“RELACIONANDO LAS LLAVES DE BENDICIÓN CON LA INTEGRALIDAD DEL SER”
Hemos
iniciado un nuevo año, con mucho entusiasmo, alegría, optimismo, muchas
expectativas y ante todo con unos ojos y corazón llenos de esperanza, valentía
y fuerza para iniciar nuevos proyectos.
Con muchos de ustedes hemos conversado,
estamos reflexionando y orando en torno a una propuesta, clave o lema
para este 2015: “Las llaves de la Bendición”.
En torno a estas llaves que simbolizan la vida de Dios y su bendición,
quisiera recordarte algunas pautas o ideas a tener en cuenta en este nuevo mes,
y aún todavía comienzo de año:
-
VALORACIÓN
Y APRECIO
-
GRATITUD
-
RECONCILIACIÓN
-
EVALUACIÓN
-
PROYECCIÓN
Si
todavía no has empezado a comprometerte con tu vida mirando cómo estás en torno
a estos pasos propuestos, todavía hoy estás a tiempo de empezar. Vamos anímate
empieza a recorrer este camino que te va a llevar, a descubrir las llaves de
bendición que te van a abrir nuevas puertas de vida.
En
continuidad o relación con lo anterior para este nuevo mes quisiera proponerte
tres actitudes para pensarlas y especialmente decidirse a practicarlas
haciéndolas vida hoy:
1.
Vuelve
a revisar tu vida y resalta o identifica todos los talentos, oportunidades y
bendiciones que tienes. Es importante
que inicies este nuevo mes con una nueva mirada de fe, optimista de la vida, y
esta la produce el saber que Dios te ha dado muchas cualidades, capacidades,
posibilidades. Una mirada optimista de
la vida no nace o se da por generación espontanea, sino que es fruto de
reconocer, valorar y agradecer que en la vida todo no es malo, que en tu vida
todo tampoco lo es, sino que hay muchas cosas buenas que necesitas descubrir y ponerlas a
producir.
2.
Entender
que nada es fácil, por eso debes proponerte a dar la batalla y pelea en la
consecución de tus metas y sueños. Es
necesario recordar y repetir que sin esfuerzo, sacrificio y compromiso no se
consiguen las metas que se han planteado;
no te dejes seducir por esas propuestas light que hoy se escuchan por
todo lado, de ser una persona exitosa, brillante y feliz, instantánea o
mágicamente, sin trabajar, buscar y luchar. Este segundo mes del año es una
buena oportunidad para volver a revisar, concretar y decidir claramente mis
metas y objetivos, mirando las herramientas y talentos que poseo (analizando y
discerniendo) y seguirme lanzando a conquistar esos sueños.
3.
Renueva
y fortalece tu experiencia espiritual, me parece muy importante este tercer
punto, cada vez estoy más seguro que nuestros propios talentos, buenas
intenciones, preparación y nuestras solas fuerzas hoy ni nunca vamos a alcanzar
todo lo que queremos. Necesitamos de Dios, de su amor, de su sabiduría, de su
fuerza o impulso es decir de su ayuda; como lo dice San Juan en su evangelio,
“Sin mi nada pueden hacer”, Jn 15,5.
Dios el Señor actúa en nuestro interior y nos impulsa a dar lo mejor. Por eso,
creo que debemos hoy renovar nuestra relación con el Señor Jesús, volverlo a
declarar como el centro, guía y Señor de nuestra vida y darle todo nuestro ser
para que Él viva y reine en él. Desde ya te invito a hacer un pacto o
compromiso de vida con Él, de tener un año de más acercamiento y comunión con
Jesús y su proyecto de vida, de buscar de nuevo renovar, crecer en prácticas
espirituales que nos permitan constantemente estar recibiendo de Él, ese
oxigeno fresco que tanto necesitamos en medio de diferentes adversidades y una
sociedad cada vez más convulsionada que nos quiere ahogar; volvamos a beber de
ese manantial de vida que Él proporciona y que es el único que puede satisfacer
nuestro corazón vacío y cada vez más inquieto.
Un
clave importante, en las propuestas para este nuevo año es saber articular o
relacionar esas llaves de bendición en torno a la integralidad del ser humano:
Cuerpo, alma y espíritu. Sabemos que el mundo de la Biblia o antropología
bíblica ve al ser humano como una unidad integral; lo ve como un ser
tripartito, es decir siendo una unidad lo ve compuesto de cuerpo, alma y
espíritu. La verdadera felicidad consiste en dar respuesta o realización a cada
una de estas áreas del ser humano, esta es la tarea o el gran reto, que
queremos invitarte a trabajar y conquistar, aplicando las llaves de la
bendición a estas dimensiones del ser humano. Recordamos que el cuerpo (soma),
como herramienta dada por Dios, nos sirve para relacionarnos para con nuestros
semejantes y con el ambiente que nos rodea. Es imperfecto y temporal por más
que lo cuide se deteriora, enferma y acaba (muerte). El alma (psyque) como
conciencia interior nos relaciona con nosotros mismo, con nuestros procesos
afectivos, pensamientos y voluntad. El
espíritu (neuma) es patrimonio exclusivo del ser humano de comunicación con
Dios. La ciencia, hoy está concluyendo y aceptando que existe un fino hilo de
relación o unión entre estas tres partes, especialmente como lo afirmo el
neuropsiquiatra judío, uno de los más grandes científicos del siglo XXI, Víctor
Frank. En una sociedad cada vez más
estresada y estresante el hombre necesita de una respuesta, un alimento y
medicina para su integralidad , ayuda para el aumento de las depresiones,
tristezas, migrañas y deficiencias cardiacas, ¿No será que a veces en lugar de
concentrar tanto la atención en los
síntomas externos deberíamos ahondar un poco más buscar la raíz de la enfermedad no en lo
somático sino en lo psíquico y aún un poco más adelante en lo espiritual?. Como
lo ves es una cadena de tres eslabones. Es el pan de cada día acudir al médico
por un fuerte dolor y salir muy satisfecho por haber recibido una fórmula o
receta de un nuevo analgésico muy potente que está de moda traído de USA. Claro
está la alegría durará hasta el próximo dolor y la consiguiente visita al
médico. Por ello para finalizar de nuevo la invitación en este mes y año de
buscar las llaves de la bendición integral a nuestra vida, familia y sociedad.
