jueves, 1 de diciembre de 2016

Viernes 09 de Diciembre de 2016


“JESÚS NO DISCRIMINA”

PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 48,17-19

“Si hubieras atendido a mis mandatos”
Así dice el Señor, tu redentor, el Santo de Israel: "Yo, el Señor, tu Dios, te enseño para tu bien, te guío por el camino que sigues. Si hubieras atendido a mis mandatos, sería tu paz como un río, tu justicia como las olas del mar; tu progenie sería como arena, como sus granos, los vástagos de tus entrañas; tu nombre no sería aniquilado ni destruido ante mí." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Dios se queja de su pueblo. No hay sintonía. La dureza del hombre desconcierta al mismo hombre si reflexiona un poco sobre ella. Nos conmueve la palabra de Isaías. He aquí a un Dios que casi tiene que darle explicaciones a su pueblo. "Te instruyo por tu bien", dice el Señor, por si alguien no lo había entendido. El problema de nuevo es de sintonía: el bien que Dios quiere no es bien que el pueblo quiera. O tal vez estos bienes coinciden en el fondo, pero la obediencia a los mandatos, camino para el bien, no encuentra espacio en el corazón endurecido del pueblo.
Ahora bien, nosotros no podemos quedarnos contemplando el espectáculo de la desobediencia pasada. Es preciso que hoy y aquí creamos en la palabra del profeta: lo que Dios nos ordena nos lo ordena por nuestro bien. La gran mentira del enemigo es: "Dios no te ama, no se ocupa de ti"; la gran verdad revelada por Cristo es: "Dios te quiere a ti; eres importante para él". Y desde ese amor y desde esa importancia que tienes ante él, te ordena sus mandamientos.

SALMO RESPONSORIAL: 1
R./ El que te sigue, Señor, tendrá la luz de la vida.

Dichoso el hombre
 que no sigue el consejo de los impíos,
ni entra por la senda de los pecadores,
ni se sienta en la reunión de los cínicos;
sino que su gozo es la ley del Señor,
y medita su ley día y noche. R.

Será como un árbol
plantado al borde de la acequia:
da fruto en su sazón
y no se marchitan sus hojas;
y cuanto emprende tiene buen fin. R.

No así los impíos, no así;
serán paja que arrebata el viento.
Porque el Señor protege el camino de los justos,
pero el camino de los impíos acaba mal. R.

OREMOS CON EL SALMO
Este salmo, proclama la dicha de seguir fielmente la voluntad de Dios, manifestada para el Israelita en la Ley. Se contrapone a la suerte que tendrán los que siguen el camino opuesto. Jesús también proclama dichosos a los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen. Seguir     “el buen camino” es seguir a Jesús, camino, verdad y vida. 

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 11,16-19

“No escuchan ni a Juan ni al Hijo del hombre”
En aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "¿A quién se parece esta generación? Se parece a los niños sentados en la plaza, que gritan a otros: "Hemos tocado la flauta, y no habéis bailado; hemos cantado lamentaciones, y no habéis llorado." Porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: "Tiene un demonio." Vino el Hijo del hombre, que come y bebe, y dicen: "Ahí tenéis a un comilón y borracho, amigo de publicanos y pecadores." Pero los hechos dan razón a la sabiduría de Dios." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El evangelio está dedicado a una generación caprichosa, pasiva, aguafiestas, sorda y ciega frente a la Buena Nueva del Reino anunciado por Jesús. El evangelista hace una comparación de contraste entre el Bautista y Jesús. Juan, el último de los profetas, representa los tiempos de penitencia, de duelo y de arrepentimiento. Jesús representa los tiempos de la alegría, de la fiesta y de la plenitud del reino. El problema es que las generaciones de ayer y de hoy no tienen tiempo ni la atención suficiente para descubrir y asumir el proyecto de vida proclamado por Jesús. La propuesta de Jesús, que consiste en la edificación diaria de un mundo con vida plena y abundante, sigue siendo desconocido o disfrazado por proyectos políticos, económicos y sociales que atentan contra la vida humana y ecológica. Los cantos fúnebres ante la muerte por hambre, enfermedades curables, violencia y contaminación suelen tener más resonancia que las obras de alegría que gracias al compromiso de muchos devuelven la sonrisa y la esperanza al mundo de hoy. Convirtamos el tiempo de adviento en una ocasión especial para compartir la alegría del reino a nuestras familias y comunidades.

ORACIÓN
Ayúdanos Señor a cada vez más a entender tu Palabra, queremos saber qué nos hablas con los acontecimientos de cada día, de que nos conoces y no nos abandonas y caminas con nosotros. Que tu amor misericordioso en este tiempo de Adviento continúe trasformando nuestra vida y nos siga haciendo dóciles a tu voluntad  como María de Nazaret, ayúdanos a permanecer firmes en la fe y la esperanza de un mundo más justo y solidario. Amén.
“Nunca olvides que nadie está más interesado que Dios en tu bienestar”



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