jueves, 1 de diciembre de 2016

Miércoles 14 de Diciembre de 2016


“JESÚS EL MESÍAS DE LA MISERICORDIA

PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 45,6-25

“Cielos, destilad el rocío”
"Yo soy el Señor y no hay otro: artífice de la luz, creador de las tinieblas, autor de la paz, creador de la desgracia; yo, el Señor, hago todo esto. Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad la victoria; ábrase la tierra y brote la salvación, y con ella germine la justicia; yo, el Señor, lo he creado." Así dice el Señor, creador del cielo _él es Dios_, él modeló la tierra, la fabricó y la afianzó; no la creó vacía, sino que la formó habitable: "Yo soy el Señor, y no hay otro. No hay otro Dios fuera de mí. Yo soy un Dios justo y salvador, y no hay ninguno más. Volveos hacia mí para salvaros, confines de la tierra, pues yo soy Dios, y no hay otro. Yo juro por mi nombre, de mi boca sale una sentencia, una palabra irrevocable: "Ante mí se doblará toda rodilla, por mí jurará toda lengua"; dirán: "Sólo el Señor tiene la justicia y el poder". A él vendrán avergonzados los que se enardecían contra él; con el Señor triunfará y se gloriará la estirpe de Israel." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Para nuestros oídos acostumbrados a oír de la bondad de Dios puede resultar extraño y casi  escandaloso lo que hemos escuchado hoy: "Yo soy el artífice de la luz y el creador de las tinieblas, el autor de la felicidad y el hacedor de la desgracia; yo, el Señor, hago todo esto." La pregunta es si puede confiarse en un Dios del que salen tanto cosas buenas como malas. Pero el sentido del texto no es que estemos bajo el imperio del capricho de un Dios que, porque lo puede todo, no admite reclamo. El sentido es más bien: "No vale que busques en las tinieblas un dios distinto de mí, ni vale que en horas de desgracia te apartes de mí." En efecto, este Dios, que es único y que no admite comparación, no nos invita a una apuesta a ciegas sino que dice a pocos renglones de la frase ya citada: "Fuera de mí no hay otro Dios. Soy un Dios justo y salvador y no hay otro fuera de mí. Vuélvanse a mí y serán salvados, pueblos todos de la tierra, porque yo soy Dios y no hay otro." En donde comprendemos dos cosas: que su soberanía no se detiene porque haya ratos de oscuridad o calamidades dolorosas, y que su plan final a favor de nosotros y de todos los pueblos es salvación y sólo salvación.
SALMO RESPONSORIAL: 84
R. / Cielos, destilad el rocío; nubes, derramad al Justo.

Voy a escuchar lo que dice el Señor:
 "Dios anuncia la paz
 a su pueblo y a sus amigos."
 La salvación está ya cerca de sus fieles,
y la gloria habitará en nuestra tierra. R.

La misericordia y la fidelidad se encuentran,
la justicia y la paz se besan;
 la fidelidad brota de la tierra,
 y la justicia mira desde el cielo. R.

El Señor nos dará la lluvia,
 y nuestra tierra dará su fruto.
 La justicia marchará ante él,
 la salvación seguirá sus pasos. R.

OREMOS CON EL SALMO
La experiencia del poder salvador de Dios en la historia de Israel, permite al salmista pedir a Dios continúe y lleve a término esa acción salvadora. Su acción garantiza al pueblo la paz y la libertad. Esa experiencia se plenifica en el acto liberador por excelencia realizado por Dios en la muerte y resurrección de Jesús. La justicia liberadora de Dios ofrece la paz a toda la humanidad.   

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 7,19-23

“Anunciad a Juan lo que habéis visto y oído”
En aquel tiempo, Juan envió a dos de sus discípulos a preguntar al Señor: "¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?" Los hombres se presentaron a Jesús y le dijeron: "Juan, el Bautista nos ha mandado a preguntarte: "¿Eres tú el que ha de venir, o tenemos que esperar a otro?". Y en aquella ocasión Jesús curó a muchos de enfermedades, achaques y malos espíritus, y a muchos ciegos les otorgó la vista. Después contestó a los enviados: "Id a anunciar a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los inválidos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncia el Evangelio. Y dichoso el que no se escandalice de mí." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El evangelio refleja la confusión que existía entre la gente acerca de si era Juan o Jesús el Mesías. Los evangelistas quieren dejar claro el papel de Juan como precursor y heraldo del evangelio. Juan el Bautista se encuentra en la cárcel a “causa de la Palabra de Dios y del testimonio de Jesús”. Desde la cárcel, Juan manifiesta que él no es el Mesías, pero también está preocupado por las noticias contradictorias que los poderosos han ido divulgando sobre Jesús. Al preguntar acerca de la veracidad del mesianismo de Jesús, los discípulos de Juan reciben una respuesta eminentemente profética; toda ella construida a partir de expresiones recogidas del profeta Isaías. En síntesis, no son las palabras sino las obras las que responden por Jesús. La respuesta le permite a Jesús señalar el nuevo perfil de Mesías que él representa. El modelo monárquico, aristocrático, guerrero, vengativo, es cambiado por un Mesías, (Redentor) que rescata a los excluidos de la sociedad por razones de salud, pobreza, impureza o pecado. Jesús proclama bienaventurado a quien entiende correctamente su misión. Durante este día de Adviento meditemos la frase final del evangelio: “Dichoso el que no tropieza por mi causa”. 
ORACIÓN
Buen Jesús derrama en este día, sobre todo en nosotros la salvación que esperamos, la que verdaderamente necesitamos, que brote de la tierra a través del encuentro hoy con tu Bendita Palabra, signos de esperanza, alimentados y fortalecidos siempre con tu Espíritu. Amén.
“Jesús inserta su misericordia en nuestra miseria, respetando nuestra libertad”

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: