domingo, 1 de agosto de 2021

AGOSTO 2021

 

“DERRIBANDO LOS MUROS DE JERICÓ”

 

Me gusta mucho la escena de Josué Capítulo 6, 1-27 la famosa toma de Jericó. El nombre Jericó significa lo que obstaculiza, lo que no deja pasar, lo que estorba; y eso era lo que precisamente le sucedía al pueblo de Dios, queriendo definitivamente entrar a la tierra prometida ya casi en la puerta, en la entrada de esa tierra prometida, pero había quizás un último obstáculo por vencer y era Jericó. Esta era una ciudad fortificada, una gran y poderosa ciudad, que encarnaba una gran dificultad para todo el pueblo empeñado en la tarea de poder al fin conquistar la tan anhelada y soñada tierra prometida. Nadie podía entrar ni salir de Jericó, pues se habían cerrado las puertas de la ciudad para defenderla de los israelitas. Decía al comienzo que me gusta mucho este texto porque Jericó es como una metáfora de todos los muros que nosotros tenemos en la vida y que nos imposibilitan conseguir los objetivos que nos hemos propuesto. Este relato usa una imagen bastante exagerada, demasiado exagerada para nosotros (alegoría), caen los muros a los gritos de alabanza y a las 7 vueltas que el pueblo da en torno a esos muros; eso nos tiene que recordar el poder que tiene la alabanza en el corazón y en los labios de la comunidad pero también nos hace interpretar que todos nuestros triunfos no son conquistas nuestras sino regalos de Dios, bendiciones de su misericordia y generosidad, esa que el comparte cuando nosotros escuchamos, aceptamos creyendo y obedecemos su voluntad y nos esforzamos por hacer lo mejor. Ánimo estoy completamente seguro que los muros que tu tienes en tu vida, que no te dejan entrar a la tierra prometida, que es la realización de muchos de tus sueños de tus anhelos también se van a caer, van a ser derribados esos muros, si en este nuevo mes, comenzando hoy mismo te atreves a vivir en tu vida las promesas y bendiciones del amor de Dios, y si te decides a vivir en vez de quejabanza en clave de alabanza, es decir, descubriendo y constatando todos los días la grandeza del Dios todopoderoso y si haces de la voluntad de Dios la manera característica del diario acontecer. Debes tener la confianza necesaria como resultado del encuentro del día a día con la Palabra que en nombre del Buen Dios todos esos muros también caerán por la fuerza y poder de su Espíritu. No lo puedes dudar, tienes que creer, confiar y esperar lo que Jesús el Señor puede hacer en tu vida. Pero tú también te tienes que esforzar, sacrificar y luchar dando lo mejor de ti, y luchando todos los días por hacer bien y mejor las cosas. Hoy debes tener la seguridad de que, alabando, orando, agradeciendo, luchando y confiando en Dios vas a contemplar con tus propios ojos como caen todos los muros de tus dificultades. Trata de identificar en este mes cuales son los Jericós que hay en tu vida, tu familia, tu ambiente, los “jericós” de tus habitos, para que identificándolos inicies la batalla espiritual desde la oración para vencerlos para derribarlos. Ten siempre claro que tu eres una mujer, un hombre de Dios, que le perteneces a Él, y que Él actúa constantemente siempre a favor tuyo. Hoy mismo esta actuando en tu corazón así no lo creas o no lo sientas, porque Jesús el eternamente resucitado esta contigo y siempre quiere llenarte de victoria. Ten la certeza de que podrás superar todos esos Jericós de problemas que tienes, y que una vez bendecido o bendecida podrás compartir esta bendición de ser libre de los Jericós con alguien que necesita saber y conocer este mensaje. Le pedimos al Buen Dios, que en Jesús, eterno liberador, que con la fuerza de su Espíritu derribe, tumbe los muros de Jericó que nos están impidiendo conquistar la felicidad en nuestras vidas.                           

 

 PROMESA BÍBLICA DEL MES

“Mira que he entregado en tu mano Jericó. Sucederá que cuando toquen un sonido prolongado con el cuerno del carnero, el pueblo gritará, y las murallas se vendrán abajo y el pueblo subirá y tomarán la ciudad. Josué 6, 2,5.


  

ORACIÓN DEL DÍA

En estas mañanas de Agosto, en medio aún de estos tiempos de  dificultad, venimos a  buscarte y queremos acercarnos más a ti, queremos darte muchas gracias por estar aquí, por no abandonarnos, porque sabemos  tú tienes el control a lo largo de nuestra  historia y la historia del mundo, porque tienes el control de nuestros Jericós, que todos esos muros que nos impiden ser felices,  caerán por la fuerza y poder de su Espíritu Santo. Queremos estar cada vez más cerca de ti, tener una  relación continua y directa contigo, de 24 X 7 (veinticuatro horas del día los siete días a la semana), una búsqueda interior de cambio, el de contar siempre contigo, conocerte y vivirte a través de tu Palabra, orar continuamente, estar en comunidad y amar al prójimo. Tal vez este tipo de situaciones difíciles Señor,  son necesarias para nuestra vida, para darnos cuenta de que dependemos de ti, para que no siguiéramos, en ese desenfreno, destruyendo lo tan sagrado que tu creaste la VIDA, sino bajo un orden que produce amor, justicia y paz, no lo que hoy tenemos que ver y que produce injusticia, consumismo, egoísmo, contaminación, violencia…. en fin, muerte. Oh, Señor, si solo aprendiéramos a amarte y obedecerte todo sería distinto, lo demás vendría por añadidura. Sabemos que  te importa lo que estamos viviendo, que no eres ajeno a nuestras realidades y que tú nunca duermes; ayúdanos a vivir confiadamente en Ti, te pedimos tu guía y fortaleza siempre en nuestra vida. Amén

