Los
Santos Inocentes
“LOS INOCENTES TAMBIÉN TIENEN VOZ”
Los días de la semana posterior a la Navidad conforman una
"octava" es decir, un conjunto de ocho días que prolongan la
meditación y la celebración de la fiesta mayor que les precede. En la
actualidad se conserva sólo dos octavas: la de Pascua y la de Navidad. En la
octava de Navidad no es tan fácil descubrir un hilo conductor, si vemos una
variedad de fiestas que la tradición de veinte siglos nos ha entregado para
estos días: San Esteban, San Juan Evangelista, y ahora los Santos Inocentes.
PRIMERA LECTURA
1JUAN 1,5-2,2
“La sangre de Jesús nos limpia los pecados”
Queridos hermanos: Os anunciamos el
mensaje que hemos oído a Jesucristo: Dios es luz sin tiniebla alguna. Si
decimos que estamos unidos a él, mientras vivimos en las tinieblas, mentimos
con palabras y obras. Pero, si vivimos en la luz, lo mismo que él está en la
luz, entonces estamos unidos unos con otros, y la sangre de su Hijo Jesús nos
limpia los pecados. Si decimos que no hemos pecado, nos engañamos y no somos
sinceros. Pero, si confesamos nuestros pecados, él, que es fiel y justo, nos
perdonará los pecados y nos limpiará de toda injusticia. Si decimos que no
hemos pecado, lo hacemos mentiroso y no poseemos su palabra. Hijos míos, os
escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que
abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por
nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo
entero. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Continuamos hoy la lectura de la primera carta de Juan. El
autor nos introduce en el primera gran tema de su exposición: En Jesucristo
Dios ha manifestado su luz, y todo aquel que crea en Él debe caminar en la luz,
es decir vivir en comunión con Dios, reconociendo que sólo por su poder podrá
pasar de las tinieblas a la luz. No se trata de entrar en estados de angustia o
complejos de culpa, sino de reconocer humildemente que tendemos al mal, a lo
fácil, a lo que no es de Dios. Nadie puede decir que no tiene pecado. Sería
engañarse a sí mismo e ir contra la luz. El Jesús de quien habla Juan es el que
ha venido en Navidad y, a la vez, el de la Cruz, el que con su sangre nos
purifica de todo pecado, no solo a nosotros, sino a todo el mundo. Él es quien
aboga ante el Padre por nosotros y nos fortalece para vivir en la luz.
La invitación de Juan es a que vivamos en coherencia con
nuestra fe en el amor de Dios, manifestado en Jesucristo, a través de una
conducta coherente, hecha de alegría y a la vez de seriedad exigente con
nosotros mismos. Porque el pecado no se puede conjugar con la luz. La luz, en
el lenguaje bíblico, es sinónimo de alegría, de vida, de verdad, de bondad, de
pureza. Lo contrario de todo esto son las tinieblas, es la oscuridad, o la
penumbra en la que a veces vivimos.
SALMO RESPONSORIAL: 123
R. /Hemos salvado la vida, como un pájaro
de la trampa del cazador.
Si el Señor no hubiera estado de nuestra parte,
cuando nos asaltaban los hombres,
nos habrían tragado vivos:
tanto ardía su ira contra nosotros. R.
Nos habrían arrollado las aguas,
llegándonos el torrente hasta el cuello;
nos habrían llegado hasta el cuello
las aguas espumantes. R.
La trampa se rompió, y escapamos.
Nuestro auxilio es el nombre del Señor,
que hizo el cielo y la tierra. R.
OREMOS
CON EL SALMO
En este canto de liberación, Israel agradece al
Señor que lo haya salvado de un gravísimo peligro. Varias imágenes se suceden
para describir vívidamente la seriedad de la amenaza: las aguas torrenciales,
las fieras a punto de devorar, la trampa del cazador, pero finalmente se
reconoce que estuvo la protección de Dios. Debemos proclamar con el salmista
que nuestro auxilio está en el nombre del Señor que hizo el cielo y la tierra.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 2,13-18
“Herodes mandó matar a todos los niños en
Belén”
Cuando se marcharon los magos, el
ángel del Señor se apareció en sueños a José y le dijo: "Levántate, coge
al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise,
porque Herodes va a buscar al niño para matarlo." José se levantó, cogió
al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto y se quedó hasta la muerte de
Herodes. Así se cumplió lo que dijo el Señor por el profeta: "Llamé a mi
hijo, para que saliera de Egipto." Al verse burlado por los magos, Herodes
montó en cólera y mandó matar a todos los niños de dos años para abajo, en
Belén y sus alrededores, calculando el tiempo por lo que había averiguado de
los magos. Entonces se cumplió el oráculo del profeta Jeremías: "Un grito
se oye en Ramá, llanto y lamentos grandes; es Raquel que llora por sus hijos, y
rehúsa el consuelo, porque ya no viven". Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El evangelio de Mateo hace referencia a la infancia de
Moisés en Egipto, donde el Faraón, por miedo a una rebelión de esclavos, manda
matar a todos los niños varones. “De Egipto llamé a mi hijo” es la expresión
que identifica a Jesús con el nuevo Moisés que vendrá para liberar al pueblo de
la esclavitud y la opresión. Es difícil decir a ciencia cierta si realmente
estos hechos narrados en el evangelio de hoy sucedieron, pero lo que sí es
cierto es que en tiempos en que se escribe el evangelio, y desde varios siglos
antes, muchos cristianos, tanto niños como mujeres y hombres, murieron a causa
de su fe. Mateo quiere dejar ver que el poder del imperio, la estructura injusta,
el anti-reino, quiere destruir a quien va a traer el reino de justicia, de
liberación y de vida, porque es una amenaza. Celebrar a los santos inocentes es
celebrar la memoria de nuestros hermanos que nos legaron con su vida y con su
sangre la esperanza en el reino de justicia y dignidad. Es ser conscientes hoy
de que las estructuras de poder continúan aún destruyendo y asesinando la vida
de personas inocentes que luchan por conseguir una vida digna y justa.
El evangelio no propone a las familias un modo para ser
exitoso (no parece un éxito en la vida tener que huir por la noche), no propone
caminos para llenarse de bienes (no deben tener muchos bienes quienes deben
dejar todo para salvar la vida), no propone soluciones estables, (no es muy
estabilizada la vida del que debe renunciar a sus hermosos proyectos, para
hacer realidad los de Dios). ¡No! El evangelio nos propone un camino de
felicidad, de alegría, de vida, pero que implica renuncias. Nos propone el
camino de dejarnos desestabilizar por Dios, de dejarnos despertar por su
palabra. Un camino que ya otros caminaron. Eso es lo que Dios tiene para
proponernos.
ORACIÓN
Bendito Padre, que podemos decirte hoy, ¿Qué más podemos darte?, ¿Qué
podemos hacer para engrandecer tu nombre ante los pueblos? Tú eres la mejor
melodía de nuestra canción, tú eres la razón y sentido de nuestro existir. Tú
eres el verdadero gozo de la Navidad. Por ti vale la pena seguir, luchar y
batallar hasta alcanzar la meta de la salvación. Llénanos del gozo que nos trae
tu Espíritu y permítenos actuar de acuerdo a lo que tú deseas de nosotros.
Amén.
“En
los niños descubrimos el rostro de la inocencia y el amor de Dios para la
humanidad”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Mensaje o Intercesión por: