“JESÚS ES LA RESURRECCIÓN Y LA VIDA”
PRIMERA LECTURA
ROMANOS 6,3-9
¿No saben ustedes que, al quedar unidos a Cristo Jesús en el bautismo, quedamos unidos a su muerte? Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, y morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre.
Si nos hemos unido a Cristo en una muerte como la suya, también nos uniremos a él en su resurrección. Sabemos que lo que antes éramos fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedara destruido y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado. Porque, cuando uno muere, queda libre del pecado. Si nosotros hemos muerto con Cristo, confiamos en que también viviremos con él. Sabemos que Cristo, habiendo resucitado, no volverá a morir. La muerte ya no tiene poder sobre él.
REFLEXIÓN
Hoy es un día después de haber celebrado la solemnidad de Todos los Santos, la Iglesia ora por los difuntos. Al orar por los difuntos, la Iglesia contempla, ante todo, el misterio Pascual de Cristo, su muerte y su resurrección, a través del cual nos ha obtenido la salvación y la vida eterna. Si Cristo ha vencido a la muerte y nos ha abierto el camino a la verdadera vida, entonces, ninguna situación está totalmente perdida. En el sacrificio de Cristo se funda nuestra esperanza, la fe en la vida eterna, donde veremos a Dios cara a cara.
ROMANOS 6,3-9
¿No saben ustedes que, al quedar unidos a Cristo Jesús en el bautismo, quedamos unidos a su muerte? Pues por el bautismo fuimos sepultados con Cristo, y morimos para ser resucitados y vivir una vida nueva, así como Cristo fue resucitado por el glorioso poder del Padre.
Si nos hemos unido a Cristo en una muerte como la suya, también nos uniremos a él en su resurrección. Sabemos que lo que antes éramos fue crucificado con Cristo, para que el poder de nuestra naturaleza pecadora quedara destruido y ya no siguiéramos siendo esclavos del pecado. Porque, cuando uno muere, queda libre del pecado. Si nosotros hemos muerto con Cristo, confiamos en que también viviremos con él. Sabemos que Cristo, habiendo resucitado, no volverá a morir. La muerte ya no tiene poder sobre él.
REFLEXIÓN
Hoy es un día después de haber celebrado la solemnidad de Todos los Santos, la Iglesia ora por los difuntos. Al orar por los difuntos, la Iglesia contempla, ante todo, el misterio Pascual de Cristo, su muerte y su resurrección, a través del cual nos ha obtenido la salvación y la vida eterna. Si Cristo ha vencido a la muerte y nos ha abierto el camino a la verdadera vida, entonces, ninguna situación está totalmente perdida. En el sacrificio de Cristo se funda nuestra esperanza, la fe en la vida eterna, donde veremos a Dios cara a cara.
Esta lectura nos introduce en lo que significa el sacramento del bautismo para el cristiano, al sumergirse en el agua, el cristiano “muere” con Cristo al pecado y al salir de ella, entra a participar de la vida nueva que Él nos ha ganado. Esta unión íntima con Cristo, tiene una doble consecuencia: primero, exige del nuevo bautizado dejar su antiguo modo de vivir, para vivir a la manera de Cristo, pues “quien se compromete a vivir como Él, queda liberado del miedo a la muerte; segundo, comportará vivir con él más allá de la muerte, pues el cristiano que cree que Jesús ha resucitado y vive para siempre, cree también que el que se ha sumergido con Él en la muerte vivirá también con Él por siempre.
SALMO RESPONSORIAL: 129
R. / Espero en el Señor, espero en su Palabra.
LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 14,1-6
“EN LA CASA DE MI PADRE HAY MUCHOS LUGARES DONDE VIVIR”
"No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar. Ustedes saben el camino que lleva a donde yo voy."
Tomás le dijo a Jesús:
--Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino?
Jesús le contestó:
--Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre.
REFLEXIÓN
¿De veras seguimos con fidelidad el camino central, que es Jesús? O ¿A veces nos gusta probar otros caminos y atajos que nos pueden parecer más atractivos a corto plazo, más fáciles y agradables?
La meditación de hoy debe ser claramente cristocéntrica. Al “Yo soy” de Jesús le debe responder nuestra fe y nuestra opción siempre renovada y sin equívocos.
Conscientes de que fuera de Él, no hay verdad ni vida, porque Él es el único camino. Eso debería notarse en los mil pequeños detalles de cada día, en nuestro trato con los demás, en nuestra manera de juzgar los acontecimientos, incluso la misma realidad de la muerte. Cristo es el que va delante de nosotros. Seguir sus huellas es seguir su camino.
ORACIÓN
No te lo puedo negar, Señor, estoy tan aferrado a esta vida, que temo no estar preparado para la muerte. Es más, sólo pensar en ella me produce angustia y temor. Pero hoy, cuando hago un alto en el camino de mi vida para recordar a quienes ya partieron al encuentro definitivo contigo, te pido me ayudes a estar vigilante y dispuesto a la acción de tu Espíritu para que, cuando me llegue la hora, pueda participar de la gloria de tu Reino. Amén.
"No se angustien ustedes. Crean en Dios y crean también en mí. En la casa de mi Padre hay muchos lugares donde vivir; si no fuera así, yo no les hubiera dicho que voy a prepararles un lugar. Y después de irme y de prepararles un lugar, vendré otra vez para llevarlos conmigo, para que ustedes estén en el mismo lugar en donde yo voy a estar. Ustedes saben el camino que lleva a donde yo voy."
Tomás le dijo a Jesús:
--Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo vamos a saber el camino?
Jesús le contestó:
--Yo soy el camino, la verdad y la vida. Solamente por mí se puede llegar al Padre.
REFLEXIÓN
¿De veras seguimos con fidelidad el camino central, que es Jesús? O ¿A veces nos gusta probar otros caminos y atajos que nos pueden parecer más atractivos a corto plazo, más fáciles y agradables?
La meditación de hoy debe ser claramente cristocéntrica. Al “Yo soy” de Jesús le debe responder nuestra fe y nuestra opción siempre renovada y sin equívocos.
Conscientes de que fuera de Él, no hay verdad ni vida, porque Él es el único camino. Eso debería notarse en los mil pequeños detalles de cada día, en nuestro trato con los demás, en nuestra manera de juzgar los acontecimientos, incluso la misma realidad de la muerte. Cristo es el que va delante de nosotros. Seguir sus huellas es seguir su camino.
ORACIÓN
No te lo puedo negar, Señor, estoy tan aferrado a esta vida, que temo no estar preparado para la muerte. Es más, sólo pensar en ella me produce angustia y temor. Pero hoy, cuando hago un alto en el camino de mi vida para recordar a quienes ya partieron al encuentro definitivo contigo, te pido me ayudes a estar vigilante y dispuesto a la acción de tu Espíritu para que, cuando me llegue la hora, pueda participar de la gloria de tu Reino. Amén.
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