jueves, 1 de diciembre de 2016

DICIEMBRE 2016

                   PAPÁ NOEL VERSUS JESÚS

El tiempo sigue transcurriendo cada vez más rápidamente, una vez más nos encontramos ya de nuevo con el final del año, y con el hermoso mes de Diciembre; época que nos trae muchos recuerdos buenos, y también algunos tristes del pasado; con sueños, triunfos, ilusiones y también frustraciones; en medio de un poco de bulla tumultos y una invitación a la alegría. El brillo de las decoraciones resplandecientes, el sonido de gozosos villancicos de Navidad, los niños felices y los alegres deseos de una “Feliz Navidad”, dan la impresión de que el mundo está contento de que Jesús haya venido a nuestro planeta. Pero eso realmente no es cierto, no lo es hoy y nunca lo fue.
Las noticias  del nacimiento de Cristo han evocado una reacción diferente. Por ejemplo los Magos venidos de Oriente le dieron una cálida bienvenida y le adoraron con gozo (Mateo 2,10-11), pero el rey Herodes se sintió perturbado, envidioso cuando escucho hablar de Él y trató de encontrar y matar al Niño Jesús (Mateo 3,4-16). Sin embargo, la multitud del pueblo, que era la gran mayoría de la gente,  no conocía la importancia de lo que había sucedido. Incluso hoy también, las multitudes se reúnen para honrar a Jesús y se regocijan en su salvación, muchos hacen el pesebre y rezan la novena, pero no conocen, no han experimentado verdaderamente al Salvador. Otros se quejan de los cánticos navideños que se escuchan en los centros comerciales y de la exhibición de imágenes del nacimiento del Señor en lugares públicos,  en cambio otros son apáticos, se limitan a seguir la corriente de la celebración o de la temporada por un compromiso social. Tal vez canten villancicos de Navidad pero nunca se preguntan quién es Jesús y para qué vino. No piensan en su necesidad de creer en Él y recibirlo como salvador.
¿En qué grupo estás tú y tu familia? ¿Estás tú entre los indiferentes? Ignorar a Cristo y sus afirmaciones es rechazarle. La Navidad siempre nos exige una decisión acerca de Cristo. Lo acepto y me comprometo con su propuesta de vida o lo rechazo definitivamente: “Si en  esta Navidad haces lugar para Cristo en tu corazón, Él desde ya hará para ti un lugar en el cielo”.

Es inevitable relacionar esta fecha de Navidad con el personaje tan simpático y alegre, con barba blanca, y  una gran barriga roja y su característico: “Jo,Jo,Jo”: Papa Noel. Este es el personaje más esperado por niños y grandes en la Navidad. ¿Pero realmente es Papá Noel lo que necesitamos?
En aquel pesebre de la primera Navidad Dios envió al mundo, lo que la mujer y el hombre realmente necesitaban,  porque Él conocía y conoce a todas sus criaturas, y quien nació en Belén no fue Papá Noel, sino un niño humilde que era el Niño Dios. Qué triste que los seres humanos hayamos sustituido al Dios Eterno hecho hombre, único e indispensable para nuestras vidas, por un místico personaje de dudosos comienzos o certeza en su historia. No hay ni punto de comparación entre estos dos personajes. Papá Noel vive en el Polo Norte, mientras Jesús está en todas partes. Papá Noel pasea en trineo, Jesús camina contigo. Papá Noel viene una vez al año, Jesús siempre está a tú lado. Papá Noel tiene que preguntarte: “¿Cómo te llamas?”, mientras que Jesús sabe tu nombre desde antes que nacieras, conoce tu pasado y tu futuro. Papá Noel reboza de salud, si, pero tiene su barriga llena de algodón, Jesús es delgado, hasta parece débil pero tiene su corazón lleno de amor. Papá Noel se ríe “Jo, Jo, Jo”, mientras Jesús sabe que a veces la risa no es lo que necesitas, sino ayuda, escucha, consuelo y esperanza. Los ayudantes de Papá Noel hacen juguetes (sociedad de consumo), mientras que Jesús hace nuevas todas las cosas, hasta tu vida. Jesús repara corazones y arregla hogares destrozados. Papá Noel te hace reír, Jesús te puede hacer volver a vivir. Si te portas bien, puede ser que Papá Noel te deje un regalo a los pies del árbol, Jesús sin importar como te comportes, hizo el regalo de su propia vida la cual ofrendó por ti a los pies de la cruz.

