jueves, 1 de diciembre de 2016

Sábado 17 de Diciembre de 2016

“JESUCRISTO PLENITUD DE LA REVELACIÓN”
PRIMERA LECTURA
GÉNESIS 49,1-2, 8-10

“No se apartará de Judá el cetro”

En aquellos días, Jacob llamó a sus hijos y les dijo: "Reuníos, que os voy a contar lo que os va a suceder en el futuro; agrupaos y escuchadme, hijos de Jacob, oíd a vuestro padre Israel: A ti, Judá, te alabarán tus hermanos, pondrás la mano sobre la cerviz de tus enemigos, se postrarán ante ti los hijos de tu padre. Judá es un león agazapado, has vuelto de hacer presa, hijo mío; se agacha y se tumba como león o como leona, ¿quién se atreve a desafiarlo? No se apartará de Judá el cetro, ni el bastón de mando de entre sus rodillas, hasta que venga aquel a quien está reservado, y le rindan homenaje los pueblos." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
El capítulo 49 del Génesis es un texto muy antiguo donde Jacob pronuncia las últimas palabras referentes a sus hijos. Entre los doce hijos hay uno que tiene la preeminencia; no es el primogénito que era Rubén, sino Judá, el cuarto. Es el heredero de las promesas. Ha vencido a sus enemigos y por eso sus hermanos le rinden pleitesía. Una familia de esa tribu será la escogida para regir a Israel, y dentro de ella una persona. Pero inclusive más allá de David, el texto apunta a un personaje especial: el Mesías.
Las llamadas “bendiciones de Jacob” son una colección de dichos, en principio independientes y de géneros literarios diversos: reprensiones, maldiciones, bendiciones, promesas, etc., sobre las tribus de Israel. Lo que más podría justificar el calificativo de “bendiciones” sería el hecho de que todo este conjunto se encuentra encajado actualmente en la narración sacerdotal sobre la última bendición o testamento de Jacob antes de morir.
La dimensión religiosa de estas “bendiciones” es muy poco entendible para el lector moderno, pero a los ojos de los israelitas que veían su historia bajo la guía y planificación de Dios era del todo evidente. Además, los destinos futuros de cada una de las tribus se consideran fruto de la palabra profética del patriarca, cuya eficacia igual que la de los profetas posteriores es incuestionable y va modelando la historia.

SALMO RESPONSORIAL: 71
R/Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente

Dios mío, confía tu juicio al rey,
tu justicia al hijo de reyes,
para que rija a tu pueblo con justicia,
a tus humildes con rectitud. R.

Que los montes traigan paz,
y los collados justicia;
 que él defienda a los humildes del pueblo,
socorra a los hijos del pobre. R.

Que en sus días florezca la justicia
y la paz hasta que falte la luna;
que domine de mar a mar,
del Gran Río al confín de la tierra. R.

Que su nombre sea eterno,
y su fama dure como el sol;
que él sea la bendición de todos los pueblos,
y lo proclamen dichoso todas las razas de la tierra. R.

OREMOS CON EL SALMO
El salmista apela a su larga experiencia de anciano para expresar, en medio de la aflicción, su confianza inalterable en la ayuda del Señor, Él quiere dejar un testimonio de la gracia de Dios a las generaciones venideras. La comunidad discipular en su oración también recurre a la memoria del pasado, expresa en el presente su fe y su confianza, y apoyada en la esperanza tiende la mirada hacia la consumación definitiva del Reino de Dios.  


LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 1,1-17

“Genealogía de Jesucristo, hijo de David”

Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abrahán. Abrahán engendró a Isaac, Isaac a Jacob, Jacob a Judá y a sus hermanos. Judá engendró, de Tamar, a Farés y a Zará, Farés a Esrón, Esrón a Aram, Aram a Aminadab, Aminadab a Naasón, Naasón a Salmón, Salmón engendró, de Rahab, a Booz; Booz engendró, de Rut, a Obed; Obed a Jesé, Jesé engendró a David, el rey.
David, de la mujer de Urías, engendró a Salomón, Salomón a Roboam, Roboam a Abías, Abías a Asaf, Asaf a Josafat, Josafat a Joram, Joram a Ozías, Ozías a Joatán, Joatán a Acaz, Acaz a Ezequías, Ezequías engendró a Manasés, Manasés a Amós, Amós a Josías; Josías engendró a Jeconías y a sus hermanos, cuando el destierro de Babilonia. Después del destierro de Babilonia, Jeconías engendró a Salatiel, Salatiel a Zorobabel, Zorobabel a Abiud, Abiud a Eliaquín, Eliaquín a Azor, Azor a Sadoc, Sadoc a Aquim, Aquim a Eliud, Eliud a Eleazar, Eleazar a Matán, Matán a Jacob; y Jacob engendró a José, el esposo de María, de la cual nació Jesús, llamado Cristo. Así, las generaciones desde Abrahán a David fueron en total catorce; desde David hasta la deportación a Babilonia, catorce; y desde la deportación a Babilonia hasta el Mesías, catorce. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Durante estos días cobra mayor fuerza y carácter festivo la preparación de la celebración navideña en la mayoría de familias y comunidades cristianas. Litúrgicamente, hoy comienzan a leerse en la celebración eucarística los relatos de infancia, entrelazando las narraciones de Mateo y de Lucas. Mateo comienza su evangelio con el árbol genealógico de Jesús, organizándolo en tres grupos: los patriarcas, que corresponden a los primeros catorce nombres; los reyes de Israel, los siguientes catorce nombres; y los antepasados desconocidos que son los últimos catorce nombres. La genealogía tiene varias intenciones. Mostrar a Jesús como descendiente de la casa de David. Indicar que Jesús, el Mesías esperado, no es un extraterrestre o alguien caído del cielo, es alguien que se encarna en una tierra, una historia y una cultura concreta: Israel. Reiterar que los caminos de Dios tienen sus particularidades. Los nombres de la genealogía no son en general de las familias más piadosas y “puras” de Israel. Por ejemplo, aparecen cuatro mujeres, quienes no tienen la mejor reputación, Rut es una mujer buena pero es extranjera, Raab es una prostituta de buen corazón, Tamar engaña a su suegro para tener un hijo y Betsabé comete adulterio con David. Es una descendencia que se mueve entre la santidad y el pecado. Queda claro que Dios, en la propuesta del reino, cuenta con las fortalezas y debilidades de todos. El reino es siempre incluyente, solidario y encarnado en la historia y la cultura de cada pueblo. Si con Abrahán comenzó el Israel étnico, con Jesús comienza el Israel universal, que incluye a toda la humanidad. ¿Me siento parte de la familia de Jesús? 
  
ORACIÓN
Señor, sabemos que muchas veces no nos comportamos a la altura de nuestra dignidad, como hijos(as) tuyos(as), con frecuencia nos  apartamos  de ti, pero hoy aún así, tu quieres que seamos parte de tu proyecto familiar y comunitario;  ayúdanos Señor, necesitamos hoy de ti, regálanos tu Espíritu, danos tu sabiduría para ser honestos contigo, con nosotros mismos y con los demás. Amén.
“El Reino de Dios es para quienes lo acogen con sincero corazón y creen en sus promesas”


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