“TODAS LAS PROMESAS DE DIOS SE HAN
CUMPLIDO EN CRISTO JESÚS”
PRIMERA
LECTURA
Isaías
35, 4-7aREFLEXIÓN
El profeta Isaías es el profeta de la consolación. El pueblo en medio del dolor que ha generado el destierro, necesita una voz de aliento y esperanza, por eso el profeta los invita a tener valor a que «no tengan miedo», es necesario confiar en Dios pues él va a salvar a su pueblo de la esclavitud.
El
profeta evoca con sus palabras el recuerdo de la tierra de Palestina con sus
riquezas naturales, torrentes y manantiales, una tierra fértil y espaciosa, un
paraíso o una tierra prometida, que les espera después del exilio, a la que
regresarán como en un nuevo éxodo. En esta tierra se volverán a instaurar y
reconstruirán el Templo, la ciudad y la historia. Y vivirán en plenitud, llenos
de vida y salud, con sus órganos de los sentidos completos, capaces de percibir
lo que está pasando a su alrededor. En las mismas palabras del profeta, se
puede descubrir la fuerza de Dios, que busca reanimar a los abatidos y
transformar la tierra devastada. El profeta anuncia tantos bienes que parece la
llegada de los tiempos mesiánicos.
Salmo
responsorial: 145
R.
/ Alaba, alma mía, al SeñorQue mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos,
el Señor guarda a los peregrinos. R.
Sustenta
al huérfano y a la viuda
y
trastorna el camino de los malvados. El Señor reina eternamente, / tu Dios, Sión de edad en edad. R.
SEGUNDA
LECTURA
Santiago
2. 1-5
“¿Acaso
no ha elegido Dios a los pobres para hacerlos herederos del Reino?”
REFLEXIÓN
La
carta de Santiago es un reclamo fuerte a la fraternidad. El que hace distinción
de personas en la asamblea, es decir, en la celebración litúrgica, no puede ser
cristiano. Santiago en su carta nos habla de diferencias y desigualdades en el
interior de la misma comunidad, paradójicamente donde se tendría que construir
otro modelo que prefigure la relación que los seres humanos deben construir en
la vida social. En una palabra: la fraternidad, como fruto del mandamiento del
amor, empieza en la misma celebración litúrgica y se debe hacer realidad en las
relaciones sociales de los miembros de la comunidad.
Cada vez que el cristiano celebra la eucaristía debe asumir el compromiso del amor real, un amor que se hace efectivo en las obras que enriquecen la vida y la llenan de contenidos de humanización. Ésta es una tarea que tenemos que asumir para hacer de la celebración cristiana un espacio de vida abundante y de experiencia profunda de amor.
LECTURA
DEL EVANGELIO
Marcos
7, 31-37
“Hace
oír a los sordos y hablar a los mudos”
El
evangelio de hoy nos dice que los paganos también fueron destinatarios del
anuncio del Reino de Dios por parte de Jesús. Que saliendo Jesús de nuevo de la
región de Tiro se dirigió por Sidón hacia el mar de Galilea, por en medio de
los límites de la Decápolis, todo en territorio pagano. Y le trajeron un
sordomudo y le pidieron que le impusiera las manos. Es una de las poquísimas
veces que vemos a Jesús fuera de su país; si creemos a los evangelios, Jesús,
prácticamente, no viajó al extranjero. Es importante señalar que en aquel
entonces, ir al «extranjero» es también ir al «mundo de los paganos»... no como
hoy. En este fragmento del evangelio de Marcos observamos a Jesús pues en medio
de gente de otra religión… Puede ser muy significativo para nosotros el
comportamiento que tenga hacia esas personas que no creen en el Dios de Abraham
que cree Jesús...
En
efecto. Vemos en primer lugar cómo Jesús no está entre los gentiles o paganos
con una actitud «apostólica», tampoco parece preocupado por hacer entre ellos
proselitismo religioso: no trata de convertir a nadie a su religión, a la fe
israelita, en el Dios de Abraham. Y tampoco vemos que Jesús aproveche su paso
para «impartir la doctrina», «enseñar y divulgar las santas máximas de su
religión». Más aún: observemos que ni siquiera predica, no da discursos
religiosos. Más bien, simplemente «cura». Es decir: no teoría, sino práctica.
Hechos, no dichos.
No podemos decir que Jesús pase por el territorio pagano con indiferencia, o con los ojos cerrados, como si no tuviera nada que hacer allí… Más bien diríamos que lo que considera es que no tiene mucho que decir. No lo vemos discurseando, ni dando su «servicio de la palabra», sino curando y sanando. No habla del Reino (lo que es su «profesión» y hasta su «obsesión» dentro de los límites de Israel); fuera de su territorio religioso calla sobre el Reino y «hace Reino». O como dice la gente al verle: «hace el bien», no habla sobre el bien, «donde se hace el bien, allí está el Reinado de Dios»,
ORACIÓN
Hoy nos muestras
en tu Palabra como a través de los profetas das ánimo y certeza de una vida
diferente para quienes has llamado a formar parte de tu pueblo. Ayúdanos por
favor para permanecer en esa promesa de
liberación, que nos quita todas las limitaciones para comprender la verdadera
dimensión del amor del Padre en Jesús. Amén
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Mensaje o Intercesión por: