miércoles, 1 de agosto de 2012
PROMESA BIBLICA DEL MES
“NO SE PREOCUPEN TANTO POR EL DÍA DE MAÑANA QUE CADA DÍA TIENE SU PROPIO AFÁN”.
MATEO 6,34
REFLEXIÓN PARA EL MES
HOY, SOY
Con frecuencia nos podemos encontrar a nuestro alrededor con personas muy preocupadas por lo que fue el ayer y ansiosas y temerosas por lo que puede ser el mañana. Quizás tú tienes a alguien en tu familia con ese tipo de preocupación.
Pero no existe un día más hermoso que el día de hoy….. La suma de muchísimos ayeres, forman mi pasado. Mi pasado se compone de recuerdos alegres y tristes, recuerdos valiosos, si aprendí de ellos.
El día de ayer pudo haber sido muy hermoso, pero no puedo avanzar si sigo mirando constantemente hacia atrás, corro el riesgo de no ver los rostros de los que marchan a mi lado. (Isaías 43,18). Puede ser que el día de mañana amanezca aún más hermoso, pero no puedo avanzar mirando sólo el horizonte, corro el riesgo de no ver el paisaje que hoy se abre frente a mí.
Por eso, yo prefiero, el día de hoy. El presente que es lo único cierto que tenemos. Me gusta pisar el hoy con fuerza, gozar su sol o estremecerme con su frio, sentir como cada instante dice: PRESENTE. Sé que es muy breve, que pronto pasará, que no voy a poder modificarlo luego, ni pasarlo en limpio, como tampoco puedo planificar demasiado el día de mañana; es un lugar y una situación que todavía no existe. “Ayer fui, Mañana seré, pero hoy, soy”.
HOY dime que me amas
HOY, escúchame
HOY, ayúdame
HOY, comparte lo que tengas
HOY, no te separes de mí sin guardarte ninguna palabra o sentimiento para mañana
Porque HOY, respiro, puedo ver, pienso, oigo, sufro, lloro, trabajo, rio y amo.
HOY. HOY estoy vivo. Como tú también; que motivo para estar alegres dar gracias y seguir celebrando la vida.
Recuerda: “Cuatro cosas hay que nunca vuelven más: una bala disparada, una palabra hablada, un tiempo pasado y una ocasión desaprovechada”.
Oro por ti y tu familia y te bendigo en este nuevo mes.
Roberto Zamudio.
ORACIÓN AL COMENZAR EL DÍA
En esta nueva mañana de agosto, Señor, cuando abrimos los ojos y volvemos a contemplar todo lo que haces para nosotros(as), tus hijos(as) amados(as), te suplicamos tu bendición de ánimo y entusiasmo para iniciar este día. Queremos comenzar esta jornada con todas las ganas y las fuerzas posibles, conscientes de que todas la situaciones difíciles tenemos que enfrentarlas con una actitud optimista y esperanzadora que solo viene de Tí. Quita de nuestra mente todo miedo ante el futuro y las dificultades; de nuestro corazón todo sentimiento de pesimismo y de incapacidad; de nuestra boca toda palabra negativa; de nuestras manos toda acción destructiva. Queremos ser tuyos(as) y por eso te pedimos que pongas en todo nuestro ser la actitud que requerimos para construir un buen día hoy, aún en medio de nuestras limitaciones. Gracias porque nos llenas con tu Espíritu para enfrentar la cotidianidad con tu poder y tu gracia. Amén
ORACIÓN AL FINALIZAR EL DÍA
Gracias, Señor, porque ahora cuando la noche llega y comienza a aquietarse todo lo que a nuestro alrededor ha sido movimiento, trabajo, bulla e intranquilidad, podemos estar contigo y recibir de Ti la serenidad que requerimos para recuperar toda la fuerza que nos exige la vida en cada una de sus situaciones. Estamos seguros(as) de que mientras dormimos, cada una de nuestras células, así estén debilitadas, recuperarán la vitalidad que necesitan para seguir adelante y poder estar preparadas para responder ante los estímulos que la vida nos ocasionará mañana. Estamos convencidos(as) que nuestros pensamientos serán más lúcidos mañana, porque esta noche nos haces sentir seguros(as) y capaces. Sabemos que nuestro corazón estará tranquilo y lleno de ternura porque hoy nos muestras que somos unos(as) mimados(as) tuyos. Gracias porque sabemos que velarás al lado de nuestra cama toda la noche. Te amamos Señor nuestro. Amén
Miércoles 01 de Agosto de 2012
“VOLVERSE A DIOS ES DECIDIRSE A NO QUERER PERDERLO”
PRIMERA LECTURA
JEREMÍAS 15, 10. 16-21
¿POR QUÉ SE HA VUELTO CRÓNICA MI LLAGA? SI VUELVES, ESTARÁS EN MI PRESENCIA
¡Ay de mí, madre mía, que me engendraste hombre de pleitos y contiendas para todo el país!. Ni he prestado ni me han prestado, y todos me maldicen.
Cuando encontraba palabras tuyas, las devoraba; tus palabras eran mi gozo y la alegría de mi corazón, porque tu nombre fue pronunciado sobre mí, Señor, Dios de los ejércitos.
No me senté a disfrutar con los que se divertían; forzado por tu mano, me senté solitario, porque me llenaste de ira. ¿Por qué se ha vuelto crónica mi llaga, y mi herida enconada e incurable? Te me has vuelto arroyo engañoso, de aguas inconstantes.
Entonces respondió el Señor: "Si vuelves, te haré volver a mí, estarás en mi presencia; si separas lo precioso de la escoria, serás mi boca.
Que ellos se conviertan a ti, no te conviertas tú a ellos. Frente a este pueblo te pondré como muralla de bronce inexpugnable; lucharán contra ti y no te podrán, porque yo estoy contigo para librarte y salvarte -oráculo del Señor-. Te libraré de manos de los perversos, te rescataré del puño de los opresores." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Jeremías es de las pocas figuras grandes del Antiguo Testamento que no vivió en matrimonio. La soledad de su voz hizo pareja con la soledad de su propia existencia. Si Oseas pudo denunciar la infidelidad del pueblo desde su propia experiencia de hombre casado con una mujer infiel, Jeremías pudo mostrar la soledad de Dios desde su realidad de hombre obligado a la soledad.
Por otra parte, esta soledad del profeta no es puro vacío. Podemos equipararla con el hambre, un hambre particular que se convierte en deseo de recibir y "devorar" la Palabra de Dios. Su drama no es puro dolor, sino también consuelo y alegría. Semejante ambivalencia entre el gozo y el sufrimiento la volveremos a encontrar en la Cruz y la Resurrección. Será sello de nuestra Pascua, en realidad, conocer del dolor y poder ir más allá del dolor.
Un hombre solo parece un monumento a la debilidad. Su opinión no cuenta, no hay nadie de su lado y sin embargo, Dios le declara que lo hace fuerte como el bronce. Se necesitaba fe para fiarse de eso.
La fortaleza de Jeremías es sencillamente la de la verdad. La verdad aparecerá y la mentira caerá por su propio peso. Quien anunció verdad será reivindicado, así ahora parezca solo; quien anunció mentira quedará confundido así ahora parezca fuerte. Es así de claro, así de difícil y así de hermoso.
SALMO RESPONSORIAL: 58
R. / Dios es mi refugio en el peligro.
Líbrame de mi enemigo, Dios mío;
protégeme de mis agresores;
líbrame de los malhechores,
sálvame de los hombres sanguinarios. R.
Mira que me están acechando,
y me acosan los poderosos:
sin que yo haya pecado ni faltado, Señor,
sin culpa mía, avanzan para acometerme. R.
Estoy velando contigo, fuerza mía,
porque tú, oh Dios, eres mi alcázar;
que tu favor se adelante, oh Dios,
y me haga ver la derrota del enemigo. R.
Pero yo cantaré tu fuerza,
por la mañana aclamaré tu misericordia;
porque has sido mi alcázar
y mi refugio en el peligro. R.
Y tañeré en tu honor, fuerza mía,
porque tú, oh Dios, eres mi alcázar. R.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 13, 44-46
“VENDE TODO LO QUE TIENE Y COMPRA EL CAMPO”
En aquel tiempo dijo Jesús a la gente: "El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder, y, lleno de alegría, va a vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece también a un comerciante en perlas finas, que, al encontrar una de gran valor, se va a vender todo lo que tiene y la compra." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En nuestra época, en que los reyes evocan más un pasado remoto que una realidad actual, sería bueno preguntarnos, ¿qué sentido tiene todavía hablar del «Reino de Dios»? La Biblia nos da una pista importante. Cuando Israel era un conjunto de tribus, cada una con sus propias formas de organización, se consideraba que Dios era el único rey que gobernaba las tribus mediante su Alianza. Con el paso del tiempo y el crecimiento numérico de las tribus se terminó designando un rey, pero en todo pueblo quedó la conciencia de que este elegido era un segundo al mando, porque el rey seguía siendo Dios. En la época de Jesús la idea del rey davídico era ya solo una ilusión; Israel estaba gobernado por un rey mestizo, que se había aliado con los invasores romanos. Por eso era tan fuerte el deseo de tener únicamente a Dios por rey. Jesús recupera ese ideal y con Él designa esa capacidad que tiene el ser humano, en su individualidad y en su colectividad, para gobernarse de acuerdo a los principios del amor solidario, la justicia y la libertad. Dios gobierna nuestra realidad cuando optamos por una vida digna y plena para todos.
ORACIÓN
Al comenzar este octavo mes del año, colocamos ante Ti nuestra vida, diciéndote como el profeta que te pertenecemos, recibiendo tu promesa de protección y salvación. Sí, Señor, porque te hemos encontrado como el más grande tesoro, como la perla mas fina y no podemos perderte. Sin ti desviamos el camino y caemos en el abismo de una existencia sin la luz de tu Espíritu. Amen
Jueves 2 de agosto de 2012
“DE DIOS PODEMOS
APRENDER A TENER PACIENCIA EN MEDIO DE
LAS DIFICULTADES”
PRIMERA
LECTURA
JEREMIAS
18, 1-6
“Como está el barro en manos del alfarero, así estáis
vosotros en mi mano”
Palabra
del Señor que recibió Jeremías: Levántate y baja al taller del alfarero, y allí
te comunicaré mi palabra."
Bajé al
taller del alfarero, que estaba trabajando en el torno. A veces, le salía mal
una vasija de barro que estaba haciendo, y volvía a hacer otra vasija, según le
parecía al alfarero.
Entonces
me vino la palabra del Señor: ¿Y no podré yo trataros a vosotros, casa de
Israel, como este alfarero? -oráculo del Señor-.
Mirad:
como está el barro en manos del alfarero, así estáis vosotros en mi mano, casa
de Israel." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Una
nueva acción simbólica de la profecía de Jeremías nos deja una enseñanza
imborrable: la caricia vigorosa del alfarero hace posible el milagro de la
belleza en el barro; la gracia poderosa del Señor hace posible la vida divina
en la existencia humana.
Las
manos son el símbolo y el instrumento primero del poder. Ya el filósofo
Aristóteles destacaba el papel de la mano como vehículo de la voluntad; luego
los antropólogos destacaron el diseño de la mano humana, con el pulgar opuesto
a los otros dedos, cosa que permite asir, sujetar y "manejar."
Jeremías
le da la vuelta a ese cuadro: se trata no de llenarnos de poder sino de
permitir que el poder de Dios obre; se trata no de tener a Dios en nuestras
manos sino de ponernos en sus manos. En ello está nuestra real posibilidad de
ser felices y de realizarnos en plenitud, pero también está el sacrificio de
ser remodelados incluso en aquellas cosas que quizá preferíamos o no queríamos
soltar.
Salmo responsorial: 145
R. / Dichoso
a quien auxilia el Dios de Jacob.
Alaba,
alma mía, al Señor:
alabaré
al Señor mientras viva,
tañeré
para mi Dios mientras exista. R.
No
confiéis en los príncipes,
seres de polvo que no pueden salvar;
exhalan
el espíritu y vuelven al polvo,
ese día
perecen sus planes. R.
Dichoso
a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que
espera en el Señor, su Dios,
que hizo
el cielo y la tierra,
el mar y
cuanto hay en él. R.
LECTURA
DEL EVANGELIO
Mateo 13, 47-53
“Reúnen los buenos en cestos y los malos los tiran”
En
aquel tiempo, dijo Jesús a la gente: "El reino de los cielos se parece
también a la red que echan en el mar y recoge toda clase de peces: cuando está
llena, la arrastran a la orilla, se sientan, y reúnen los buenos en cestos y
los malos los tiran.
Lo
mismo sucederá al final del tiempo: saldrán los ángeles, separarán a los malos
de los buenos y los echarán al horno encendido. Allí será el llanto y el
rechinar de dientes.
¿Entendéis
bien todo esto?"
Ellos le
contestaron: "Sí."
