martes, 1 de noviembre de 2011

Lunes, 21 de noviembre de 2011

“UNA GENEROSIDAD DIFERENTE: LLAMADA ENTREGA TOTAL”


PRIMERA LECTURA
DANIEL1,1-6.8-20


“NO SE ENCONTRÓ A NINGUNO COMO DANIEL”


Durante el tercer año del reinado de Joaquim, rey de Judá, el rey Nabucodonosor de Babilonia llegó a Jerusalén y rodeó la ciudad con su ejército. El Señor dejó que Nabucodonosor capturara a Joaquim, y que también cayeran en su poder gran parte de los utensilios del templo de Dios. Nabucodonosor se llevó los prisioneros a Babilonia, y puso los utensilios sagrados en el tesoro del templo de sus dioses; además, ordenó a Aspenaz, jefe del servicio de palacio, que de entre los israelitas de familia real y de familias distinguidas trajera jóvenes bien parecidos, sin ningún defecto físico, cultos e inteligentes, entendidos en todos los campos del saber y aptos para servir en el palacio real. A ellos se les enseñaría el lenguaje y la literatura de los caldeos. Nabucodonosor ordenó también que a esos jóvenes se les diera todos los días de los mismos alimentos y vinos que a él le servían, y que los educaran durante tres años, al cabo de los cuales quedarían a su servicio.


Entre estos jóvenes estaban Daniel, Ananías, Misael y Azarías, de la tribu de Judá. Daniel hizo el propósito de no contaminarse con la comida y el vino del rey, y pidió al jefe del servicio de palacio que no le obligara a contaminarse con tales alimentos. Por obra de Dios, el jefe del servicio de palacio vio con buenos ojos a Daniel, pero le dijo:
--Tengo miedo de mi señor, el rey. Él me ha dicho lo que ustedes deben comer y beber, y si los ve con peor aspecto que los otros jóvenes, serán ustedes la causa de que el rey me condene a muerte.
Daniel habló entonces con el mayordomo a quien el jefe del servicio de palacio había encargado el cuidado de Daniel, Ananías, Misael y Azarías, y le dijo:
--Ruego a usted que haga una prueba con estos servidores suyos: ordene usted que durante diez días nos den de comer solamente legumbres, y de beber solamente agua. Pasado ese tiempo, compare usted nuestro aspecto con el de los jóvenes alimentados con la misma comida que se sirve al rey, y haga entonces con nosotros según lo que vea.
El mayordomo estuvo de acuerdo, y durante diez días hizo la prueba con ellos. Pasados los diez días, el aspecto de ellos era más sano y más fuerte que el de todos los jóvenes que comían de la comida del rey. Así pues, el mayordomo se llevaba la comida y el vino que ellos tenían que comer y beber, y les servía legumbres.
A estos cuatro jóvenes, Dios les dio inteligencia y entendimiento para comprender toda clase de libros y toda ciencia. Daniel entendía además el significado de toda clase de visiones y sueños. Al cumplirse el plazo que el rey había señalado para que le fueran presentados los jóvenes, el jefe del servicio de palacio los llevó a su presencia. El rey habló con ellos y, entre todos los jóvenes, no encontró ni uno solo que pudiera compararse con Daniel, Ananías, Misael y Azarías, quienes, por lo tanto, quedaron al servicio del rey. En todos los asuntos que requerían sabiduría e inteligencia, y sobre los cuales les preguntó el rey, los encontró diez veces más sabios que todos los magos y adivinos que había en su reino.


REFLEXIÓN
Durante esta última semana del año litúrgico leeremos algunos textos del libro de Daniel. Este escrito sitúa los acontecimientos en tiempos de Nabucodonosor, rey de Babilonia, quien llevó al destierro al pueblo de Israel; pero fue escrito hacia al año 170 antes de Cristo, cuando el pueblo judío estaba sufriendo el ataque4 del rey Antíoco Epíanes. Daniel no es el autor del libro, sino su protagonista.