 

ORACIÓN DE LA NOCHE

Bendito Dios, hoy te damos gracias por todo lo que nos diste y por todo lo que nos darás. Gracias porque en medio de las circunstancias, de los obstáculos de nuestra vida, de nuestros Jericós, nos fortaleces, no nos abandonas, y nos sigues amando como un padre ama a sus hijos, y aunque, no lo merezcamos, tú sigues ahí con nosotros apoyándonos, cuidándonos, enseñándonos, proveyéndonos y consolándonos. Señor te pedimos, por nuestros Jericós, los de nuestras familias, comunidades, por nuestra nación, nuestros gobernantes. Ayuda a los que aún sin tenerte en cuenta, te necesitan, están enfermos, afligidos de corazón, desanimados, metidos en sus casas, como en una cueva, en desolación y angustia, porque no saben llevar ante Ti sus cargas; dales tu amor misericordioso. A nosotros(as) gracias por seguir levantándonos y llevándonos a comprender que con tu ayuda tu derribas todos nuestro muros, pero que no podemos, ni debemos soltarnos de tu mano, no debemos perder la confianza en ti así los obstáculos sean muy grandes y sintamos que perdemos la esperanza. Amén

 

 

Domingo 01 de Agosto de 2021

 

 "JESÚS NOS OFRECE MÁS QUE UN PEDAZO DE PAN"


 

PRIMERA LECTURA

ÉXODO 16, 2-4. 12-15

 

”Yo haré llover pan del cielo”

 

En aquellos días, la comunidad de los israelitas protestó contra Moisés y Aarón en el desierto, diciendo: "¡Ojalá hubiéramos muerto a manos del Señor en Egipto, cuando nos sentábamos junto a la olla de carne y comíamos pan hasta hartarnos! Nos habéis sacado a este desierto para matar de hambre a toda esta comunidad." El Señor dijo a Moisés: "Yo haré llover pan del cielo: que el pueblo salga a recoger la ración de cada día; lo pondré a prueba a ver si guarda mi ley o no. He oído las murmuraciones de los israelitas. Diles: "Hacía el crepúsculo comeréis carne, por la mañana os saciaréis de pan; para que sepáis que yo soy el Señor, vuestro Dios."" Por la tarde, una banda de codornices cubrió todo el campamento; por la mañana, había una capa de rocío alrededor de campamento. Cuando se evaporó la capa de rocío, apareció en la superficie del desierto un polvo fino, parecido a la escarcha. Al verlo, los israelitas dijeron: "¿Qué es esto?" Pues no sabían lo que era. Moisés les dijo: "Es el pan que el Señor os da de comer." Palabra de Dios.

 REFLEXIÓN

La primera lectura, del Éxodo, nos recuerda cómo el desierto es la carencia de todo. A toda persona le llega de vez en cuando su desierto: la situación crítica en la que parece que no se encuentran soluciones de ayuda para sobrevivir a tan crítica situación. Al pueblo de Israel le era muy provechoso el tener que estar en el desierto donde todo falta, para que pudiera experimentar el portentoso modo que Dios tiene para ayudar a los que en Él confían. En el desierto el Pueblo de dios aprende a experimentar la condición de “pobre”, de “necesitado de todo” del auxilio de Dios. Esto le será útil para el crecimiento de su fe y de su esperanza en las ayudas milagrosas. En la península del Sinaí hay un arbusto llamado “tamarisco”. Produce una secreción dulce que gotea desde las hojas hasta el suelo. Por el frío de la noche se solidifica y hay que recogerla de madrugada antes de que el sol la derrita. ¿Sería esto lo que Dios le proporcionó a su pueblo, multiplicándolo claro está, de manera prodigiosa? Lo cierto es que los israelitas consideraron siempre la aparición de este alimento como una demostración de la intervención milagrosa a favor de su pueblo. Lo llamaron “maná”, porque los niños al comerlo preguntaban: “¿qué es esto?, “lo que en su idioma se dice: “Man-ah?”. También es llamado por los salmos “pan del cielo” (Sal 78) y el libro de la Sabiduría dice que, “sabía a lo que cada uno deseaba que supiera” (Sab 16,20). Jesús dirá que el Verdadero Pan bajado del cielo será su cuerpo y su sangre. O sea que este maná milagroso del desierto era un símbolo y aviso de lo que iba a hacer Dios más tarde con sus elegidos, dándoles como alimento el cuerpo de su propio Hijo Divino.


 

SALMO RESPONSORIAL: 77

R./El Señor les dio un trigo celeste.

