“JESÚS DUEÑO DEL TIEMPO”
PRIMERA LECTURA
DANIEL 2,32-45
DANIEL 2,32-45
“EL DIOS DEL CIELO SUSCITARÁ UN REINO QUE JAMÁS SERÁ DESTRUÍDO”
"En el sueño, Su Majestad veía que en su presencia se levantaba una estatua muy grande y brillante, y de aspecto terrible. La cabeza de la estatua era de oro puro; el pecho y los brazos, de plata; el vientre y los muslos, de bronce; las piernas, de hierro; y una parte de los pies era de hierro, y la otra de barro. Mientras Su Majestad la estaba mirando, de un monte se desprendió una piedra, sin que nadie la empujara, y vino a dar contra los pies de la estatua y los destrozó. En un momento, el hierro, el barro, el bronce, la plata y el oro quedaron todos convertidos en polvo, como el que se ve en verano cuando se trilla el trigo, y el viento se lo llevó sin dejar el menor rastro. Pero la piedra que dio contra la estatua se convirtió en una gran montaña que ocupó toda la tierra.
"Este es el sueño. Y ahora voy a explicar a Su Majestad lo que el sueño significa. Su Majestad es el más grande de todos los reyes, porque el Dios del cielo le ha dado el reino, el poder, la fuerza, el honor y el dominio sobre todos los lugares habitados por hombres, animales y aves; él lo ha puesto todo bajo el poder de Su Majestad, que es la cabeza de oro. Después del reino de Su Majestad habrá otro reino inferior al suyo, y luego un tercer reino de bronce, que dominará sobre toda la tierra. Vendrá después un cuarto reino, fuerte como el hierro; y así como el hierro lo destroza todo y lo destruye, así ese reino destrozará y destruirá a todos los otros reinos.
"Su Majestad vio también que una parte de los pies y de los dedos era de barro, y la otra, de hierro; esto quiere decir que será un reino dividido, aunque con algo de la fortaleza del hierro, pues Su Majestad vio que el hierro estaba mezclado con el barro. Los dedos de los pies eran en parte de hierro y en parte de barro, y eso significa que el reino será fuerte y débil al mismo tiempo. Y así como Su Majestad vio el hierro mezclado con el barro, así los gobernantes de este reino se unirán por medio de alianzas matrimoniales; pero no podrán formar un solo cuerpo entre sí, como tampoco puede el hierro mezclarse con el barro. Durante el gobierno de estos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido ni dominado por ninguna otra nación, sino que acabará por completo con todos los demás reinos, y durará para siempre. Eso es lo que significa la piedra que Su Majestad vio desprenderse del monte, sin que nadie la hubiera empujado; piedra que convirtió en polvo el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha revelado a Su Majestad lo que va a pasar en el futuro. El sueño es verdadero, y su interpretación, cierta."
"Este es el sueño. Y ahora voy a explicar a Su Majestad lo que el sueño significa. Su Majestad es el más grande de todos los reyes, porque el Dios del cielo le ha dado el reino, el poder, la fuerza, el honor y el dominio sobre todos los lugares habitados por hombres, animales y aves; él lo ha puesto todo bajo el poder de Su Majestad, que es la cabeza de oro. Después del reino de Su Majestad habrá otro reino inferior al suyo, y luego un tercer reino de bronce, que dominará sobre toda la tierra. Vendrá después un cuarto reino, fuerte como el hierro; y así como el hierro lo destroza todo y lo destruye, así ese reino destrozará y destruirá a todos los otros reinos.
"Su Majestad vio también que una parte de los pies y de los dedos era de barro, y la otra, de hierro; esto quiere decir que será un reino dividido, aunque con algo de la fortaleza del hierro, pues Su Majestad vio que el hierro estaba mezclado con el barro. Los dedos de los pies eran en parte de hierro y en parte de barro, y eso significa que el reino será fuerte y débil al mismo tiempo. Y así como Su Majestad vio el hierro mezclado con el barro, así los gobernantes de este reino se unirán por medio de alianzas matrimoniales; pero no podrán formar un solo cuerpo entre sí, como tampoco puede el hierro mezclarse con el barro. Durante el gobierno de estos reyes, el Dios del cielo establecerá un reino que jamás será destruido ni dominado por ninguna otra nación, sino que acabará por completo con todos los demás reinos, y durará para siempre. Eso es lo que significa la piedra que Su Majestad vio desprenderse del monte, sin que nadie la hubiera empujado; piedra que convirtió en polvo el hierro, el bronce, el barro, la plata y el oro. El gran Dios ha revelado a Su Majestad lo que va a pasar en el futuro. El sueño es verdadero, y su interpretación, cierta."
