón se llenará de gozo; te traerán los tesoros de los países del mar, te entregarán las riquezas de las naciones. Te verás cubierta de caravanas de camellos que vienen de Madián y de Efá; vendrán todos los de Sabá, cargados de oro y de incienso, y proclamarán las acciones gloriosas del Señor. Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

La época en que se escribe esta parte del libro del profeta Isaías (Tercer Isaías) corresponde a la restauración, es decir, al regreso a Jerusalén de los exiliados en Babilonia, regreso a la gran ciudad de Dios. Cuando este grupo de exiliados llegó a Israel encontró sus ciudades destruidas, sus campos abandonados o apropiados por otras familias, las murallas derruidas y el templo, el lugar donde Yahvé habitaba, incendiado. Esta dramática realidad los desanimó completamente, centrando sus esperanzas y sus motivaciones únicamente en la reconstrucción de sus viviendas y sus campos, dejando de lado la restauración del templo y, con ello, la confianza en la venida gloriosa de Yahvé, quien traería para Israel la salvación plena en la misma historia. Isaías anima la fe de su pueblo, los invita a poner nuevamente su fe y su corazón en la fuerza salvadora de Yahvé, quien traerá la paz y la justicia a su pueblo, por ello Jerusalén será una ciudad radiante, llena de luz, en donde la presencia de Dios como rey hará de ella una nación grande, ante cuya presencia se postrarán todos los pueblos de la tierra. El profeta manifiesta con esta gran revelación que Dios es quien dará inicio a una nueva época para Israel, una época donde reinará la luz de Dios y serán destruidas todas las fuerzas del mal, pues Dios se hace presente en Israel y ya más nadie podrá hacerle daño.

 

SALMO RESPONSORIAL: 71

R./ Se postrarán ante ti, Señor, todos los reyes de la tierra.

 

Dios mío, confía tu juicio al rey,

 tu justicia al hijo de reyes: para que rija a tu pueblo con justicia,

a tus humildes con rectitud. R.

 

Que en sus días florezca la justicia y la paz hasta que falte la luna;

que domine de mar a mar, del Gran Río al confín de la tierra. R.

 

Que los reyes de Tarsis y de las islas le paguen tributos;

que los reyes de Sabá y de Arabia le ofrezcan sus dones, que se postren ante él todos los reyes,

y que todos los pueblos le sirvan. R.

 

Porque él librará al pobre que clamaba,

al afligido que no tenía protector;

él se apiadará del pobre y del indigente, y salvará la vida de los pobres. R.

 

 OREMOS CON EL SALMO

Este Salmo es una oración por el rey de Israel, en la que se idealiza proféticamente su figura como gobernante que implanta la justicia y la paz. El éxito del rey asegura la prosperidad para todo el pueblo.  Ya en el judaísmo este salmo fue interpretado mesiánicamente y lo mismo ha hecho la liturgia cristiana. Cristo es el verdadero Rey que establece la justicia y la paz, su Reino es universal.

 

SEGUNDA LECTURA

EFESIOS 3,2-6

 

“Ahora ha sido revelado que también los gentiles son coherederos”

 

Pues ya sin duda sabrán que Dios me ha encargado anunciar a ustedes lo que él, en su bondad, ha dispuesto. Por revelación he conocido el designio secreto de Dios, como ya les escribí brevemente.

Al leerlo, pueden darse cuenta de que conozco este designio secreto realizado en Cristo, que no se dio a conocer a nadie en otros tiempos, pero que ahora Dios ha revelado a sus santos apóstoles y profetas por medio de su Espíritu. El designio secreto es este: que por el evangelio Dios llama a todas las naciones a participar, en Cristo Jesús, de la misma herencia, del mismo cuerpo y de la misma promesa que el pueblo de Israel. Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

Esta visión profética posee una comprensión muy reducida de la acción salvadora de Dios, ya que es asumida como una promesa que se cumplirá en beneficio única y exclusivamente del pueblo de Israel y no de toda la tierra. Pablo, a través de la carta a los Efesios, ampliará esa comprensión, afirmando que la salvación venida por Dios, a través de Jesús, es para “todos”, judíos y paganos. El plan de Dios, según Pablo, consiste en formar un solo pueblo, una sola comunidad creyente, un solo cuerpo, una sola Iglesia, un organismo vivo capaz de comunicar a toda la creación la vida y la salvación otorgada por Dios. La carta a los Efesios expresa que el misterio recibido por Pablo consiste en que la Buena Nueva de Cristo se hace efectiva también en los paganos, ellos son coherederos y miembros de ese mismo Cuerpo; esto significa que Dios se ha querido revelar a toda la humanidad, actúa en todos, salva a todos, reconcilia a todos sin excepción.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

MATEO 2,1-12

 

“Vimos su estrella y venimos a adorarle”

 

Jesús nació en Belén, un pueblo de la región de Judea, en el tiempo en que Herodes era rey del país. Llegaron por entonces a Jerusalén unos sabios del Oriente que se dedicaban al estudio de las estrellas, y preguntaron:

--¿Dónde está el rey de los judíos que ha nacido? Pues vimos salir su estrella y hemos venido a adorarlo.