El texto de hoy nos habla de la fidelidad de cuatro jóvenes a sus valores religiosos judíos, en medio de los halagos y las tentaciones del ambiente pagano de la corte real. Dios está con ellos y tanto en salud ente todos los jóvenes al servicio del rey. La lección es clara para los judíos que estaban luchando por resistir a la tentación paganizante de Antíoco: sigan teniendo esperanza y sean fieles a la Alianza, en medio de esa persecución, como lo fueron Daniel y sus compañeros en circunstancias parecidas o peores.

También hoy, cuando nos sentimos tentados a seguir los criterios de un mundo materialista, que pretende ignorar la existencia de Dios y rendir culto a lo pasajero, podemos encontrar en el testimonio de los cuatro jóvenes la motivación para mantenernos firmes en la fe, aún en medio de la prueba. Los cristianos nos damos cuenta, sobre todo cuando escuchamos y meditamos la Palabra de Dios, que no podemos seguir la mentalidad de la sociedad en que vivimos, aunque sea mayoritariamente aplaudida.


SALMO RESPONSORIAL: DEUTERONOMIO 3,52-56
R. / ¡A ti gloria y alabanza por los siglos!

LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 21,1-4


“ENTREGANDO TODO LO QUE SE TIENE ”


Jesús estaba viendo a los ricos echar dinero en los cofres de las ofrendas, y vio también a una viuda pobre que echaba dos moneditas de cobre. Entonces dijo:
--De veras les digo que esta viuda pobre ha dado más que todos; pues todos dan ofrendas de lo que les sobra, pero ella, en su pobreza, ha dado todo lo que tenía para vivir.


REFLEXIÓN
Jesús fija sus ojos en el gesto de una viuda. Mientras los ricos echaban grandes donativos en el arca del Templo, la pobre viuda ofreció todo lo que tenía para vivir. Unos versículos antes de este texto, Jesús denuncia la codicia de los letrados que devoran los bienes de las viudas aparentando agradar a Dios.
La situación de las viudas, junto con la de los huérfanos y extranjeros, resultaba bastante insegura en el pueblo de Israel. Por esto existían leyes que las protegían (Ex 22, 21; Dt 10, 18; etc.). A su favor intercedían una y otra vez los profetas (Is 1, 17; Jer 7, 6; etc.). También en la primitiva Iglesia se las sostenía (Hch 6, 1ss), y visitarlas en sus dificultades es alabado por el apóstol Santiago (1, 27) como verdadero culto a Dios.
El gesto de la viuda, destacado por Lucas en este texto, está cargado de contenido evangélico. Ella, sumamente necesitada de ayuda, es la que se abre a dar sin medida las monedas que posee. Jesús valora la generosidad y el desprendimiento total que manifiestan la madurez de la fe y la confianza en el Dios de la vida, que no abandona nunca a los pobres.

Nuestro llamado es el mismo, a ser generosos como lo hizo la viuda, a echar nuestros dos reales para el bien común. Que a pesar del cansancio, de nuestras ocupaciones, del apresuramiento, sigamos trabajando por otros, que seamos capaces de caminar "la milla más" por otros. Talvez nadie se de cuenta, talvez nadie nos aplauda. Pero Dios si se da cuenta, siempre lo ve y lo esta viendo, y sonríe cada vez que lo hacemos y escribe nuestra historia en esos momentos en el Libro de la Vida.


PARA REFLEXIONAR

¿Estamos dando lo mejor de nosotros?

¿Somos generosos, pero con el desprendimiento y la generosidad que nos enseña hoy la "viuda" del evangelio?


ORACIÓN
Señor tu eres nuestro verdadero Maestro, queremos poder seguir perteneciendo a tu escuela, una escuela donde nos enseñas a pensar diferente, una escuela de servicio, de Amor, una escuela que nos enseña a vivir una generosidad diferente, un llamado a entregarlo todo por otros, a caminar una milla más, sobre todo por los más pobres y necesitados. Amén.

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