“LA AUTORIDAD DE JESÚS VIENE DEL PADRE”
PRIMERA LECTURA
JUDAS 17.20B-25
“Dios puede preservaros de tropiezos y
presentaros ante su gloria sin mancha”
Queridos hermanos, acordaos de lo que
predijeron los apóstoles de nuestro Señor Jesucristo. Idos asentando sobre el
cimiento de vuestra santa fe, orad movidos por el Espíritu Santo y manteneos
así en el amor de Dios, aguardando a que la misericordia de nuestro Señor
Jesucristo os dé la vida eterna. ¿Titubean algunos? Tened compasión de ellos; a
unos, salvadlos, arrancándolos del fuego; a otros, mostradles compasión, pero
con cautela, aborreciendo hasta el vestido que esté manchado por la carne.
Al único Dios, nuestro salvador, que
puede preservaros de tropiezos y presentaros ante su gloria exultantes y sin
mancha, gloria y majestad, dominio y poderío, por Jesucristo, nuestro Señor,
desde siempre y ahora y por todos los siglos. Amén. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El apóstol Judas destaca la importancia de recordar lo anunciado por
los apóstoles para combatir a los infiltrados que se burlan de todo, crean
discordias, viven inmoralmente y no tienen el Espíritu, el soplo de Dios que da
la vida, esto es, viven como si estuvieran muertos. Para Judas, la memoria es
fundamental para mantenerse en la tradición del proyecto de Dios. Más adelante
deja de un lado a los adversarios y se dirige a los cristianos, sus queridos
para que saquen del baúl de los recuerdos sus mejores herramientas para
mantenerse firmes en el camino del Señor.
SALMO RESPONSORIAL: 62
R./Mi alma está sedienta de ti, Señor, Dios
mío.
Oh Dios, tú eres mi Dios, por ti madrugo,
mi alma está sedienta de ti;
mi carne tiene ansia de ti,
como tierra reseca, agostada, sin agua. R.
¡Cómo te contemplaba en el santuario
viendo tu fuerza y tu gloria!
Tu gracia vale más que la vida,
te alabarán mis labios. R.
Toda mi vida te bendeciré
y alzaré las manos invocándote.
Me saciaré como de enjundia y de manteca,
y mis labios te alabarán jubilosos. R.
OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
Un profundo
anhelo de Dios -bellamente expresado con la imagen de la tierra sedienta (v.
2)- es el sentimiento que domina todo este Salmo. Su autor podría ser un levita
desterrado, que recuerda el tiempo en que vivía junto al Santuario, gozando de
la intimidad con el Señor. En el silencio de la noche rememora aquellas horas
felices, y ese recuerdo le sirve de consuelo (vs. 7-9). El versículo final
indica que el salmista identifica su propia suerte con la de todo su Pueblo,
representado en la persona del rey.
LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 11,27-33
¿Con qué autoridad haces esto?
En aquel tiempo, Jesús y los discípulos volvieron a Jerusalén y,
mientras paseaba por el templo, se le acercaron los sumos sacerdotes, los
escribas y los ancianos y le preguntaron: "¿Con qué autoridad haces esto?
¿Quién te ha dado semejante autoridad?" Jesús les respondió: "Os voy
a hacer una pregunta y, si me contestáis, os diré con qué autoridad hago esto:
El bautismo de Juan ¿era cosa de Dios o de los hombres? Contestadme." Se
pusieron a deliberar: "Si decimos que es de Dios, dirá: "¿Y por qué
no le habéis creído?" Pero como digamos que es de los hombre..."
(Temían a la gente, porque todo el mundo estaba convencido de que Juan era un
profeta.) Y respondieron a Jesús: "No sabemos." Jesús les replicó:
"Pues tampoco yo os digo con qué autoridad hago esto." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Este tiempo de Jesús en Jerusalén, relatado por Marcos, está marcado
por discusiones con las autoridades religiosas e intelectuales de la capital.
Quiénes están al frente de los estamentos de poder religioso, político y
legislativo acosan al Maestro de Nazaret con preguntas, las cuales están llenas
de mala intención, sarcasmo e ironía: ¿Con qué poder haces estas cosas? ¿Quién
te ha dado poder para hacerlas? La respuesta de Jesús está llena de gran
habilidad. Él también formula una pregunta contundente en relación al bautismo
de Juan. Las autoridades no se atreven a responder. Ellos no están al servicio
de la verdad. Ellos saben que su respuesta los delataría, los colocaría en
evidencia. Esa es la verdadera actitud de los hipócritas. Queda claro que Jesús
tiene autoridad sobre el Templo. Lo ven como un gran irrespetuoso de la esfera
religiosa. Pero Jesús mismo se define superior al Templo y manifiesta su
soberanía sobre la Casa de Dios. A la luz de toda esta realidad de
enfrentamiento que sus enemigos hacen, tendríamos que preguntarnos: ¿Soy capaz
de dejarme interrogar por Jesús? A la luz de sus preguntas y cuestionamientos…
¿estoy dispuesto a cambiar de vida?
ORACIÓN
Señor
tu gran entrega te da el poder y la
autoridad para entrar en todo aquello que atente contra tu misión liberadora,
así te pedimos que sigas en estos tiempos irrumpiendo en nuestras vidas y en
todos los contextos que necesiten ser
transformados según el plan de Dios para el mundo. Amén
“Libertad
interior y coherencia de vida, dos grandes virtudes que respaldan nuestro ser
cristianos(as)”
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