Por eso la invitación en esta Navidad es a renunciar a Papá Noel, a dejarlo a los comerciantes, pero nosotros los creyentes más bien disfrutemos el regalo de Dios, que es Cristo Jesús; apropiémonos de Él y de todas sus promesas de bendición; alegrémonos, gocémonos y celebremos a Jesús en lugar de festejar a Papá Noel.

“¿QUÉ PREFIERES EN ESTA NAVIDAD, REGALOS NUEVOS O UNA VIDA NUEVA?”

La Navidad es precedida por un tiempo de cuatro semanas llamado Adviento, que es como un camino de preparación para vivir en plenitud el gran acontecimiento que es la Navidad.
Podíamos resumir el objetivo del Adviento en tres acciones:
-          PREPARACIÓN
-          NUTRICIÓN
-          CONVERSIÓN

Estas acciones me llevan a vivir el significado concreto de la Navidad, que también lo vamos a resumir en tres acciones:
-          AMOR
-          RECONCILIACIÓN
-          MISIÓN

Damos gracias al Buen Dios, que en Jesús se ha encarnado, ha venido a la tierra y definitivamente se ha quedado con nosotros en Jesucristo el Señor.
Pensamos, deseamos  y hablamos para todos ustedes en esta nueva Navidad la mejor y más grande bendición para sus vidas y todas sus familias y proyectos para el nuevo año venidero.

Bendiciones en Cristo Jesús, la Navidad siempre presente. 

Roberto Zamudio


PROMESA BÍBLICA DEL MES

Hoy nos ha nacido en Belén, un Salvador, que es Cristo Jesús el Señor. 
Lucas 2,11

DÉCIMO SEGUNDO FRUTO DE LA 

MISERICORDIA:

“MISIÓN Y SERVICIO”