El rey Herodes se inquietó mucho al oir esto, y lo mismo les pasó a todos los habitantes de Jerusalén. Mandó el rey llamar a todos los jefes de los sacerdotes y a los maestros de la ley, y les preguntó dónde había de nacer el Mesías. Ellos le dijeron:

--En Belén de Judea; porque así lo escribió el profeta:

'En cuanto a ti, Belén, de la tierra de Judá,no eres la más pequeña, entre las principales ciudades de esa tierra; porque de ti saldrá un gobernante que guiará a mi pueblo Israel.'

 

Entonces Herodes llamó en secreto a los sabios, y se informó por ellos del tiempo exacto en que había aparecido la estrella. Luego los mandó a Belén, y les dijo:

 

--Vayan allá, y averiguen todo lo que puedan acerca de ese niño; y cuando lo encuentren, avísenme, para que yo también vaya a rendirle homenaje.

Con estas indicaciones del rey, los sabios se fueron. Y la estrella que habían visto salir iba delante de ellos, hasta que por fin se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. Cuando los sabios vieron la estrella, se alegraron mucho. Luego entraron en la casa, y vieron al niño con María, su madre; y arrodillándose le rindieron homenaje. Abrieron sus cofres y le ofrecieron oro, incienso y mirra. Después, advertidos en sueños de que no debían volver a donde estaba Herodes, regresaron a su tierra por otro camino. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN:

Hoy celebramos la epifanía del Señor, que significa manifestación. Con el nacimiento de Jesús se nos ofrece una manifestación maravillosa de Dios que cambia todo el sentido de nuestras vidas. Cuando Dios se nos manifiesta y lo acogemos con alegría, se transforman nuestros pensamientos, criterios, cambian nuestros caminos, se iluminan nuestros proyectos y se realizan nuestros sueños.

 

En este texto se muestra, el rechazo de este nacimiento por parte de las autoridades políticas representadas en el rey Herodes, quien se inquieta ante la noticia del nacimiento de un nuevo rey. Herodes simboliza la ambición, el egoísmo, la prepotencia, la envidia, la injusticia, el camino del poder.

Y en otro escenario vemos en un lugar de Belén, en un pesebre, la familia de Nazareth, que representa un proyecto de familia de puertas abiertas, de unidad, de justicia, de misericordia y de servicio.

 

Los magos venidos de oriente encuentran la casa de Belén, ellos son paganos, han visto una luz y una estrella y vienen a Jerusalén para buscar al Rey y Mesías. Existe un juego de contrastes: Jesús nace en medio de su pueblo elegido que se sobresalta con su presencia pero no lo acoge sino que lo va a rechazar más tarde y lo llevará a la cruz. En cambio, los paganos, los de afuera, los extraños descubren el valor de Jesús, lo reconocen como Salvador y lo adoran en su pequeñez. Los propios no tienen la capacidad de leer los signos de la historia y se desentienden; los lejanos se dejan tocar por su luz, por una presencia sencilla, y descubren que tras la presencia de un niño pequeño hay una fuerza salvadora que todo lo transforma.

Los magos venidos de Oriente se vuelven para nosotros un testimonio, ellos viajan de lejos, hacen un camino, buscan, interrogan, hasta descubrir una pequeña luz, que siguen para encontrar al Rey y Señor, una vez que lo encuentran se postran ante Él, lo adoran, se llenan de alegría, son trasformados, y regresan a su tierra por otro camino, con la seguridad de una presencia, con la fuerza de una vida y la alegría de un encuentro.

 

He ahí la oferta que nos hace el evangelio de hoy. En este año que iniciamos hemos de hacer nuestro propio camino con la dirección del Señor, buscar al Señor con decisión, dispuestos a seguirle y a llevar cabo su proyecto.

 

ORACIÓN

Precioso Jesús, gracias porque hoy nos revelas con tu presencia que el más bello es también el más humilde; el más santo es también el más cercano; el más sabio es también el más comprensible; el más puro es también el más amigable y el más acogedor. Tu grandeza no nos aplasta, sino que nos levanta y tu pureza no nos humilla, sino que nos limpia. Oh Señor ayúdanos a que el mundo entero comprendamos lo Hermoso que eres y lo que debemos reflejar los seres humanos pues fuimos creados a tu imagen y semejanza. Amén

 

“Déjate conducir por la fuerza del amor, ese que acepta a los demás con sus imperfecciones y sabe ver lo mejor que hay en su interior”

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