sábado, 1 de agosto de 2015

AGOSTO 2015

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“¡CUIDADO! QUE EL TRABAJO NO SE CONVIERTA EN UN SEDANTE”

Escuché decir a alguien que cuando más cerca de Dios se siente es cuando está más ocupado. Me explicó que cuando las exigencias son mayores ella se apoya más en la fortaleza de Dios. Sin embargo, a continuación señaló, que a menos que aparte tiempo para la oración personal, su trabajo se puede convertir rápidamente en un escape. Unido a nuestra llave de bendición para este mes que es sobre el reposo, reflexión que encontrarás al final de la cartilla, quisiera que meditáras sobre como mucha gente se involucra en muchas actividades como un escape y buscan el mecanismo de estar ocupado para enfrentar la realidad. Así como el alcohol o un sedante pueden amortiguar los sentidos contra las relaciones personales, las obligaciones familiares y las responsabilidades comunitarias; así también el trabajo constante, puede disminuir nuestra sensibilidad a los asuntos más profundos de la vida. Hace unos dos mil años el autor del libro del Eclesiastés descubrió esto, buscó satisfacción manteniéndose ocupado, edificando casas y plantando viñas. Pero mientras trabajaba en la obra que había hecho se dió cuenta que todo era vaciedad: (Eclesiastés 2,10-11). Nosotros podemos también cometer el mismo error, incluso en las cosas y en el nombre del Señor. Hace unos días, en uno de los libros devocionales leí acerca de un hombre muy ocupado, que en medio de sus actividades o cansancios de alguna manera logra encontrar tiempo para dar al día un impulso espiritual o motivacional a su vida. Es el Dr. Ben Carson, Jefe de Neurocirugía Pediátrica del Johns Hopkins Children’s Center; una posición que asumió en 1994 cuando tenía 33 años de edad. Veamos el testimonio del Dr. Carson acerca de la importancia y el valor de dar el primer lugar a las cosas espirituales: “He descubierto que seguir una disciplina espiritual (ORACIÓN),  que puede ser  una meditación o una buena lectura espiritual, puede darme la fuerza y armonía para tener un día bueno. En mi consultorio en el hospital todas las mañanas paso al menos media hora leyendo e interiorizando la Biblia, sobre todo el libro de los Proverbios. ¡Hay tanta sabiduría y tan profunda ahí!, durante el día si encuentro una situación difícil, pienso de nuevo en los versículos meditados en esa mañana y ahí encuentro ánimo y fortaleza”. Jesús tuvo que enfrentar también días difíciles llenos de mucha ocupación y de multitudes exigentes. En el evangelio de Marcos, lo vemos: “Levantándose muy de mañana cuando todavía estaba oscuro, salió a un  lugar solitario a orar “ (Marcos 1,35).
¿Cuándo estás muy cargado(a), agobiado(a), buscas reposo en la oración?. Te invito a que desde ya hoy, lo pruebes, y verás que entrarás en un camino de transformación en tu vida y en tu día a día.  Te aconsejo también nunca aceptes más trabajo sino tienes tiempo de orar por él.

“DEJA QUE CRISTO SEA EL PRIMER PENSAMIENTO EN LAS MAÑANAS Y EL ÚLTIMO EN LAS NOCHES”
Oro por ti y todos los tuyos, y en este el mes del reposo te bendigo en Cristo Jesús.       

Roberto Zamudio

PROMESA BÍBLICA DEL MES.
“Que saca el hombre de tanto trabajar y de tanto preocuparse, si ni siquiera de noche descansa, esto también es vana ilusión” Eclesiastés 2,22-23
                                                                                                                                               
ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA
Buen, Padre Dios, que  iniciar este nuevo mes y nuevo día, sea para mí,  motivo para darte gracias, alabarte y bendecirte; pero también para reconocer mi necesidad urgente de tu amor misericordioso y bendición para mi vida. Por favor Señor, restáurame, dame un nuevo respiro, y fuerza para volver a comenzar este día con un ánimo estrenado, pero siempre a tu lado, contando con tu presencia, con la certeza de ser escuchado(a) por ti. Sé que debo enfrentar en este tiempo luchas y batallas difíciles, no sólo conmigo  mismo, con mi temperamento y carácter, sino también con mis propios desánimos,  aciertos y frustraciones, problemas, enfermedades y diferentes necesidades; pero también en las dificultades de convivencia y de interacción, con mi entorno, con los demás, que muchas veces resultan muy difíciles. Gracias porque al igual que tu discípulo Pedro, puedo decir: “¿A quién iré?, si solo tu tienes palabras de Vida Eterna”, gracias porque me animas y me fortaleces y me das nuevas fuerzas y seguridad, renovando mi manera de pensar y sentir, para salir a enfrentar todas las adversidades. Que durante este nuevo mes y cada día pueda reflexionar sobre esas áreas de la vida y esas diferentes realidades que necesitan ser transformadas en ti, que todo lo que esté acostumbrado a vivir y parece no tener esperanza ni posibilidades de cambio, pueda ser identificado por cada uno (a) de quienes lean esta cartillita o devocional,  y solo y siempre con tu ayuda, logremos encontrar las luces, herramientas y medios para sumergirnos en caminos de restauración, liberación y cambio; siempre para ser unas mejores personas, pero sobre todo para tener la certeza que a pesar de no ver soluciones instantáneas y mágicas, aunque tenga que seguir esperando, no deje de seguir luchando. Que tenga la seguridad de sentirme amado(a) por ti, sentir que no estoy solo(a),  que siempre el rostro y corazón del único y verdadero Dios, Padre y Madre, siempre me acompaña, y que en Él todo es ganancia. Que pueda declarar como Pablo: “Todo lo puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4,13). Que tu espíritu me coloque en sintonía en este mes y siempre con la llave de bendición que estamos reflexionando: “EL REPOSO”. Regálame espacios, lugares, situaciones y personas, que siempre me lleven a reposar en ti y tu amor renovador.  Amén.

ORACIÓN AL  FINALIZAR EL DÍA
Llegada la noche, Buen Señor y quizás en la intimidad de mi habitación, quiero buscar reposo en ti, Cristo Jesús. Te doy gracias por todo lo vivido, durante este día. Gracias por cada bendición, cada signo de tu bondad, por las personas valiosas que colocaste a mi alrededor para bendecirme, antes de irme al sueño o restauración en tu amor, quiero suplicar tu bendición para cada una de ellas. Tanto a ellos como a mí, Señor, sánanos y libéranos de toda circunstancia, palabra negativa y de dolor que haya herido nuestra mente y nuestro corazón. Dame a través de este descanso en ti, la posibilidad de poder ser reconciliado con los que hoy me pudieron herir en tu amor misericordioso. Regálame la fe, esperanza, ilusión y capacidad de que mañana será un día nuevo y mejor; que hay la posibilidad en ti de ser feliz, que ese es el llamado que tú constantemente me haces. Que con la ayuda, valentía y fuerza de tu Espíritu, después de esta noche de reposo, pueda mañana seguir realizando mis sueños, trabajando por conquistar mis anhelos mas profundos y especialmente buscar el realizar hacer tu voluntad.  A esta hora confieso mi fe en ti, en tus promesas de vida y bendición,  que en este momento y mañana  seguirán cambiando mi ser y mi entorno. Me voy al descanso pidiéndote que tus brazos de Padre y Madre tiernos y bondadosos sean mi almohadita que me transmita tu calor y seguridad, para levantarme mañana sin miedo de seguir luchando y dando lo mejor. Amén.         

