viernes, 1 de junio de 2012

Lunes 25 de junio de 2012


“DIOS JUZGA LA HISTORIA PERSONAL Y LA COMUNITARIA”

PRIMERA LECTURA
2REYES 17, 5-8. 13-15a.18

“El Señor arrojó de su presencia a Israel, y sólo quedó la tribu de Judá”

En aquellos días, Salmanasar, rey de Asiria, invadió el país y asedió a Samaria durante tres años.
El año noveno de Oseas, el rey de Asiria conquistó Samaria, deportó a los israelitas a Asiria y los instaló en Jalaj, junto al Jabor, río de Gozán, y en las poblaciones de Media.
Eso sucedió porque, sirviendo a otros dioses, los israelitas habían pecado contra el Señor, su Dios, que los había sacado de Egipto, del poder del Faraón, rey de Egipto; procedieron según las costumbres de las naciones que el Señor había expulsado ante ellos y que introdujeron los reyes nombrados por ellos mismos.
El Señor había advertido a Israel y Judá por medio de los profetas y videntes: "Volveos de vuestro mal camino, guardad mis mandatos y preceptos, siguiendo la ley que di a vuestros padres, que les comuniqué por medio de mis siervos, los profetas."
Pero no hicieron caso, sino que se pusieron tercos, como sus padres, que no confiaron en el Señor, su Dios.
Rechazaron sus mandatos y el pacto que había hecho el Señor con sus padres, y las advertencias que les hizo.  El Señor se irritó tanto contra Israel que los arrojó de su presencia.  Sólo quedó la tribu de Judá.   Palabra de Dios.

REFLEXIÓN

El texto del segundo libro de los Reyes nos presenta la invitación, ocupación y deportación del reino del norte, es decir, de Samaria, por manos del rey de Asiria, durante el reinado de Oseas en el año 721 A.C. Este trágico acontecimiento lo lee e interpreta la comunidad que escribe desde el texto como una justificación de la acción castigo de Dios, porque el pueblo se había
apartado, había pecado y hecho idolatría contra el Señor, imitando las costumbres de los pueblos vecinos que eran paganos, los pueblos que habían sido exterminados durante
la conquista de la tierra prometida.
El Señor había dicho que debían cumplir sus mandamientos, seguir su proyecto de vida viviendo conforme a la ley de sus padres; enderezar los caminos haciendo caso
a la voz de los profetas. Pero ellos no quisieron escucharlos, no hicieron caso a los padres, no obedecieron al Señor ni quisieron seguir su propuesta de vida, despreciaron sus leyes y rompieron con la alianza.

SALMO RESPONSORIAL: 59
R. /  Que tu mano salvadora, Señor, nos responda.

Oh Dios, nos rechazaste y rompiste nuestras filas;
estabas airado, pero restáuranos. R.

Has sacudido y agrietado el país:
repara sus grietas, que se desmorona.
Hiciste sufrir un desastre a tu pueblo,
dándole a beber un vino de vértigo. R.

Tú, oh Dios, nos has rechazado
y no sales ya con nuestras tropas.
Auxílianos contra el enemigo,
que la ayuda del hombre es inútil.
Con Dios haremos proezas,
él pisoteará a nuestros enemigos. R.

LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 7, 1-5

“Sácate primero la viga del ojo”

En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: "No juzguéis y no os juzgarán. Porque os van a juzgar como juzguéis vosotros, y la medida que uséis, la usarán con vosotros. ¿Por qué te fijas en la mota que tiene tu hermano en el ojo y no reparas en la viga que llevas en el tuyo? ¿Cómo puedes decirle a tu hermano: "Déjame que te saque la mota del ojo", teniendo una viga en el tuyo? Hipócrita: sácate primero la viga del ojo; entonces verás claro y podrás sacar la mota del ojo de tu hermano".  Palabra del Señor.

REFLEXIÓN

Mucha gente imagina la vida como un gran tribunal. Unos pocos se sentarán por su propia voluntad en el banquillo de los acusados, pero la mayor parte optará por sentarse en el lugar del juez, del fiscal o del jurado. Este juego mental se convierte con mucha frecuencia en un juego social. Quienes tienen el poder y la voluntad para juzgar a los demás, se convierten en hábiles creadores de opinión que desde la radio, la televisión y ahora de manera más efectiva desde internet, nos dicen qué debemos pensar y qué debemos hacer. Con frecuencia la vida íntima de la pareja, de la familia, de la comunidad cristiana y del trabajo no escapa a esa mecánica inexorable y, entonces, se comienza a evaluar a las otras personas con los mismos parámetros comerciales y publicitarios que abundan en los medios masivos de comunicación.  El evangelio nos llama a escapar de esa dinámica y a adentrarnos en la lógica redentora del amor cristiano, solidario y universal. En esta lógica, el otro nunca será inculpado de desconocidos e inexplicables juicios, sino que será valorado como persona en sus posibilidades y límites; es decir, en su capacidad de discernir y actuar con libertad.
ORACIÓN
Señor, eres tú quien conoce lo que hay en los corazones humanos y en las comunidades, aunque seamos críticos, porque nos has dado el don de discernir y analizar nuestras realidades, ayúdanos para no caer en juzgamientos y ataques, así como a que cada quien se mire hacia adentro y ayude al prójimo a que lo haga, basados en la comunión contigo y el conocimiento de tu  Palabra. Amén 

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