Oro
por ti, los tuyos, tu comunidad, entregándote de nuevo en el nombre de Jesús el
Señor las llaves de bendición para este nuevo mes.
PROMESA
BÍBLICA DEL MES
“Que Dios los haga felices en
todo su ser: Espíritu, alma y cuerpo, sin defecto alguno hasta su venida.”
1ra de Tesalonisenses 5,23
SEGUNDA
LLAVE DE BENDICIÓN: LA TRIPLE A
1.
AGRADECIMIENTO:
La acción de
gracias nace de valorar y apreciar, de reconocer que estoy en deuda con otro,
que actúa a mi favor porque me ama, ese
otro es Dios. La gratitud me hace reconocer que desde la vida el gran don de
Dios, se llama Jesucristo y no lo merezco. La mejor forma de darle gracias a
Dios por Jesucristo es reconociendo y valorando el servicio, ayuda y bendición
que Dios me da a través de otras personas. La gran oración de todos los que se
sienten agradecidos con Dios y la vida
se llama “Eucaristía”, que precisamente significa acción de gracias, es la
mejor forma o manifestación de gratitud. La oración de acción de gracias es el
reconocimiento de que en Jesucristo, Dios se nos ha dado todo y en todos. Te lo
recuerdo de nuevo: “La gratitud siempre te abre caminos de bendición, en cambio
la ingratitud te los cierra, y atrae consigo toda clase de maldición. Algunos textos
bíblicos sobre la gratitud para reflexionar:
Salmo 92,2-3; Salmo 100,4; Salmo 107,22; 1ra de Tesalonicenses 5,18;
Lucas 8,39.
2.
LA
ALABANZA:
La oración de
alabanza surge del reconocimiento de la grandeza de Dios, de una vida profunda
de agradecimiento. Es reconocer la grandeza, la bondad, el poderío y las
maravillas de Dios. La oración de alabanza es aquella donde se descubre lo
extraordinario de las cosas sencillas y cotidianas, no es solamente
maravillarse ante los milagros, las cosas extrañas, raras, grandes y poderosas,
sino que surge de la capacidad de ver o de captar lo extraordinario en las
cosas más simples. La oración de alabanza está asociada a la capacidad de
admiración y nosotros si que la hemos ido perdiendo. Cuando uno está niño o joven y está lloviendo
somos felices bajo la lluvia y no nos importa nada, pero cuando estamos más
grandes empezamos a complicarnos la vida, a pensar en que se nos va a mojar el
vestido, los zapatos, etc. Necesitamos aprender de la escuela de alabanza de la
vida, a hacer el ejercicio de disfrutar lo inesperado y de sacar de lo
ordinario lo extraordinario, a aprender a sacarle jugo a todas las situaciones
de la vida y aprender a reírse de uno mismo. Con el paso de los años nos vamos
volviendo muy serios, muy trascendentales y la vida como alabanza requiere
aprender a reírnos de nuestras propias equivocaciones, de nuestros errores y
embarradas. Muchos me han escuchado decir muchas veces que la persona feliz, el
verdadero alabador, el que disfruta plenamente la vida es el que la ve con ojos
de turista.
Algunos
textos bíblicos sobre la alabanza para reflexionar:
Salmo 9,1; Salmo 46,1, Salmo
119,164; Nehemías 8,10-12.
Beneficios
de la alabanza:
-La alabanza derrota a los demonios: 1ra
Samuel 16,14-19
-La alabanza produce victoria: 2da
Crónicas 20,1-23
-La alabanza da buen humor: Salmo 126,2
-La alabanza mantiene la salud: Proverbios
17, 22.
3.
ADORACIÓN:
La adoración bíblica está
relacionada con la contemplación y la preparación para la escucha de la voz del
Señor. De tal manera tiene que ver con una interiorización, que nos lleva a la
escucha en clave de un silencio profundo del corazón. La adoración después del
momento gozoso, festivo, de bulla y a veces folklórico que a veces es la
alabanza es entrar en la intimidad, como
decía Teresa de Ávila para experimentar el momento de amor pleno con el amado.
Al igual que la alabanza y la acción de gracias, el reto de la adoración no
está o no se queda en el templo, sino que tiene que salir a la vida y hacerse
todo un estilo de vida propio que es la característica del verdadero adorador.
El objeto o centro de la
adoración solamente es Dios en su Trinidad. No se adoran santos, personas o cosas, esto se llamaría
idolatría, el lugar de adoración por excelencia es la vida. Pero la adoración
se da a través de unos actos o expresiones, como las palabras, los gestos, los
detalles, la entrega, el servicio. Es decir la adoración es toda una
experiencia de amor que se vive y se comparte con Dios y con el otro.
Algunos textos de adoración
bíblica para reflexionar:
Juan 4,24; Éxodo
23,25; Apocalipsis 5,13; Salmo 96,6; Mateo 4,10
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