OCTAVA LLAVE: EL REPOSO

Sobre esta llave el Salmo 127 nos da una buena meditación: “En vano madrugan ustedes, y se acuestan muy tarde para comer un pan de fatigas, porque Dios concede el sueño a sus amados”.
Hay tres elementos en la vida del ser humano que, aunque existen desde siempre como carga negativa, se han agudizado en forma extraordinaria durante este tiempo de la postmodernidad. Esos tres elementos fueron enumerados por la Biblia desde la antigüedad: El hombre se levanta de madrugada a trabajar, se va tarde a reposar y come pan de fatiga. Tanto madrugar, tanto afán durante el día, sólo para vivir intranquilo y dormir mal, para ser un amargado y dañar la calidad de vida. De un modo u otro todos somos víctimas de la agenda, del celular, de whatsapp, de internet y, algo más, de la úlcera gástrica. Al hombre postmoderno, a medida que le sangra el colón le sangra también el corazón. Somos una sociedad tan enferma que nuestra prioridad es el trabajo, el trabajo importa más que la familia, que los hijos, la mujer, la recreación sana, los deportes. Por eso hoy se habla del  “laboradicto”, o adicto al trabajo. Para muchos el trabajo es su dios; por eso la última parte del mensaje del salmo, dice que Dios concede el sueño a quienes ama.
Una herramienta en medio de las cargas del trabajo que el Señor quiere que ahora apliquemos a nuestra vida es la llave del REPOSO. El tema del descanso o reposo no se trata de un asunto sociológico ni teológico; es un tema de existencialidad y de vida por lo tanto es profundamente espiritual.  Reflexionemos en torno a este tema del REPOSO en algunos momentos:
1.      Dios reposó:  Asombra constatarlo, el Dios eterno fue el primer trabajador y el primero que también descanso (Génesis 2,1-2). El Señor santificó el día séptimo de la semana para el reposo (Génesis 2,3).  ¿Y porqué descanso o reposo Dios?. Porque es ante todo el primer trabajador. Jesús en el evangelio, en un diálogo con los fariseos les dice algo sorprendente: “Hasta ahora mi Padre trabaja y yo también trabajo”. El reposo existe porque existe el trabajo.
2.      El trabajo no es un castigo sino una bendición: Hay populares imprecisiones que tienen a la especie humana sumida en una gran miseria. Nuestra mentalidad latinoamericana tiene una viciada manera de pensar u odre viejo según la cual Dios instituyó el trabajo como un castigo por el pecado. Se repite mucho en Latinoamérica y el Caribe, a propósito de temas laborales, esta canción que dice: “A mí me llaman el negrito de batey, porque el trabajo para mí es un enemigo; el trabajar yo se lo dejo todo al buey, porque el trabajo lo hizo Dios como castigo”, al hablar así estamos cometiendo una gran injusticia ya que el trabajo no es un castigo sino una bendición (Génesis 2,5).
3.      El descanso es un mandamiento: Recordando que la palabra mandamiento significa una orden, entonces podemos afirmar explícitamente: El descanso no es opcional, no es si quieres descansar, no es si te da la gana de reposar un rato. Sino que ante todo es una orden del Creador, que no se puede cambiar y cuidado, porque: “Los cielos y la tierra pasarán pero mis palabras no pasarán” dice el Señor (Mateo 24,25).  A comienzos del siglo, cuando empieza a surgir el sistema leninista en Rusia se cometieron algunos errores, aunque el origen de la propuesta era buena y sana: “Buscar la justicia social”. Uno de los errores, fue por ejemplo, el día de descanso. Los gobernantes juzgaron como inconsecuente y no productivo que la gente tuviera un día de descanso donde no hacía nada, ¿Y qué pasó?, sorprendentemente la economía y productividad se vino al suelo y después de grandes estudios y varios análisis, este materialismo llamado dialéctico (diálogos),  llegó a la conclusión de que así como las máquinas puramente materiales necesitan descanso, la máquina biológica, “el ser humano” lo requiere también. Esto se había instaurado desde el Génesis, por Dios. Al restablecerse en la Unión Soviética el  “Día de reposo” la economía o productividad, volvió a crecer. Por eso entre los judíos llegó a establecerse el sábado como el día de reposo, y  ¿porqué?. Porque el nombre propio de la palabra sábado viene del hebreo Shabat que significa, descanso o reposo.
4.      La naturaleza o creación debe reposar: Este sí que es un tema de moda, por la carta o documento del Papa Francisco sobre la ecología ( “Laudato si”) que significa “Alabado seas, mi Señor”. Digamos con toda claridad, que el cristianismo  aparte del ser humano, tiene en la naturaleza o ecología su centro; es decir por naturaleza todo buen cristiano es un ecologista, y toda ecología nos lleva a encontrarnos con el creador.  En el libro de Levítico Dios ordena darle reposo a la tierra y aún a los animales de trabajo. El Señor ordena seis años continuos de labores; pero el hombre, los animales y la  tierra tienen que descansar el séptimo año, la tierra tiene que descansar en ese tiempo, es decir no se podrá sembrar sino que se dejará quieta que repose; los animales podrán comer libremente y no serán obligados a trabajar durante todo ese año. De alguna manera los judíos trajeron esa costumbre a occidente y, en cierta medida, todavía se está practicando: las personas que dirigen grandes compañías o empresas, ejecutivos, descansan el séptimo año, el famoso año sabático. Muchos no saben que esta costumbre moderna viene de atrás de un principio bíblico. Los sociólogos, los ingenieros industriales, psicólogos, jefes de personal, hablan mucho hoy de ese asunto. Es absolutamente necesario que todos volvamos  a este principio bíblico para darle calidad a la vida humana, por supuesto que esto no sería prudente en sociedades como la nuestra, la práctica del año sabático. ¿Se imaginan lo que pasaría?. Todos se volverían sabatistas, tomarían de tres veces a varios años para completar su año sabático. La Biblia nos enseña claramente que el reposo es personal, natural y social. (Levítico 25,8-21).
5.      Un trabajo especial requiere un reposo especial : Hay personas que viven ceñidas al horario son inflexibles, milimétricas, marcan tarjeta a la hora exacta. Practican el legalismo del trabajo. En este punto sí que nos sirve la lección del profeta Elías, un hombre dinámico y muy cumplidor de su trabajo que en ciertos momentos se veía llevado a hacer trabajos muy especiales. Pero terminó muy cansado y desanimado (1Reyes 19,3-4). Este cansancio llevo a Elías a un desapego o baja de ánimo total, lo que llamaríamos  hoy depresión. Por trabajar tanto y no descansar, Elías tiene una angustia existencial por el exceso del trabajo riguroso. Esta situación lleva a Elías  pensar en querer morir (1ra Reyes 19,5). Dios acontece en su vida y a través de un ángel le abre la llave del reposo a Elías: “Usted hizo un trabajo especial, así que usted necesita un reposo especial”. ¿Y qué pasó? (v 6). El  mejor remedio que receta la Biblia contra la depresión, desánimo y cansancio es : “comer y dormir”. Hay que alimentarse y reposar para recobrar  fuerzas porque hay que salir adelante (v7).  Saquemos una conclusión sencilla: Dios se nos revela cuando estamos reposados, no cuando estamos fatigados. En el descanso o reposo, es que vemos con claridad y objetividad las soluciones  a nuestros problemas, las raíces de nuestras dificultades; el libro de Isaías, dice: “En reposo y descanso te pastorearé”, no dice en afanes y fatigas. Las grandes revelaciones, inspiraciones y sabiduría para la vida, llegan cuando estamos  serenos y tranquilos, especialmente en la presencia de Dios. Si cumplimos con el reposo, Dios proveerá nuestra  comida y no tendremos que  preocuparnos por esa añadidura. Algunas personas conquistan una cumbre muy alta y ya se quieren retirar. Pero en Elías Dios a través del ángel le enseña algo distinto, le abre la llave del reposo a Elías, no para que termine su carrera, no para que se pensione, sino para que renueve fuerzas como el águila y continúe trabajando. Volvámoslo a afirmar, un trabajo adicional requiere un descanso adicional. Pero tampoco debe entenderse como holgazanería, pereza y vagabundería. Pablo llega a afirmar que el que no quiera trabajar, tampoco que coma. Porque hay algunos, que se toman  muy en serio esto, no falta el cínico que se toma lo del reposo como norma permanente. El que tenga oídos para oír que oiga y el que tenga ojos para ver que lea. (Proverbios 24,30-34).

Quisiera ya casi finalizando tratar de diferenciar un poco el reposo del descanso: Hablamos de descanso, casi exclusivamente en la dimensión de la carne humana. Descanso tiene que ver con vacacionar; cuando el cuerpo está cansado y lógicamente necesita de descanso. Pero pensar en el reposo, es más espiritual, más integral. Mientras el descanso se aplicaría esencialmente a la materia, es decir, al cuerpo, el reposo es beneficio o alimento  para el cuerpo, el alma y el espíritu. (1ra Tesalonicenses 5, 23). Qué bueno sería darle reposo no solamente al cuerpo, sino a través de una buena música, un libro, una recreación, un sano afecto, dárselo a la psiquis (mente y emociones, es decir el alma). Pero también darle un reposo o alimento, al neuma (área espiritual  y relación con Dios). No olvidemos que Jesús en el evangelio nos sigue invitando  a descansar y reposar en Él de todas nuestras cargas y fatigas. (Mateo 11,28-30).
Citas Bíblicas para reflexionar sobre el reposo:
-          Dios reposó: Génesis 2,3
-          El trabajo no es un castigo : Génesis 2,15
-          La penalización del trabajo : Génesis 3,17-19
-          El descanso es un mandamiento: Éxodo 20, 8-11
-          La creación debe reposar:  Levítico 25, 3-7
-          Trabajo especial- reposo especial: 1Reyes 19, 3-7
-          La holgazanería o pereza son un pecado: Proverbios 24, 30-34
-          El día de reposo: Colosenses 2,16; Mateo 12, 9-12; Hechos 20,7       
-          Jesús también descansó: Lucas 8, 22-24     
-          El trabajo produce cansancio, hambre y sed: Juan 4,6-8

Sigamos trabajando con ánimo pero,  busquemos espacios de reposo que siempre nos traerán grandes bendiciones también.   

         

Sábado 01 de Agosto de 2015


“SER PROFETAS VALIENTES EN EL ANUNCIO”

PRIMERA LECTURA
LEVÍTICO 25,1.8-17

“El año jubilar cada uno recobrará su propiedad”

El Señor habló a Moisés en el monte Sinaí: "Haz el cómputo de siete semanas de años, siete por siete, o sea cuarenta y nueve años. A toque de trompeta darás un bando por todo el país, el día diez del séptimo mes. El día de la expiación haréis resonar la trompeta por todo vuestro país. Santificaréis el año cincuenta y promulgaréis manumisión en el país para todos sus moradores. Celebraréis jubileo; cada uno recobrará su propiedad, y retornará a su familia. El año cincuenta es para vosotros jubilar; no sembraréis ni segaréis el grano de ricio ni cortaréis las uvas de cepas bordes. Porque es jubileo; lo considerarás sagrado. Comeréis de la cosecha de vuestros campos. En este año jubilar cada uno recobrará su propiedad. Cuando realices operaciones de compra y venta con alguien de tu pueblo, no lo perjudiques. Lo que compres a uno de tu pueblo se tasará según el número de años transcurridos después del jubileo. Él a su vez te lo cobrará según el número de cosechas anuales: cuantos más años falten, más alto será el precio; cuantos menos, menor será el precio. Porque él te cobra según el número de cosechas. Nadie perjudicará a uno de su pueblo. Teme a tu Dios. Yo soy el Señor, vuestro Dios."  Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
La primera lectura, del Levítico, que leemos hoy nos hace referencia a “El año de gracia del Señor”, se refiere al año jubilar, al año de remisión de todas las deudas, en sentido universalista, para todos. Nos cuenta una legislación un poco extraña; cada cincuenta años la gente volvía a su tierra original. Cuando llegó Josué con los Israelitas, a la tierra prometida, el Señor asignó las tierras a las distintas tribus, pero luego el movimiento del comercio, las necesidades, los problemas y las vicisitudes, las estrecheces, hacían que algunas personas tuvieran que vender sus tierras e incluso que tuvieran que venderse a sí mismos como esclavos. El Señor había decretado, según escuchamos en el Libro Levítico que cada cincuenta años las cosas tenían que volver a su forma original, el que había comprado una tierra, la devolvía al que la había vendido y todos se devolvían todas las cosas, de manera que se volvía, con esa legislación, se volvía a la repartición original de las tierras. Las tierras volvían a la familia, se condonaban las deudas, los esclavos son liberados, incluso el campo, la tierra descansa durante ese año.

El jubileo tenía para los judíos, un sentido religioso, de culto a Dios, pero también de carácter social, de justicia igualitaria que contribuye a que las propiedades no se vayan acumulando en unas pocas manos y todos tengan con que vivir. ¿Conocen ustedes un modelo de organización social que cuide más la equidad o que ame más a los pobres que este texto maravilloso que leemos en esta primera lectura de hoy? ¿Hay una utopía más grande o más bella, que declarar el destino universal de la tierra, de modo que nadie considere tan suyo lo propio como para llegar a la opresión, la explotación o la injusticia con su hermano?. ¿Alguien ha buscado con más ardor el bien de todos, la solidaridad, la propiedad compartida, sin lastimar a nadie, o se ha preocupado así por cuidar de todos, como lo hace Dios, hoy en su palabra de Levítico?

El Reino de Dios empieza allí, donde se comparte, donde se vive la solidaridad, en el amor, cuando el corazón del hombre se abre al pensamiento de que todos somos iguales, de que las diferencias en entre los seres humanos son contrarias a la voluntad de Dios. Y a partir de allí se encuentran fuerzas para luchar por un mundo justo y libre. Bendita esta maravillosa enseñanza que viene de los cielos.

SALMO RESPONSORIAL: 66
R. / Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
 hasta los confines del orbe. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
La recolección de la cosecha es motivo para invitar a todos los pueblos a dar gracias a Dios. La providencia de Dios se extiende a todas las criaturas, a todos los pueblos. Todos experimentan los frutos de su bondad.   

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 14,1-12

“Herodes mandó decapitar a Juan, y sus discípulos fueron a contárselo a Jesús”

En aquel tiempo, oyó el virrey Herodes lo que se contaba de Jesús y dijo a sus ayudantes: "Ése es Juan Bautista, que ha resucitado de entre los muertos, y por eso los poderes actúan en él." Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel encadenado, por motivo de Herodías, mujer de su hermano Filipo; porque Juan le decía que no le estaba permitido vivir con ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por profeta. El día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos, y le gustó tanto a Herodes que juró darle lo que pidiera. Ella, instigada por su madre, le dijo: "Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan Bautista." El rey lo sintió; pero, por el juramento y los invitados, ordenó que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Trajeron la cabeza en una bandeja, se la entregaron a la joven, y ella se la llevó a su madre. Sus discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron, y fueron a contárselo a Jesús. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
El episodio del día de hoy tiene un significado desde la totalidad del evangelio de Mateo. Tras la expulsión de Jesús de Nazaret se produce otra señal del futuro: La muerte del precursor. La denuncia que hizo Juan Bautista es que juzgaba que Herodes había pecado al casarse con la mujer de su hermano, mientras éste aún vivía, cometiendo por tanto adulterio e incesto. Pero este no fue el motivo fundamental para asesinar; la causa es de origen político: La influencia del Bautista era tal en medio del pueblo que el emperador de Roma temía una rebelión. Juan era la conciencia crítica de la Antigua Alianza ante un poder político corrupto. Él era, desde el desierto, la voz de los que no tenían voz, pero, como todos los auténticos profetas, resultó ser un estorbo para la institución totalitaria. En definitiva, en el contexto del evangelio, la muerte violenta, injusta, de Juan prefigura la muerte de Jesús en la cruz. Juan el Bautista, el más grande de los profetas, es el precursor de Jesús también en el sufrimiento.
Ojalá que, a ejemplo de Jesús y Juan Bautista, seamos capaces de denunciar las injusticias y proponer las bases de un mundo mejor, pese a las duras consecuencias que implica ser profeta.

ORACIÓN
Señor, desde la antigüedad nos enseñas a desarrollar estrategias de justicia y equidad tanto con las personas como con la tierra, que conlleva a sistemas sociales integrados y en paz.  Sin embargo aún vivimos sistemas injustos, no igualitarios y apartados de tu proyecto, ayúdanos Señor hoy a ser ese motor que impulsa tu Reino de justicia, amor, equidad, solidaridad y como nos invita hoy también tu Palabra a ser verdaderos profetas que anuncian y denuncian en la realidad que nos encontremos. Amén


“Quien anuncia y denuncia, responde a los desafíos y comparte el amor que lleva dentro”

Domingo 02 de Agosto de 2015


“JESÚS NOS OFRECE MÁS QUE UN PEDAZO DE PAN”
  
PRIMERA LECTURA
ÉXODO 16, 2-4. 12-15

”Yo haré llover pan del cielo”
En aquellos días, la comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en el desierto, diciendo: "¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a la olla de carne y comíamos pan hasta hartarnos! Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta comunidad." El Señor dijo a Moisés: "Yo haré llover pan del cielo: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba a ver si guarda mi ley o no. He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles: "Hacía el crepúsculo comeréis carne, por la mañana os saciaréis de pan; para que sepáis que yo soy el Señor, vuestro Dios."" Por la tarde, una banda de codornices cubrió todo el campamento; por la mañana, había una capa de rocío alrededor de campamento. Cuando se evaporó la capa de rocío, apareció en la superficie del desierto un polvo fino, parecido a la escarcha. Al verlo, los israelitas dijeron: "¿Qué es esto?" Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: "Es el pan que el Señor os da de comer." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
La primera lectura, del Éxodo, nos recuerda cómo el desierto es la carencia de todo. A toda persona le llega de vez en cuando su desierto: la situación crítica en la que parece que no se encuentran soluciones de ayuda para sobrevivir a tan crítica situación. Al pueblo de Israel le era muy provechoso el tener que estar en el desierto donde todo falta, para que pudiera experimentar el portentoso modo que Dios tiene para ayudar a los que en Él confían. En el desierto el Pueblo de Dios aprende a experimentar la condición de “pobre”, de “necesitado de todo” del auxilio de Dios. Esto le será útil para el crecimiento de su fe y de su esperanza en las ayudas milagrosas. En la península del Sinaí hay un arbusto llamado “tamarisco”. Produce una secreción dulce que gotea desde las hojas hasta el suelo. Por el frío de la noche se solidifica y hay que recogerla de madrugada antes de que el sol la derrita. ¿Sería esto lo que Dios le proporcionó a su pueblo, multiplicándolo claro está, de manera prodigiosa? Lo cierto es que los israelitas consideraron siempre la aparición de este alimento como una demostración de la intervención milagrosa a favor de su pueblo. Lo llamaron “maná”, porque los niños al comerlo preguntaban: “¿qué es esto?, “lo que en su idioma se dice: “Man-ah?”. También es llamado por los salmos “pan del cielo” (Sal 78) y el libro de la Sabiduría dice que, “sabía a lo que cada uno deseaba que supiera” (Sab16,20). Jesús dirá que el Verdadero Pan bajado del cielo será su cuerpo y su sangre. O sea que este maná milagroso del desierto era un símbolo y aviso de lo que iba a hacer Dios más tarde con sus elegidos, dándoles como alimento el cuerpo de su propio Hijo Divino.
SALMO RESPONSORIAL: 77
R./El Señor les dio un trigo celeste.

Lo que oímos y aprendimos,
lo que nuestros padres nos contaron,
lo contaremos a la futura generación:
las alabanzas del Señor, su poder. R.

Dio orden a las altas nubes,
abrió las compuertas del cielo:
hizo llover sobre ellos maná,
les dio un trigo celeste. R.

Y el hombre comió pan de ángeles,
les mandó provisiones hasta la hartura.
Los hizo entrar por las santas fronteras,
hasta el monte que su diestra había adquirido. R.


OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Esta larga meditación de estilo sapiencial evoca la historia de Israel, desde el Éxodo hasta la institución de la monarquía davídica. El relato histórico sirve de soporte a una enseñanza para el presente: en el recuerdo de su propio pasado, Israel debe encontrar un motivo de gratitud y fidelidad al Dios de la Alianza (vs. 6-7). Esta preocupación didáctica se manifiesta, sobre todo, en la presentación de la historia como una permanente contraposición entre la misericordia del Señor y las rebeldías de su Pueblo.
SEGUNDA LECTURA
EFESIOS 4, 17.20-24

“Vestíos de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios”

Hermanos: Esto es los que digo y aseguro en el Señor: que no andéis ya como los gentiles, que andan en la vaciedad de sus criterios. Vosotros, en cambio, no es así como habéis aprendido a Cristo, si es que es él a quien habéis oído y en él fuisteis adoctrinados, tal como es la verdad en Cristo Jesús; es decir, a abandonar el anterior modo de vivir, el hombre viejo corrompido por deseos seductores, a renovaros en la mente y en el espíritu y a vestiros de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
La segunda lectura de la carta a los Efesios pide a los creyentes que se dejen renovar por el Espíritu Santo y pasen de un modo de obrar no digno del ser humano, a un modo de obrar digno de quien tiene fe en Cristo. Pide que abandonemos nuestro estilo anterior de vida pecaminosa y marchemos en adelante por un nuevo camino de vida cristiana. Se nos invita a no dejarnos guiar por esta “vaciedad de criterios”. En estos pocos versículos continúa la exhortación a buscar la unidad y a vivir dignamente la propia vida cristiana, guiada y fundamentada en un verdadero conocimiento de Cristo. Pablo desarrolla este argumento jugando con la antítesis del ser humano viejo y el ser humano nuevo (Col 3,9-10; 1Cor 5,7-8). Elegir la novedad, lo nuevo, es elegir a Cristo. Esto significa romper con el viejo ser humano pecaminoso, con el pecado del mundo, para estar dispuestos a una continua renovación en el Espíritu, a vivir en la justicia y santidad y ser justos y rectos. Este texto es una clara respuesta a quienes piensan que el cristianismo simplemente es una cosa del pasado.

LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 6,24-35

“El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí no pasará sed”

En aquel tiempo, cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo has venido aquí?" Jesús contesto: "Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios." Ellos le preguntaron: "Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?" Respondió Jesús: "La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado." Le replicaron: "¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: "Les dio a comer pan del cielo."" Jesús les replicó: "Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo." Entonces le dijeron: "Señor, danos siempre de este pan." Jesús les contestó: "Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed."  Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
El evangelio de hoy, de Juan, el discurso del pan de vida, se desenvuelve en tres afirmaciones lógicamente sucesivas, y la primera que presenta este texto es: el real o verdadero “pan del cielo” no es el maná dado una vez por Moisés, contrariamente a lo que la gente pensaba (v.31). Es literalmente el pan que ha bajado del cielo. Dios, no Moisés, es quien da este pan (v.32). Jesús ha realizado signos para revelar el sentido de su persona (domingo anterior), pero la gente sólo lo ha entendido en la línea de sus necesidades materiales (6,26.12). Jesús ha querido llevarnos a la comprensión de su persona, porque sólo a través de la fe pueden entender quien es él y sólo así podrá donarse a ellos como comida: pero para hacer esto es necesario trabajar o procurar por un alimento y una vida que no tienen término y que son dones del Hijo del hombre (v.27). Los judíos piensan de inmediato en las obras (v.28), pero Jesús replica que sólo una obra deben cumplir: creer en él (v.29), reconocer que tienen necesidad de él, como se tiene necesidad del alimento material. Al considerar la exigencia de Jesús muy grande es por lo que piden una demostración de los que afirma realizando una señal que al menos se compare con aquellas realizadas por Moisés, pues aquellas que acaba de realizar (6,2) no se consideran suficientes. Jesús responde afirmando que es más que Moisés, pues en él (Cristo) se realiza el don de Dios que no perece. Su pan se puede recoger (6,13), el maná se pudrió (Ex 16,20).
“Yo soy el pan de vida” es una fórmula de fuerza extraordinaria, parecida a aquellas otras que sólo a Jesús se podría atribuir: “Yo soy la luz del mundo”, “Yo soy el buen pastor”... el que viene a Jesús no tendrá hambre ni sed, no necesita de otras fuentes de gozo para saciar sus anhelos y aspiraciones. Jesús es fuente de equilibrio y de gozo, fuente de sosiego y de paz. Jesús es el lugar y fundamento de la donación de la vida que Dios hace al ser humano. En Jesucristo, Dios está por completo a favor del ser humano, de tal modo que en él se le abre su comunión vital, su salvación y su amor, y en tal grado que Dios quiere estar al lado del ser humano como quien se da y comunica sin reservas. En la comunión con el revelador –Cristo- se calma tanto el hambre como la sed de vida que agitan al ser humano.

ORACIÓN
Amado Dios de la vida y de la comunidad en este día te decimos que así como Tú,  Buen Señor Jesús, te hiciste pan de vida para nosotros, también podamos hacernos pan para los demás; que con nuestras diferentes acciones podamos ser signo de tu alimento bondadoso y misericordioso para nuestro prójimo. Amén
                                                                       
“La construcción del Reino se logra no con satisfacer el hambre material,

sino llevando una vida en verdad, justicia y solidaridad”

Lunes 03 de Agosto de 2015


 “EL SERVICIO DE CRISTO A LA HUMANIDAD NO TIENE LÍMITES”

PRIMERA LECTURA
NÚMEROS 11,4B-15

“Yo solo no puedo cargar con este pueblo”

En aquellos días, los israelitas dijeron: "¡Quién pudiera comer carne! Cómo nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto, y de los pepinos y melones y puerros y cebollas y ajos. Pero ahora se nos quita el apetito de no ver más que maná." El maná se parecía a semilla de coriandro con color de bedelio; el pueblo se dispersaba a recogerlo, lo molían en el molino o lo machacaban con el almirez, lo cocían en la olla y hacían con ello hogazas que sabían a pan de aceite. Por la noche caía el rocío en el campamento y, encima de él, el maná.  Moisés oyó cómo el pueblo, familia por familia, lloraba, cada uno a la entrada de su tienda, provocando la ira del Señor; y disgustado, dijo al Señor: "¿Por qué tratas mal a tu siervo y no le concedes tu favor, sino que le haces cargar con todo este pueblo? ¿He concebido yo a todo este pueblo o lo he dado a luz, para que me digas: "Coge en brazos a este pueblo, como una nodriza a la criatura, y llévalo a la tierra que prometí a sus padres"? ¿De dónde sacaré pan para repartirlo a todo el pueblo? Vienen a mí llorando: "Danos de comer carne". Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo, pues supera mis fuerzas. Si me vas a tratar así, más vale que me hagas morir; concédeme este favor, y no tendré que pasar tales penas." Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Leeremos durante cuatro días algunos pasajes del libro de Números, que debe su nombre a que empieza con los censos de las tribus. Allí se continúa la historia de la peregrinación del pueblo de Israel por el desierto desde el Sinaí hasta Moab, a las puertas de la tierra prometida: los cuarenta años de odisea desde Egipto a Canaán. El desierto fue una dura prueba para el pueblo de Israel. Aunque continúan experimentando la cercanía de Dios, que los alimenta con el maná, empiezan a quejarse con Moisés, aburridos de este alimento. Añoran la vida que llevaban en Egipto, a pesar de ser esclavos. La impaciencia del pueblo, que olvida todo lo que Dios y Moisés ha hecho por el, se va contra él… Y Moisés también se desanima y, tentado de echarlo todo a rodar, se refugia en la oración, una oración muy humana y sentida. ¿Porqué tratas mal a tu siervo… porque le haces cargar con todo este pueblo?” La crisis es fuerte “ Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo. Si me vas a tratar así, más vale que me hagas morir”

Moisés aparece en un momento realmente de exasperación, Moisés que es un líder en todo sentido, un hombre profundamente espiritual, con tiempos de oración y ayuno en el Monte Sinaí, un hombre de santidad, y sin embargo, lo encontramos quejándose, gimiendo… pero aún así, sigue adelante, sigue con la tarea, ora, y de la oración saca nuevas fuerzas, habla con Dios, y de la Palabra de Dios saca nueva luz y sigue conduciendo al pueblo. Es un hombre, es un hombre frágil como nosotros, se cansa como nosotros, pero también nos está indicando a todos en dónde está la fuente viva y en dónde podemos renovar nuestra esperanza, de donde saldrán las ganas de seguir adelante, de dónde se puede arrebatar la victoria. La perseverancia en la fe de Moisés va más allá del cansancio.
Nosotros al igual también tenemos nuestros momentos de crisis y desánimo; vemos muy poco fruto en el trabajo que estamos realizando, la rutina, la vida de cada día nos produce cansancio, nuestras cargas se hacen más pesadas, nuestras tareas y metas se ven cada vez más lejanas, más difíciles e imposibles. ¿Pero en aquellos momentos de crisis que tipo de oración brota de nuestro corazón? ¿Hacemos realmente una oración sincera y realista, en la que exponemos con confianza a Dios nuestra situación? ¿Pasamos tiempo con Él y le buscamos de todo corazón?. En aquellas circunstancias el Señor nos invita a renovar nuestras fuerzas, a buscarle de todo corazón como lo hizo Moisés, a beber de su fuente, a cobrar nuevos ánimos y seguir adelante.

SALMO RESPONSORIAL: 80
R. /Aclamad a Dios, nuestra fuerza.

Mi pueblo no escuchó mi voz,
Israel no quiso obedecer:
los entregué a su corazón obstinado,
para que anduviesen según sus antojos. R.

¡Ojalá me escuchase mi pueblo
y caminase Israel por mi camino!:
en un momento humillaría a sus enemigos
y volvería mi mano contra sus adversarios. R.

Los que aborrecen al Señor te adularían,
y su suerte quedaría fijada;
te alimentaría con flor de harina,
te saciaría con miel silvestre. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
El salmista invita al pueblo a celebrar una fiesta y a recordar las lecciones de la historia, para poder obtener las bendiciones divinas. La fiesta cristiana también es un recuerdo de la historia de salvación y una constante invitación a ser fieles a Dios
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 14,13-21

“Alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición y dio los panes a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente”

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: "Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer." Jesús les replicó: "No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer." Ellos le replicaron: "Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces." Les dijo: "Traédmelos." Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Jesús se aleja de los centros urbanos al enterarse de la atroz muerte de Juan Bautista, pero las multitudes le siguen. Jesús sana a los enfermos que se suman a la multitud. Así da cumplimiento a un propósito que ha asumido y que ha compartido con la comunidad que camina en pos de él (Mt 9,36). Propósito que ha comenzado con la comunicación de la palabra, la misión compartida, la lucha solidaria contra el mal y asumir la responsabilidad pastoral. En este episodio la comunidad (Jesús y discípulos más cercanos) amplía sus límites en el momento en que el mismo Jesús comienza a compartir su propio alimento, de modo que se solidarizan con el pueblo de Israel, que busca el camino del Señor con sincero corazón. El alimento compartido es escaso, sin embargo la bendición que se imparte al comenzar la cena y la generosidad al repartirlo y compartirlo hace que sea abundante. La precariedad de recursos no es un obstáculo ni para seguir a Jesús ni para hacer realidad su propuesta. Los doce canastos llenos de sobras simbolizan la eficacia de esa acción profética de Jesús, que convierte la escasez en abundancia, esta es una ocasión para la solidaridad y nos enseña que siempre habrá una ocasión para compartir.

La lección de Jesús, no del milagro por el milagro, es que la comunidad tiene que aprender a subsistir con lo que tiene, sumando esfuerzos; pero todo esto, en un mundo cada vez más acaparador y codicioso, es un desafío, no para que las comunidades acepten su situación en forma resignada, sino para que sean signos de vida y lección para un mundo egoísta. Ser solidarios con los que más lo necesitan es uno de los principales fundamentos del ser cristiano.

ORACIÓN
Gracias Señor por este maravilloso día, te pedimos que podamos desde el alimento de tu Palabra y fuerza de tu Espíritu movernos en solidaridad con los hermanos más necesitados, reconociendo  que el verdadero amor no da cabida al egoísmo, sino al amor y  la generosidad. Ayúdanos a unir fuerzas para compartir y que no busquemos acumular y acaparar. Amén 

“Compartir nuestros bienes y nuestro tiempo con los demás, hace posible el milagro de la

multiplicación” 

Martes 04 de Agosto de 2015


“HAY QUE BUSCAR SIEMPRE A DIOS NO SOLO EN LA DIFICULTAD”

PRIMERA LECTURA
NÚMEROS 12,1-13

“Moisés no es como los otros profetas; ¿cómo os habéis atrevido a hablar contra él?”
En aquellos días, María y Aarón hablaron contra Moisés, a causa de la mujer cusita que había tomado por esposa. Dijeron: "¿Ha hablado el Señor sólo a Moisés? ¿No nos ha hablado también a nosotros?" El Señor lo oyó. Moisés era el hombre más sufrido del mundo. El Señor habló de repente a Moisés, Aarón y María: "Salid los tres hacia la tienda del encuentro." Y los tres salieron. El Señor bajó en la columna de nube y se colocó a la entrada de la tienda, y llamó a Aarón y María. Ellos se adelantaron, y el Señor les dijo: "Escuchad mis palabras: Cuando hay entre vosotros un profeta del Señor, me doy a conocer a él en visión y le hablo en sueños; no así a mi siervo Moisés, el más fiel de todos mis siervos. A él le hablo cara a cara; en presencia y no adivinando contempla la figura del Señor. ¿Cómo os habéis atrevido a hablar contra mi siervo Moisés?"
La ira del Señor se encendió contra ellos, y el Señor se marchó. Al apartarse la nube de la tienda, María tenía toda la piel descolorida, como nieve. Aarón se volvió y la vio con toda la piel descolorida. Entonces Aarón dijo a Moisés: "Perdón, señor; no me exijas cuentas del pecado que hemos cometido insensatamente. No la dejes a María como un aborto que sale del vientre, con la mitad de la carne comida. Moisés suplicó al Señor: "Por favor, cúrala.". Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
 Parecería lo más lógico que cuando Dios suscita a un líder para bien de todos, todos lo acojan y vean en él un regalo que la Providencia les concede. Pero el mundo de los humanos no está hecho de manera lógica, y por eso lo más común no es lo más lógico ni lo más frecuente es lo verdaderamente natural. Hoy tenemos en la primera lectura una escena bochornosa de envidias de familia. En el texto se nos muestran actitudes adversas a la fe, recriminaciones y demás a la persona de Moisés, pero esta vez la rebelión y la protesta viene de su misma familia: su hermano mayor Aarón, el sacerdote que tanto había trabajado en colaboración con Moisés, y su hermana María (Miriam), la que había vigilado en el río la canasta donde su madre había depositado al niño Moisés. Ahora ambos le atacan y murmuran de él.  Un primer motivo es su matrimonio con una extranjera hecho del que no sabemos apenas nada. Pero, además, ponen en tela de juicio su carácter de profeta único. ¿No oían ellos también la voz de Dios?. Hay una doble reacción sobre este ataque inesperado. Por parte de Moisés, la paciencia, porque “era el hombre de más aguante del mundo”. Pero Dios se enfada y sale en defensa de su profeta: “¿cómo os habéis atrevido a hablar contra mi siervo Moisés?. Aparece también en el texto cómo el pecado trae consecuencias y cómo esas consecuencias recaen sobre el mismo pecador, como le sucedió a esta María, con la lepra que sufrió. Luego viene la parte del arrepentimiento. El que siente su propia fealdad, se aterra, se asusta, pero ese disgusto es bueno en la medida en que invita a la conversión y  mueve a pedir ayuda, como hemos visto también en el relato de hoy.  Aarón se arrepiente de su falta, el Salmo de hoy parece recoger sus sentimientos: “misericordia, por tu inmensa compasión borra mi culpa”. Y Moisés muestra, una vez más, su corazón magnánimo intercediendo ante Dios por su hermana. Y así, una historia de pecado no es al final una historia de fracaso sino, en último término, una preciosa historia de gracia.
SALMO RESPONSORIAL: 50
R./Misericordia, Señor: hemos pecado.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R.

Pues yo reconozco mi culpa,
tengo siempre presente mi pecado:
contra ti, contra ti solo pequé,
cometí la maldad que aborreces.
En la sentencia tendrás razón,
en el juicio resultarás inocente. R.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS  A SU CONTEXTO
Este Salmo -designado tradicionalmente con el nombre de Miserere- es la súplica penitencial por excelencia. El salmista es consciente de su profunda miseria y experimenta la necesidad de una total transformación interior, para no dejarse arrastrar por su tendencia al pecado. Por eso, además de reconocer sus faltas y de implorar el perdón divino, suplica al Señor que lo renueve íntegramente, “creando” en su interior “un corazón puro”. El tono de la súplica es marcadamente personal, y en el contenido del Salmo se percibe la influencia de los grandes profetas, en especial de Jeremías (24. 7) y Ezequiel (36. 25-27). En él se encuentra, además, el germen de la doctrina paulina acerca del “hombre nuevo” (Col. 3. 10; Ef. 4. 24).
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 14,22-36

“Mándame ir hacia ti andando sobre el agua”
Después que la gente se hubo saciado, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo. Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma. Jesús les dijo en seguida: "¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!" Pedro le contestó: "Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua." Él le dijo: "Ven." Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: "Señor, sálvame." En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: "¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?" En cuanto subieron a la barca, amainó el viento. Los de la barca se postraron ante él, diciendo: "Realmente eres Hijo de Dios." Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Y los hombres de aquel lugar, apenas le reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y trajeron donde él a todos los enfermos. Le pedían tocar siquiera la orla de su manto, y cuantos la tocaron quedaron curados.” Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

Si nos atenemos al signo meditado ayer -de la multiplicación del pan del que todos comen y sobra- como una de las consecuencias necesarias de la transformación personal y comunitaria que tiene que generar el Evangelio, debemos aceptar también que este signo de Jesús que se une a sus discípulos, de noche, caminando sobre el agua, está en relación directa con la experiencia de vida de la comunidad. Aceptar el Evangelio, ser conscientes de las transformaciones de mentalidad y cambios de conciencia que implica, es relativamente fácil, es llamativo; pero ponerse en camino de esa transformación y cambios, hacerlos vida realmente, eso sí es bien difícil, y por lo general el discípulo o el creyente actual empiezan a zozobrar. Hé ahí la imagen de Pedro, que con gran facilidad y arrojo da unos cuantos pasos sobre el agua, pero luego comienza hundirse.
Pero también el cristiano actual y nuestras comunidades cristianas están bien reflejadas en este pasaje. ¿Habrá conciencia hoy de la zozobra en que vivimos? Nuestra forma tan pasiva y tan acomodada de vivir la fe y el compromiso cristiano, ¿no necesitan el auxilio de Jesús? 

ORACIÓN
Señor todos los días nos enseñas y nos llevas a comprender el sentido de vivir en fraternidad, unidad y comunión. Ayúdanos Buen Dios a sentir que Tú nos tiendes tu mano para colocarnos en camino, que entendamos que  no debemos caminar en nuestras fuerzas  porque podemos zozobrar, que nos mantengamos unidos a ti firmes en la misión. Amén


“Es creyente o seguidor(a) de Dios, quien posee una fe firme y comprometida, que no sucumbe ante las pruebas”

Miércoles 05 de Agosto de 2015


“ENFRENTAR LA VIDA CON UNA FE GRANDE Y DECIDIDA”

PRIMERA LECTURA
NÚMEROS 13,1-2.25; 14,1.26-30.34-35

“Despreciaron una tierra envidiable”

En aquellos días, el Señor dijo a Moisés en el desierto de Farán: "Envía gente a explorar el país de Canaán, que yo voy a entregar a los israelitas: envía uno de cada tribu, y que todos sean jefes." Al cabo de cuarenta días volvieron de explorar el país; y se presentaron a Moisés, a Aarón y a toda la comunidad israelita, en el desierto de Farán, en Cadés. Presentaron su informe a toda la comunidad y les enseñaron los frutos del país. Y les contaron: "Hemos entrado en el país adonde nos enviaste; es una tierra que mana leche y miel; aquí tenéis sus frutos. Pero el pueblo que habita el país es poderoso, tienen grandes ciudades fortificadas (hemos visto allí hijos de Anac). Amalec vive en la región del desierto, los hititas, jebuseos y amorreos viven en la montaña, los cananeos junto al mar y junto al Jordán."

Caleb hizo callar al pueblo ante Moisés y dijo: "Tenemos que subir y apoderarnos de esa tierra, porque podemos con ella." Pero los que habían subido con él replicaron: "No podemos atacar al pueblo, porque es más fuerte que nosotros." Y desacreditaban la tierra que habían explorado delante de los israelitas: "La tierra que hemos cruzado y explorado es una tierra que devora a sus habitantes; el pueblo que hemos visto en ella es de gran estatura. Hemos visto allí gigantes, hijos de Anac: parecíamos saltamontes a su lado, y así nos veían ellos." Entonces toda la comunidad empezó a dar gritos, y el pueblo lloró toda la noche. El Señor dijo a Moisés y Aarón: "¿Hasta cuándo seguirá esta comunidad malvada protestando contra mí? He oído a los israelitas protestar de mí. Pues diles: "Por mi vida -oráculo del Señor-, que os haré lo que me habéis dicho en la cara; en este desierto caerán vuestros cadáveres, y de todo vuestro censo, contando de veinte años para arriba, los que protestasteis contra mí no entraréis en la tierra donde juré que os establecería. Sólo exceptúo a Josué, hijo de Nun, y a Caleb, hijo de Jefoné. Contando los días que explorasteis la tierra, cuarenta días, cargaréis con vuestra culpa un año por cada día, cuarenta años. Para que sepáis lo que es desobedecerme. Yo, el Señor, juro que trataré así a esta comunidad perversa que se ha amotinado contra mí: en este desierto se consumirán y en él morirán." Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

El episodio que relata la primera lectura tiene importancia en la historia de Israel, porque viene a explicar porque entraron a Canaán sólo después de cuarenta años, el tiempo de una generación, cuando la marcha desde Egipto hasta Palestina podía haberse hecho en unos meses. El informe de los exploradores presenta dos caras: primero, las condiciones de la tierra son muy buenas (muy fértil) y, segundo, los pobladores de aquella tierra no están dispuestos a cederla a otros (se presentan como gigantes). A las puertas mismas de la tierra prometida, cuando ya poco falta para alcanzar lo esperado por tanto tiempo, algunos israelitas reaccionan con pesimismo, con duda, se desaniman y desaniman a los demás, y presentan esa tierra como un imposible. Les falta confianza en Dios y prefieren no acometer todavía a la “conquista” de Canaán, a pesar de que hay un grupo el de Caleb, que si estaría dispuesto. El “castigo” (así lo ve Israel) son los cuarenta años de peregrinación por el desierto. Ellos se lo han buscado con su pereza, su indecisión, su falta de iniciativa y valentía. Finalmente “la generación del desierto” no entrara en la tierra prometida. (Excepto Josué y Caleb).

En el fondo vemos la ambivalencia del corazón, que quiere creer, que quiere esperar y quiere amar, pero las tres cosas le cuestan extraordinariamente, el término de nuestra fe, esperanza y amor, es algo que nos rebasa, algo que sólo podemos conquistar si Dios lo conquista para nosotros primero. Es una batalla en la que hay que rendirse para vencer: rendirse a Dios confiando en él y vencer con él, confiando en que todo lo puede.
La tierra prometida era eso: tierra. Nosotros tenemos promesas mejores que el pueblo del Antiguo Testamento. Tenemos un cielo prometido. Y cuando llegue la hora de cerrar los ojos a esta tierra y entrar en ese cielo, necesitaremos toda nuestra fe, toda nuestra esperanza y todo nuestro amor. Tendremos que rendirnos de corazón ante el Señor, confiar el Él y seguir trabajando con ilusión, seguros de que la gracia Dios sigue actuando y realiza maravillas en nosotros.

SALMO RESPONSORIAL: 105
R. / Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.

Hemos pecado con nuestros padres,
hemos cometido maldades e iniquidades.
Nuestros padres en Egipto
no comprendieron tus maravillas. R.

Bien pronto olvidaron sus obras,
y no se fiaron de sus planes:
ardían de avidez en el desierto
y tentaron a Dios en la estepa. R.

Se olvidaron de Dios, su salvador,
que había hecho prodigios en Egipto,
maravillas en el país de Cam,
portentos junto al mar Rojo. R.

Dios hablaba ya de aniquilarlos;
pero Moisés, su elegido,
se puso en la brecha frente a él,
para apartar su cólera del exterminio. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMO
Alabanza al amor de Dios y reconocimiento de los pecados del pueblo desde el comienzo hasta una situación actual de miseria. Invocación a la misericordia de Dios. Al proclamar el amor de Dios, debemos al mismo tiempo reconocer nuestra miseria e infidelidad. Por eso en el “Padre Nuestro” pedimos  a diario perdón a Dios por nuestras faltas y que nos libre del mal.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 15,21-28

“Mujer, qué grande es tu fe”

En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: "Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo." Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: "Atiéndela, que viene detrás gritando." Él les contestó: "Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel." Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: "Señor, socórreme." Él le contestó: "No está bien echar a los perros el pan de los hijos." Pero ella repuso: "Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos." Jesús le respondió: "Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas." En aquel momento quedó curada su hija. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Jesús encuentra en la mujer extranjera la fe que les faltaba a sus discípulos en la barca. Jesús no le pone la cosa fácil a la buena mujer. Primero hace como si no la hubiese oído. Luego le pone dificultades que parecen duras: lo de Israel y los paganos, o lo de los hijos y los perritos. Pero ella no parece interpretar tan negativas estas palabras y reacciona con humildad e insistencia. Aquella mujer pagana es un modelo de fe, su oración por su hija enferma, es sencilla y honda: “Ten compasión de mi”. No se da por vencida ante la respuesta de Jesús y va respondiendo a las “dificultades” que la ponen a prueba.

La audacia de la mujer consiste también no sólo en acercarse a un maestro judío o en superar el obstáculo que representa el grupo de seguidores, sino sobre todo en romper la creencia que considera que fuera de Israel no hay salvación. Y, en mayor medida, su audacia consiste en romper la lógica de la comunidad judía, que, al darles prioridad a ‘las ovejas perdidas de Israel’, ignora las urgencias de los creyentes gentiles. La mujer sobrepasa todos estos obstáculos porque está en juego la vida misma de su hija. Supera los prejuicios por los que Israel excluye a los paganos y, a la vez, supera las diferencias por las que los paganos se distancian de Israel. Se salta, por medio de gritos e insistencia, el obstáculo que representan los discípulos. Quiebra la lógica de la comunidad judía, que fija unas prioridades, sin atender a las urgencias del lugar donde se encuentran realizando la misión. Pero sobre todo, quiebra la lógica de la exclusión para señalar que nadie está por fuera de la salvación.

ORACIÓN
Señor gracias por permitirnos este encuentro de oración y reflexión de tu Palabra. Señor por favor, te pedimos,  que al igual que la mujer extranjera del Evangelio de hoy nuestra fe en ti se convierta en fortaleza para enfrentar los momentos difíciles que tengamos que vivir, a pesar de los obstáculos, de las adversidades, de los “gigantes”que se nos presenten, que tengamos la  certeza que sólo en ti alcanzaremos la paz, la armonía, la sabiduría y obtendremos la tierra prometida.  ¡Auméntanos la fe!. Amén

“La humildad es la clave para no perder la fe” (papa Francisco)