sábado, 1 de septiembre de 2012

Sábado 01 de Septiembre de 2012

“DIOS HA ELEGIDO LA DEBILIDAD, PERO TAMBIÉN CUENTA CON NUESTRAS CAPACIDADES”

PRIMERA LECTURA
1Corintios 1, 26-31

“Dios ha escogido lo débil del mundo”

Hermanos, fijaos en vuestra asamblea, no hay en ella muchos sabios en lo humano, ni muchos poderosos, ni muchos aristócratas; todo lo contrario, lo necio del mundo lo ha escogido Dios para humillar a los sabios, y lo débil del mundo lo ha escogido Dios para humillar el poder.

Aún más, ha escogido la gente baja del mundo, lo despreciable, lo que no cuenta para anular a lo que cuenta, de modo que nadie pueda gloriarse en presencia del Señor.

Por él vosotros sois en Cristo Jesús, en este Cristo que Dios ha hecho para nosotros sabiduría, justicia, santificación y redención.

Y así -como dice la Escritura- "el que se gloríe, que se gloríe en el Señor". Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Ya hemos visto cómo Pablo destaca la singularidad de la fe en Cristo: en un ambiente plagado de religiones y sistemas de creencias que alardean de conocimiento y de poder, el Mesías que Pablo anuncia aparece como débil y su sacrificio como un absurdo. Y sin embargo de ese absurdo y de esa impotencia viene la salvación, que se realiza no a través de las fuerzas o conquistas humanas sino a través del regalo de su amor en la Cruz, y a través del regalo de creer.

Hoy la lectura sigue en esa misma dirección de pensamiento: la sabiduría o el poder son fuentes de orgullo y de discriminación entre los hombres; por el contrario, el amor y la misericordia son fuentes de humildad y tienen su lugar propio entre los humildes. O dicho con otras palabras: la comunidad que nace de la predicación de la Cruz tendrá siempre como punto de referencia a sus "crucificados," esto es, sus pobres, sus humildes, sus descalificados. Si Cristo Crucificado es señal de oprobio y ha sido rechazado, el signo de Cristo en medio de su Iglesia serán sobre todo aquellos de los que tal vez nos avergonzamos o aquellos a los que excluimos.

Salmo responsorial: 32
R.  / Dichoso el pueblo que el Señor se escogió como heredad.

Dichosa la nación cuyo Dios es el Señor,
el pueblo que él se escogió como heredad.
El Señor mira desde el cielo,
se fija en todos los hombres. R.

Los ojos del Señor están puestos en sus fieles,
en los que esperan en su misericordia,
para librar sus vidas de la muerte
y reanimarlos en tiempo de hambre. R.

Nosotros aguardamos al Señor:
él es nuestro auxilio y escudo;
con él se alegra nuestro corazón,
en su santo nombre confiamos. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 25, 14-30

“Como has sido fiel en lo poco, pasa al banquete de tu señor”

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos esta parábola: "Un hombre que se iba al extranjero llamó a sus empleados y los dejó encargados de sus bienes: a uno le dejó cinco talentos de plata, a otro dos, a otro uno, a cada cual según su capacidad; luego se marchó. El que recibió cinco talentos fue enseguida a negociar con ellos y ganó otros cinco. El que recibió dos hizo lo mismo y ganó otros dos. En cambio, el que recibió uno, hizo un hoyo en la tierra y escondió el dinero de su señor.

Al cabo de mucho tiempo volvió el señor de aquellos empleados y se puso a ajustar cuentas con ellos. Se acercó el que había recibido cinco talentos y le presentó otros cinco, diciendo: "Señor, cinco talentos me dejaste; mira, he ganado otros cinco". Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor". Se acercó luego el que había recibido dos talentos y dijo: "Señor, dos talentos me dejaste; mira, he ganado otros dos". Su señor le dijo: "Muy bien. Eres un empleado fiel y cumplidor; como has sido fiel en lo poco, te daré un cargo importante; pasa al banquete de tu señor".

Finalmente se acercó el que había recibido un talento y dijo: "Señor, sabía que eres exigente, que siegas donde no siembras y recoges donde no esparces; tuve miedo y fui a esconder tu talento bajo tierra. Aquí tienes lo tuyo". El señor le respondió: "Eres un empleado negligente y holgazán; ¿conque sabías que siego donde no siembro y recojo donde no esparzo? Pues debías haber puesto mi dinero en el banco, para que, al volver yo, pudiera recoger lo mío con los intereses. Quitadle el talento y dádselo al que tiene diez. Porque el que tiene se le dará y le sobrará, pero al que no tiene, se le quitará hasta lo que tiene. Y a ese empleado inútil echadlo fuera, a las tinieblas, allí será el llanto y el rechinar de dientes"". Palabra del Señor.

REFLEXIÓN
Los empleados de la parábola de hoy actúan o por deseo de servicio o por miedo. Los que se mueven por el deseo de servicio obran efectivamente y multiplican aquello que han recibido. Cuando vuelve su Señor, pueden rendir cuentas con alegría. El que actúa por miedo sepulta su encargo y no obra a tiempo de manera eficaz. Luego le echa la culpa a quien le confía una labor y no se da cuenta de que, al haber aceptado el encargo, se ha hecho responsable de actuar con diligencia. La cantidad entregada por el señor al empleado es enormemente valiosa. El talento era una medida de valor y equivalía a una suma enorme. Es decir, el que recibe menos, de todos modos tiene mucho. En nuestra vida diaria enfrentamos desafíos semejantes que nos llevan a evaluar si actuamos movidos por el miedo paralizante o por el deseo de servir. Podemos vivir nuestro bautismo como un asunto meramente cultural, sin ninguna implicación para nuestra fe, o podemos hacer de nuestro bautismo un camino se seguimiento a Cristo en el servicio a los hermanos. Podemos multiplicar nuestras fuerzas, compartiendo con otras personas la misión de Jesús, o podemos reducir nuestra espiritualidad a un intimismo estéril e ineficaz.

ORACIÓN
Señor gracias porque aún sin merecerlo te has fijado en mi para liberarme, hacerme tu discípulo(a) y encargarme el anuncio de tu Reino. Pero también Señor hay momentos en que no me he dispuesto lo suficiente para responder a tu confianza, por eso te pido por favor ayúdame a dar todo de mi y no defraudarte. Amén

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: