“LOS DOS MARES”
En
Palestina hay dos mares formados y alimentados por el mismo río, el río Jordán.
Uno de esos mares es de agua dulce, el mar de Galilea. Es rico en peces, sus
orillas están repletas de toda clase de árboles, flores, fauna y familias que
subsisten gracias a su fertilidad. El
mismo río Jordán abastece a otro mar cercano al de Galilea cuyas
características son muy diferentes. Allí el agua es de una concentración salina
muy elevada que hace imposible cualquier tipo de vida marina. Ni peces, ni siquiera algas, mucho menos bosques y flores en sus orillas. Todo es estéril,
todo está muerto, tan muerto como su nombre, mar Muerto.
¿Qué
diferencia hay entre el mar de Galilea y el mar Muerto si ambos tienen su
origen en las aguas del mismo rio Jordán?, y si ambos tienen el mismo lecho
marino, y son calentados por el mismo sol?. La diferencia la hace un detalle.
El primero, es decir el de Galilea, así como recibe el agua, al mismo tiempo la
da, la entrega, formando a su paso más ríos; en cambio el segundo, es decir el
mar Muerto recibe y recibe y nunca da, no entrega. Sus aguas están confinadas a
una gran laguna sin salida natural y al ser evaporadas por el sol aumentan su
concentración salina matando toda forma de vida.
En este
el mes de la Biblia, y el mes en que la sociedad de consumo habla y celebra “El
amor y la amistad”, valdría la pena que nos cuestionáramos e hiciéramos una
reflexión, al igual que el mar de Galilea todos los seres humanos fuimos
creados para recibir y para dar; pero en
la medida que nos enfrasquemos mas en nuestro egoísmo, en nuestros asuntos,
mataremos lentamente todo lo que entre en contacto con nuestro estilo de vida
egoísta. Erróneamente pensamos que la felicidad se alcanza consiguiendo y
acumulando cada vez más, conquistando más, ganando más, sintiéndome cada vez
más satisfecho, cuando en realidad este estilo de vida no produce otra cosa que
no sea insatisfacción y esterilidad como el mar Muerto. En este nuevo mes, el
mes de la Biblia, Jesús es el agua dulce que entra al mar Muerto de tu
vida y la mía y nos transforma en
manantiales de agua viva. El dijo: “El que
cree en mi, de su interior correrán ríos de agua viva”. Sal de tu estancamiento
espiritual y asómbrate con el milagro de vida eterna que Él hoy te ofrece.
No te
conformes con seguir siendo mar muerto.
Anhela y decídete ser un nuevo mar de Galilea que recibe vida y comparte
vida. Recibe bendición y entrega bendición.
MEJOR
ES DAR QUE RECIBIR
Bendiciones
para este nuevo mes en tu vida y tus proyectos, tu familia y pequeña comunidad.
Roberto
Zamudio
PROMESA BÍBLICA DEL MES
“El que cree en mí, de su
interior correrán ríos de agua viva”. Juan 4,14
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