REFLEXIÓN
Nabucodonosor, rey de Babilonia, tuvo un sueño que no pudo ser interpretado por ninguno de los sabios de su corte. Entonces, cuando da la orden de que todos los sabios sean ejecutados, aparece en escena Daniel que, lleno de la sabiduría de Dios, adivina e interpreta el sueño del rey.
Los materiales con que está hecha la estatua y la interpretación que se hace en ella está en relación con cuatro etapas de la historia antigua, en las que se sucedieron cuatro imperios poderosos. El oro, metal más valioso, representa el imperio babilónico más poderoso; a éste le seguirá uno de plata, el de los medos; luego otro de bronce, el de los persas; y finalmente, uno de hierro y otro de barro, que representan a Asiria y Egipto, donde se concentró el imperio griego. En este último se detiene más el autor del libro de Daniel, porque es el que están padeciendo los judíos cuando se escribe el libro , y está representado en el rey Antíoco Epífanes. Esta gran mole, sin embargo, es derribado por una simple esquirla desprendida de una gran roca, que representa el Reino de Dios.
Muchos imperios e ideologías se han ido sucediendo a lo largo de la historia. Así como nacen en algún momento caen, porque tienen pies de barro. Esto debería hacernos más humildes, evitando la tentación de poner demasiado entusiasmo en alguna institución o en algún ídolo. Y lo mismo habría que decir de nosotros mismos, que también tenemos pies de barro y somos frágiles: no podemos confiar demasiado en nuestras propias fuerzas. Todo es caduco, Cristo es el único ayer,, hoy y siempre.
SALMO RESPONSORIAL: 3,57-61
R. / Ensálcenlo con himnos por los siglos.
Nabucodonosor, rey de Babilonia, tuvo un sueño que no pudo ser interpretado por ninguno de los sabios de su corte. Entonces, cuando da la orden de que todos los sabios sean ejecutados, aparece en escena Daniel que, lleno de la sabiduría de Dios, adivina e interpreta el sueño del rey.
Los materiales con que está hecha la estatua y la interpretación que se hace en ella está en relación con cuatro etapas de la historia antigua, en las que se sucedieron cuatro imperios poderosos. El oro, metal más valioso, representa el imperio babilónico más poderoso; a éste le seguirá uno de plata, el de los medos; luego otro de bronce, el de los persas; y finalmente, uno de hierro y otro de barro, que representan a Asiria y Egipto, donde se concentró el imperio griego. En este último se detiene más el autor del libro de Daniel, porque es el que están padeciendo los judíos cuando se escribe el libro , y está representado en el rey Antíoco Epífanes. Esta gran mole, sin embargo, es derribado por una simple esquirla desprendida de una gran roca, que representa el Reino de Dios.
Muchos imperios e ideologías se han ido sucediendo a lo largo de la historia. Así como nacen en algún momento caen, porque tienen pies de barro. Esto debería hacernos más humildes, evitando la tentación de poner demasiado entusiasmo en alguna institución o en algún ídolo. Y lo mismo habría que decir de nosotros mismos, que también tenemos pies de barro y somos frágiles: no podemos confiar demasiado en nuestras propias fuerzas. Todo es caduco, Cristo es el único ayer,, hoy y siempre.
SALMO RESPONSORIAL: 3,57-61
R. / Ensálcenlo con himnos por los siglos.
"Bendigan al Señor, todas sus obras,
canten en su honor eternamente. R./
Bendíganlo, ángeles del Señor,
canten en su honor eternamente. R./
Bendice, cielo, al Señor,
canta en su honor eternamente. R./
Bendice al Señor, agua que estás encima del cielo,
canta en su honor eternamente. R./
Bendigan al Señor, todos sus astros,
canten en su honor eternamente. R./
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 21,5-11
canten en su honor eternamente. R./
Bendíganlo, ángeles del Señor,
canten en su honor eternamente. R./
Bendice, cielo, al Señor,
canta en su honor eternamente. R./
Bendice al Señor, agua que estás encima del cielo,
canta en su honor eternamente. R./
Bendigan al Señor, todos sus astros,
canten en su honor eternamente. R./
LECTURA DEL EVANGELIO
LUCAS 21,5-11
“NO QUEDARÁ PIEDRA SOBRE PIEDRA”
Algunos estaban hablando del templo, de la belleza de sus piedras y de las ofrendas votivas que lo adornaban. Jesús dijo:
--Vendrán días en que de todo esto que ustedes están viendo no quedará ni una piedra sobre otra. Todo será destruido.
Entonces le preguntaron:
--Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto? ¿Cuál será la señal de que estas cosas ya están a punto de suceder?
Jesús contestó: "Tengan cuidado para no dejarse engañar. Porque vendrán muchos haciéndose pasar por mí. Dirán: 'Yo soy', y 'Ahora es el tiempo.' Pero ustedes no los sigan. Y cuando tengan noticias de guerras y revoluciones, no se asusten, pues esto tiene que ocurrir primero; sin embargo, aún no habrá llegado el fin."
Siguió diciéndoles: "Una nación peleará contra otra y un país hará guerra contra otro. Habrá grandes terremotos, y hambres y enfermedades en diferentes lugares, y en el cielo se verán cosas espantosas y grandes señales.
--Vendrán días en que de todo esto que ustedes están viendo no quedará ni una piedra sobre otra. Todo será destruido.
Entonces le preguntaron:
--Maestro, ¿cuándo va a ocurrir esto? ¿Cuál será la señal de que estas cosas ya están a punto de suceder?
Jesús contestó: "Tengan cuidado para no dejarse engañar. Porque vendrán muchos haciéndose pasar por mí. Dirán: 'Yo soy', y 'Ahora es el tiempo.' Pero ustedes no los sigan. Y cuando tengan noticias de guerras y revoluciones, no se asusten, pues esto tiene que ocurrir primero; sin embargo, aún no habrá llegado el fin."
Siguió diciéndoles: "Una nación peleará contra otra y un país hará guerra contra otro. Habrá grandes terremotos, y hambres y enfermedades en diferentes lugares, y en el cielo se verán cosas espantosas y grandes señales.
REFLEXIÓN
Este texto de Lucas pertenece al llamado “apocalipsis sinóptico” y tiene sus paralelos en Mc 13 y Mt 24. Está formado por un entrelazamiento de tradiciones cristianas y de la apocalíptica judía, que reflejan el ambiente y la situación de la primera guerra de los romanos contra los judíos desde el 66 al 70 d. C.
Este texto hace referencia al Templo, que era una construcción sobresaliente. Representaba la unión del pueblo judío y su fe monoteísta. Jesús no comparte la admiración y el entusiasmo que sentían sus discípulos por esa obra arquitectónica y les afirma que será destruido.
Este texto es un conjunto de advertencias que Jesús dirige a la Iglesia, llamada a perseverar en la fe y enviada a anunciar la Buena Noticia en medio de los acontecimientos históricos y naturales y sus correspondientes peligros. El mensaje busca que la comunidad de creyentes sostenga su esperanza y no desplace su atención hacia los acontecimientos, buscando en ellos señales del fin. Por el contrario, el fin no llegará enseguida; la misión de la Iglesia debe continuar.
Este texto de Lucas pertenece al llamado “apocalipsis sinóptico” y tiene sus paralelos en Mc 13 y Mt 24. Está formado por un entrelazamiento de tradiciones cristianas y de la apocalíptica judía, que reflejan el ambiente y la situación de la primera guerra de los romanos contra los judíos desde el 66 al 70 d. C.
Este texto hace referencia al Templo, que era una construcción sobresaliente. Representaba la unión del pueblo judío y su fe monoteísta. Jesús no comparte la admiración y el entusiasmo que sentían sus discípulos por esa obra arquitectónica y les afirma que será destruido.
Este texto es un conjunto de advertencias que Jesús dirige a la Iglesia, llamada a perseverar en la fe y enviada a anunciar la Buena Noticia en medio de los acontecimientos históricos y naturales y sus correspondientes peligros. El mensaje busca que la comunidad de creyentes sostenga su esperanza y no desplace su atención hacia los acontecimientos, buscando en ellos señales del fin. Por el contrario, el fin no llegará enseguida; la misión de la Iglesia debe continuar.
ORACIÓN
Si Tú estás conmigo, Señor, ¿a quién temeré? Si Tú me sostienes, ¿quién me hará temblar? Ni la angustia, ni el hambre, ni los problemas, ni la muerte, me pueden apartar de tu amor. Aunque tiemble la tierra y se estremezcan los astros, nada temo, porque Tú me acompañas. Amén
Si Tú estás conmigo, Señor, ¿a quién temeré? Si Tú me sostienes, ¿quién me hará temblar? Ni la angustia, ni el hambre, ni los problemas, ni la muerte, me pueden apartar de tu amor. Aunque tiemble la tierra y se estremezcan los astros, nada temo, porque Tú me acompañas. Amén
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