martes, 1 de julio de 2014

Viernes 25 de Julio de 2012

Santiago, apóstol

“INMERSOS(AS) EN EL MISTERIO DEL SERVICIO”

PRIMERA LECTURA
HECHOS 4,33;5,12.27-33;12,2

“El rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago”

En aquellos días, los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús con mucho valor y hacían muchos signos y prodigios en medio del pueblo. Los condujeron a presencia del Sanedrín y el sumo sacerdote los interrogó: "¿No os habíamos prohibido formalmente enseñar en nombre de ése? En cambio, habéis llenado Jerusalén con vuestra enseñanza y queréis hacernos responsables de la sangre de ese hombre." Pedro y los apóstoles replicaron: "Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres. El Dios de nuestros padres resucitó a Jesús, a quien vosotros matasteis, colgándolo de un madero. La diestra de Dios lo exaltó, haciéndolo jefe y salvador, para otorgarle a Israel la conversión con el perdón de los pecados. Testigos de esto somos nosotros y el Espíritu Santo, que Dios da a los que le obedecen." Esta respuesta los exasperó, y decidieron acabar con ellos. Más tarde, el rey Herodes hizo pasar a cuchillo a Santiago, hermano de Juan. Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
En la fiesta hoy del discipulado del apóstol Santiago, la escena que nos presenta esta primera lectura es hermosa. La escuela o comunidad del médico Lucas que escribe y es el animador bíblico de esta comunidad, hace una clara distinción entre los hombres que ahora se enfrentan sin miedo al sanedrín y a aquellos que tenía miedo a la hora de la muerte de Jesús. El Espíritu que ahora habita a las discípulas y discípulos, es el Espíritu del Resucitado, que les hace valientes, sabios(as) y que les lleva más allá de toda lógica, capaces de hablar por encima de las voluntades humanas y de saber que la vida no nos puede ser arrebatada porque ella le pertenece solo a Dios. En este sentido el texto es claro en que dicha valentía no proviene de un hecho humano, sino de la experiencia con el Espíritu que ahora está dentro de ellos.

La promesa que se realizó el día de Pentecostés, ha transformado a estos hombres y mujeres; los ha hecho nacer a una vida o dimensión nueva: en la manera de pensar, en la manera de ver la realidad y el mundo, nueva en la manera de sentir, en la manera de hablar y nueva en la manera de actuar y enfrentar las situaciones de adversidad. Ya no están poseídos por el miedo a los poderosos, ni por la desazón de no encontrarle sentido a la vida. Dios les ha mostrado que en la muerte en cruz de su Hijo hay una invitación a toda la humanidad a optar por un estilo diferente de vida.
                   
SEGUNDA LECTURA
2 CORINTIOS 4,7-15

“Llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús”

Hermanos: Este tesoro del ministerio lo llevamos en vasijas de barro, para que se vea que una fuerza tan extraordinaria es de Dios y no proviene de nosotros. Nos aprietan por todos lados, pero no nos aplastan; estamos apurados, pero no desesperados; acosados, pero no abandonados; nos derriban, pero no nos rematan; en toda ocasión y por todas partes, llevamos en el cuerpo la muerte de Jesús, para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestro cuerpo. Mientras vivimos, continuamente nos están entregando a la muerte, por causa de Jesús; para que también la vida de Jesús se manifieste en nuestra carne mortal. Así, la muerte está actuando en nosotros, y la vida en vosotros.
Teniendo el mismo espíritu de fe, según lo que está escrito: "Creí, por eso hablé", también nosotros creemos y por eso hablamos; sabiendo que quien resucitó al Señor Jesús también con Jesús nos resucitará y nos hará estar con vosotros. Todo es para vuestro bien. Cuantos más reciban la gracia, mayor será el agradecimiento, para gloria de Dios.  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Pablo nos ofrece en esta segunda lectura, toda una teología sobre el servicio y ministerio de la Palabra. Es un apóstol que habla desde su propia experiencia, desde una vida íntimamente relacionada con Cristo y consagrada por entero a predicar  al Mesías Salvador entre todos los pueblos.

Pablo entiende que su ministerio es una participación en la muerte y resurrección de Jesucristo. Si en la muerte de Jesús triunfa la fuerza vivificante del Espíritu Santo, también triunfa la extraordinaria fuerza de Dios en medio de la debilidad de quienes anunciamos el evangelio. Pues el “evangelio es fuerza de Dios para salvar a los creyentes”. Que esta fuerza es de Dios y no de los hombres se ve con claridad precisamente al considerar las múltiples debilidades de quienes anuncian el evangelio.
Pablo  manifiesta, no solo a sí mismo sino a toda la  comunidad de Corinto que somos “vasijas de barro” en  las  manos del Creador,  que por dentro llevamos un tesoro muy grande, que es Jesucristo, salvación de Dios para toda la humanidad. Pablo, resume sus tareas apostólicas: “Nos aprietan, pero no nos aplastan, estamos apurados, pero no nos desesperamos”.  En todo nos sentimos unidos a Cristo. La comunidad se ha solidarizado con Cristo en los sufrimientos, con la esperanza de que también ella participará de su triunfo: “Quien resucitó al Señor Jesús también con Él nos resucitará a nosotros”.