Él les
dijo: "Ya veis, un escriba que entiende del reino de los cielos es como un
padre de familia que va sacando del arca lo bueno y lo antiguo."
Cuando
Jesús acabó estas parábolas, partió de allí. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El
evangelio nos habla de “hacernos discípulos del Reino” para discernir qué parte
de nuestras tradiciones contribuye al crecimiento en la fe y qué otras partes
debemos descartar. El creyente debe aprender a determinar qué es lo conveniente
para la vida cristiana de acuerdo al discernimiento de los ‘signos de los
tiempos’. Cada época ofrece unas bondades, unas posibilidades que deben ser
abrazadas inmediatamente y sin reservas; pero, al mismo tiempo, cada época
tiene sus perversidades, y es un deber aprender a manejarlas. El momento
presente nos ofrece algunas bondades, como la posibilidad de comunicarnos
simultáneamente con cualquier persona, y ésta es una clara oportunidad para
aumentar la difusión del evangelio. Nuestra época también permite que todas las
personas tengan acceso a la Biblia, y esto nos exige prepararnos para su
lectura y ayudar a otras personas a formarse como lectores. Nosotros ahora
podemos contribuir a conservar la integridad de la creación al seleccionar los
desechos que producimos en casa o en el trabajo, pero debemos luchar contra la
contaminación, el calentamiento y el oscurecimiento global.
Veamos
qué retos nos plantea hoy nuestra realidad y cómo podemos actuar para ser verdaderos
discípulos del Reino.
ORACIÓN
Señor cuando nos estas
moldeando la vida para ser y hacer más como Tu, te rogamos que nos ayudes a
tener en el corazón la certeza que es para algo positivo y no caer en la
desesperación, sino en la oración que fortalece para alcanzar tu propósito de
ser personas, familias y comunidades verdaderamente renovadas. Amén
Viernes 3 de agosto de 2012
"RECHAZAR AL PROFETA ES
RECHAZAR LA MANIFESTACIÓN DEL AMOR DE DIOS"
Primera lectura
Jeremías 26, 1-9
“El pueblo se juntó contra Jeremías en el templo del
Señor”
Al
comienzo del reinado de Joaquín, hijo de Josías, rey de Judá, vino esta palabra
del Señor a Jeremías: Así dice el Señor: Ponte en el atrio del templo y di a
todos los ciudadanos de Judá que entran en el templo para adorar, las palabras
que yo te mande decirles; no dejes ni una sola.
A
ver si escuchan y se convierte cada cual de su mala conducta, y me arrepiento
del mal que medito hacerles a causa de sus malas acciones. Les dirás: "Así
dice el Señor: Si no me obedecéis, cumpliendo la ley que os di en vuestra
presencia, y escuchando las palabras de mis siervos, los profetas, que os
enviaba sin cesar (y vosotros no escuchabais), entonces trataré a este templo
como al de Silo, a esta ciudad la haré fórmula de maldición para todos los
pueblos de la tierra."
Los
profetas, los sacerdotes y el pueblo oyeron a Jeremías decir estas palabras, en
el templo del Señor.
Y,
cuando terminó Jeremías de decir cuanto el Señor le había mandado decir al
pueblo, lo agarraron los sacerdotes y los profetas y el pueblo, diciendo: Eres
reo de muerte. ¿Por qué profetizas en nombre del Señor que este templo será
como el de Silo, y esta ciudad quedará en ruinas, deshabitada?"
Y
el pueblo se juntó contra Jeremías en el templo del Señor. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
Jeremías
tiene un difícil encargo: debe predicar las consecuencias del pecado. Esto es
hablar con la verdad, y por eso, cuando la gente no quiere oír la verdad no
quiere oír que sus pecados tendrán consecuencias. De hecho, para pecar y para
seguir pecando es preciso engañar o engañarse creyendo que nuestras faltas no tendrán
consecuencias. Pero Jeremías es de Dios y Dios le ha encargado hablar de eso
que nadie quiere oír: pecar trae consecuencias.
Santa
Catalina de Siena dijo una vez que la estrategia del mal para llevar a la gente
a la condenación era esta: durante la vida, vendarles los ojos para que no
vieran lo que estaban haciendo; a la hora de la muerte, quitarles la venda de
repente y obligarlos a ver la gravedad espantosa de las faltas cometidas. Este
plan es una conjunción de indolencia irresponsable y desesperación arrogante:
vivir distraídos para morir desesperados.
Como
Dios nos ama, Dios lucha contra esta estrategia
del demonio, y lo hace sobre todo a través de medios que nos pueden parecer muy
ordinarios, como es la voz de nuestra conciencia y la voz de aquellos que, como
Jeremías, despiertan a esa conciencia mostrándole las consecuencias de nuestros
actos. Está en nosotros qué suceda después: podemos rechazar a Dios y a su
profeta, como hicieron los judíos con Jeremías, pero ciertamente también
podemos acoger el amor de Dios, así nos parezca severo, y emprender un camino
nuevo y mejor.
Salmo responsorial: 68
R. / Que
me escuche tu gran bondad, Señor.
Más que
los pelos de mi cabeza
son los
que me odian sin razón;
más
duros que mis huesos,
los que me atacan injustamente.
¿Es que
voy a devolver
lo que
no he robado? R.
Por ti
he aguantado afrentas,
la
vergüenza cubrió mi rostro.
Soy un
extraño para mis hermanos,
un
extranjero para los hijos de mi madre;
porque
me devora el celo de tu templo,
y las
afrentas con que te afrentan caen sobre mí. R.
Pero mi
oración se dirige a ti,
Dios
mío, el día de tu favor;
que me
escuche tu gran bondad,
que tu
fidelidad me ayude. R.
lectura del evangelio
Mateo 13, 54-58
¿No es el hijo del carpintero? Entonces, ¿de dónde
saca todo eso?
En
aquel tiempo fue Jesús a su ciudad y se puso a enseñar en la sinagoga. La gente
decía admirada: "¿De dónde saca éste esa sabiduría y esos milagros? ¿No es
el hijo del carpintero? ¿No es su madre María, y sus hermanos, Santiago, José,
Simón y Judas? ¿No viven aquí todas sus hermanas? Entonces, ¿de dónde saca todo
eso?".Y aquello les resultaba escandaloso.
