domingo, 1 de mayo de 2016

Lunes 23 de Mayo de 2016


“LIBERTAD Y AMOR EN EL SEGUIMIENTO DE CRISTO”


PRIMERA LECTURA
1PEDRO 1,3-9

No habéis visto a Jesucristo, y lo amáis; creéis en él, y os alegráis con un gozo inefable
Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que en su gran misericordia, por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos, nos ha hecho nacer de nuevo para una esperanza viva, para una herencia incorruptible, pura, imperecedera, que os está reservada en el cielo. La fuerza de Dios nos custodia en la fe para la salvación que aguarda a manifestarse en el momento final. Alegraos de ello, aunque de momento tengáis que sufrir un poco, en pruebas diversas: así la comprobación de vuestra fe -de más precio que el oro, que, aunque perecedero, lo aquilatan al fuego- llegará a ser alabanza y gloria y honor cuando se manifieste Jesucristo. No habéis visto a Jesucristo, y lo amáis; no lo veis, y creéis en él; y os alegráis con un gozo inefable y transfigurado, alcanzando así la meta de vuestra fe: vuestra propia salvación. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Iniciamos este tiempo con la primera  carta de San Pedro,  la cual tiene la estructura de una enseñanza para la gente que acaba de empezar una vida cristiana, para los recién nacidos en la fe,  pero también está dirigida  para nosotros mismos que también acabamos de tener una nueva experiencia en Pentecostés, nuestro renacimiento a la fe, con un nuevo entusiasmo, con un nuevo aire. El apóstol Pedro en esta introducción nos habla de 5 cimientos fundamentales en nuestro renacer de la vida cristiana:   la misericordia de Dios,  la Resurrección de Jesús, la Vida Nueva,  la Esperanza viva y  la fuerza de Dios  que nos custodia en la fe.
La misericordia de  Dios, se refiere a la generosidad de Dios para con nosotros, que a pesar de nuestro actuar, de nuestra indiferencia, de nuestra indignidad,  nos envió a su Hijo para salvarnos, Dios ha atendido nuestra necesidad no por nuestro méritos, sino por su amor y su misericordia. El segundo cimiento es la Resurrección de Jesús, Jesús que  vivió una vida santa y ejemplar, muere inocente en la cruz, se da  generosamente pero finalmente obtiene victoria. La Resurrección es la confirmación de que nuestros propósitos y sueños en Dios tienen sentido. El tercer cimiento la Vida Nueva,  de un nacer de nuevo pero en el Espíritu,   la vida que sólo nos da el Espíritu Santo, donde  el plan de Dios se hace realidad en nosotros, en nuestras familias, en nuestro entorno. Él es el motor interior de nuestra vida, por Él  recibimos un nuevo impulso,  por Él  nuestros ojos tienen una mirada diferente, por Él nuestros corazones no  sienten como sentían, por Él gustamos de hacer el bien y por Él perseveramos en vivir como Dios quiere. El cuarto cimiento es la esperanza de una herencia, de la certeza del cielo, la esperanza en las grandes promesas de Dios, hemos recibido un  anticipo con el Espíritu Santo pero lo que se nos anuncia es mejor, porque veremos a Dios. Por eso aquí tenemos las cosas pero no nos dominan, no dependemos de ellas, sino dependemos de Dios. Tenemos la mirada en el cielo pero con los pies en la tierra. Y el último  cimiento es  la Fuerza de Dios que  nos custodia en la fe y nos sostiene en  nuestro día a día. 
SALMO RESPONSORIAL: 110
R. / El Señor recuerda siempre su alianza.

Doy gracias al Señor de todo corazón,
en compañía de los rectos, en la asamblea.
Grandes son las obras del Señor,
dignas de estudio para los que las aman. R.

Él da alimento a sus fieles,
recordando siempre su alianza;
mostró a su pueblo la fuerza de su obrar,
dándoles la heredad de los gentiles. R.

Envió la redención a su pueblo,
ratificó para siempre su alianza;
la alabanza del Señor dura por siempre. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
Este salmo hacía parte de las ceremonias en que Israel renovaba su Alianza con Dios. Dos veces al año, el día de Pascua y el día de la Fiesta de los Tabernáculos, Israel se comprometía, una vez más a ser fiel a Dios y a su Ley... Una especie de "profesión de fe". Difícilmente podemos imaginarnos en nuestro mundo actual el clima de inseguridad en que vivían los antiguos pueblos. Las relaciones de "Alianza" de los pueblos débiles con sus vecinos poderosos eran entonces cuestiones de vida o muerte. Todas las relaciones inter-ciudades o inter-pueblos estaban regidas por un conjunto complejo de lazos de soberanía y de vasallaje en que el "pequeño" se sometía al más "fuerte" a cambio de la protección que éste le prometía. Los tratados de "Alianzas" hititas son muy conocidos en la historia. Sobre este modelo Israel concibió sus relaciones con Dios.

LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 10,17-27

“Vende lo que tienes y sígueme
En aquel tiempo, cuando salía Jesús al camino, se le acercó uno corriendo, se arrodilló y le preguntó: "Maestro bueno, ¿qué haré para heredar la vida eterna?" Jesús le contestó: "¿Por qué me llamas bueno? No hay nadie bueno más que Dios. Ya sabes los mandamientos: no matarás, no cometerás adulterio, no robarás, no darás falso testimonio, no estafarás, honra a tu padre y a tu madre." Él replicó: "Maestro, todo eso lo he cumplido desde pequeño." Jesús se le quedó mirando con cariño y le dijo: "Una cosa te falta: anda, vende lo que tienes, dales el dinero a los pobres, así tendrás un tesoro en el cielo, luego sígueme." A estas palabras, él frunció el ceño y se marchó pesaroso, porque era muy rico.
Jesús, mirando alrededor, dijo a sus discípulos: "¡Qué difícil les va a ser a los ricos entrar en el reino de Dios!" Los discípulos se extrañaron de estas palabras. Jesús añadió: "Hijos, ¡qué difícil les es entrar en el reino de Dios a los que ponen su confianza en el dinero! Más fácil le es a un camello pasar por el ojo de una aguja, que a un rico entrar en el reino de Dios." Ellos se espantaron y comentaban: "Entonces, ¿quién podrá salvarse?" Jesús se les quedó mirando y les dijo: "Es imposible para los hombres, no para Dios. Dios lo puede todo." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El relato evangélico nos coloca delante de un hombre que vive correctamente. De un hombre que, en términos judíos, se comporta de manera fiel y observante. Este hombre siente un impulso fuerte y se acerca a Jesús y le pregunta: ¿qué debo hacer para heredar vida eterna? Jesús es muy claro: No solo el cumplir los mandamientos es lo importante. A este hombre le falta algo para ser un discípulo de Jesús. Para ser discípulo es preciso hacer rupturas con el modelo social y religioso imperante. La mirada de Jesús es mirada de ternura y de afecto. Pero su invitación es exigente y radical. Jesús es coherente en sus ideas: o todo o nada. Para seguirle a él hay que abandonar todo lo restante. Queda claro que el Evangelio no es un tranquilizador de conciencia. Al contrario, es la formidable aventura del riesgo, el “ahí-va-todo”. Jesús es contundente: “Es más fácil para un camello pasar por el ojo de una aguja que para un rico entrar en el reino de Dios”. ¿Seremos capaces de dejarlo todo por Jesús? ¿Renunciaremos al poder, al tener y al placer para ser fieles a Jesús?

ORACIÓN
Por favor mi Señor no nos des riqueza ni pobreza, concédenos la ración de pan de cada día, lo necesario para vivir con dignidad, pues la abundancia nos puede llevar a perder la cabeza, apartarnos de ti y de tu proyecto comunitario. Que buscando tu tierna mirada  estemos dispuestos(as) a seguirte ligeros(as) de equipaje y con el gozo de tu compañía. Amén


“Luchemos por tener un corazón libre de apegos , solidario con los necesitados y en pos de Cristo”

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