“LA CRUZ SIGNO DE VIDA”
PRIMERA LECTURA
NÚMEROS 21,4-9
“Los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirar a la serpiente de
bronce”
En aquellos días, desde el monte Hor se encaminaron los hebreos hacia el mar Rojo, rodeando el territorio de Edom. El pueblo estaba extenuado del camino, y habló contra Dios y contra Moisés: "¿Por qué nos has sacado de Egipto para morir en el desierto? No tenemos ni pan ni agua, y nos da náusea ese pan sin cuerpo." El Señor envió contra el pueblo serpientes venenosas, que los mordían, y murieron muchos israelitas. Entonces el pueblo acudió a Moisés, diciendo: "Hemos pecado hablando contra el Señor y contra ti; reza al Señor para que aparte de nosotros las serpientes." Moisés rezó al Señor por el pueblo, y el Señor le respondió: "Haz una serpiente venenosa y colócala en un estandarte: los mordidos de serpientes quedarán sanos al mirarla." Moisés hizo una serpiente de bronce y la colocó en un estandarte. Cuando una serpiente mordía a uno, él miraba a la serpiente de bronce y quedaba curado. Palabra de Dios
REFLEXIÓN
Poco a poco la Iglesia va dirigiendo nuestra atención hacia el misterio de la Cruz de Cristo. Así como Moisés levantó la serpiente de bronce en el desierto, y los que miraban a la serpiente de bronce quedaban curados, así también Cristo fue levantado en al cruz y quienes miran a Cristo quedan curados.
¿Por qué le mando Dios a Moisés, la serpiente de bronce? Si hay un animal astuto es la serpiente. Una serpiente obra a las escondidas, la serpiente que esta viva, cuando todavía tiene veneno y cuando todavía puede atacar, se esconde y no se deja ver, actúa con su estrategia, con su astucia; pero resulta que esta serpiente como nos la muestra la lectura de hoy, cuando la levanta Moisés, es una serpiente vencida. La única manera de que una serpiente se deje mostrar así, es una serpiente muerta. Los que habían sido mordidos por serpientes que todavía estaban vivos, miraron la serpiente vencida, y llenos de fe en Dios eran sanados de la mordedura. Es como lo que sucede en Cristo. En Cristo crucificado están todos los dolores. Cristo llegó a la cruz porque fue traicionado, porque fue golpeado, porque fue herido, llegó allá por las mentiras, por los orgullos, por las cobardías, por todos los pecados. Las llagas de Cristo son como la escritura en la que Dios dejó grabados todos los pecados y las miserias de la humanidad, pero en la cruz quedaron ya vencidos. Así como los israelitas miraron a la serpiente de bronce, que ya no les hacía daño, nosotros miramos a Cristo crucificado y miramos los pecados del mundo, pero son pecados que ya no nos hacen daño porque son pecados vencidos por el amor de Dios. Por eso en la cruz de Jesucristo se muestra todo el amor de Dios, nos muestra que nos ha salvado. Cristo en la cruz ha vencido, ha quebrantado el poder del mal ha sanado nuestras dolencias, por eso quien cree en Él tiene verdadera vida .
SALMO RESPONSORIAL: 101
R. / Señor, escucha mi oración, que mi grito llegue hasta ti.
Señor, escucha mi oración,
que mi grito llegue hasta ti;
no me escondas tu rostro
el día de la desgracia.
Inclina tu oído hacia mí;
cuando te invoco, escúchame en seguida. R.
Los gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión
y aparezca en su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones. R.
Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. R.
OREMOS CON EL SALMO
Este Salmo es una invocación a Dios en una grave enfermedad y lamentación
por la situación de la ciudad en ruinas. En medio de tal situación se expresa
la confianza en la intervención salvadora de Dios. Las calamidades
personales y públicas nos ayudan a reconocer nuestra pequeñez y a poner la
confianza en Dios.
LECTURA DEL EVANGELIO
JUAN 8,21-30
“Cuando levantéis al Hijo del hombre, sabréis que yo soy”
En aquel tiempo, dijo Jesús a los fariseos: "Yo me voy y me buscaréis,
y moriréis por vuestro pecado. Donde yo voy no podéis venir vosotros." Y
los judíos comentaban: "¿Será que va a suicidarse, y por eso dice:
"Donde yo voy no podéis venir vosotros"?" Y él continuaba:
"Vosotros sois de aquí abajo, yo soy de allá arriba: vosotros sois de este
mundo, yo no soy de este mundo. Con razón os he dicho que moriréis por vuestros
pecados: pues, si no creéis que yo soy, moriréis por vuestros pecados."
Ellos le decían: "¿Quién eres tú?" Jesús les contestó:
"Ante todo, eso mismo que os estoy diciendo. Podría decir y condenar
muchas cosas en vosotros; pero el que me envió es veraz, y yo comunico al mundo
lo que he aprendido de él." Ellos no comprendieron que les hablaba del
Padre. Y entonces dijo Jesús: "Cuando levantéis al Hijo del hombre,
sabréis que yo soy, y que no hago nada por mi cuenta, sino que hablo como el
Padre me ha enseñado. El que me envió está conmigo, no me ha dejado solo;
porque yo hago siempre lo que le agrada." Cuando les exponía esto, muchos
creyeron en él. Palabra del Señor.
REFLEXIÓN
El estilo del evangelio de Juan juega con el lenguaje cifrado, polémico y
simbólico. De este texto resaltamos algunos aspectos que llaman la atención: en
primer lugar, la oposición que establece el autor entre arriba y abajo; Jesús
pertenece al mundo de arriba, es decir, al mundo de Dios; los judíos y
seguidores de Jesús pertenecen al mundo de abajo, mundo limitado, temporal e
imperfecto. Por eso, los del mundo de abajo no pueden entender el mensaje que
les anuncia Jesús, porque éste pertenece al mundo de arriba. En segundo lugar,
Jesús se declara como “YO SOY” que nos remite al libro del Éxodo 3, donde Dios
revela su nombre a Moisés “YO SOY EL QUE SOY”. De esta manera Jesús se
identifica con el mismo Dios. El Padre es el que le ha revelado todas las cosas
al Hijo (Jesús); por eso, si no creen en Jesús y a Jesús, tampoco pueden creer
en Dios. El gozo de Jesús está en hacer totalmente la voluntad del Padre. –
Llegar a la comunión con Dios a través de Jesús es la misión principal de todo
cristiano. Quien llega a esa comunión plena buscará su felicidad en la
realización de la voluntad de Dios.
ORACIÓN
Bendito Jesús, Tú te adheriste al Padre para vencer la cruz,
nosotros en cambio somos más débiles y faltos de fe y
entendimiento, que no logramos hacerlo; pero sabemos que contamos con un Dios
maravilloso, lleno de amor y misericordia, que nos forma y acompaña y nos
da siempre una nueva oportunidad. Señor ayúdanos a asumir la cruz,
a hacer tu voluntad, para ser tus verdaderos seguidores, servidores
y evangelizadores. Amén
“La persona y mensaje de Jesús encuentran su mayor
expresión en la cruz, como signo de victoria, porque nos reconcilia con Dios”
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