“LLAMADOS(AS)
A PRODUCIR FRUTOS DE JUSTICIA Y BIENESTAR”
PRIMERA
LECTURA
1PEDRO 4,7-13
“Sed buenos administradores de la múltiple gracia
de Dios”
Queridos
hermanos: El fin de todas las cosas está cercano. Sed, pues, moderados y
sobrios, para poder orar. Ante todo, mantened en tensión el amor mutuo, porque
el amor cubre la multitud de los pecados. Ofreceos mutuamente hospitalidad, sin
protestar. Que cada uno, con el don que ha recibido, se ponga al servicio de
los demás, como buenos administradores de la múltiple gracia de Dios. El que
toma la palabra, que hable palabra de Dios. El que se dedica al servicio, que
lo haga en virtud del encargo recibido de Dios. Así, Dios será glorificado en
todo, por medio de Jesucristo, a quien corresponden la gloria y el poder por
los siglos de los siglos. Amén.
Queridos
hermanos, no os extrañéis de ese fuego abrasador que os pone a prueba, como si
os sucediera algo extraordinario. Estad alegres cuando compartís los
padecimientos de Cristo, para que, cuando se manifieste su gloria, reboséis de
gozo. Palabra del Señor
REFLEXIÓN
La palabra "gracia" está relacionada, en su lengua griega
original, con la palabra "carisma," que significa “regalo”. El amor
"por gracia" es también un amor regalado. En ese sentido, un seguidor
de Cristo es aquel que se sabe amado más allá de todos los méritos, de todas
las razones e incluso, amado más allá de lo razonable.
Desde esa abundancia de amor y de certeza de ser amados se estructuran
todas las relaciones con nuestro prójimo: no es por deber, ni por la urgencia
de lograr igualdad, ni la necesidad de obtener unos resultados sino la prisa
por amar, amar desinteresadamente, amar como nos ama Dios. Exactamente lo
opuesto de lo que sucede en la mentalidad del mundo, para la cual esperar y
exigir el propio provecho es lo "obvio," lo "estándar," lo
esperable.
Pedro añade otra razón a nuestro amar al otro: el final del mundo
presente. Desde su óptica, los bienes y las cosas que pasan pueden servirnos
para transmitir un bien que dura, pueden transmitir un mensaje eterno. Ser
cristiano, desde esta perspectiva, es asunto de un buena administración, y
saber administrar es adquirir lo eterno a precio de lo pasajero.
Salmo responsorial: 95
R/Llega el Señor a regir la tierra.
Decid a
los pueblos: "El Señor es rey,
él afianzó el orbe, y no se moverá;
él gobierna a los pueblos rectamente." R.
Alégrese
el cielo, goce la tierra,
retumbe el mar y cuanto lo llena;
vitoreen los campos y cuanto hay en ellos,
aclamen los árboles del bosque. R.
Delante
del Señor, que ya llega,
ya
llega a regir la tierra:
regirá el orbe con justicia
y los pueblos con fidelidad. R.
OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
La proclamación
de la realeza del Señor es asociada en este himno a dos acontecimientos
decisivos de su obra salvífica: la creación y el juicio (v. 10). La primera
establece en la naturaleza el orden querido por Dios (Gn. 1. 31); el segundo
restablece en la historia el orden quebrantado por la injusticia. Por eso, no
sólo los hombres (vs. 1-10), sino todos los seres creados (vs. 11-12) son
invitados a celebrar jubilosamente la llegada del Señor, que viene a instaurar
definitivamente su justicia
LECTURA
DEL EVANGELIO
Marcos 11,11-26
“Mi casa se llamará casa de oración para todos los
pueblos. Tened fe en Dios”
Después
que la muchedumbre lo hubo aclamado, entró Jesús en Jerusalén, derecho hasta el
templo, lo estuvo observando todo y, como era ya tarde, se marchó a Betania con
los Doce. Al día siguiente, cuando salió de Betania, sintió hambre. Vio de
lejos una higuera con hojas y se acercó para ver si encontraba algo; al llegar
no encontró más que hojas, porque no era tiempo de higos. Entonces le dijo: "Nunca
jamás como nadie de ti." Los discípulos lo oyeron.
