“DERRIBANDO LOS MUROS DE JERICÓ”
Me gusta
mucho la escena de Josué Capítulo 6, 1-27 la famosa toma de Jericó. El nombre
Jericó significa lo que obstaculiza, lo que no deja pasar, lo que estorba; y
eso era lo que precisamente le sucedía al pueblo de Dios, queriendo
definitivamente entrar a la tierra prometida ya casi en la puerta, en la
entrada de esa tierra prometida, pero había quizás un último obstáculo por
vencer y era Jericó. Esta era una ciudad fortificada, una gran y poderosa
ciudad, que encarnaba una gran dificultad para todo el pueblo empeñado en la
tarea de poder al fin conquistar la tan anhelada y soñada tierra prometida.
Nadie podía entrar ni salir de Jericó, pues se habían cerrado las puertas de la
ciudad para defenderla de los israelitas. Decía al comienzo que me gusta mucho este
texto porque Jericó es como una metáfora de todos los muros que nosotros
tenemos en la vida y que nos imposibilitan conseguir los objetivos que nos
hemos propuesto. Este relato usa una imagen bastante exagerada, demasiado
exagerada para nosotros (alegoría), caen los muros a los gritos de alabanza y a
las 7 vueltas que el pueblo da en torno a esos muros; eso nos tiene que
recordar el poder que tiene la alabanza en el corazón y en los labios de la
comunidad pero también nos hace interpretar que todos nuestros triunfos no son
conquistas nuestras sino regalos de Dios, bendiciones de su misericordia y
generosidad, esa que el comparte cuando nosotros escuchamos, aceptamos creyendo
y obedecemos su voluntad y nos esforzamos por hacer lo mejor. Ánimo estoy
completamente seguro que los muros que tu tienes en tu vida, que no te dejan
entrar a la tierra prometida, que es la realización de muchos de tus sueños de
tus anhelos también se van a caer, van a ser derribados esos muros, si en este
nuevo mes, comenzando hoy mismo te atreves a vivir en tu vida las promesas y
bendiciones del amor de Dios, y si te decides a vivir en vez de quejabanza en
clave de alabanza, es decir, descubriendo y constatando todos los días la
grandeza del Dios todopoderoso y si haces de la voluntad de Dios la manera
característica del diario acontecer. Debes tener la confianza necesaria como
resultado del encuentro del día a día con la Palabra que en nombre del Buen
Dios todos esos muros también caerán por la fuerza y poder de su Espíritu. No lo
puedes dudar, tienes que creer, confiar y esperar lo que Jesús el Señor puede
hacer en tu vida. Pero tú también te tienes que esforzar, sacrificar y luchar
dando lo mejor de ti, y luchando todos los días por hacer bien y mejor las
cosas. Hoy debes tener la seguridad de que, alabando, orando, agradeciendo,
luchando y confiando en Dios vas a contemplar con tus propios ojos como caen
todos los muros de tus dificultades. Trata de identificar en este mes cuales
son los Jericós que hay en tu vida, tu familia, tu ambiente, los “jericós” de
tus habitos, para que identificándolos inicies la batalla espiritual desde la
oración para vencerlos para derribarlos. Ten siempre claro que tu eres una
mujer, un hombre de Dios, que le perteneces a Él, y que Él actúa constantemente
siempre a favor tuyo. Hoy mismo esta actuando en tu corazón así no lo creas o
no lo sientas, porque Jesús el eternamente resucitado esta contigo y siempre
quiere llenarte de victoria. Ten la certeza de que podrás superar todos esos
Jericós de problemas que tienes, y que una vez bendecido o bendecida podrás
compartir esta bendición de ser libre de los Jericós con alguien que necesita saber
y conocer este mensaje. Le pedimos al Buen Dios, que en Jesús, eterno liberador,
que con la fuerza de su Espíritu derribe, tumbe los muros de Jericó que nos
están impidiendo conquistar la felicidad en nuestras vidas.
“Mira que he entregado en tu mano Jericó. Sucederá que cuando toquen un sonido prolongado con el cuerno del carnero, el pueblo gritará, y las murallas se vendrán abajo y el pueblo subirá y tomarán la ciudad. Josué 6, 2,5.
ORACIÓN DEL DÍA
En estas mañanas de Agosto, en medio aún de estos tiempos de dificultad, venimos a buscarte y queremos acercarnos más
a ti, queremos darte muchas gracias por estar aquí, por no abandonarnos, porque
sabemos tú tienes el control a lo largo de nuestra historia y la historia del mundo, porque tienes
el control de nuestros Jericós, que todos esos muros que nos impiden ser felices, caerán por la fuerza y poder de su Espíritu
Santo. Queremos estar cada vez más cerca de ti, tener una relación continua y directa
contigo, de 24 X 7 (veinticuatro horas del día los siete días a la semana), una
búsqueda interior de cambio, el de contar siempre contigo, conocerte y vivirte
a través de tu Palabra, orar continuamente, estar en comunidad y amar al
prójimo. Tal vez este tipo de situaciones difíciles Señor, son necesarias para nuestra vida, para darnos
cuenta de que dependemos de ti, para que no siguiéramos, en ese desenfreno,
destruyendo lo tan sagrado que tu creaste la VIDA, sino bajo un orden que
produce amor, justicia y paz, no lo que hoy tenemos que ver y que produce
injusticia, consumismo, egoísmo, contaminación, violencia…. en fin, muerte. Oh,
Señor, si solo aprendiéramos a amarte y obedecerte todo sería distinto, lo
demás vendría por añadidura. Sabemos que te importa lo que estamos
viviendo, que no eres ajeno a nuestras realidades y que tú nunca duermes;
ayúdanos a vivir confiadamente en Ti, te pedimos tu guía y fortaleza siempre en nuestra vida. Amén
ORACIÓN DE LA NOCHE
Bendito Dios, hoy te damos gracias por todo lo que nos diste y por todo
lo que nos darás. Gracias porque en medio de las circunstancias, de los
obstáculos de nuestra vida, de nuestros Jericós, nos fortaleces, no nos
abandonas, y nos sigues amando como un padre ama a sus hijos, y aunque, no lo
merezcamos, tú sigues ahí con nosotros apoyándonos, cuidándonos, enseñándonos,
proveyéndonos y consolándonos. Señor te pedimos, por nuestros Jericós, los de
nuestras familias, comunidades, por nuestra nación, nuestros gobernantes. Ayuda
a los que aún sin tenerte en cuenta, te necesitan, están enfermos, afligidos de
corazón, desanimados, metidos en sus casas, como en una cueva, en desolación y
angustia, porque no saben llevar ante Ti sus cargas; dales tu amor
misericordioso. A nosotros(as) gracias por seguir levantándonos y llevándonos a
comprender que con tu ayuda tu derribas todos nuestro muros, pero que no
podemos, ni debemos soltarnos de tu mano, no debemos perder la confianza en ti así
los obstáculos sean muy grandes y sintamos que perdemos la esperanza. Amén