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“¡CUIDADO!
QUE EL TRABAJO NO SE CONVIERTA EN UN SEDANTE”
Escuché
decir a alguien que cuando más cerca de Dios se siente es cuando está más
ocupado. Me explicó que cuando las exigencias son mayores ella se apoya más en
la fortaleza de Dios. Sin embargo, a continuación señaló, que a menos que
aparte tiempo para la oración personal, su trabajo se puede convertir
rápidamente en un escape. Unido a nuestra llave de bendición para este mes que
es sobre el reposo, reflexión que encontrarás al final de la cartilla, quisiera
que meditáras sobre como mucha gente se involucra en muchas actividades como un
escape y buscan el mecanismo de estar ocupado para enfrentar la realidad. Así
como el alcohol o un sedante pueden amortiguar los sentidos contra las
relaciones personales, las obligaciones familiares y las responsabilidades
comunitarias; así también el trabajo constante, puede disminuir nuestra
sensibilidad a los asuntos más profundos de la vida. Hace unos dos mil años el
autor del libro del Eclesiastés descubrió esto, buscó satisfacción
manteniéndose ocupado, edificando casas y plantando viñas. Pero mientras
trabajaba en la obra que había hecho se dió cuenta que todo era vaciedad:
(Eclesiastés 2,10-11). Nosotros podemos también cometer el mismo error, incluso
en las cosas y en el nombre del Señor. Hace unos días, en uno de los libros
devocionales leí acerca de un hombre muy ocupado, que en medio de sus
actividades o cansancios de alguna manera logra encontrar tiempo para dar al
día un impulso espiritual o motivacional a su vida. Es el Dr. Ben Carson, Jefe
de Neurocirugía Pediátrica del Johns Hopkins Children’s Center; una posición
que asumió en 1994 cuando tenía 33 años de edad. Veamos el testimonio del Dr.
Carson acerca de la importancia y el valor de dar el primer lugar a las cosas
espirituales: “He descubierto que seguir una disciplina espiritual (ORACIÓN), que puede ser
una meditación o una buena lectura espiritual, puede darme la fuerza y
armonía para tener un día bueno. En mi consultorio en el hospital todas las
mañanas paso al menos media hora leyendo e interiorizando la Biblia, sobre todo
el libro de los Proverbios. ¡Hay tanta sabiduría y tan profunda ahí!, durante
el día si encuentro una situación difícil, pienso de nuevo en los versículos
meditados en esa mañana y ahí encuentro ánimo y fortaleza”. Jesús tuvo que
enfrentar también días difíciles llenos de mucha ocupación y de multitudes
exigentes. En el evangelio de Marcos, lo vemos: “Levantándose muy de mañana
cuando todavía estaba oscuro, salió a un lugar solitario a orar “ (Marcos 1,35).
¿Cuándo
estás muy cargado(a), agobiado(a), buscas reposo en la oración?. Te invito a
que desde ya hoy, lo pruebes, y verás que entrarás en un camino de transformación
en tu vida y en tu día a día. Te
aconsejo también nunca aceptes más trabajo sino tienes tiempo de orar por él.
“DEJA
QUE CRISTO SEA EL PRIMER PENSAMIENTO EN LAS MAÑANAS Y EL ÚLTIMO EN LAS NOCHES”
Oro
por ti y todos los tuyos, y en este el mes del reposo te bendigo en Cristo
Jesús.
Roberto
Zamudio
PROMESA BÍBLICA DEL
MES.
“Que
saca el hombre de tanto trabajar y de tanto preocuparse, si ni siquiera de
noche descansa, esto también es vana ilusión” Eclesiastés 2,22-23
ORACIÓN AL COMENZAR EL
DÍA
Buen, Padre Dios, que iniciar este nuevo mes y nuevo día, sea para
mí, motivo para darte gracias, alabarte
y bendecirte; pero también para reconocer mi necesidad urgente de tu amor
misericordioso y bendición para mi vida. Por favor Señor, restáurame, dame un
nuevo respiro, y fuerza para volver a comenzar este día con un ánimo estrenado,
pero siempre a tu lado, contando con tu presencia, con la certeza de ser
escuchado(a) por ti. Sé que debo enfrentar en este tiempo luchas y batallas difíciles,
no sólo conmigo mismo, con mi
temperamento y carácter, sino también con mis propios desánimos, aciertos y frustraciones, problemas,
enfermedades y diferentes necesidades; pero también en las dificultades de
convivencia y de interacción, con mi entorno, con los demás, que muchas veces resultan
muy difíciles. Gracias porque al igual que tu discípulo Pedro, puedo decir: “¿A
quién iré?, si solo tu tienes palabras de Vida Eterna”, gracias porque me
animas y me fortaleces y me das nuevas fuerzas y seguridad, renovando mi manera
de pensar y sentir, para salir a enfrentar todas las adversidades. Que durante
este nuevo mes y cada día pueda reflexionar sobre esas áreas de la vida y esas
diferentes realidades que necesitan ser transformadas en ti, que todo lo que
esté acostumbrado a vivir y parece no tener esperanza ni posibilidades de cambio,
pueda ser identificado por cada uno (a) de quienes lean esta cartillita o
devocional, y solo y siempre con tu
ayuda, logremos encontrar las luces, herramientas y medios para sumergirnos en
caminos de restauración, liberación y cambio; siempre para ser unas mejores
personas, pero sobre todo para tener la certeza que a pesar de no ver
soluciones instantáneas y mágicas, aunque tenga que seguir esperando, no deje
de seguir luchando. Que tenga la seguridad de sentirme amado(a) por ti, sentir
que no estoy solo(a), que siempre el
rostro y corazón del único y verdadero Dios, Padre y Madre, siempre me
acompaña, y que en Él todo es ganancia. Que pueda declarar como Pablo: “Todo lo
puedo en Cristo que me fortalece” (Filipenses 4,13). Que tu espíritu me coloque
en sintonía en este mes y siempre con la llave de bendición que estamos
reflexionando: “EL REPOSO”. Regálame espacios, lugares, situaciones y personas,
que siempre me lleven a reposar en ti y tu amor renovador. Amén.
ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA
Llegada la noche, Buen
Señor y quizás en la intimidad de mi habitación, quiero buscar reposo en ti,
Cristo Jesús. Te doy gracias por todo lo vivido, durante este día. Gracias por
cada bendición, cada signo de tu bondad, por las personas valiosas que
colocaste a mi alrededor para bendecirme, antes de irme al sueño o restauración
en tu amor, quiero suplicar tu bendición para cada una de ellas. Tanto a ellos
como a mí, Señor, sánanos y libéranos de toda circunstancia, palabra negativa y
de dolor que haya herido nuestra mente y nuestro corazón. Dame a través de este
descanso en ti, la posibilidad de poder ser reconciliado con los que hoy me
pudieron herir en tu amor misericordioso. Regálame la fe, esperanza, ilusión y
capacidad de que mañana será un día nuevo y mejor; que hay la posibilidad en ti
de ser feliz, que ese es el llamado que tú constantemente me haces. Que con la
ayuda, valentía y fuerza de tu Espíritu, después de esta noche de reposo, pueda
mañana seguir realizando mis sueños, trabajando por conquistar mis anhelos mas
profundos y especialmente buscar el realizar hacer tu voluntad. A esta hora confieso mi fe en ti, en tus
promesas de vida y bendición, que en
este momento y mañana seguirán cambiando
mi ser y mi entorno. Me voy al descanso pidiéndote que tus brazos de Padre y Madre
tiernos y bondadosos sean mi almohadita que me transmita tu calor y seguridad,
para levantarme mañana sin miedo de seguir luchando y dando lo mejor.
Amén.