Jesús
les dijo: "Sólo en su tierra y en su casa desprecian a un profeta". Y
no hizo allí muchos milagros, porque les faltaba fe. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Sus
paisanos rechazan a Jesús porque consideran que no tiene las credenciales de
maestro y de profeta. Y preguntan, ¿de dónde saca todo esto? Para
descalificarlo por ser un artesano, el hijo de una vecina, y por no ser
“teólogo de raza”, es decir por no haber recibido instrucción superior en
alguna escuela de Jerusalén o de un rabino acreditado. La humildad, la
sencillez y sobretodo la audacia y el carisma de Jesús se convierte en un
obstáculo ante sus paisanos y de allí se pasa a la incredulidad. El problema de
fondo de todo esto no era sólo que descalificaran a Jesús por su origen, oficio
y formación, sino que en esa descalificación también desechaban el mensaje del
evangelio. Nosotros ahora afrontamos una realidad semejante. Tendemos a creer más
en lo que dicen en los medios sobre Jesús
que lo que nos dice la Palabra de Dios, nuestros compañeros de iglesia o
nuestros pastores. Creemos más en lo que dice la publicidad de Jesús que en lo
que dice la misma Biblia. Y todo porque pensamos que lo que sale en una
pantalla o en un aviso publicitario es más real que la realidad misma.
ORACIÓN
Señor hay tantas
personas a tu servicio y no las reconocemos, ni valoramos. Ayúdanos a no ser
tan ciegos y distraídos que no percibamos, en el espíritu, a quienes vienen en
tu nombre trayendo esa vivencia de amor de Dios que también confronta y examina
para ser sanados(as) y transformados(as) en verdaderos hijos(as) y
discípulos(as) tuyos(as). Amén
Sábado 4 de agosto 2012
LA VIDA DEL PROFETA
ESTÁ EN LAS MANOS DE DIOS Y EN LAS DECISIONES DE LOS HOMBRES
PRIMERA
LECTURA
Jeremías 26, 11-16. 24
“Ciertamente me ha enviado el Señor a vosotros, a
predicar estas palabras”
En
aquellos días, los sacerdotes y los profetas dijeron a los príncipes y al pueblo:
"Este hombre es reo de muerte, porque ha profetizado contra esta ciudad,
como lo habéis oído con vuestros oídos."
Jeremías
respondió a los príncipes y al pueblo: El Señor me envió a profetizar contra
este templo y esta ciudad las palabras que habéis oído.
Pero,
ahora, enmendad vuestra conducta y vuestras acciones, escuchad la voz del
Señor, vuestro Dios; y el Señor se arrepentirá de la amenaza que pronunció
contra vosotros.
Yo,
por mi parte, estoy en vuestras manos: haced de mí lo que mejor os parezca. Pero, sabedlo bien: si vosotros me
matáis, echáis sangre inocente sobre vosotros, sobre esta ciudad y sus
habitantes. Porque ciertamente me ha enviado el Señor a vosotros, a predicar a
vuestros oídos estas palabras."
Los
príncipes del pueblo dijeron a los sacerdotes y profetas: Este hombre no es reo
de muerte, porque nos ha hablado en nombre del Señor, nuestro Dios."
Entonces Ajicán, hijo de Safán, se hizo cargo de Jeremías, para que no lo
entregaran al pueblo para matarlo. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
La
primera lectura, del libro del profeta de Jeremías, nos deja ver un momento
dramático del ministerio de este hombre de Dios, enfrentado por las
circunstancias a decir lo que nadie quiere oír y a no poder callar lo que sabe
que sólo le atrae enemistad y persecución.
Las
cosas alcanzan una tensión máxima cuando empiezan a deliberar si Jeremías
merece o no la muerte. Algunos dicen que sí, presentando al profeta como un
enemigo del templo, y por lo tanto, como enemigo de Dios y de la Ley; otros en
cambio dicen que no puede merecer la muerte porque precisamente ha hablado de
parte de ese mismo Dios. Las cosas se dan de tal modo que el profeta mismo poco
puede hacer y casi le toca convertirse en espectador angustiado de las
deliberaciones y decisiones de otros sobre sí mismo.
Por otra parte, es interesante ver cuáles son
las partes a favor o en contra de Jeremías. En contra van los sacerdotes (que
ven disminuirse el culto en el templo, por las críticas de Jeremías a la
hipocresía de ese culto) y van los demás profetas (que pierden popularidad al
ser denunciados como farsantes que sólo endulzan el oído de la gente). A favor
van "los jefes," especies de líderes por tribus y "el pueblo
entero." Es en cierto modo, la gente, el sentido de la fe de la gente, quien
percibe que Jeremías lo está arriesgando todo, hasta su propia vida, por ser
fiel al Señor. Eso lo salvará.
Salmo responsorial: 68
R. /
Escúchame, Señor, el día de tu favor
Arráncame
del cieno, que no me hunda;
líbrame
de los que me aborrecen,
y de las
aguas sin fondo.
Que no
me arrastre la corriente,
que no
me trague el torbellino,
que no
se cierre la poza sobre mí. R.
Yo soy
un pobre malherido;
Dios
mío, tu salvación me levante.
Alabaré
el nombre de Dios con cantos,
proclamaré
su grandeza con acción de gracias. R.
Miradlo,
los humildes, y alegraos,
buscad
al Señor, y revivirá vuestro corazón.
Que el
Señor escucha a sus pobres,
no
desprecia a sus cautivos. R.
LECTURA
DEL EVANGELIO
Mateo 14, 1-12
“Herodes mandó decapitar a Juan, y sus discípulos
fueron a contárselo a Jesús”
En
aquel tiempo oyó el virrey Herodes lo que se contaba de Jesús, y dijo a sus
ayudantes: "Ese es Juan Bautista que ha resucitado de entre los muertos, y
por eso los Poderes actúan en él". Es que Herodes había mandado prender a
Juan y lo había metido en la cárcel encadenado por motivo de Herodías, mujer de
su hermano Felipe, porque Juan le decía que no le estaba permitido vivir con
ella. Quería mandarlo matar, pero tuvo miedo de la gente, que lo tenía por
profeta.
El
día del cumpleaños de Herodes, la hija de Herodías danzó delante de todos, y le
gustó tanto a Herodes, que juró darle lo que pidiera. Ella, instigada por su
madre, le dijo: "Dame ahora mismo en una bandeja la cabeza de Juan
Bautista". El rey lo sintió; pero, por el juramento y los invitados, ordenó
que se la dieran; y mandó decapitar a Juan en la cárcel. Trajeron la cabeza en
una bandeja, se la entregaron a la joven, y ella se la llevó a su madre.
Sus
discípulos recogieron el cadáver, lo enterraron y fueron a contárselo a Jesús. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Si
bien Juan murió víctima de una conspiración palaciega, la razón de su martirio se encuentra
en el ministerio que él ejerció a orillas del Jordán, en el desierto de Judea.
