domingo, 1 de febrero de 2015

Viernes 27 de Febrero de 2015

APRENDER A SEGUIR CRISTO  PARA  NO QUEDARSE EN EL PASADO

PRIMERA LECTURA
EZEQUIEL 18,21-28

“¿Acaso quiero yo la muerte del malvado, y no que se convierta de su conducta y que viva?”
Así dice el Señor Dios: "Si el malvado se convierte de los pecados cometidos y guarda mis preceptos, practica el derecho y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá. No se le tendrán en cuenta los delitos que cometió, por la justicia que hizo, vivirá. ¿Acaso quiero yo la muerte del malvado -oráculo del Señor-, y no que se convierta de su conducta y que viva? Si el justo se aparta de su justicia y comete maldad, imitando las abominaciones del malvado, ¿vivirá acaso?; no se tendrá en cuenta la justicia que hizo: por la iniquidad que perpetró y por el pecado que cometió, morirá.
Comentáis: "No es justo el proceder del Señor." Escuchad, casa de Israel: ¿Es injusto mi proceder?, ¿o no es vuestro proceder el que es injusto? Cuando el justo se aparta de su justicia, comete la maldad y muere, muere por la maldad que cometió. Y cuando el malvado se convierte de la maldad que hizo y practica el derecho y la justicia, él mismo salva su vida. Si recapacita y se convierte de los delitos cometidos, ciertamente vivirá y no morirá."  Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Dios abre su corazón: no quiere la muerte. Él es el Dios vivo, el Dios que da la vida, el Dios que vence a la muerte. Dios no quiere la muerte, sino que la increpa con dura voz: "Oh muerte, ¡yo seré tu muerte!" (Os 13,14).; ¿podría decirlo de modo más claro que aquello que leemos en el Deuteronomio? Allí encontramos: "Al cielo y a la tierra pongo hoy como testigos contra vosotros de que he puesto ante ti la vida y la muerte, la bendición y la maldición. Escoge, pues, la vida para que vivas, tú y tu descendencia, amando al Señor tu Dios, escuchando su voz y allegándote a Él; porque eso es tu vida y la largura de tus días, para que habites en la tierra que el Señor juró dar a tus padres Abraham, Isaac y Jacob" (Dt 30,19-20).
La condición para que el pecador viva es simplemente que se aparte de aquello que le mata, es decir, del pecado. Así entendemos que arrepentirse es un acto de supervivencia y un modo sencillo y directo de amarse rectamente a sí mismo. Cosa que es bueno saber en todo tiempo pero que resulta tanto más saludable en el tiempo de cuaresma, tiempo por excelencia para arrepentirnos de nuestras culpas. Toda la conversión es la historia de un hombre que deja lo que le mata y se vuelve hacia quien es su Vida. Y así como el que se vuelve al sol necesariamente es iluminado, así también quien vuelve a mirar a Dios es vivificado.
SALMO RESPONSORIAL: 129
R./ Si llevas cuenta de los delitos, Señor, ¿quién podrá resistir?

Desde lo hondo a ti grito, Señor;
Señor, escucha mi voz;
estén tus oídos atentos
a la voz de mi súplica. R.

Si llevas cuenta de los delitos, Señor,
¿quién podrá resistir?
Pero de ti procede el perdón,
y así infundes respeto. R.

Mi alma espera en el Señor,
espera en su palabra;
mi alma aguarda al Señor,
más que el centinela la aurora.
Aguarde Israel al Señor,
como el centinela la aurora. R.

Porque del Señor viene la misericordia,
la redención copiosa;
y él redimirá a Israel
de todos sus delitos. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 5,20-26

“Vete primero a reconciliarte con tu hermano”
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si no sois mejores que los escribas y fariseos, no entraréis en el reino de los cielos. Habéis oído que se dijo a los antiguos: "No matarás", y el que mate será procesado. Pero yo os digo: Todo el que esté peleado con su hermano será procesado. Y si uno llama a su hermano "imbécil", tendrá que comparecer ante el Sanedrín, y si lo llama "renegado", merece la condena del fuego.
Por tanto, si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene quejas contra ti, deja allí tu ofrenda ante el altar y vete primero a reconciliarte con tu hermano, y entonces vuelve a presentar tu ofrenda. Con el que te pone pleito, procura arreglarte en seguida, mientras vais todavía de camino, no sea que te entregue al juez, y el juez al alguacil, y te metan en la cárcel. Te aseguro que no saldrás de allí hasta que hayas pagado el último cuarto." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El texto comienza llamando la atención sobre el modo de obrar de la multitud, que debe superar las incoherencias de los letrados y fariseos, para quienes el cumplimiento de los preceptos y ritos de la ley primaba por sobre la convivencia justa y fraterna con los hermanos. La propuesta de Jesús centra su atención en el ser humano y su capacidad de amar, ese don de Dios puesto en el centro del corazón humano que no se puede atrofiar. Si ello sucede, se vician todas las relaciones y proyectos humanos, al punto de perder su trascendencia histórica y salvífica.
Hoy estamos viendo y viviendo conflictos sociales, económicos y culturales que, llevados al extremo, han desencadenado guerras y muchas muertes. Ellas dan cuenta de la estrechez del corazón humano, que se ha dejado arrebatar su capacidad de amar por intereses mezquinos, que hacen cada vez más grande la distancia entre víctimas y victimarios en los proyectos de muerte.
Hablar hoy de una auténtica reconciliación implica un proceso largo en el que se deben desmontar las estructuras inmorales e injustas que por siglos han gestado odios y rencores entre personas y pueblos enteros.

ORACIÓN

Te rogamos Señor, que en este tiempo de Cuaresma, nos llenes con tu Espíritu Santo, ayúdanos a buscarte de todo corazón,  que no nos conformemos con los ritos tradicionales y externos, sino que nos lleves a un cambio y transformación de nuestra vida, buscando  momentos de reconciliación, paz y solidaridad con nuestros hermanos; que con nuestros actos y vida denunciemos todo tipo de opresión, explotación e injusticia social que percibamos. Amén    

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