“LA PALABRA DE DIOS LO ES TODO EN NUESTRA VIDA”
PRIMERA LECTURA
DEUTERONOMIO 4, 1-2. 6-8
“No añadáis nada a lo que os mando. . ., así cumpliréis los preceptos
del Señor”
Moisés habló al pueblo, diciendo: - "Ahora, Israel, escucha los
mandatos y decretos que yo os mando cumplir. Así viviréis y entraréis a tomar
posesión de la tierra que el Señor, Dios de vuestros padres, os va a dar. No
añadáis nada a lo que os mando ni suprimáis nada; así cumpliréis los preceptos
del Señor, vuestro Dios, que yo os mando hoy. Ponedlos por obra, que ellos son
vuestra sabiduría y vuestra inteligencia a los ojos de los pueblos que, cuando
tengan noticia de todos ellos, dirán: "Cierto que esta gran nación es un
pueblo sabio e inteligente." Y, en efecto, ¿hay alguna nación tan grande
que tenga los dioses tan cerca como lo está el Señor Dios de nosotros, siempre
que lo invocamos? Y, ¿cuál es la gran nación, cuyos mandatos y decretos sean
tan justos como toda esta ley que hoy os doy?" Palabra de Dios.
REFLEXIÓN
En esta primera lectura del libro del Deuteronomio nos permite reconocer
que el pueblo de Israel es privilegiado, en tanto que ha sido depositario de
las normas de vida que Dios ha constituido. Nosotros también formamos parte de
la Iglesia de ese nuevo pueblo de Dios, nuestra norma o ley mayor es el mandamiento
del amor. Y bien del amor incondicional tenemos la certeza de entrar en la
tierra prometida, que ya no es un lugar geográfico, sino que es la morada
eterna de Dios. Cuando en Jesús y su Palabra, proyecto de vida, vamos
encontrando internamente, paz, armonía y sentido verdadero a nuestra vida. Este
mandato es el criterio de sabiduría por el cual nosotros desde el amor de Dios
nos regimos para alcanzar la verdadera felicidad. Esta ley o norma del
Deuteronomio será la sabiduría e inteligencia que guiará al pueblo hacia un
buen camino.
SALMO RESPONSORIAL: 14
R./Señor, ¿quién puede hospedarse en tu tienda?
El que procede honradamente
y practica la justicia,
el que tiene intenciones leales
y no calumnia con su lengua. R.
El que no hace mal a su prójimo
ni difama al vecino,
el que considera despreciable al impío
y honra a los que temen al Señor. R.
El que no presta dinero a usura
ni acepta soborno contra el inocente
El que así obra nunca fallará. R
OREMOS CON EL SALMO
El salmo recalca la necesidad de unir
el culto a Dios con la vida intachable. El Salmo nos recuerda que no son los muchos ornamentos de las
celebraciones lo que nos eleva a Dios, sino la justicia, la honestidad, la
recta intención y el respeto. Anunciar la justicia y vivirla en el día a día,
constituye la exigencia fundamental judeocristianas, y en eso coinciden con
tantas otras Escrituras de otras religiones. Los rituales, las prescripciones, las
ceremonias... pueden ayudar a continuar por el camino de Dios, pero no pueden
sustituirlo. Por esta razón, la exhortación que Moisés dirige a su pueblo se
centra en la necesidad que tiene el pueblo de Dios de hacer una clara opción por
el Dios de la libertad y de la justicia que los ha sacado de Egipto. De lo
contrario, el sueño de la «tierra prometida» se puede convertir en una
pesadilla.
Al que sigue ese proceder Dios concede
sus favores. Jesús nos enseña: “Si al ir a presentar tu ofrenda en el
altar, te acuerdas de que tu hermano tiene algo contra ti, deja allí tu
ofrenda, delante del altar, y ve a reconciliarte con tu hermano. Entonces si
vuelve a presentar tu ofrenda.
SEGUNDA LECTURA
SANTIAGO 1, 17-18. 21B-22.27
“Llevad a la práctica la palabra”
Mis queridos hermanos: Todo beneficio y todo don perfecto viene de
arriba, del Padre de los astros, en el cual no hay fases ni períodos de sombra.
Por propia iniciativa, con la
palabra de la verdad, nos engendró, para que seamos como la primicia de
sus criaturas. Aceptad dócilmente la palabra que ha sido plantada y es capaz de
salvaros. Llevadla a la práctica y no os limitéis a escucharla, engañándoos a
vosotros mismos. La religión pura e intachable a los ojos de Dios Padre es
ésta: visitar huérfanos y viudas en sus tribulaciones y no mancharse las manos
con este mundo. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
Los primeros cristianos experimentaron en carne propia la amenaza del
formalismo y el ritualismo. Después de un tiempo de dedicación y fervor por la
misión, los ánimos comenzaron a ceder y la comunidad se vio rápidamente atraída
por las relaciones puramente funcionales y formales. De este modo se comenzaba
a perderse la fraternidad que les daba identidad y coherencia. Es por eso que también la carta de Santiago
nos pone en guardia contra una religión que no encarne los valores del
Evangelio. La palabra escuchada en la Sagrada Escritura debe ser meditada, para
vivirla dócilmente en la vida cotidiana. El cristianismo no es una formalidad
social que cumplir, ni un ritual más en las prácticas piadosas de una cultura.
El cristianismo se manifiesta como una opción vital que implica del compromiso
íntegro de la persona. La comunidad de creyentes es el espacio ideal para que
la persona realice su opción y viva el llamado de Jesús en compañía de otros
hermanos y hermanas.
