domingo, 1 de febrero de 2015

Miércoles 25 de Febrero de 2015

“EL SIGNO DE DIOS QUE REVELA SU VOLUNTAD ES LA PERSONA DE SU HIJO”

PRIMERA LECTURA
JONÁS 3,1-10

“Los ninivitas se convirtieron de su mala vida”

Vino la palabra del Señor sobre Jonás: "Levántate y vete a Nínive, la gran ciudad, y predícale el mensaje que te digo." Se levantó Jonás y fue a Nínive, como mandó el Señor. Nínive era una gran ciudad, tres días hacían falta para recorrerla. Comenzó Jonás a entrar por la ciudad y caminó durante un día, proclamando: "¡Dentro de cuarenta días Nínive será destruida!" Creyeron en Dios los ninivitas; proclamaron el ayuno y se vistieron de saco, grandes y pequeños.

Llegó el mensaje al rey de Nínive; se levantó del trono, dejó el manto, se cubrió de saco, se sentó en el polvo y mandó al heraldo a proclamar en su nombre a Nínive: "Hombres y animales, vacas y ovejas, no prueben bocado, no pasten ni beban; vístanse de saco hombres y animales; invoquen fervientemente a Dios, que se convierta cada cual de su mala vida y de la violencia de sus manos; quizá se arrepienta, se compadezca Dios, quizá cese el incendio de su ira, y no pereceremos." Y vio Dios sus obras, su conversión de la mala vida; se compadeció y se arrepintió Dios de la catástrofe con que había amenazado a Nínive, y no la ejecutó. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
El texto de hoy es tomado del libro de Jonás, nos cuenta como este profeta es enviado a una ciudad, Nínive, lugar que viene a ser como el resumen de todo lo que desagrada a Dios. Nínive es la capital del Imperio Asirio, un imperio idólatra, sanguinario, arrogante, expansivo, agresivo. Nínive es el centro de toda esa corrupción, y Jonás es un hombre enviado a predicar conversión en este sitio.

Encontramos que es un relato en el cual la simbología numérica está marcando las condiciones del anuncio. Nínive es una ciudad muy grande; tres días hacían falta para atravesarla. El anuncio de los cuarenta días, sirven para recordar los cuarenta días del diluvio o los cuarenta años del Éxodo; en fin; el tamaño del anuncio es un desafío para el profeta. Y para sorpresa de todo el mundo, Nínive escucha al profeta, y no sólo lo escucha sino que lo obedece, una muestra de las proporciones del poder de Dios, al tiempo que la conversión de este pueblo de paganos se constituye además en una fuerte crítica para el mismo pueblo judío, de duro corazón.
El profeta entra a Nínive con un mensaje que es como un látigo, entra a decir: "Esta ciudad va a ser arrasada dentro de cuarenta días" Jonás 3,4. Y los habitantes de Nínive, los ninivitas, escuchan y acogen esa palabra de Jonás. Y este lugar, que era como el centro de la corrupción en el mundo entero, se convierte en un testimonio y en un ejemplo de lo que significa aceptar la voz de Dios, de lo que significa decirle "sí" al Señor. En efecto, los ninivitas entran en un proceso de conversión, y entran todos, desde el rey hasta el último labriego, todos entran en ese proceso.
Por eso esta lectura se encuentra en la Cuaresma, porque continuamente en este tiempo se nos está hablando de conversión. Y como veremos más adelante en el evangelio de hoy encontramos a Cristo exaltando la conversión ejemplar de los ninivitas y quejándose de la incredulidad y dureza de corazón de los israelitas, porque los de su tiempo, sus contemporáneos no terminan de creerle, no terminan de aceptar el mensaje, no se convierten, no quieren obedecer la voz de Dios.
Entonces Cristo critica a esa generación que sigue pidiendo señales y señales, y les dice: "No se les va a dar ninguna señal sino la señal de Jonás" indicando así que su muerte, y la victoria de su resurrección, es lo único que quedará para ellos. ¿Pero que implica convertirse? En este libro nos describen tres cosas muy concretas: primera, Convertirse implica clamar y llamar a Dios. Los ninivitas llamaron al Señor, es que solamente en Dios está la posibilidad de un cambio en nuestras vidas. Llamarlo porque nos hemos extraviado. En segundo lugar, ellos hicieron penitencia, ayuno, o sea nos exige sacrificio. Muchas veces llegamos al pecado porque nos dejamos llevar por nuestro gusto y capricho; tenemos que tener determinados limites.
Y tercero, se arrepintieron y dejaron de obrar el mal. Examinar nuestros caminos, mirar qué tenemos que reformar, a quienes estamos dañando, hiriendo, rectificar nuestros caminos reconociendo nuestros errores. Eso es conversión. Y esta es la Cuaresma: tiempo de conversión.


SALMO RESPONSORIAL: 50
R. / Un corazón quebrantado y humillado, tú, Dios mío, no lo desprecias.

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,
por tu inmensa compasión borra mi culpa;
lava del todo mi delito,
limpia mi pecado. R.

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,
renuévame por dentro con espíritu firme;
no me arrojes lejos de tu rostro,
no me quites tu santo espíritu. R.

Los sacrificios no te satisfacen:
si te ofreciera un holocausto, no lo querrías.
Mi sacrificio es un espíritu quebrantado;
un corazón quebrantado y humillado,
tú no lo desprecias. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 11,29-32

“A esta generación no se le dará más signo que el signo de Jonás”
En aquel tiempo, la gente se apiñaba alrededor de Jesús, y él se puso a decirles: "Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. Cuando sean juzgados los hombres de esta generación, la reina del Sur se levantará y hará que los condenen; porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Cuando sea juzgada esta generación, los hombres de Nínive se alzarán y harán que los condenen; porque ellos se convirtieron con la predicación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Cuando no podemos conectarnos a internet, decimos: No hay señal, no hay conexión. Entre Jesús y su generación no había conexión. Pedían señales y signos. También a nosotros nos falta fe en Jesús y en su proyecto, que crece en lo pequeño y madura en la perseverancia fiel y sincera. Porque no podíamos ver a Dios, él se hizo hombre y unificó en Jesús lo que vemos y lo que creemos. Jesús es la mayor Señal del Padre. Él supera a Jonás y a Salomón. Su muerte y resurrección será el signo de la fidelidad del Padre a todo lo que él hizo para inaugurar su Reino en nuestra historia. Pero la generación de Jesús, con el cerebro lavado por el ritualismo y la religión de la retribución, no supo ver los signos de Dios en Jesús. Hoy vemos a muchos cristianos buscando milagros y signos espectaculares. ¿Qué o quién nos lavó el cerebro? ¿Qué o quién nos volvió ciegos al evangelio? Y ¿cómo nos libraremos de la terrible amenaza de no haber sabido ver, en la entrega servicial de Jesús, el Rostro de Dios?
  
ORACIÓN

Dios  nuestro, Tú eres  Santo, justo y compasivo, quieres que toda persona te conozca y se libere, derrama sobre nosotros y nosotras la luz de tu Espíritu para que podamos ver con claridad el plan que tienes para cada uno(a) de nosotros(as). Amén  

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