viernes, 1 de agosto de 2014

Miércoles 13 de Agosto de 2014



“LA AMONESTACIÓN OFRECE LA SALVACIÓN”

PRIMERA LECTURA
EZEQUIEL 9, 1-7; 10, 18-22


“La marca en la frente de los que se lamentan afligidos por las abominaciones de Jerusalén”

Oí al Señor llamar en voz alta: Acercaos, verdugos de la ciudad, empuñando cada uno su arma mortal." Entonces aparecieron seis hombres por el camino de la puerta de arriba, la que da al norte, empuñando mazas. En medio de ellos, un hombre vestido de lino, con los avíos de escribano a la cintura. Al llegar, se detuvieron junto al altar de bronce.

La gloria del Dios de Israel se había levantado del querubín en que se apoyaba, yendo a ponerse en el umbral del templo.

Llamó al hombre vestido de lino, con los avíos de escribano a la cintura, y le dijo el Señor: Recorre la ciudad, atraviesa Jerusalén y marca en la frente a los que se lamentan afligidos por las abominaciones que en ella se cometen."

A los otros les dijo en mi presencia: "Recorred la ciudad detrás de él, hiriendo sin compasión y sin piedad. A viejos, mozos y muchachas, a niños y mujeres, matadlos, acabad con ellos; pero a ninguno de los marcados lo toquéis. Empezad por mi santuario." Y empezaron por los ancianos que estaban frente al templo. Luego les dijo: Profanad el templo, llenando sus atrios de cadáveres, y salid a matar por la ciudad."

Luego la gloria del Señor salió, levantándose del umbral del templo, y se colocó sobre los querubines. Vi a los querubines levantar las alas, remontarse del suelo, sin separarse de las ruedas, y salir. Y se detuvieron junto a la puerta oriental de la casa del Señor; mientras tanto, la gloria del Dios de Israel sobresalía por encima de ellos.

Eran los seres vivientes que yo había visto debajo del Dios de Israel a orillas del río Quebar, y me di cuenta de que eran querubines. Tenían cuatro rostros y cuatro alas cada uno, y una especie de brazos humanos debajo de las alas, y su fisonomía era la de los rostros que yo había contemplado a orillas del río Quebar. Caminaban de frente. Palabra de Dios.

REFLEXIÓN
Este pasaje del profeta Ezequiel que leemos hoy nos puede resultar un poco difícil de entender ¿Cómo es posible que el mismo Dios de la orden de profanar el templo y destruir su ciudad? pues si ya las abominaciones del pueblo habían acabado con la santidad del templo, ya no era el lugar de Dios sino el lugar de la maldad, idolatría, comercio y esclavitud. Hay momentos de la historia, tan tensos, que se requiere un cambio de visión o de paradigmas, es decir, un cambio en la manera de ver y de enfrentar el mundo, de juzgar los acontecimientos y realidades y de establecer la espiritualidad en medio de las diferentes relaciones sociales. Son momentos de cambio de modelo social y también de cambio de modelo mental. Dios y la teología no son estáticos o inmóviles, y ese mismo dinamismo lo transmite el Señor a la creación para estar transformándola constantemente.
Las abominaciones e idolatrías eran tantas y el desapego de Israel hacia el Señor tan profundo, que Ezequiel, el profeta, se quedó convencido de la necesidad del castigo divino. Con categorías simbólicas se describe el castigo que será ejecutado por pueblos paganos. Seis personajes, símbolo de la invasión babilónica, reciben la orden de exterminar todos los que obran el mal. Solo deben dejar con vida a quienes se alejen de la idolatría y rechacen las abominaciones, quienes previamente habían sido marcados por el séptimo personaje, como en el episodio del Éxodo. El castigo comienza por el lugar que se había alejado más del proyecto de Dios y había profanado la vida: “el templo”

 SALMO RESPONSORIAL: 112
R. / La gloria del Señor se eleva sobre el cielo.

Alabad, siervos del Señor,
alabad el nombre del Señor.
Bendito sea el nombre del Señor,
ahora y por siempre. R.

De la salida del sol hasta su ocaso,
alabado sea el nombre del Señor.
El Señor se eleva sobre todos los pueblos,
su gloria sobre el cielo. R.

¿Quién como el Señor, Dios nuestro,
que se eleva en su trono
y se abaja para mirar
al cielo y a la tierra? R.

OREMOS CON EL SALMO y acerquémonos a su contexto
Este breve himno propone un doble motivo para alabar a Dios: su infinita grandeza, que trasciende todos los límites del universo y su admirable condescendencia, que lo mueve a “inclinarse” bondadosamente hacia la tierra  para elevar a los más pobres y desamparados. Con este Salmo se inicia una colección de seis poemas (Sal. 113 -118) que la tradición rabínica denomina “Halel”, palabra hebrea vinculada con la exclamación litúrgica “¡Aleluya!”. Estos Salmos eran cantados en las fiestas religiosas más importantes, sobre todo durante la celebración de la Cena pascual (Mt. 26. 30).

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 18, 15-20

“Si te hace caso, has salvado a tu hermano”

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un pagano o un publicano. Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo. Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos". Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
La comunidad de Jesús es una comunidad de paz. Se le ha concedido el ministerio de la reconciliación y del perdón. Jesús, que había dado a Pedro y a los apóstoles el ministerio de la reconciliación (Mat 16,19), ahora se lo da también a las comunidades. Somos comunidades dotadas del ministerio de la reconciliación. El método para la reconciliación tenía los siguientes pasos: primero a solas para conocer las motivaciones y la situación de la persona, si eso no bastaba debía llamarse a dos testigos, y si eso tampoco funcionaba debía plantearlo a la comunidad. Va creciendo en este método la presencia del Espíritu y la motivación para que el que ha cometido un fallo recapacite y vuelva a la comunidad. Pero si no se hace caso a la comunidad este hermano o hermana se autoexcluye de la misma. No se le expulsa, el mismo se excluye. Si esto sucede tiene todavía cabida en la oración. Es tan fuerte la presencia de Jesús en las comunidades, que si dos o tres se reúnen en su nombre está asegurada su presencia misericordiosa. La fuerza del perdón es un regalo del Espíritu para un mundo fracturado por el odio y la violencia.

ORACIÓN
Dios que nos educa y nos reprende, ayúdanos ante las fallas y equivocaciones, a recibir tu sabiduría tanto para exhortar a nuestros hermanos, como para recibir los llamados de atención que merecemos y necesitamos para cambiar. Que como comunidad busquemos siempre el crecimiento espiritual y no la destrucción de los hermanos. Únenos Señor para orar no solo por las necesidades sino por nuestras debilidades para poder cambiar y ser cada vez mejores hijos e hijas tuyos(as).  Amén


“Dios nos enseña a mostrar las equivocaciones con amor, firmeza y  siempre para construir”

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