El discípulo(a) misionero(a), es ante todo ministro(a) o servidor(a) de la comunidad y para ello debe prepararse sabiendo que parte de su equipaje misionero va a ser el sufrimiento por Cristo, siendo consciente de que lleva un tesoro en vasija de barro. Todos somos frágiles, por las enfermedades, dificultades que nos aprietan desde afuera y por la debilidad que sentimos desde adentro. Esto nos debe hacer humildes y realistas.
Como Pablo, debemos confiar en Dios, no dejándonos amilanar ni desilusionar por las dificultades y debilidades personales y comunitarias. Hoy él nos da un ejemplo magnífico de valentía y generosidad en medio de las tribulaciones, siguiendo de esta manea los pasos de Jesús, que se entregó totalmente para liberar a la humanidad del yugo que la oprimía.

SALMO RESPONSORIAL: 66
R. /  Oh Dios, que te alaben los pueblos, que todos los pueblos te alaben.

El Señor tenga piedad y nos bendiga,
ilumine su rostro sobre nosotros;
conozca la tierra tus caminos,
todos los pueblos tu salvación. R.

Que canten de alegría las naciones,
porque riges el mundo con justicia,
riges los pueblos con rectitud
y gobiernas las naciones de la tierra. R.

La tierra ha dado su fruto,
nos bendice el Señor, nuestro Dios.
Que Dios nos bendiga; que le teman
hasta los confines del orbe. R.

OREMOS CON EL SALMO Y ACERQUÉMONOS A SU CONTEXTO
La recolección de la cosecha es motivo para invitar a todos los pueblos a dar gracias a Dios. La providencia de Dios se extiende a todas las criaturas, a todos los pueblos. Todos experimentan los frutos de su bondad.


LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 20,20-28

“Mi cáliz lo beberéis”

En aquel tiempo, se acercó a Jesús la madre de los Zebedeos con sus hijos y se postró para hacerle una petición. Él le preguntó: "¿Qué deseas?" Ella contestó: "Ordena que estos dos hijos míos se sienten en tu reino, uno a tu derecha y el otro a tu izquierda." Pero Jesús replicó: "No sabéis lo que pedís. ¿Sois capaces de beber el cáliz que yo he de beber?" Contestaron: "Lo somos." Él les dijo: "Mi cáliz lo beberéis; pero el puesto a mi derecha o a mi izquierda no me toca a mí concederlo, es para aquellos para quienes lo tiene reservado mi Padre."

Los otros diez, que lo habían oído, se indignaron contra los dos hermanos. Pero Jesús, reuniéndolos, les dijo: "Sabéis que los jefes de los pueblos los tiranizan y que los grandes los oprimen. No será así entre vosotros: el que quiera ser grande entre vosotros, que sea vuestro servidor, y el que quiera ser primero entre vosotros, que sea vuestro esclavo. Igual que el Hijo del hombre no ha venido para que le sirvan, sino para servir y dar su vida en rescate por muchos." Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
La memoria festiva de un apóstol es siempre estimulante para renovar nuestro modelo de iglesia. Por encima de todo, un apóstol es un testigo del Resucitado. Por un lado vemos a Santiago, una madre, unos discípulos dentro del esquema injusto de este mundo. Con ansias de poder, de prestigio, de protagonismo. Y la envidia rondando en la mente de los que no pueden escalar esos honores. Es el esquema del mesianismo de la toma de poder para oprimir a los demás. Lo increíble del texto evangélico es que todo esto sucede camino de Jerusalén. Para los discípulos, en su mente, es la ciudad del poder, del templo separado de la vida. Para Jesús es la ciudad donde se mata a los profetas. Dos músicas diferentes. Pero la fiesta de hoy nos hace comprender el cambio, la ruptura, el bautismo de sangre de estos testigos que experimentaron la novedad del Resucitado y se convirtieron en sus mensajeros hasta sufrir el martirio. Una fiesta para reflexionar sobre nuestro modelo de Iglesia. Puestos en una balanza, qué predomina hoy más en nuestras estructuras sociales y eclesiales: el servicio, la fraternidad o la sed de poder y de prestigio? 

ORACIÓN
Amado Dios, ayúdanos para que el anuncio del Evangelio refleje signos que generan vida, con nuestras actitudes y obras, que al igual que los apóstoles, contemos con la luz de tu Espíritu, para que con sincera disposición nos entreguemos a dar y ayudar como Tú y como ellos y ellas nos enseñan. Amén.

“Utilicemos también los modernos medios de comunicación social para servir en la redención del mundo”



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