 

Lo que oímos y aprendimos,

lo que nuestros padres nos contaron,

lo contaremos a la futura generación:

las alabanzas del Señor, su poder. R.

 

Dio orden a las altas nubes,

abrió las compuertas del cielo:

hizo llover sobre ellos maná,

les dio un trigo celeste. R.

 

Y el hombre comió pan de ángeles,

les mandó provisiones hasta la hartura.

Los hizo entrar por las santas fronteras,

hasta el monte que su diestra había adquirido. R.

OREMOS CON EL SALMO

Esta larga meditación de estilo sapiencial evoca la historia de Israel, desde el Éxodo hasta la institución de la monarquía davídica. El relato histórico sirve de soporte a una enseñanza para el presente: en el recuerdo de su propio pasado, Israel debe encontrar un motivo de gratitud y fidelidad al Dios de la Alianza. Esta preocupación didáctica se manifiesta, sobre todo, en la presentación de la historia como una permanente contraposición entre la misericordia del Señor y las rebeldías de su Pueblo.


SEGUNDA LECTURA

EFESIOS 4, 17.20-24

 

“Vestíos de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios”

 

Hermanos: Esto es los que digo y aseguro en el Señor: que no andéis ya como los gentiles, que andan en la vaciedad de sus criterios. Vosotros, en cambio, no es así como habéis aprendido a Cristo, si es que es él a quien habéis oído y en él fuisteis adoctrinados, tal como es la verdad en Cristo Jesús; es decir, a abandonar el anterior modo de vivir, el hombre viejo corrompido por deseos seductores, a renovaros en la mente y en el espíritu y a vestiros de la nueva condición humana, creada a imagen de Dios: justicia y santidad verdaderas. Palabra del Señor..

 

REFLEXIÓN

La segunda lectura de la carta a los Efesios pide a los creyentes que se dejen renovar por el Espíritu Santo y pasen de un modo de obrar no digno del ser humano, a un modo de obrar digno de quien tiene fe en Cristo. Pide que abandonemos nuestro estilo anterior de vida pecaminosa y marchemos en adelante por un nuevo camino de vida cristiana. Se nos invita a no dejarnos guiar por esta “vaciedad de criterios”. En estos pocos versículos continúa la exhortación a buscar la unidad y a vivir dignamente la propia vida cristiana, guiada y fundamentada en un verdadero conocimiento de Cristo. Pablo desarrolla este argumento jugando con la antítesis del ser humano viejo y el ser humano nuevo (Col 3,9-10; 1Cor 5,7-8). Elegir la novedad, lo nuevo, es elegir a Cristo. Esto significa romper con el viejo ser humano pecaminoso, con el pecado del mundo, para estar dispuestos a una continua renovación en el Espíritu, a vivir en la justicia y santidad y ser justos y rectos. Este texto es una clara respuesta a quienes piensan que el cristianismo simplemente es una cosa del pasado.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

JUAN 6,24-35

 

“El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí no pasará sed”

 

En aquel tiempo, cuando la gente vio que ni Jesús ni sus discípulos estaban allí, se embarcaron y fueron a Cafarnaún en busca de Jesús. Al encontrarlo en la otra orilla del lago, le preguntaron: "Maestro, ¿cuándo has venido aquí?" Jesús contesto: "Os lo aseguro, me buscáis, no porque habéis visto signos, sino porque comisteis pan hasta saciaros. Trabajad, no por el alimento que perece, sino por el alimento que perdura para la vida eterna, el que os dará el Hijo del hombre; pues a éste lo ha sellado el Padre, Dios." Ellos le preguntaron: "Y, ¿qué obras tenemos que hacer para trabajar en lo que Dios quiere?" Respondió Jesús: "La obra que Dios quiere es ésta: que creáis en el que él ha enviado." Le replicaron: "¿Y qué signo vemos que haces tú, para que creamos en ti? ¿Cuál es tu obra? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como está escrito: "Les dio a comer pan del cielo."" Jesús les replicó: "Os aseguro que no fue Moisés quien os dio pan del cielo, sino que es mi Padre el que os da el verdadero pan del cielo. Porque el pan de Dios es el que baja del cielo y da vida al mundo." Entonces le dijeron: "Señor, danos siempre de este pan." Jesús les contestó: "Yo soy el pan de vida. El que viene a mí no pasará hambre, y el que cree en mí nunca pasará sed."  Palabra del Señor.

 REFLEXIÓN

El evangelio de hoy, de Juan, el discurso del pan de vida, se desenvuelve en tres afirmaciones lógicamente sucesivas, y la primera que presenta este texto es: el real o verdadero “pan del cielo” no es el maná dado una vez por Moisés, contrariamente a lo que la gente pensaba. Es literalmente el pan que ha bajado del cielo. Dios, no Moisés, es quien da este pan. Jesús ha realizado signos para revelar el sentido de su persona (domingo anterior), pero la gente sólo lo han entendido en la línea de sus necesidades materiales. Jesús ha querido llevarnos a la comprensión de su persona, porque sólo a través de la fe pueden entender quien es él y sólo así podrá donarse a ellos como comida: pero para hacer esto es necesario trabajar o procurar por un alimento y una vida que no tienen término y que son dones del Hijo del hombre. Los judíos piensan de inmediato en las obras (v.28; Rm 9,31-32), pero Jesús replica que sólo una obra deben cumplir: creer en él (v.29; Rm 3,28), reconocer que tienen necesidad de él, como se tiene necesidad del alimento material. Al considerar la exigencia de Jesús muy grande es por lo que piden una demostración de los que afirma realizando una señal que al menos se compare con aquellas realizadas por Moisés, pues aquellas que acaba de realizar  no se consideran suficientes. Jesús responde afirmando que es más que Moisés, pues en él (Cristo) se realiza el don de Dios que no perece. Su pan se puede recoger en cambio el maná se pudrió (Ex 16,20).