Una primera característica de su carisma fue la vestimenta que asumió, que lo
asemejaba a los profetas de antaño, como Elías, que vestían un sencillo traje
de lana de camello. Además de esto, le recordó a Israel la necesidad de volver
al desierto, al lugar de encuentro con Dios. Por esta razón se ubicó en ese
paraje aislado, por donde Josué pasó de camino en la búsqueda de la Tierra
Prometida. Juan además asumió la dieta del nazareo, es decir de la persona que
hacía votos de consagración a Dios y los vivía por medio de las prescripciones
dietéticas y por su vinculación a la actividad de los santuarios. Todos estos
gestos proféticos herían gravemente la sensibilidad y el prestigio de las
autoridades de Jerusalén, caracterizadas por su corrupción, por su convivencia
con los invasores y por la relajación de las auténticas exigencias religiosas.
Pero, tal vez, lo más radical de todo fue la denuncia del trato inmisericorde
que los hijos de Herodes se daban entre sí mismos y contra su propio pueblo.
ORACIÓN
¡Oh! Señor que
inclementes podemos ser los seres humanos cuando nos dejamos llevar por
nuestros propios intereses, sentimientos y emociones, que hasta podemos caer en
el gran pecado de irrespetar la vida de otros, siendo que esa vida te pertenece
solo a Ti. Por favor te suplicamos haz
algo cuando nuestra inconsciencia nos haga siquiera pensar en tan grave
error. Amén
Domingo 5 de agosto de 2012
"CUANDO DIOS HACE A SU
PUEBLO LES DA EL NUEVO PAN QUE ES SU HIJO AMADO"
PRIMERA
LECTURA
Éxodo 16,2-4.12-15
“Yo haré llover pan del cielo”
En
aquellos días, la comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en
el desierto, diciendo: "¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en
Egipto, cuando nos sentábamos junto a la olla de carne y comíamos pan hasta
hartarnos! Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta
comunidad." El Señor dijo a Moisés: "Yo haré llover pan del cielo:
que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba a ver
si guarda mi ley o no. He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles:
"Hacía el crepúsculo comeréis carne, por la mañana os saciaréis de pan;
para que sepáis que yo soy el Señor, vuestro Dios."" Por la tarde,
una banda de codornices cubrió todo el campamento; por la mañana, había una
capa de rocío alrededor de campamento. Cuando se evaporó la capa de rocío,
apareció en la superficie del desierto un polvo fino, parecido a la escarcha.
Al verlo, los israelitas dijeron: "¿Qué es esto?" Pues no sabían lo
que era. Moisés les dijo: "Es el pan que el Señor os da de comer." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
La
primera lectura, del Éxodo, nos recuerda cómo el desierto es la carencia de
todo. A toda persona le llega de vez en cuando su desierto: la situación
crítica en la que parece que no se encuentran soluciones de ayuda para
sobrevivir a tan crítica situación. Al pueblo de Israel le era muy provechoso
el tener que estar en el desierto donde todo falta, para que pudiera
experimentar el portentoso modo que Dios tiene para ayudar a los que en Él
confían. En el desierto el Pueblo de Dios aprende a experimentar la condición
de “pobre”, de “necesitado de todo” del auxilio de Dios. Esto le será útil para
el crecimiento de su fe y de su esperanza en las ayudas milagrosas. En la
península del Sinaí hay un arbusto llamado “tamarisco”. Produce una secreción
dulce que gotea desde las hojas hasta el suelo. Por el frío de la noche se
solidifica y hay que recogerla de madrugada antes de que el sol la derrita.
¿Sería esto lo que Dios le proporcionó a su pueblo, multiplicándolo claro está,
de manera prodigiosa? Lo cierto es que los israelitas consideraron siempre la
aparición de este alimento como una demostración de la intervención milagrosa a
favor de su pueblo. Lo llamaron “maná”, porque los niños al comerlo
preguntaban: “¿qué es esto?, “lo que en su idioma se dice: “Man-ah?”. También
es llamado por los salmos “pan del cielo” (Salmo 78) y el libro de la Sabiduría
dice que, “sabía a lo que cada uno deseaba que supiera” (Sab16,20). Jesús dirá
que el Verdadero Pan bajado del cielo será su cuerpo y su sangre. O sea que
este maná milagroso del desierto era un símbolo y aviso de lo que iba a hacer
Dios más tarde con sus elegidos, dándoles como alimento el cuerpo de su propio
Hijo divino.
Salmo responsorial: 77
El Señor
les dio un trigo celeste.
Lo que
oímos y aprendimos,
lo que nuestros
padres nos contaron,
lo
contaremos a la futura generación
/ las
alabanzas del Señor, su poder. R.
Dio
orden a las altas nubes,
abrió
las compuertas del cielo
hizo
llover sobre ellos maná,
les dio
un trigo celeste. R.
Y el
hombre comió pan de ángeles,
les
mandó provisiones hasta la hartura.
Los hizo
entrar por las santas fronteras,
hasta el
monte que su diestra había adquirido. R.
segunda lectura
Efesios 4, 17.20-24
“Vestíos de la nueva condición humana, creada a
imagen de Dios”
Hermanos:
Esto es los que digo y aseguro en el Señor: que no andéis ya como los gentiles,
que andan en la vaciedad de sus criterios. Vosotros, en cambio, no es así como
habéis aprendido a Cristo, si es que es él a quien habéis oído y en él fuisteis
adoctrinados, tal como es la verdad en Cristo Jesús; es decir, a abandonar el
anterior modo de vivir, el hombre viejo corrompido por deseos seductores, a
renovaros en la mente y en el espíritu y a vestiros de la nueva condición
humana, creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas. Palabra del
Señor.
Reflexión
La
segunda lectura continuada de la carta a los Efesios pide a los creyentes que
se dejen renovar por el Espíritu Santo y pasen de un modo de obrar no digno del
ser humano, a un modo de obrar digno de quien tiene fe en Cristo. Pide que
abandonemos nuestro estilo anterior de vida pecaminosa y marchemos en adelante
por un nuevo camino de vida cristiana. Se nos invita a no dejarnos guiar por
esta “vaciedad de criterios”. En estos pocos versículos continúa la exhortación
a buscar la unidad y a vivir dignamente la propia vida cristiana, guiada y
fundamentada en un verdadero conocimiento de Cristo. Pablo desarrolla este
argumento jugando con la antítesis del ser humano viejo y el ser humano nuevo
(Col 3,9-10; 1Cor 5,7-8). Elegir la novedad, lo nuevo, es elegir a Cristo. Esto
significa romper con el viejo ser humano pecaminoso, con el pecado del mundo,
para estar dispuestos a una continua renovación en el Espíritu, a vivir en la
justicia y santidad y ser justos y rectos. Este texto es una clara respuesta a
quienes piensan que el cristianismo simplemente es una cosa del pasado.
