“EL AMOR NO MIRA RAZONES, ELIGE LA BONDAD Y LA VERDAD”
RUT 1,1.3-6.14B-16.22
“Noemí, con Rut, la moabita, volvió a Belén”
En tiempo de los jueces, hubo hambre en el país, y un hombre emigró, con
su mujer Noemí y sus dos hijos, desde Belén de Judá a la campiña de Moab.
Elimelec, el marido de Noemí, murió, y quedaron con ella sus dos hijos, que se
casaron con dos mujeres moabitas: una se llamaba Orfá y la otra Rut. Pero, al
cabo de diez años de residir allí, murieron también los dos hijos, y la mujer
se quedó sin marido y sin hijos. Al enterarse de que el Señor había atendido a
su pueblo dándole pan, Noemí, con sus dos nueras, emprendió el camino de vuelta
desde la campiña de Moab. Orfá se despidió de su suegra y volvió a su pueblo,
mientras que Rut se quedó con Noemí. Noemí le dijo: "Mira, tu cuñada se ha
vuelto a su pueblo y a su dios. Vuélvete tú con ella." Pero Rut contestó:
"No insistas en que te deje y me vuelva. Donde tú vayas, iré yo; donde tú
vivas, viviré yo; tu pueblo es el mío, tu Dios es mi Dios." Así fue como
Noemí, con su nuera Rut, la moabita, volvió de la campiña de Moab. Empezaba la
siega de la cebada cuando llegaron a Belén. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
¿Qué puede tener de especial el sencillo relato de aquel par de mujeres
en la primera lectura de hoy? Pareció por un tiempo que Noemí y Rut estarían
emparentadas, como suegra y nuera, pero ese vínculo se rompió porque el hijo de
Noemí y esposo de Rut murió. Nada las unía, y sin embargo, todo el libro de Rut
depende del pasaje que hemos oído hoy. ¿Qué hay de especial en esa decisión que
Rut toma de seguir a Noemí hasta el punto de exclamar: "tu pueblo será mi
pueblo y tu Dios será mi Dios"?
Miremos el contexto del texto; Moab en la Biblia es la imagen de un
pueblo hostil. Un pueblo que sirvió sólo de obstáculo en la llegada de los
israelitas a la tierra prometida. De ese pueblo viene Rut, Rut era una mujer
extranjera. El amor de esposa la unió a un israelita, pero lo admirable es que
Rut descubre algo más que un hombre para esposo: descubre un pueblo, descubre
una fe, descubre un camino que le conduce hacia el Dios vivo y descubre al Dios
vivo. Su decisión de estar con Noemí es la decisión de vencer las distancias y
prejuicios a nombre de una fuerza que es capaz de unir por encima de barreras
culturales o religiosas. Lo valioso de su decisión es explicable desde aquello que
Jesús predicaba alguna vez en el Evangelio: Rut ha encontrado una perla
preciosa en el camino que le conduce a Dios y por eso ya no da vuelta atrás.
Rut no separa el amor a Dios y el amor al pueblo de Dios, a su compromiso con
el pueblo al que pertenece ahora. ¿Por qué no decirle hoy al Señor: "Donde
tú vayas, iré yo; donde tú vivas, viviré yo? como dice Rut 1,16. Estamos
llamados a dejarlo todo, a ponernos en camino con Cristo, y adonde Él vaya,
vayamos nosotros; donde Él viva, vivamos nosotros; su pueblo será el nuestro, y
su Dios nuestro Dios.
SALMO RESPONSORIAL:
145
R. / Alaba, alma mía, al Señor.
Dichoso a quien auxilia el Dios de Jacob,
el que espera en el Señor, su Dios,
que hizo el cielo y la tierra,
el mar y cuanto hay en él. R.
Que mantiene su fidelidad perpetuamente,
que hace justicia a los oprimidos,
que da pan a los hambrientos.
El Señor liberta a los cautivos. R.
El Señor abre los ojos al ciego,
el Señor endereza a los que ya se doblan,
el Señor ama a los justos.
El Señor guarda a los peregrinos. R.
Sustenta al huérfano y a la viuda
y trastorna el camino de los malvados.
El Señor reina eternamente,
tu Dios, Sión, de edad en edad. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este salmo es un canto de alabanza al reinado de Dios en favor de los
necesitados. No estamos abandonados a nosotros mismos. Los acontecimientos no
representan una mera sucesión de actos sin sentido ni meta, por lo que hemos de
desarrollar una autentica profesión de fe en Dios, por sus atributos de amor y
bondad.
LECTURA DEL EVANGELIO
MATEO 22,34-40
“Amarás al Señor, tu Dios, y a tu prójimo como a ti mismo”
En aquel tiempo, los fariseos, al oír que Jesús había hecho callar a los
saduceos, formaron grupo, y uno de ellos, que era experto en la Ley, le
preguntó para ponerlo a prueba: "Maestro, ¿cuál es el mandamiento
principal de la Ley?" Él le dijo: ""Amarás al Señor, tu Dios,
con todo tu corazón, con toda tu alma, con todo tu ser." Este mandamiento
es el principal y primero. El segundo es semejante a él: "Amarás a tu
prójimo como a ti mismo." Estos dos mandamientos sostienen la Ley entera y
los Profetas." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Entre códigos y
recomendaciones, el Pueblo Judío había contabilizado en la ley 613
mandamientos, de los cuales 365 eran prohibiciones y 248 orientaciones positivas.
Por eso discutían permanentemente sobre la jerarquía de los mandamientos. Ante
la pregunta del fariseo, Jesús no responde con uno, sino con dos, uniendo el
mandamiento del amor a Dios y el mandamiento del amor al prójimo.
La originalidad
de Jesús radica en que presenta los dos mandamientos inseparables y al mismo
nivel. El amor es la clave que unifica ambos mandamientos; por eso, el amor a
Dios pasa necesariamente por el prójimo. El sentido de la vida no consiste
solamente en cumplir normas y preceptos. Cristo nos invita a mirar la vida
desde la centralidad de las personas, más allá de las leyes. Dios quiere que
cultivemos una actitud misericordiosa. Llevar a plenitud el amor en el servicio
auténtico a los más pobres y descartados de nuestro tiempo. ¿Podemos decir,
cuando hacemos nuestro examen de conciencia al final del día, que nuestra vida
está motivada por el amor?
ORACIÓN
El seguir tu propuesta implica muchos cambios y renuncias, en pro de
divulgar nuestra verdadera procedencia y razón del ser humano en el mundo, por
eso necesitamos en el amor a ti y al prójimo recibir tu constante presencia,
orientación y fuerza para hacer lo que realmente convienen a la misión.
Ayúdanos a entender, vivir y enseñar tu propuesta de amor en el Espíritu. Amén.
“La fuerza del amor a Dios nos dispone para amar
propiamente al prójimo”
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