 

Yo soy el pan de vida” es una fórmula de fuerza extraordinaria, parecida a aquellas otras que sólo a Jesús se podría atribuir: “Yo soy la luz del mundo”, “Yo soy el buen pastor”... el que viene a Jesús no tendrá hambre ni sed, no necesita de otras fuentes de gozo para saciar sus anhelos y aspiraciones. Jesús es fuente de equilibrio y de gozo, fuente de sosiego y de paz. Jesús es el lugar y fundamento de la donación de la vida que Dios hace al ser humano. En Jesucristo, Dios está por completo a favor del ser humano, de tal modo que en él se le abre su comunión vital, su salvación y su amor, y en tal grado que Dios quiere estar al lado del ser humano como quien se da y comunica sin reservas. En la comunión con el revelador –Cristo- se calma tanto el hambre como la sed de vida que agitan al ser humano.


ORACIÓN

Amado Dios de la vida y de la comunidad en este día te decimos que así como Tú,  Buen Señor Jesús, te hiciste pan de vida para nosotros, también podamos hacernos pan para los demás; que con nuestras diferentes acciones podamos ser signo de tu alimento bondadoso y misericordioso para nuestro prójimo. Amén

 

“Jesús sabe lo imperfectos que somos y aun así nos sigue amando y a la vez nos pastorea; nos da de comer de su cuerpo verdadero pan que sacia, fuente de todo bien”

 

Lunes 02 de Agosto de 2021

 

 

“EL SEÑOR ESCUCHA NUESTRAS ANGUSTIAS”

 

 

PRIMERA LECTURA

NÚMEROS 11,4B-15

 

“Yo solo no puedo cargar con este pueblo”

 

En aquellos días, los israelitas dijeron: "¡Quién pudiera comer carne! Cómo nos acordamos del pescado que comíamos gratis en Egipto, y de los pepinos y melones y puerros y cebollas y ajos. Pero ahora se nos quita el apetito de no ver más que maná." El maná se parecía a semilla de coriandro con color de bedelio; el pueblo se dispersaba a recogerlo, lo molían en el molino o lo machacaban con el almirez, lo cocían en la olla y hacían con ello hogazas que sabían a pan de aceite. Por la noche caía el rocío en el campamento y, encima de él, el maná.

 

Moisés oyó cómo el pueblo, familia por familia, lloraba, cada uno a la entrada de su tienda, provocando la ira del Señor; y disgustado, dijo al Señor: "¿Por qué tratas mal a tu siervo y no le concedes tu favor, sino que le haces cargar con todo este pueblo? ¿He concebido yo a todo este pueblo o lo he dado a luz, para que me digas: "Coge en brazos a este pueblo, como una nodriza a la criatura, y llévalo a la tierra que prometí a sus padres"? ¿De dónde sacaré pan para repartirlo a todo el pueblo? Vienen a mí llorando: "Danos de comer carne". Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo, pues supera mis fuerzas. Si me vas a tratar así, más vale que me hagas morir; concédeme este favor, y no tendré que pasar tales penas." Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

Leeremos durante cuatro días algunos pasajes del libro de Números, que debe su nombre a que empieza con los censos de las tribus. Allí se continúa la historia de la peregrinación del pueblo de Israel por el desierto desde el Sinaí hasta Moab, a las puertas de la tierra prometida: los cuarenta años de odisea desde Egipto a Canaán. El desierto fue una dura prueba para el pueblo de Israel. Aunque continúan experimentando la cercanía de Dios, que los alimenta con el maná, empiezan a quejarse con Moisés, aburridos de este alimento. Añoran la vida que llevaban en Egipto, a pesar de ser esclavos. La impaciencia del pueblo, que olvida todo lo que Dios y Moisés ha hecho por el, se va contra él… Y Moisés también se desanima y, tentado de echarlo todo a rodar, se refugia en la oración, una oración muy humana y sentida. ¿Porqué tratas mal a tu siervo… porque le haces cargar con todo este pueblo?” La crisis es fuerte “ Yo solo no puedo cargar con todo este pueblo. Si me vas a tratar así, más vale que me hagas morir”

 

Moisés aparece en un momento realmente de exasperación, Moisés que es un líder en todo sentido, un hombre profundamente espiritual, con tiempos de oración y ayuno en el Monte Sinaí, un hombre de santidad, y sin embargo, lo encontramos quejándose, gimiendo… pero aún así, sigue adelante, sigue con la tarea, ora, y de la oración saca nuevas fuerzas, habla con Dios, y de la Palabra de Dios saca nueva luz y sigue conduciendo al pueblo. Es un hombre, es un hombre frágil como nosotros, se cansa como nosotros, pero también nos está indicando a todos en dónde está la fuente viva y en dónde podemos renovar nuestra esperanza, de donde saldrán las ganas de seguir adelante, de dónde se puede arrebatar la victoria. La perseverancia en la fe de Moisés va más allá del cansancio.

Nosotros al igual también tenemos nuestros momentos de crisis y desánimo; vemos muy poco fruto en el trabajo que estamos realizando, la rutina, la vida de cada día nos produce cansancio, nuestras cargas se hacen más pesadas, nuestras tareas y metas se ven cada vez más lejanas, más difíciles e imposibles. ¿Pero en aquellos momentos de crisis que tipo de oración brota de nuestro corazón? ¿Hacemos realmente una oración sincera y realista, en la que exponemos con confianza a Dios nuestra situación? ¿Pasamos tiempo con Él y le buscamos de todo corazón?. En aquellas circunstancias el Señor nos invita a renovar nuestras fuerzas, a buscarle de todo corazón como lo hizo Moisés, a beber de su fuente, a cobrar nuevos ánimos y seguir adelante.

 

SALMO RESPONSORIAL: 80

R. /Aclamad a Dios, nuestra fuerza.

 

Mi pueblo no escuchó mi voz,

Israel no quiso obedecer:

los entregué a su corazón obstinado,

para que anduviesen según sus antojos. R.

 

¡Ojalá me escuchase mi pueblo

y caminase Israel por mi camino!:

en un momento humillaría a sus enemigos

y volvería mi mano contra sus adversarios. R.

 

Los que aborrecen al Señor te adularían,

y su suerte quedaría fijada;

te alimentaría con flor de harina,

te saciaría con miel silvestre. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

El salmista invita al pueblo a volverse a Dios, a volver al camino, a recordar las lecciones de la historia, a  recordar la liberación de la esclavitud, a escuchar la voz de Dios,  a ser fieles a Él, para poder obtener bendición.

 

LECTURA DEL EVANGELIO

MATEO 14,13-21

 

“Alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición y dio los panes a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente”

 

En aquel tiempo, al enterarse Jesús de la muerte de Juan, el Bautista, se marchó de allí en barca, a un sitio tranquilo y apartado. Al saberlo la gente, lo siguió por tierra desde los pueblos. Al desembarcar, vio Jesús el gentío, le dio lástima y curó a los enfermos. Como se hizo tarde, se acercaron los discípulos a decirle: "Estamos en despoblado y es muy tarde, despide a la multitud para que vayan a las aldeas y se compren de comer." Jesús les replicó: "No hace falta que vayan, dadles vosotros de comer." Ellos le replicaron: "Si aquí no tenemos más que cinco panes y dos peces." Les dijo: "Traédmelos." Mandó a la gente que se recostara en la hierba y, tomando los cinco panes y los dos peces, alzó la mirada al cielo, pronunció la bendición, partió los panes y se los dio a los discípulos; los discípulos se los dieron a la gente. Comieron todos hasta quedar satisfechos y recogieron doce cestos llenos de sobras. Comieron unos cinco mil hombres, sin contar mujeres y niños. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Jesús con su signos del reino nos traza el camino para repartir los panes y los peces, la comida, las medicinas, los conocimientos, la vida. El secreto está en el compartir y repartir no en el acumular. En sentir lástima, compadecerse, curar dolencias, ponerse en grupos, dirigir una plegaria al que nos regaló la vida, el pan y todo lo que necesitamos para vivir, y recoger lo sobrante, no para guardarlo en una multinacional especuladora sino en 12 canastos, símbolo de un pueblo organizado.


La precariedad de recursos no es un obstáculo ni para seguir a Jesús ni para hacer realidad su propuesta.  Conseguir
que las personas compartan lo suyo con las que menos tienen es un verdadero milagro. La tendencia ordinaria es que otro resuelva el problema del hambre. Alrededor de 795 millones de personas en el mundo no tienen alimento necesario para llevar una vida saludable y activa. Mueren diario 8 500 niños por desnutrición, según una estimación de Unicef, cifras que ha aumentado considerablemente con la pandemia. Leer el evangelio nos compromete. El pan de La Palabra nos debe llevar al pan de la mesa compartida, eso es Eucaristía. No puedo esperar a que sea otro quien tome la iniciativa. Saber que hay personas cerca de mi casa pasando hambre es motivo suficiente para no dormir. Una práctica evangélica que nos comprometa para actuar es lo que necesitamos para cambiar el rostro del mapa mundial. No necesitamos más oraciones sino acciones. Todo es relativo, menos Dios y el hambre, como dijo el gran profeta de Brasil, Mons. Casaldáliga. Pidamos a Dios para que en cada Eucaristía, en cada Padrenuestro recordemos que hay personas necesitadas de mi solidaridad.

 

 ORACIÓN

Gracias Señor porque te compadeces y nos ayudas con nuestros problemas,  nuestras frustraciones, dolores enfermedades y necesidades. Sentimos tu presencia que consuela, reprende cuando es necesario y sobre todo nos indica el camino de la paz en medio de la tormenta. Señor queremos seguir tu ejemplo, queremos ser sensibles a tu Espíritu, a las necesidades de los demás, que aún en medio de nuestra necesidad, seamos solidarios y capaces de dar de lo que tenemos, que nuestro sentido no sea  acumular sino compartir y repartir. Oramos, damos gracias y bendecimos la vida de Valentina Suavita en su cumpleaños. Amén

 

“Aprendamos a vivir en sencillez y sobriedad porque quien acumula para satisfacer su placer no tiene ojos para reconocer lo que es necesario para su hermano”

Martes 03 de Agosto de 2021

 

“CAMINANDO SOBRE EL AGUA”

 

 

PRIMERA LECTURA

NÚMEROS 12,1-13

 

“Moisés no es como los otros profetas; ¿cómo os habéis atrevido a hablar contra él?”

 

En aquellos días, María y Aarón hablaron contra Moisés, a causa de la mujer cusita que había tomado por esposa. Dijeron: "¿Ha hablado el Señor sólo a Moisés? ¿No nos ha hablado también a nosotros?" El Señor lo oyó. Moisés era el hombre más sufrido del mundo. El Señor habló de repente a Moisés, Aarón y María: "Salid los tres hacia la tienda del encuentro." Y los tres salieron. El Señor bajó en la columna de nube y se colocó a la entrada de la tienda, y llamó a Aarón y María. Ellos se adelantaron, y el Señor les dijo: "Escuchad mis palabras: Cuando hay entre vosotros un profeta del Señor, me doy a conocer a él en visión y le hablo en sueños; no así a mi siervo Moisés, el más fiel de todos mis siervos. A él le hablo cara a cara; en presencia y no adivinando contempla la figura del Señor. ¿Cómo os habéis atrevido a hablar contra mi siervo Moisés?"

La ira del Señor se encendió contra ellos, y el Señor se marchó. Al apartarse la nube de la tienda, María tenía toda la piel descolorida, como nieve. Aarón se volvió y la vio con toda la piel descolorida. Entonces Aarón dijo a Moisés: "Perdón, Señor; no me exijas cuentas del pecado que hemos cometido insensatamente. No la dejes a María como un aborto que sale del vientre, con la mitad de la carne comida. Moisés suplicó al Señor: "Por favor, cúrala." Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

Parecería lo más lógico que cuando Dios suscita a un líder para bien de todos, todos lo acojan y vean en él un regalo que la Providencia les concede. Pero el mundo de los humanos no está hecho de manera lógica, y por eso lo más común no es lo más lógico ni lo más frecuente. Hoy tenemos en la primera lectura una escena bochornosa de envidias de familia.

El pecado ocupa mucho espacio en la Biblia, precisamente porque toda la revelación bíblica es un relato estupendo de cómo el pecado no tiene la última palabra. Pero lo que aparece en primer lugar es cómo el pecado trae consecuencias y cómo esas consecuencias recaen sobre el mismo pecador, como le sucedió a María, celosa del puesto de privilegio de su hermano Moisés en los planes de Dios. Pero luego vemos viene el arrepentimiento. El que siente que se ha equivocado,  se aterra, se asusta, pero ese disgusto es bueno en la medida en que invita a la conversión y mueve a pedir ayuda, como hemos visto también en el relato de hoy. Y así, una historia de pecado no es una historia de fracaso sino, en último término, una preciosa historia de gracia.

SALMO RESPONSORIAL: 50

R./ Misericordia, Señor: hemos pecado.

 

Misericordia, Dios mío, por tu bondad,

por tu inmensa compasión borra mi culpa;

lava del todo mi delito,

limpia mi pecado. R.

 

Pues yo reconozco mi culpa,

tengo siempre presente mi pecado:

contra ti, contra ti solo pequé,

cometí la maldad que aborreces.

En la sentencia tendrás razón,

en el juicio resultarás inocente. R.

 

Oh Dios, crea en mí un corazón puro,

renuévame por dentro con espíritu firme;

no me arrojes lejos de tu rostro,

no me quites tu santo espíritu. R.

 OREMOS CON EL SALMO

Este Salmo, es una súplica penitencial por excelencia. El salmista es consciente de su profunda miseria y experimenta la necesidad de una total transformación interior, para no dejarse arrastrar por su tendencia al pecado. Por eso, además de reconocer sus faltas y de implorar el perdón divino, suplica al Señor que lo renueve íntegramente, “creando en su interior un corazón puro.   



LECTURA DEL EVANGELIO

MATEO 14,22-36

 

“Mándame ir hacia ti andando sobre el agua”

 

Después que la gente se hubo saciado, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo. Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma. Jesús les dijo en seguida: "¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!" Pedro le contestó: "Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua." Él le dijo: "Ven." Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: "Señor, sálvame." En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: "¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?" En cuanto subieron a la barca, amainó el viento. Los de la barca se postraron ante él, diciendo: "Realmente eres Hijo de Dios." Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Y los hombres de aquel lugar, apenas le reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y trajeron donde él a todos los enfermos. Le pedían tocar siquiera la orla de su manto, y cuantos la tocaron quedaron curados. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