Llegaron
a Jerusalén, entró en el templo y se puso a echar a los que traficaban allí,
volcando las mesas de los cambistas y los puestos de los que vendían palomas. Y
no consentía a nadie transportar objetos por el templo. Y los instruía,
diciendo: "¿No está escrito: "Mi casa se llamará casa de oración para
todos los pueblo"? Vosotros, en cambio, la habéis convertido en cueva de
bandidos." Se enteraron los sumos sacerdotes y los escribas y, como le tenían
miedo, porque todo el mundo estaba asombrado de su doctrina, buscaban una
manera de acabar con él. Cuando atardeció, salieron de la ciudad. A la mañana
siguiente, al pasar, vieron la higuera seca de raíz. Pedro cayó en la cuenta y
dijo a Jesús: "Maestro, mira, la higuera que maldijiste se ha
secado." Jesús contestó: "Tened fe en Dios. Os aseguro que si uno
dice a este monte: "Quítate de ahí y tírate al mar", no con dudas,
sino con fe en que sucederá lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo:
Cualquier cosa que pidáis en la oración, creed que os la han concedido, y la
obtendréis. Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros,
para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Todos nosotros
esperamos algún tipo de signo cuando queremos tomar una decisión importante.
Jesús acude al templo en compañía de sus discípulos y observa atentamente.
Encuentra el signo en los días siguientes al fijarse en la higuera y al mirar a
la gente que permanece en los alrededores del Templo. De la higuera percibe que
no satisface las expectativas de los pasantes, que se emocionan al ver la
abundancia de hojas, pero que no encuentran ningún fruto en ella. Pasa algo
similar con el Templo, es un edificio enorme y hermoso, pero los frutos de
oración y de acogida nunca se producen. Y encontramos como hay un
conflicto entre Jesús y el Templo; entre Jesús y la estructura
religiosa. Jesús intenta purificar el lugar donde tradicionalmente se ha dicho
que Dios está presente y quiere devolverle al Templo su pureza primitiva. El
templo, según la mirada de Jesús, es un lugar donde se ha de expresar la mayor
universalidad. Jesús es consciente que el templo ya no responde a su
originalidad, por eso suscita la cólera de Dios siendo destruido, más adelante como
nos lo dirá el Evangelio. El tempo se ha convertido en sólo un mercado del que se benefician muy pocos y
en el que la mayor parte de los que allí acuden con fe y esperanza sólo son
explotados y excluidos. Jesús encuentra allí el signo de los tiempos: tanto el
Templo de Jerusalén como la higuera impresionan con su decorado, pero no con
sus frutos. La expulsión de los vendedores es el signo contrario a la exclusión,
y nos muestra el sentido de apertura y universalidad que constituye la vocación
original del Templo de Jerusalén. El descontento que expresa Jesús con la
manera como se ha entendido la religión y la forma como se práctica, provoca a las autoridades y desencadenará su
muerte.
Reflexionemos nosotros
ahora en nuestra realidad, como a veces también queremos ceremonias vistosas y elegantes, pero debemos
preguntarnos si nos conducen a una auténtica vida cristiana, ¿Nos llevan a
encontrar la verdadera esencia, o nos llevan a esterilidad, y experiencias superfluas
que nos desvían de dar fruto?.
Preguntémonos
también en
la manera de vivir nuestra experiencia de fe, y nuestra relación con el Templo
como lugar sagrado: ¿Cómo entendemos la oración? ¿Cómo entendemos el Templo? ¿Cómo
entendemos nuestra experiencia de fe?
ORACIÓN
Amado Dios en este
día cantamos y nos gozamos en el Espíritu
porque tu Palabra nos lleva a reconocer que nos enseñas a dar fruto con
acciones de bendición hacia nuestro prójimo. Ayúdanos por favor a no vivir de
experiencias superfluas, materiales, a construir templos de piedra, sin
sentido, donde se excluye y se discrimina y se olvida la verdadera esencia de
tu Reino; sino más bien a hacer de
nuestro corazón, de nuestras familias, de nuestras comunidades,
verdaderos templos donde Tú habites y
reines. Amén
“Los seguidores de
Cristo deben ser signos de la presencia de Dios, con mentalidad incluyente,
universal, respetuosa de las diferencias”
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