Misión y servicio, dos acciones tan dicientes e importantes para el quehacer de las personas seguidoras de Jesús y su propuesta de amor que se entrega por el bien del prójimo, para vivir el Reino del amor.
Comencemos por conocer que las palabras "misión" y "misionero" están entre las más repetidas y consagradas en nuestro vocabulario cristiano.  Se dice frecuentemente que "misión" significa llevar las buenas nuevas a otras culturas y naciones, en contraste con "la evangelización" entre quienes son de nuestra propia cultura y nación. Misión, así entendida, es por definición "trans-cultural", y "misionero" es alguien que va a otro país (antes en barco, ahora por avión), aprende otro idioma (el cual probablemente pronuncia mal), y realiza su ministerio en una cultura que no es la suya. Sin embargo, si buscamos los vocablos "misión" y "misionero" en nuestra concordancia, nos encontraremos una gran sorpresa: ¡ninguno de los dos términos son palabras bíblicas!  La única "misión" en toda la Biblia es la de Saúl, que consistía en matar a todos los amalecitas (1 Sam 15.18,20).  Aparte de ese pasaje, ni "misión" ni "misionero" aparece en todas las Escrituras.
El verbo Enviar
El lenguaje bíblico para nuestro tema parte más bien del verbo "enviar" y se utiliza para toda clase de tarea a la que Dios envía a sus siervos y siervas. El judaísmo tardío llamaba Shaliach al "enviado" (misionero, que en griego se traducía apóstolos).  En terminología estrictamente bíblica, deberíamos hablar del misionero como "enviado" y de la misión como "envío" o "apostolado". Con eso comenzaríamos a comprender que "la misión" es integral y mucho más amplia que aquello que hemos entendido como "misiones foráneas" o trans-culturales. Sorprendentemente, un análisis lingüístico del conjunto semántico de "enviar/enviado/envío", única terminología para la "misión" en el AT, muestra que nunca se usa en nuestro sentido moderno de ir a otros países a convertir a los extranjeros.
Es decir la misión o envío se hace aquí y ahora, donde nos encontremos, es integral y dirigida al mismo pueblo de Dios, sin excluir el ir a las naciones. El principal enviado por el padre fue el Señor Jesucristo quien a su vez envía a sus discípulos y discípulas para continuar su obra de proclamar el Reino de Dios desde el cambio interior, para hacer justicia y servicio al prójimo, sobre todo al más necesitado...
Veamos el sentido de la palabra servicio. Esta adopta dos significados opuestos en la Biblia, según designe la sumisión del hombre a Dios o la sujeción del hombre por el hombre bajo la forma de esclavitud. La historia de la salvación enseña que la liberación del hombre depende de su sumisión a Dios y que «servir a Dios es reinar», no ser esclavo (Bendición de los ramos).
Servir a Dios sirviendo a las personas
Jesús utiliza los términos de la ley y de los profetas para recordar que el servicio de Dios excluye cualquier otro culto y que en razón del amor que lo inspira debe ser integral. Puntualiza el nombre del rival que puede poner obstáculo a su servicio: el dinero, cuyo servicio hace al hombre injusto y cuyo amor dirá el Apóstol, haciendo eco del Maestro, que es un culto idolátrico. Es preciso escoger: “No se puede servir a dos señores ….No podéis  servir a Dios y al dinero”. Si se ama a uno, se odiará y se despreciará al otro. Por eso la renuncia a las riquezas es necesaria para quien quiera  seguir a Jesús, que es el siervo de Dios.
 El servicio de Jesús.
El Hijo muy amado, enviado por Dios para coronar la obra  de los servidores del antiguo testamento, viene a servir. Desde su infancia afirma que le reclaman los asuntos de su Padre. El desarrollo de su vida entera está bajo el signo de un «hay que», que expresa su necesaria dependencia de la voluntad del Padre; pero tras esta necesidad del servicio que lo lleva a la cruz revela Jesús el amor, único que le da su dignidad y su valor: «Es preciso que el mundo sepa que amo a mi Padre y que obro como me lo ha ordenado el Padre» (Jn 14,30). Sirviendo a Dios salva Jesús a los hombres reparando así su negativa de servir, y les revela cómo quiere ser servido el Padre: quiere que se consuman en el servicio de sus hermanos como Jesús mismo lo hizo, Jesús que es su señor y su maestro: «El Hijo del hombre no vino para ser servido, sino para servir y dar su vida» (Mc 10,45); «Yo os he dado ejemplo... El servidor no es mayor que el amo» (Jn 13,15 y siguientes); «Yo estoy en medio de vosotros como el que sirve» (Lv 22,27).
 La grandeza del servicio cristiano.
Las servidoras y los servidores de Cristo son en primer lugar los servidores de la Palabra, los enviados a anunciar el evangelio cumpliendo así un servicio sagrado, con toda humildad, y si es preciso “en lágrimas y en medio de las pruebas. En cuanto a los que sirven a la comunidad, como lo hacen en particular los diáconos, Pablo les enseña en qué condiciones  este servicio será digno del Señor. Cristianas y cristianos que ha aceptado a Dios en su corazón y sus vidas, han pasado del servicio del pecado y de la ley, que era esclavitud, al servicio de la justicia y de Cristo, que es la libertad. Se sirve  a Dios como hijos y no como esclavos, pues sirven en la novedad del Espíritu (Rom 7,6). La gracia, que los hizo pasar de la condición de servidores a la de amigos de Jesucristo, les da poder  servir tan fielmente a su Señor que están ciertos de participar en su gozo. 
Oración
Es  desde esta actitud que podemos sentirnos cristianos y cristianas  efectivos. No basta solo con orar y alabar, es necesario actúa. Por eso me gusta esta frase, que en algún momento de nuestro caminar comunitario nos llevo a reflexionar “La fe sin acción no Sirve”. Podemos tener grandes jornadas, participar en todos los encuentros espirituales, vigilias y demás, pero si esto no nos fortalece para el trabajo, el servicio y la toma de decisiones, no estamos respondiendo al modelo de Jesús, para ser efectivos en el envío y el servicio a nuestro prójimo.

Nos cabe ahora, luego de este compartir, reflexionar acerca de:
Ø  ¿Cómo estamos llevando la misión (envío) y servicio tanto personal como comunitariamente desde nuestras realidades de vida?
Ø  ¿Qué importancia tendrá orar los unos por los otros para ejercer el gran envío, cubiertos por la  comunidad?
Ø  Por qué será mejor ir de dos en dos?  .
Ø  Qué claves para nuestra oración nos deja estos dos frutos de la misericordia?

Algunas referencias bíblicas que nos ayudaran a interiorizar y continuar aprendiendo para la acción.
Is. 43.10-12,
Is. 42.6; 49 
Mt.4,10. 9,13
Mt. 16,21
Mt. 21,33
Lucas 1, 46-56



ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA
Inició de tu mano, Señor Jesús este día y último mes del año, te doy gracias, te alabo y te bendigo por todos los signos de amor misericordioso que se derraman en mi vida y en los míos. Gracias Señor por este nuevo mes y año que ya casi finaliza. Navidad es tiempo de reconciliación, por eso vengo a ti arrepentido, reconozco mi pecado, los errores que cometí este año y de todo corazón te pido perdón. Muéstrame tu misericordia a mí y a mi familia. Ven a todos nosotros y haznos nacer de la vida nueva de tu Espíritu. Escoge  hoy nuestro corazón,  como tú casa, tu nuevo pesebre dónde vas  a nacer y vas a morar. Por la acción de tu Espíritu infunde en mí y en los demás, sabiduría, fortaleza, paz y esperanza en medio de cualquier adversidad que estemos enfrentando. Inunda mi ser con el don de la paciencia, la comprensión y tolerancia y una generosidad sin límites, regálame en este nuevo Diciembre el fruto de la misericordia que es el servicio incondicional a los demás. Libérame de todo signo de egoísmo, vanidad, soberbia, que me roban tu paz. Que brille en mí la alegría de tu Espíritu. Hoy y siempre seas Bendito, Dulce Niño que en tu nacimiento nos enseñas como ser hombres y mujeres, familias y comunidades verdaderamente libres y felices según la voluntad del Padre Dios. Amén.

ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA

Dios de la Vida, Dios de la Eterna Navidad, al concluir este día, quizás en medio de mis cansancios o sinsabores, me atrevo a silenciar un poco mi vida, para en lo profundo de mi ser contemplarte con ternura y gozo, mi Dios, mi Salvador y mi todo; ahora que me preparo para ir al descanso, te pido que tu amor me inunde y que a través de tu bendición se dé un abrazo, tu abrazo, que me llena, me anima, me conforta y me hace sentir que en medio de la dificultad tú estás conmigo. Que a esta hora tu Espíritu de amor produzca en mi paz, alegría y esperanza; a través de este descanso, tu bendición continúe liberando y restaurando mi vida, dándome desde ya nuevas fuerzas y motivos para emprender la jornada del día de mañana. Gracias y bendito seas por todo lo vivido y compartido en este día y sobre todo en este año que casi termina. Gracias por este instrumento de bendición que tú me has regalado que es el “Día con la Palabra” gracias por todas las personas que hacen posible que mes tras mes nos llegue esta cartillita, que tanto nos edifica. Bendíceles y síguelas utilizando como medio de encuentro, conocimiento contigo y servicio a los demás. Gracias por todos los proyectos y sueños que se han hecho realidad en este año. Gracias también por aquellas tareas que aún quedan pendientes, dame  la insistencia y valentía para seguir en busca de la realización de esos proyectos. No ceses de inundarme con tu Espíritu de servicio, de misión a favor de nuestros hermanos. Te amo, mi Buen Señor Jesús, creo, confió y espero en ti. Gracias porque sé que en este momento a través de esta oración me escuchas. Amén.                                       

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