El evangelio de Mateo está dirigido a una comunidad cristiana que, luego de haberse enfrentado con el judaísmo oficial, son excluidos de la sinagoga y están aprendiendo a caminar solos. El relato de hoy refleja esta situación y representa a las comunidades de todos los tiempos. En la figura de Pedro estamos retratados todos los que hemos sido llamados a ser discípulos, aquellos que hemos sido seducidos por Jesús y proclamamos a los cuatro vientos la pertenencia al proyecto del Reino; pero que flaqueamos y caemos en las dificultades. Es importante resaltar que Pedro no teme porque se hunde sino que se hunde porque teme. Y, ¿quién mejor que Jesús para conocer nuestra fragilidad? El miedo no es obstáculo para caminar. Recordemos este relato cuando lleguen las dificultades y tribulaciones para tener la convicción de que Él estará siempre diciéndonos como a Pedro: “¡Ánimo!, ¡soy yo! ¡sigue en camino, no detengas la marcha! 

 

ORACIÓN

Señor Jesús, nos alegramos de nuevo hoy, en este encuentro contigo a través de tu Palabra. Hoy te pedimos Buen Señor, que continúes guiando e iluminando nuestro camino  para que avancemos hacia el verdadero seguimiento y compromiso con tu Reino. A través de tu Espíritu camina hoy Señor, sobre las diferentes aguas pesadas y tormentosas de nuestros problemas que nos cargan y entristecen. Danos hoy tu fuerza y la esperanza para salir victoriosos en tu nombre. Amén. 

 

“Caminemos sobre el agua sintiendo que nada podría sostener nuestras más firmes opciones, nada podría llevar a término nuestras mejores luchas, nada podría darle alas a nuestros más queridos sueños y nada puede guiarnos en medio del lago y la tormenta: nada ni nadie más, sino sólo Jesucristo”

Miércoles 04 de Agosto de 2021

 

“FORTALECIENDO NUESTRA FE”

 

PRIMERA LECTURA

NÚMEROS 13,1-2.25; 14,1.26-30.34-35

 

“Despreciaron una tierra envidiable”

 

En aquellos días, el Señor dijo a Moisés en el desierto de Farán: "Envía gente a explorar el país de Canaán, que yo voy a entregar a los israelitas: envía uno de cada tribu, y que todos sean jefes." Al cabo de cuarenta días volvieron de explorar el país; y se presentaron a Moisés, a Aarón y a toda la comunidad israelita, en el desierto de Farán, en Cadés. Presentaron su informe a toda la comunidad y les enseñaron los frutos del país. Y les contaron: "Hemos entrado en el país adonde nos enviaste; es una tierra que mana leche y miel; aquí tenéis sus frutos. Pero el pueblo que habita el país es poderoso, tienen grandes ciudades fortificadas (hemos visto allí hijos de Anac). Amalec vive en la región del desierto, los hititas, jebuseos y amorreos viven en la montaña, los cananeos junto al mar y junto al Jordán."

 

Caleb hizo callar al pueblo ante Moisés y dijo: "Tenemos que subir y apoderarnos de esa tierra, porque podemos con ella." Pero los que habían subido con él replicaron: "No podemos atacar al pueblo, porque es más fuerte que nosotros." Y desacreditaban la tierra que habían explorado delante de los israelitas: "La tierra que hemos cruzado y explorado es una tierra que devora a sus habitantes; el pueblo que hemos visto en ella es de gran estatura. Hemos visto allí gigantes, hijos de Anac: parecíamos saltamontes a su lado, y así nos veían ellos." Entonces toda la comunidad empezó a dar gritos, y el pueblo lloró toda la noche. El Señor dijo a Moisés y Aarón: "¿Hasta cuándo seguirá esta comunidad malvada protestando contra mí? He oído a los israelitas protestar de mí. Pues diles: "Por mi vida -oráculo del Señor-, que os haré lo que me habéis dicho en la cara; en este desierto caerán vuestros cadáveres, y de todo vuestro censo, contando de veinte años para arriba, los que protestasteis contra mí no entraréis en la tierra donde juré que os establecería. Sólo exceptúo a Josué, hijo de Nun, y a Caleb, hijo de Jefoné. Contando los días que explorasteis la tierra, cuarenta días, cargaréis con vuestra culpa un año por cada día, cuarenta años. Para que sepáis lo que es desobedecerme. Yo, el Señor, juro que trataré así a esta comunidad perversa que se ha amotinado contra mí: en este desierto se consumirán y en él morirán." Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

 

El episodio que relata la primera lectura tiene importancia en la historia de Israel, porque viene a explicar porque entraron a Canaán sólo después de cuarenta años, el tiempo de una generación, cuando la marcha desde Egipto hasta Palestina podía haberse hecho en unos meses. El informe de los exploradores presenta dos caras: primero, las condiciones de la tierra son muy buenas (muy fértil) y, segundo, los pobladores de aquella tierra no están dispuestos a cederla a otros (se presentan como gigantes). A las puertas mismas de la tierra prometida, cuando ya poco falta para alcanzar lo esperado por tanto tiempo, algunos israelitas reaccionan con pesimismo, con duda, se desaniman y desaniman a los demás, y presentan esa tierra como un imposible. Les falta confianza en Dios y prefieren no acometer todavía a la “conquista” de Canaán, a pesar de que hay un grupo el de Caleb, que si estaría dispuesto. El “castigo” (así lo ve Israel) son los cuarenta años de peregrinación por el desierto. Ellos se lo han buscado con su pereza, su indecisión, su falta de iniciativa y valentía. Finalmente “la generación del desierto” no entrara en la tierra prometida. (Excepto Josué y Caleb).