Lectura del evangelio
Juan 6,24-35
“El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en
mí no pasará sed”
En
aquel tiempo, cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí,
se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra
orilla del lago, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo has venido aquí?"
Jesús contesto: "Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos,
sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que
perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el
Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios." Ellos le preguntaron:
"Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios
quiere?" Respondió Jesús: "La obra que Dios quiere es ésta: que
creáis en el que él ha enviado." Le replicaron: "¿Y qué signo vemos
que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres
comieron el maná en el desierto, como está escrito: "Les dio a comer pan
del cielo."" Jesús les replicó: "Os aseguro que no fue Moisés
quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan
del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al
mundo." Entonces le dijeron: "Señor, danos siempre de este pan."
Jesús les contestó: "Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará
hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed."
Palabra
del Señor.
REFLEXIÓN
El
evangelio de hoy, de Juan, el discurso del pan de vida, se desenvuelve en tres
afirmaciones lógicamente sucesivas, y la primera que presenta este texto es: el
real o verdadero “pan del cielo” no es el maná dado una vez por Moisés,
contrariamente a lo que la gente pensaba (v.31). Es literalmente el pan que ha
bajado del cielo. Dios, no Moisés, es quien da este pan (v.32). Jesús ha
realizado signos para revelar el sentido de su persona (domingo anterior), pero
la gente sólo lo ha entendido en la línea de sus necesidades materiales. Jesús ha querido llevarnos a la comprensión de
su persona, porque sólo a través de la fe pueden entender quien es él y sólo
así podrá donarse a ellos como comida: pero para hacer esto es necesario
trabajar o procurar por un alimento y una vida que no tienen término y que son
dones del Hijo del hombre (v.27). Los judíos piensan de inmediato en las obras
(v.28; Rm 9,31-32), pero Jesús replica que sólo una obra deben cumplir: creer
en él (v.29; Rm 3,28), reconocer que tienen necesidad de él, como se tiene
necesidad del alimento material. Al considerar la exigencia de Jesús muy grande
es por lo que piden una demostración de los que afirma realizando una señal que
al menos se compare con aquellas realizadas por Moisés, pues aquellas que acaba
de realizar no se consideran
suficientes. Jesús responde afirmando que es más que Moisés, pues en él
(Cristo) se realiza el don de Dios que no perece. Su pan se puede recoger, el
maná se pudrió (Ex 16,20).
“Yo
soy el pan de vida” es una fórmula de fuerza extraordinaria, parecida a
aquellas otras que sólo a Jesús se podría atribuir: “Yo soy la luz del mundo”,
“Yo soy el buen pastor”... el que viene a Jesús no tendrá hambre ni sed, no
necesita de otras fuentes de gozo para saciar sus anhelos y aspiraciones. Jesús
es fuente de equilibrio y de gozo, fuente de sosiego y de paz. Jesús es el
lugar y fundamento de la donación de la vida que Dios hace al ser humano. En
Jesucristo, Dios está por completo a favor del ser humano, de tal modo que en él
se le abre su comunión vital, su salvación y su amor, y en tal grado que Dios
quiere estar al lado del ser humano como quien se da y comunica sin reservas.
En la comunión con el revelador, Cristo, se calma tanto el hambre como la sed
de vida que agitan al ser humano.
ORACIÓN
Padre de bondad,
revístenos de la naturaleza de tu Hijo Jesucristo, comprendiendo el verdadero
sentido de su ser Pan, Alimento que da vida, pero no tanto en lo material sino
en asumir la esencia del amor que se desborda en el servicio a Dios, a lo que Él
más ama: los excluidos y necesitados, y a todo lo creado. Ayúdanos a estar muy
adheridos a Ti Dios, para fortalecer el
espíritu y el cuerpo. Amén
Lunes 6 de agosto 2012
La Transfiguración del Señor
"UN ADELANTO PARA
FORTALECER LA FE ES LA PASIÓN Y LA RESURRECCIÓN"
PRIMERA
LECTURA
Daniel 7,9-10.13-14
“Su vestido era blanco como nieve”
Durante
la visión, vi que colocaban unos tronos, y un anciano se sentó; su vestido era
blanco como nieve, su cabellera como lana limpísima; su trono, llamas de fuego;
sus ruedas, llamaradas. Un río impetuoso de fuego brotaba delante de él. Miles
y miles le servían, millones estaban a sus órdenes. Comenzó la sesión y se
abrieron los libros. Mientras miraba, en la visión nocturna vi venir en las
nubes del cielo como un hijo de hombre, que se acercó al anciano y se presentó
ante él. Le dieron poder real y dominio; todos los pueblos, naciones y lenguas
lo respetarán. Su dominio es eterno y no pasa, su reino no tendrá fin. Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
La visión apocalíptica tiene sus raíces en la profecía.
El profeta intenta mirar con los ojos de Dios la historia que transcurre. Intenta
con esa ayuda, con esa gracia de Dios, dar el parecer divino sobre el conjunto
de la historia, no sólo sobre el momento presente, sino sobre el desenlace,
podríamos decir, sobre el misterio que se esconde detrás de la cotidianidad,
detrás de las realidades de cada día.
El libro de Daniel, lo mismo que otros textos
apocalípticos, compara a los reinos de la tierra con todo género de fieras,
algunas de ellas verdaderamente monstruosas: leones, leopardos, dragones,
serpientes. Todo género de animales salvajes y crueles aparecen en estos textos
y en estas visiones.
A través de esa comparación,
podemos intuir el juicio de Dios sobre tantos gobiernos que existen en el
mundo. Son feroces y se sostienen, precisamente, por la fuerza, por la
crueldad. En contraste con todos esos poderes, la imagen de la primera lectura
de hoy, es consoladora, es hermosa, es alentadora.
Este es un poder con rostro
humano. ¡Jesucristo, el que recibe del Anciano venerable poder sobre toda raza,
lengua, pueblo y nación! Jesucristo es el poder; pero, un poder que tiene
rostro de hombre. Y como el hombre es también imagen de Dios, el poder de Dios
y el poder de Dios realizado en esta tierra, en realidad tienen el rostro de
Jesucristo.
Salmo responsorial: 96
R. / El
Señor reina, altísimo sobre la tierra
El Señor
reina, la tierra goza,
se
alegran las islas innumerables.
Tiniebla
y nube lo rodean,
justicia
y derecho sostienen su trono. R.
Los
montes se derriten como cera
ante el
dueño de toda la tierra;
los
cielos pregonan su justicia,
y todos
los pueblos contemplan su gloria. R.
Porque
tú eres, Señor,
altísimo
sobre toda la tierra,
encumbrado
sobre todos los dioses. R.
SEGUNDA
LECTURA
2Pedro 1,16-19
“Esta voz del cielo la oímos nosotros”
Queridos
hermanos: Cuando os dimos a conocer el poder y la última venida de nuestro
Señor Jesucristo, no nos fundábamos en fábulas fantásticas, sino que habíamos
sido testigos oculares de su grandeza. Él recibió de Dios Padre honra y gloria,
cuando la Sublime Gloria le trajo aquella voz: "Éste es mi Hijo amado, mi
predilecto." Esta voz, traída del cielo, la oímos nosotros, estando con él
en la montaña sagrada. Esto nos confirma la palabra de los profetas, y hacéis
muy bien en prestarle atención, como a una lámpara que brilla en un lugar
oscuro, hasta que despunte el día, y el lucero nazca en vuestros corazones.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El
texto de San Pedro es la certeza del testimonio de quien se ha hecho testigo y
escuchó la declaración del Padre reconociendo en Jesús, a su Hijo Amado y su
motivo de complacencia. Podemos celebrar esta fiesta de la Transfiguración con
la certeza de este testimonio que nos entregan los discípulos misioneros del
Señor, de aquellos que han contemplado la manifestación gloriosa de Jesús
Salvador antes y después de su pasión.
Somos
la comunidad ( Iglesia) fundada sobre la experiencia de vida, amor martirial de
los apóstoles y el testimonio de muchos profetas que estuvieron allí y que
ahora fortalecen nuestra fe. De la misma manera valoramos y agradecemos hoy la
entrega de tantos hombres y mujeres que se hacen los nuevos discípulos y
misioneros, entregando su vida en el servicio a los demás, especialmente como
el gran Maestro optando siempre por los más necesitados y excluidos de nuestra
sociedad.
LECTURA
DEL EVANGELIO
Mateo 17,1-9
“Su rostro resplandecía como el sol”
En
aquel tiempo, Jesús tomó consigo a Pedro, a Santiago y a su hermano Juan y se
los llevó aparte a una montaña alta. Se transfiguró delante de ellos, y su
rostro resplandecía como el sol, y sus vestidos se volvieron blancos como la
luz. Y se les aparecieron Moisés y Elías conversando con él. Pedro, entonces,
tomó la palabra y dijo a Jesús: "Señor, ¡qué bien se está aquí! Si
quieres, haré tres tiendas: una para ti, otra para Moisés y otra para Elías."
Todavía estaba hablando cuando una nube luminosa los cubrió con su sombra, y
una voz desde la nube decía: "Éste es mi Hijo, el amado, mi predilecto.
Escuchadlo." Al oírlo, los discípulos cayeron de bruces, llenos de
espanto. Jesús se acercó y, tocándolos, les dijo: "Levantaos, no
temáis." Al alzar los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús, solo.
Cuando bajaban de la montaña, Jesús les mandó: "No contéis a nadie la
visión hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los muertos." Palabra del Señor
REFLEXIÓN
Jesús,
en oración, cambia su aspecto: se llena de luz, de gloria, de majestad. Y la
presencia deslumbrante de Cristo en oración, se ve acompañada por dos hombres
del Antiguo Testamento, tal vez los más grandes para el pueblo de Israel:
Moisés, el legislador, testigo principal de la Alianza del Sinaí, y junto a él,
Elías, el Profeta, el testigo de la fe en los momentos más duros y de mayor
crisis de Israel.
A
Elías, en efecto, le correspondió defender la fe del pueblo de Israel cuando
aquel rey inestable y voluble, llamado Ahab. No reinaba él, sino reinaba su
esposa, Jezabel, una mujer idólatra, perversa, cruel, egoísta, que alimentaba
de los tesoros de la casa real a más de cuatrocientos falsos profetas.
Y
con esos falsos profetas mantenía engañado a su esposo, el rey Ahab, y mantenía
engañado a todo el pueblo de Israel. Jezabel es como la imagen de aquella
persona astuta, intrigante, inescrupolosa, que logra el dominio político y
económico, que logra también el dominio de la palabra, de los medios de comunicación,
diríamos nosotros hoy. En tiempos tan espantosos, Elías fue el gran testigo de
la fe, el que llevó al pueblo a juicio, allá, junto al Monte Carmelo, y mostró
delante de todos, que sólo Dios es Dios.
Pues
bien, Moisés y Elías, que son como los personajes más representativos de la
Alianza de Israel, aparecen aquí junto a Jesucristo. Porque, precisamente en
Cristo, las antiguas alianzas y toda alianza entre Dios y el hombre, encuentran
su plenitud. Dios ya había celebrado alianzas con Noé, con Abraham, y desde
luego, después con Moisés. Además, había hecho pacto con el rey David.
Todas
las alianzas de Dios con los hombres, tienen su plenitud y su sello definitivo
en Jesucristo. Porque, Él, al mismo tiempo Dios y Hombre, Él mismo, es el lazo
de unión entre nosotros y Dios: Cristo, en oración ante el Padre, Cristo,
llevando todas nuestras intenciones al Padre, y Cristo, trayendo todas las
bendiciones del Padre a la tierra. Si Cristo se transfiguró ante los discípulos
para mostrar que en Él se realiza la plenitud de la Alianza, si se transfiguró
para mostrar que la Cruz no era el último capítulo de su historia, pues, eso lo
necesitaban, no sólo aquellos discípulos privilegiados, sino también nosotros.
¡Nosotros también necesitamos descubrir a Cristo Transfigurado!
¡Cuánto
necesitamos irnos con Jesús a un rato de espaciosa oración, o de retiro para
compartir con Él ese misterio que tiene que pasar por la Cruz, pero que llega a
la gloria de la Pascua!
Que
hoy subamos al monte con Él, que nuestro
corazón sea esa montaña donde entramos con Cristo en oración, y que la nube,
imagen de la gloria del Padre, envuelva nuestros sentidos, maraville, cautive,
fascine nuestro ser y nos permita cumplir lo que dijo aquella voz: "Este
es el Hijo, Él es el Hijo Amado, a Él hay que escuchar" Que se abran
entonces los oídos, que estén dispuestos los corazones, y que Cristo, ya
transfigurado, reine en nuestras vidas.
ORACIÓN
Como quisiéramos
quedarnos en la paz que produce la quietud en tu presencia, pero ni modo Señor,
necesitamos de esos momentos para poder afrontar los vaivenes de la vida con la
certeza de tu amor, compañía, guía y actuar en nosotros, que nos lanza a
entender y asumir el reto de ser tus verdaderos discípulo(as). Amén
Martes 07 de Agosto de 2012
"DIOS EN JESÚS MANTIENE
SU PALABRA DE LIBERACIÓN Y MISERICORDIA"
PRIMERA
LECTURA
Jeremías 30, 1-2. 12-15. 18-22
“Por la muchedumbre de tus pecados te he tratado así.
Cambiaré la suerte de las tiendas de Jacob”
Palabra
que Jeremías recibió del Señor: "Así dice el Señor, Dios de Israel:
"Escribe en un libro todas las palabras que he dicho. Porque así dice el
Señor: "Tu fractura es incurable, tu herida está enconada; no hay remedio
para tu llaga, no hay medicinas que te cierren la herida. Tus amigos te
olvidaron, ya no te buscan, porque te alcanzó el golpe enemigo, un cruel
escarmiento, por el número de tus crímenes, por la muchedumbre de tus pecados.
¿Por
qué gritas por tu herida? Tu llaga es incurable; por el número de tus crímenes,
por la muchedumbre de tus pecados, te he tratado así." Así dice el Señor:
"Yo cambiaré la suerte de las tiendas de Jacob, me compadeceré de sus
moradas; sobre sus ruinas será reconstruida la ciudad, su palacio se asentará
en su puesto. De ella saldrán alabanzas y gritos de alegría.
Los
multiplicaré, y no disminuirán; los honraré, y no serán despreciados. Serán sus
hijos como en otro tiempo, la asamblea será estable en mi presencia. Castigaré
a sus opresores. Saldrá de ella un príncipe, su señor saldrá de en medio de ella;
me lo acercaré y se llegará a mí, pues, ¿quién, si no, se atrevería a acercarse
a mí? -oráculo del Señor-. Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro
Dios." Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
La lectura de hoy es como una contradicción. Su primera parte nos habla de
un castigo merecido y la segunda, de un regalo inmerecido. Digamos que lo
primero lo podríamos entender, porque se relaciona con la justicia: se supone
que una mala obra merece algún género de pena o consecuencia; pero ¿cómo
entender lo de una nueva alianza?
San
Agustín dijo una vez: la ley se dio para que descubriéramos que necesitábamos
la gracia. Con el término "ley" se alude aquí a todo lo que nos ha
llevado a conocernos y sobre todo a descubrir nuestros límites; sólo así
descubrimos después que somos salvados por gracia, es decir, como un regalo y
no como premio merecido por nuestro buen obrar. La lógica de la Revelación
parece ser esa: una vez que aprendemos qué es lo que merecemos, que es la
condenación, aprendemos a valorar lo que no merecemos, que es la salvación.
Salmo responsorial: 101
R. / El
Señor reconstruyó Sión, y apareció en su gloria.
Los
gentiles temerán tu nombre,
los
reyes del mundo, tu gloria.
Cuando
el Señor reconstruya Sión,
y
aparezca su gloria
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no
desprecie sus peticiones. R.
Quede
esto escrito para la generación futura,
y el
pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el
Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el
cielo se ha fijado en la tierra,
para
escuchar los gemidos de los cautivos
y librar
a los condenados a muerte. R.
Los
hijos de tus siervos vivirán seguros,
su
linaje durará en tu presencia.
Para
anunciar en Sión el nombre del Señor,
y su
alabanza en Jerusalén,
cuando
se reúnan unánimes los pueblos
y los
reyes para dar culto al Señor. R.
LECTURA
DEL EVANGELIO
Mateo 14, 22-36
“Mándame ir hacia ti andando sobre el agua”
Después
que sació la gente, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y
se le adelantaron a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y, después
de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche,
estaba allí solo. Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida
por las olas, porque el viento les era contrario.
De
madrugada se les acercó Jesús andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole
andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un
fantasma. Jesús les dijo enseguida: "¡Animo, soy yo, no tengáis miedo! Pedro
le contestó: "Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el
agua". El le dijo: "Ven". Pedro bajó de la barca y echó a andar
sobre el agua acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le
entró miedo, empezó a hundirse y gritó: "Señor, sálvame". En seguida
Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: "¡Qué poca fe! ¿Por qué has
dudado?
En
cuanto subieron a la barca, amainó el viento. Los de la barca se postraron ante
él diciendo: "Realmente eres Hijo de Dios". Terminada la travesía,
llegaron a tierra en Genesaret. Y los hombres de aquel lugar, apenas le
reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y trajeron donde
él a todos los enfermos. Le pedían tocar siquiera la orla de su manto; y
cuantos la tocaron quedaron curados.
Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
La
vida humana se define por tres tipos de tareas: las posibles, las imposibles y
las impensables. Los discípulos, antes de conocer a Jesús, hacían lo posible.
Llevaban una vida de trabajo y de piedad hasta donde sus recursos y sus
conocimientos lo permitían. El llamado que Jesús les hace para que se
conviertan en pescadores de hombres se transforma en un reto para abrazar lo
imposible: abandonar las pocas seguridades y darse a la tarea de anunciar el
evangelio para instaurar el Reino de Dios en medio de condiciones adversas.
Jesús da un paso más y realiza lo impensable. Y esto es lo que los milagros
representan. Son señales de un mundo en el que la vida no está limitada por los
prejuicios sociales, por las limitaciones económicas o, incluso, por las doctrinas
religiosas: el cielo es el único límite. Pedro sale al encuentro de Jesús
superando el obstáculo imposible de las aguas, y la voz de Jesús lo conduce al
milagro. La acción de Pedro muestra el carácter particular de la fe cristiana:
no nace de doctrinas o leyes, sino de arrojarse con temeridad ante el llamado
de Jesús y agarrarse de su mano con todas las capacidades humanas para confiar
sólo en la fuerza que viene de Él.
ORACIÓN
Aunque caigamos en el
destierro, la duda, el temor y en nuestras propias equivocaciones Tú no nos
dejarás, siempre estarás ahí para levantarnos y lanzarnos al camino nuevamente.
Gracias por tu gran amor que se compadece de nuestras miserias y nos ayuda a
seguir recibiendo la transformación de nuestro ser para ser libres y permanecer
en la paz de los hijos de Dios. Amén
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