domingo, 1 de agosto de 2021

Miércoles 11 de Agosto de 2021

 

“EL MANDAMIENTO DEL AMOR Y EL CUMPLIMIENTO DE LA VOLUNTAD DIVINA”

 

PRIMERA LECTURA

DEUTERONOMIO 34,1-12

 

“Murió Moisés, como había dicho el Señor, y ya no surgió otro profeta como él”

 

En aquellos días, Moisés subió de la estepa de Moab al monte de Nebo, a la cima del Fasga, que mira a Jericó; y el Señor le mostró toda la tierra: Galaad hasta Dan, el territorio de Neftalí, de Efraín y de Manasés, el de Judá hasta el mar occidental, el Negueb y la comarca del valle de Jericó, la ciudad de las palmeras, hasta Soar; y le dijo: "Ésta es la tierra que prometí a Abrahán, a Isaac y a Jacob, diciéndoles: "Se la daré a tu descendencia." Te la he hecho ver con tus propios ojos, pero no entrarás en ella."  Y allí murió Moisés, siervo del Señor, en Moab, como había dicho el Señor. Lo enterraron en el valle de Moab, frente a Bet Fegor; y hasta el día de hoy nadie ha conocido el lugar de su tumba. Moisés murió a la edad de ciento veinte años; no había perdido vista ni había decaído su vigor. Los israelitas lloraron a Moisés en la estepa de Moab treinta días, hasta que terminó el tiempo del duelo por Moisés.

 

Josué, hijo de Nun, estaba lleno del espíritu de sabiduría, porque Moisés le había impuesto las manos; los israelitas le obedecieron e hicieron lo que el Señor había mandado a Moisés. Pero ya no surgió en Israel otro profeta como Moisés, con quien el Señor trataba cara a cara; ni semejante a él en los signos y prodigios que el Señor le envió a hacer en Egipto contra el Faraón, su corte y su país; ni en la mano poderosa, en los terribles portentos que obró Moisés en presencia de todo Israel. Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

Concluimos hoy la lectura del libro del Deuteronomio que nos ha estado acompañando la última semana, reflexionando en el relato de la muerte del gran líder Moisés, ya que éste, a las puertas de la tierra prometida, y habiendo llevado a cabo la misión que Dios le había encomendado. Es tan sentido el relato de su muerte, a pesar de su brevedad, que una sola frase resume todo el sentido de su vida y misión. “Ya no surgió en Israel otro profeta como Moisés, con quien el Señor hablaba cara a cara”. Al hacer un repaso cuidadoso de este personaje nos encontramos con un hombre orante, justo, solidario con su pueblo, de gran corazón, líder indiscutible, de una fe sólida y profunda, amigo de Dios. Esta es la importancia de Moisés para Israel, que creen ver en él al mismo Dios actuando a favor de su pueblo.

Qué bueno sería que se pudiese decir de cada uno de nosotros, de cada cristiano discípulo (a) de Jesucristo, de cada miembro de la Iglesia, lo mismo y más cosas positivas de las que se dicen de Moisés. Ojalá se dijera somos orantes y totalmente dependientes de Dios; solidarios y preocupados de corazón sincero por nuestros semejantes, especialmente por los más pequeños débiles y necesitados, llevando en nuestro corazón nuestras propias angustias. Y, sobre todo, sería maravilloso que el mudo al ver nuestra actitud humilde, servicial y desinteresada, de total sumisión a Dios, pudiese descubrir que ese es el camino que conduce a la verdadera fraternidad, a la verdadera justicia, a la solidaridad y a la paz.                  

 

 

SALMO RESPONSORIAL: 65

R. / Bendito sea Dios, que me ha devuelto la vida.

 

Aclama al Señor, tierra entera;

tocad en honor de su nombre,

cantad himnos a su gloria.

Decid a Dios: "¡Qué temibles son tus obras!" R.

 

Venid a ver las obras de Dios,

sus temibles proezas en favor de los hombres.

Bendecid, pueblos, a nuestro Dios,

haced resonar sus alabanzas. R.

 

Fieles de Dios, venid a escuchar,

os contaré lo que ha hecho conmigo:

a él gritó mi boca

y lo ensalzó mi lengua. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

El salmista entona un canto de alabanza a Dios por las maravillas que ha realizado con el pueblo de Israel y también con su historia personal. Invita al mundo entero a unirse a su alabanza. El anuncio del evangelio a todos los pueblos es una invitación a reconocer el poder liberador de Dios manifestado en forma notable en la persona y la historia de Jesús de Nazaret. La Eucaristía es la acción de gracias del mismo Jesús y de la Iglesia.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

MATEO 18,15-20

 

“Si te hace caso, has salvado a tu hermano”

 

En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: "Si tu hermano peca, repréndelo a solas entre los dos. Si te hace caso, has salvado a tu hermano. Si no te hace caso, llama a otro o a otros dos, para que todo el asunto quede confirmado por boca de dos o tres testigos. Si no les hace caso, díselo a la comunidad, y si no hace caso ni siquiera a la comunidad, considéralo como un gentil o un publicano.

Os aseguro que todo lo que atéis en la tierra quedará atado en el cielo, y todo lo que desatéis en la tierra quedará desatado en el cielo. Os aseguro, además, que si dos de vosotros se ponen de acuerdo en la tierra para pedir algo, se lo dará mi Padre del cielo. Porque donde dos o tres están reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos." Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Este apartado es una enseñanza e invitación a la moderación en el uso de ciertas reglas de disciplina comunitaria. El juicio condenatorio del hermano es posible sólo cuando persevera en el mal y rechaza la corrección y el perdón. El objetivo es salvar al que peca, ayudándolo para que se aparte del mal. La expresión “atar y desatar” indica la capacidad ilimitada del perdón. Una actitud diferente de nuestra tendencia a condenar es la de perdonar. Como cristianos, hemos de reconocernos perdonados por el Padre y capaces de perdonar a los demás.

Nuestro objetivo en la convivencia con el prójimo es recuperar al hermano para que no tropiece ni haga tropezar a otros. Consiguientemente, movido por el amor y la solicitud se nos recuerda la fuerza de la oración, donde reside el verdadero poder de la Comunidad, nos enseña que el acto de la corrección fraterna se debe realizar en un ambiente de unidad y oración que aseguran la presencia de Jesús resucitado.

 

ORACIÓN

Señor a lo largo de la historia de la humanidad has  escogido a tantas personas, encomendándoles misiones muy concretas y complejas, la Biblia narra de muchas de ellas, que con su dedicación, adheridas a ti y con los ojos del corazón han logrado guiar y servir a todo un pueblo. Hoy  a nosotros(as) en estos últimos tiempos, también nos dotas de dones y cambios para favorecer nuestro entorno y llevar a muchos (as) a conocerte, servirte y transformar su vida en Ti; ayúdanos te pedimos a lograr cumplir y desarrollar  esa misión. Amén

 

“Actuemos como hermanos y amigos en Dios para sostener la esperanza, en medio de los problemas del mundo”

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