 

En el fondo vemos la ambivalencia del corazón, que quiere creer, que quiere esperar y quiere amar, pero las tres cosas le cuestan extraordinariamente, el término de nuestra fe, esperanza y amor, es algo que nos rebasa, algo que sólo podemos conquistar si Dios lo conquista para nosotros primero. Es una batalla en la que hay que rendirse para vencer: rendirse a Dios confiando en él y vencer con él, confiando en que todo lo puede. La tierra prometida era eso: tierra. Nosotros tenemos promesas mejores que el pueblo del Antiguo Testamento. Tenemos un cielo prometido. Y cuando llegue la hora de cerrar los ojos a esta tierra y entrar en ese cielo, necesitaremos toda nuestra fe, toda nuestra esperanza y todo nuestro amor. Tendremos que rendirnos de corazón ante el Señor, confiar el Él y seguir trabajando con ilusión, seguros de que la gracia Dios sigue actuando y realiza maravillas en nosotros.

 

SALMO RESPONSORIAL: 105

R. / Acuérdate de mí, Señor, por amor a tu pueblo.

 

Hemos pecado con nuestros padres,

hemos cometido maldades e iniquidades.

Nuestros padres en Egipto

no comprendieron tus maravillas. R.

 

Bien pronto olvidaron sus obras,

y no se fiaron de sus planes:

ardían de avidez en el desierto

y tentaron a Dios en la estepa. R.

 

Se olvidaron de Dios, su salvador,

que había hecho prodigios en Egipto,

maravillas en el país de Cam,

portentos junto al mar Rojo. R.

 

Dios hablaba ya de aniquilarlos;

pero Moisés, su elegido,

se puso en la brecha frente a él,

para apartar su cólera del exterminio. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este salmo es una alabanza al amor de Dios y reconocimiento de los pecados del pueblo desde el comienzo hasta una situación actual de miseria. Es una invocación a la misericordia de Dios. Al proclamar el amor de Dios, debemos al mismo tiempo reconocer nuestra miseria e infidelidad. Por eso en el “Padre Nuestro” pedimos  a diario perdón a Dios por nuestras faltas y que nos libre del mal.

LECTURA DEL EVANGELIO

MATEO 15,21-28

 

“Mujer, qué grande es tu fe”

 

En aquel tiempo, Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: "Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo." Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: "Atiéndela, que viene detrás gritando." Él les contestó: "Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel." Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: "Señor, socórreme." Él le contestó: "No está bien echar a los perros el pan de los hijos." Pero ella repuso: "Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos." Jesús le respondió: "Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas." En aquel momento quedó curada su hija. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Jesús encuentra en la mujer extranjera la fe que les faltaba a sus discípulos en la barca. Jesús no le pone la cosa fácil a la buena mujer. Primero hace como si no la hubiese oído. Luego le pone dificultades que parecen duras: lo de Israel y los paganos, o lo de los hijos y los perritos. Pero ella no parece interpretar tan negativas estas palabras y reacciona con humildad e insistencia. Aquella mujer pagana es un modelo de fe, su oración por su hija enferma, es sencilla y honda: “Ten compasión de mi”. No se da por vencida ante la respuesta de Jesús y va respondiendo a las “dificultades” que la ponen a prueba.

 

La audacia de la mujer consiste también no sólo en acercarse a un maestro judío o en superar el obstáculo que representa el grupo de seguidores, sino sobre todo en romper la creencia que considera que fuera de Israel no hay salvación. Y, en mayor medida, su audacia consiste en romper la lógica de la comunidad judía, que, al darles prioridad a ‘las ovejas perdidas de Israel’, ignora las urgencias de los creyentes gentiles. La mujer sobrepasa todos estos obstáculos porque está en juego la vida misma de su hija. Supera los prejuicios por los que Israel excluye a los paganos y, a la vez, supera las diferencias por las que los paganos se distancian de Israel. Se salta, por medio de gritos e insistencia, el obstáculo que representan los discípulos. Quiebra la lógica de la comunidad judía, que fija unas prioridades, sin atender a las urgencias del lugar donde se encuentran realizando la misión. Pero sobre todo, quiebra la lógica de la exclusión para señalar que nadie está por fuera de la salvación.

 

ORACIÓN

Señor ayúdanos a reconocer tu presencia liberadora en medio de las adversidades y a tener la certeza que sólo en ti alcanzaremos la paz y armonía para con sabiduría, lograr encontrar las respuestas adecuadas. Gracias porque nos permites contar contigo  como Padre y Madre que nos acoge con amor y conoce nuestro corazón. Oramos, damos gracias y bendecimos la vida de Catalina Fonseca en su cumpleaños. Amén

 

“Nuestras batallas son interiores y nuestros enemigos invisibles; podemos sentir que vencerlos es demasiado difícil, pero luchando en el nombre de Jesús superamos las dificultades”