LECTURA DEL EVANGELIO
MARCOS 7, 1-8. 14-15. 21-23
“Dejáis a un lado el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición
de los hombres”.
En aquel tiempo, se acercó a Jesús un grupo de fariseos con algunos
escribas de Jerusalén, y vieron que algunos discípulos comían con manos
impuras, es decir, sin lavarse las manos. ( Los fariseos, como los demás
judíos, no comen sin lavarse antes la manos restregando bien, aferrándose a la
tradición de sus mayores, y, al volver de la plaza, no comen sin lavarse antes,
y se aferran a otras muchas tradiciones, de lavar vasos, jarras y ollas. )
Según eso, los fariseos y los escribas preguntaron a Jesús "¿Por qué comen
tus discípulos con manos impuras y no siguen la tradición de los mayores"?
Él contesto: "Bien profetizó Isaías de vosotros, hipócritas, como
está escrito: "Este pueblo me honra con los labios, pero su corazón
está lejos de mí. El culto que me dan está vacío, porque la
doctrina que enseñan son preceptos humanos." Dejáis a un lado
el mandamiento de Dios para aferraros a la tradición de los hombres."
Entonces llamó de nuevo a la gente y les dijo: "Escuchad y entended todos:
Nada que entre de fuera puede hacer la hombre impuro; lo que sale de dentro es
lo que hace impuro al hombre. Porque de dentro, del corazón del hombre, salen
los malos propósitos, las fornicaciones, robos, homicidios, adulterios,
codicias, injusticias, fraudes, desenfreno, envidia, difamación, orgullo,
frivolidad. Todas esas maldades salen de dentro y hacen al hombre
impuro." Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
En el libro del Deuteronomio -que Jesús sigue muy de cerca- se propone
como religión una serie de principios éticos orientados a crear lazos de solidaridad,
equidad y justicia, sin embargo, el judaísmo del primer siglo estaba más
inclinado a valorar las formalidades. Lavarse o no lavarse las manos antes de
ingerir alimentos, había pasado, de ser una norma elemental de higiene, a
convertirse en una norma que distinguía quién era religioso y quién era un
pecador. La tentación de canonizar los objetos, los rituales, los espacios y el
tiempo pueden hacer olvidar a una persona piadosa que la esencia de su relación
con Dios no está en los protocolos culturales, sino en el respeto, la compasión
y la misericordia.
Jesús nos invita a redescubrir la esencia del cristianismo en nuestra
opción por construir la Utopía de Dios –lo que él llamaba en arameo «Malkuta
Yavé», o Reinado de Dios– y por vivir de acuerdo con los principios del
evangelio. Todas nuestras normas y protocolos están al servicio de una
auténtica vivencia de sus enseñanzas. Nosotros no debemos renunciar a una vida
auténtica y creativa para seguirlo a él. Todo lo contrario. Debemos recrear
aquí y ahora toda la novedad de su profecía y toda la radicalidad de su amor
incondicional por los excluidos.
Marcos y su comunidad, nos muestra como los fariseos se aferran a muchos
de esos rituales de purificación, Jesús propone una nueva experiencia de vida
basado en la caridad (amor que se dona o se entrega a los demás). Dejar de lado
el mandamiento del amor a Dios para aferrarnos a simples ritualismos vacíos y
tradiciones vanas, es la queja de Jesús frente a sus contemporáneos, frente al
templo y hoy frente a nosotros. Jesús, siempre vive en sintonía con la
comunidad de los excluidos y marginados por el poder político social y
religioso; puede obrar con toda autoridad y responder en el mismo sentido a
quienes lo interrogan por su comportamiento. En efecto, el apego a la ley, los
preceptos añadidos por el legalismo de los jerarcas religiosos había generado
una profunda brecha entre el pueblo y los dirigentes del templo. Los
letrados que llegaron a imponerle 313 preceptos o mandamientos al pueblo,
ciertamente no aparecen en la escritura, pero los fariseos o escribas los
exigían como tales poniéndolos al amparo de la ley divina. Por eso Jesús les
reprocha y los rechaza citando al profeta Isaías ( Is 29,13) “la doctrina que
enseñan ustedes son preceptos humanos. Como Isaías, Jesús y otros profetas
habían denunciado esa falsa relación con Dios totalmente externa y distante de
toda intención de hacer visible la verdadera propuesta de Dios, de amor,
justicia y solidaridad. En fin, de aquellos que han hecho de su egoísmo y vanidad
su Dios y han cerrado su mente y corazón al auténtico Dios del amor, de la
libertad, de la misericordia con los marginados y excluidos; tendrán un día que
dar cuentas al creador de todo eso. Hoy se hace un llamado a la Iglesia
de no seguir poniendo cargas pesadas a la gente ( Mateo 23, 3-4).
ORACIÓN
Comenzando este nuevo día y semana, te damos gracias, te bendecimos y
alabamos Padre Dios. Pero clamamos a ti, tu ayuda; queremos ser diferentes al
grupo de los fariseos. Ayúdanos a poder descubrir que el mal o problema,
no esta afuera sino dentro de nuestro corazón. Que podamos acoger hoy el
mensaje de tu Palabra, con un corazón nuevo, ferviente y abierto a tu acción de
amor. No queremos ser unos simples creyentes de tradiciones y ritualismos vacíos.
Queremos ser unos discípulos(as) orantes en la vida y para la vida, pero que
podamos vivir nuestra espiritualidad en este triple eje: “Corazón, Palabra y
Amor”. Amén.
“No nos preocupemos
por la práctica de tradiciones y costumbres, sino por dar a conocer al mundo,
con palabras y hechos, a un Dios vivo, justo y amante del
bien”
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Mensaje o Intercesión por: