jueves, 1 de diciembre de 2016

Domingo 11 de Diciembre de 2016

“CONTAGIAR DE ALEGRÍA”

La primera y la segunda lectura de hoy, del profeta Isaías y del apóstol Santiago, coinciden en el mensaje: merece la pena esperar, hay que esperar, debemos esperar, porque viene nuestro Dios, él mismo viene en persona, y trae el desquite... Hay que tener paciencia, porque es inminente su llegada, ya está a la puerta....

PRIMERA LECTURA
ISAÍAS 35,1-6A.10

“Dios viene en persona y os salvará”
El desierto y el yermo se regocijarán, se alegrarán el páramo y la estepa, florecerá como flor de narciso, se alegrará con gozo y alegría. Tiene la gloria del Líbano, la belleza del Carmelo y del Sarón. Ellos verán la gloria del Señor, la belleza de nuestro Dios. Fortaleced las manos débiles, robusteced las rodillas vacilantes; decid a los cobardes de corazón: "Sed fuertes, no temáis. Mirad a vuestro Dios, que trae el desquite; viene en persona, resarcirá y os salvará." Se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán, saltará como un ciervo el cojo, la lengua del mudo cantará. Volverán los rescatados del Señor, vendrán a Sión con cánticos: en cabeza, alegría perpetua; siguiéndolos, gozo y alegría. Pena y aflicción se alejarán. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
El tono de este tercer domingo de Adviento es de muy grande consuelo y de especial alegría. De hecho, es conocido como el domingo del "alegraos". El Adviento es un ejercicio de esperanza, una mirada hacia el futuro, y en ese sentido, supone el esfuerzo de ver más allá del presente. La primera gran nota de alegría en este domingo la da Isaías, el gran profeta del Adviento cristiano. Se resume en la expresión imponente: "Dios viene en persona." Esto se cumplió a la letra en el Nacimiento de Cristo, en su vida cargada de frutos de amor y sobre todo en su Pasión redentora y gloriosa Resurrección. El vendrá y va a fortalecer nuestras manos débiles que menciona el profeta que representan desaliento para la acción, nuestras rodillas vacilantes ( que significan no tener claro el camino y el estilo de vida), los corazones cobardes (que representan la incapacidad para amar  actuar con pasión en las cosas de Dios), despegará los ojos ciegos ( los que no ven las acciones de Dios), los oídos sordos abrirá (aquí es la debilidad para escuchar su Palabra) y la lengua muda cantará (que es el miedo para hablar de Dios y contar sus acciones), nos robustecerá, nos llenará de energía y fuerza, sanará y llenará de alegría y gozo nuestra vida, para que podamos experimentar su salvación y proclamar sus maravillas.
Subrayemos lo que se nos está anunciando, porque no hay otro anuncio igual en otras religiones o filosofías: he aquí a un Dios que, sin necesitarnos, nos busca, y sin ganancia para él ofrece a su Hijo por salvarnos. ¿Tiene el Dalai Lama algo semejante para contarnos? ¿Soñó Marx algo parecido? ¿Mahoma creyó posible algo así? Por eso preparémonos y celebremos su venida en esta Navidad.
SALMO RESPONSORIAL: 145
R./ Ven, Señor, a salvarnos.

El Señor mantiene su fidelidad perpetuamente,
hace justicia a los oprimidos,
da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.

El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R.

Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R.

OREMOS CON EL SALMO
La alabanza expresada en este Salmo se fundamenta en el poder creador del Señor y en su bondad para con los pobres y oprimidos. Los motivos para alabar a Dios están precedidos de una exhortación sapiencial y de una “bienaventuranza”. El salmista invita a los fieles a no confiar en los poderosos, porque de ellos no puede venir la salvación. Proclama la felicidad de los que confían en el Señor.
SEGUNDA LECTURA
SANTIAGO 5,7-10

“Manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca”
Tened paciencia, hermanos, hasta la venida del Señor. El labrador aguarda paciente el fruto valioso de la tierra, mientras recibe la lluvia temprana y tardía. Tened paciencia también vosotros, manteneos firmes, porque la venida del Señor está cerca. No os quejéis, hermanos, unos de otros, para no ser condenados. Mirad que el juez está ya a la puerta. Tomad, hermanos, como ejemplo de sufrimiento y de paciencia a los profetas, que hablaron en nombre del Señor. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La segunda lectura, del apóstol Santiago, invita a la alegría también en un tono distinto, más discreto, si se quiere. Su frase de hoy es: "mantengan firme el ánimo, porque la venida del Señor está cerca." Y para darle firmeza a nuestro ánimo nos invita a mirar la obra de la lluvia en los campos. Cada gota parece insignificante e incluso una solo aguacero es del todo insuficiente, pero la sucesión de lluvias logra el milagro de la cosecha. Saber valorar las gotas humildes y las lluvias breves; saber confiar en lo que sucede en el secreto de la tierra, más allá de lo que ven nuestros ojos: algo así es el Adviento, algo así es la vida humana misma.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 11,2-11

“¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?”
En aquel tiempo, Juan, que había oído en la cárcel las obras del Mesías, le mandó a preguntar por medio de sus discípulos: "¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?" Jesús les respondió: "Id a anunciar a Juan lo que estáis viendo y oyendo: los ciegos ven, y los inválidos andan; los leprosos quedan limpios, y los sordos oyen; los muertos resucitan, y a los pobres se les anuncia el Evangelio. ¡Y dichoso el que no se escandalice de mí!". Al irse ellos, Jesús se puso a hablar a la gente sobre Juan: "¿Qué salisteis a contemplar en el desierto, una caña sacudida por el viento? ¿O qué fuisteis a ver, un hombre vestido con lujo? Los que visten con lujo habitan en los palacios. Entonces, ¿a qué salisteis?, ¿a ver a un profeta? Sí, os digo, y más que profeta; él es de quien está escrito: "Yo envío mi mensajero delante de ti, para que prepare el camino ante ti." Os aseguro que no ha nacido de mujer uno más grande que Juan, el Bautista; aunque el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él."  Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En el evangelio de hoy Mateo y su comunidad nos invitan al igual que en la primera lectura de Isaías a vivir en la esperanza. La respuesta a los discípulos de Juan expresa el centro de su misión: El Reino a favor de los ciegos, los cojos, los leprosos, los sordos, etc.; Reino que está a favor de la vida, de los pobres y excluidos. Mateo hace referencia al Antiguo Testamento: “Mira yo envió por delante a mi mensajero, para que prepare el camino (Ex 23,20) para referirse a Juan el Bautista, el mensajero enviado para preparar el camino del Mesías. El anuncio de Juan se está cumpliendo con la llegada de Jesús; el cambio de vida es real. Y este cambio es la preparación para esa venida; un cambio que comienza a partir del corazón y la mente (Alma o interioridad del ser); un cambio que exige la defensa de la vida, la justicia y al dignidad. Juan y Jesús tienen una preocupación por la vida de las personas y un compromiso para la transformación de la sociedad. Sólo es posible construir la nueva justicia de Dios donde se puede ver y sentir el sufrimiento de cada mujer y hombre. Por eso Jesús envía a los discípulos de Juan a ser testigos de lo que ven y oyen: Que la Buena Noticia ha llegado para los pobres y excluidos de la sociedad, y que Dios está a favor suyo. Preparémonos en este tiempo de Adviento para asumir día a día con la palabra la Buena Nueva que nos trae Jesús con su venida; Buena Nueva a favor de aquellos que no son nada, que son sólo estorbo para esta sociedad capitalista, mercantilista y de consumo; y preguntémonos hoy de qué manera en mi familia, en mi pequeña comunidad, en mi trabajo, en mi estudio, estoy haciendo posible con hechos concretos la Buena Nueva de esperanza y bendición a favor de los más débiles.

El  evangelio de Mateo  de hoy se nos presenta como la llamada «prueba mesiánica». Juan el Bautista desde la cárcel manda emisarios para preguntarle a Jesús si es él el esperado o si deben esperar a otro. Jesús no responde con  citas bíblicas, ni dogmas, ni doctrinas, sino que se remite a los hechos (los ciegos ven, los inválidos andan,  a los pobres se les anuncia el Evangelio, la Buena Noticia) Estos «hechos», estas buenas noticias, son la prueba de identidad del Mesías. Y serán,la prueba de identidad de quienes sigan al Mesías, al Xristós, o sea, los «cristianos». Sólo si nuestra vida produce esos mismos hechos, sólo si somos «buena noticia para los pobres», sólo entonces estaremos siendo seguidores de aquel Mesías,  o sea «verdaderos cristianos».

ORACIÓN
Ven, Señor Jesús, y alegra nuestro corazón con tu presencia y con tu amor. Tú nos conoces bien y puedes en esta nueva Navidad sanar las heridas y llenar los vacíos de nuestro corazón y fortalecer nuestras acciones. Te esperamos con alegría, te ansiamos con amor y queremos ser verdaderos cristianos, seguidores tuyos, que anuncian a los hermanos, sobre todo a los más débiles y excluidos,  la Buena Noticia de tu venida y la alegría de tu amor. Amén.


“La alegría que nace en el fondo del corazón  se transmite con amor”

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: