lunes, 1 de marzo de 2021

Domingo 07 de Marzo de 2021


Domingo 3º de Cuaresma

 

“DESVIAR LOS PRECEPTOS DE DIOS, LE INDIGNA A JESÚS”

 

PRIMERA LECTURA

ÉXODO 20,1-17

 

“La Ley se dio por medio de Moisés”

 

En aquellos días, el Señor pronunció las siguientes palabras: "Yo soy el Señor, tu Dios, que te saqué de Egipto, de la esclavitud. No tendrás otros dioses frente a mí.

No te harás ídolos, figura alguna de lo que hay arriba en el cielo, abajo en la tierra o en el agua debajo de la tierra. No te postrarás ante ellos, ni les darás culto; porque yo, el Señor, tu Dios, soy un Dios celoso: castigo el pecado de los padres en los hijos, nietos y biznietos, cuando me aborrecen. Pero actúo con piedad por mil generaciones cuando me aman y guardan mis preceptos. No pronunciarás el nombre del Señor, tu Dios, en falso. Porque no dejará el Señor impune a quien pronuncie su nombre en falso. Fíjate en el sábado para santificarlo. Durante seis días trabaja y haz tus tareas, pero el día séptimo es un día de descanso, dedicado al Señor, tu Dios: no harás trabajo alguno, ni tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu ganado, ni el forastero que viva en tus ciudades. Porque en seis días hizo el Señor el cielo, la tierra, y el mar y lo que hay en ellos. Y el séptimo día descansó: por eso bendijo el Señor el sábado y lo santificó. Honra a tu padre y a tu madre: así prolongarás tus días en la tierra que el Señor, tu Dios, te va a dar. No matarás. No cometerás adulterio. No robarás. No darás testimonio falso contra tu prójimo. No codiciarás los bienes de tu prójimo; no codiciarás la mujer de tu prójimo, ni su esclavo, ni su esclava, ni su buey, ni su asno, ni nada que sea de él." Palabra de Dios.

 

REFLEXIÓN

La semana pasada dábamos el segundo paso en nuestro “camino cuaresmal”, al contemplar la persona de Jesús y hacer un esfuerzo por escuchar de una manera nueva su Palabra. Llegamos hoy a la mitad de la Cuaresma y al tercer paso de nuestro proceso: “Respetar el mandamiento del Señor y su presencia viva entre nosotros”.

En efecto, la escucha atenta de la Palabra nos conduce hoy hasta el momento en que el pueblo peregrino por el desierto recibe de Dios el “decálogo” que debe orientar su vida en medio del mundo (Ex. 20,1-17). Aquel está constituido por “diez palabras” o propuestas de Dios para que lleguemos a vivir una vida justa y comprometida como creyentes en Dios. Si lees  detenidamente esta primera lectura, encontrarás que siete veces insiste Dios en lo que Él es para nosotros: “Yo soy el Señor, tu Dios…”. Recuerda que siete y diez son números completos en la cultura oriental. Por eso en la base de todo hay una afirmación fundamental: Dios es plenamente nuestro, es nuestro Dios y Señor, la razón de ser de nuestra vida; y nosotros hemos de estar totalmente a su servicio mediante una vida justa y comprometida. Esto se expresa en tres palabras  o compromisos con Dios y siete palabras o compromisos con los hermanos.

Quien vive estos mandamientos con rectitud, como nos dice  el Salmo 18 de hoy, sabe que son una ley perfecta, fiel y  veraz, que abre los ojos a un estilo de vida, da gozo y felicidad.

 

SALMO RESPONSORIAL: 18

R./Señor, tú tienes palabras de vida eterna.

 

La ley del Señor es perfecta

y es descanso del alma;

 el precepto del Señor es fiel

 e instruye al ignorante. R.

 

Los mandatos del Señor son rectos

y alegran el corazón;

 la norma del Señor es límpida

 y da luz a los ojos. R.

 

La voluntad del Señor es pura

 y eternamente estable;

 los mandamientos del Señor son verdaderos

 y enteramente justos. R.

 

Más preciosos que el oro,

más que el oro fino;

más dulces que la miel

de un panal que destila. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este salmo hace la alabanza de la revelación de Dios, primero en las obras de la creación y luego en la ley, para terminar con una humilde oración. La revelación de Dios tiene su punto culminante en Jesús, Palabra definitiva de Dios, camino, verdad y vida.      

 

SEGUNDA LECTURA

1CORINTIOS 1,22-25

 

“Predicamos a Cristo crucificado, escándalo para los hombres, pero, para los llamados, sabiduría de Dios”

Hermanos: Los judíos exigen signos, los griegos buscan sabiduría; pero nosotros predicamos a Cristo crucificado: escándalo para los judíos, necedad para los gentiles; pero, para los llamados -judíos o griegos-, un Mesías que es fuerza de Dios y sabiduría de Dios. Pues lo necio de Dios es más sabio que los hombres; y lo débil de Dios es más fuerte que los hombres.  Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

Cuando Jesús vino a proclamar el Evangelio de la vida, lo resumió todo en esto: “Amarás al Señor tu Dios, con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente, y al prójimo como a ti mismo” (Mc. 12,29-31). Y Pablo, a su vez, dirá: “El amor es el cumplimiento pleno de la ley” (Rom. 13,10). Por eso, escuchar la Palabra de Jesús en esta Cuaresma es respetar sus mandamientos. ¿Qué hemos hecho de este proyecto de Dios?, ¿Vivimos sinceramente en el amor y para el amor?, ¿Respetamos a Dios y a los hermanos?.  

 

LECTURA DEL EVANGELIO

JUAN 2,13-25

 

“Destruid este templo, y en tres días lo levantaré”

 

Se acercaba la Pascua de los judíos, y Jesús subió a Jerusalén. Y encontró en el templo a los vendedores de bueyes, ovejas y palomas, y a los cambistas sentados; y, haciendo un azote de cordeles, los echó a todos del templo, ovejas y bueyes; y a los cambistas les esparció las monedas y les volcó las mesas; y a los que vendían palomas les dijo: "Quitad esto de aquí; no convirtáis en un mercado la casa de mi Padre." Sus discípulos se acordaron de lo que está escrito: "El celo de tu casa me devora." Entonces intervinieron los judíos y le preguntaron: "¿Qué signos nos muestras para obrar así?" Jesús contestó: "Destruid este templo, y en tres días lo levantaré." Los judíos replicaron: "Cuarenta y seis años ha costado construir este templo, ¿y tú lo vas a levantar en tres días?" Pero hablaba del templo de su cuerpo. Y, cuando resucitó de entre los muertos, los discípulos se acordaron de que lo había dicho, y dieron fe a la Escritura y a la palabra que había dicho Jesús.

Mientras estaba en Jerusalén por las fiestas de Pascua, muchos creyeron en su nombre, viendo los signos que hacía; pero Jesús no se confiaba con ellos, porque los conocía a todos y no necesitaba el testimonio de nadie sobre un hombre, porque él sabía lo que hay dentro de cada hombre. Palabra del Señor.

 

REFLEXIÓN

 

Hoy en el evangelio el simbolismo de la revelación mesiánica de Jesús es  resaltada en la confrontación con el templo.  El templo de Jerusalén era  el centro de las instituciones y símbolo de la gloria y el poder de la nación judía. El evangelio emplea un símbolo para indicar  como mesías usa  el “látigo con cuerdas”, el látigo del Mesías” para  arrojar  fuera del templo el ganado que se vendía para los sacrificios, las ovejas y los bueyes. Sacrificios, como ovejas y bueyes, así como sus potenciales compradores (sólo los ricos podían ofrecer este tipo de ganado en el sacrificio) son puestos fuera del horizonte del nuevo proyecto mesiánico-profético.

 

Al echar todos afuera del templo con sus ovejas y sus bueyes, Jesús declara la invalidez del culto de los potentados, del que los sacrificios constituían el momento cumbre. Jesús no denuncia solamente, como habían hecho los profetas, «el culto que encubre la injusticia», sino que declara infame «el culto que es en sí mismo una injusticia», por ser medio de explotación, pero sobre todo «por ser legitimación religiosa de la injusticia y del crimen». No propone una reforma del culto, sino su abolición

La expulsión de las ovejas del templo tiene también un rico sentido simbólico. Las ovejas son figura del pueblo, encerrado en el recinto donde está condenado al sacrificio. Los dirigentes explotan y asesinan al pueblo –verdadera víctima del culto–, sacrifican y destruyen al rebaño, a cuya costa viven. Jesús no se propone reformar aquella institución religiosa propósito por cierto inútil, sino rescatar al pueblo de ella.

 

En ese tiempo todos los grupos judíos esperaban la utopía del Reino, de forma que la agitación del primer siglo hizo a muchos pensar que la hora estaba próxima. Para los zelotas era la hora de tomar las armas contra la ocupación romana para instaurar el reino de Dios, los saduceos no esperaban activamente el Reino y se contentaban con mantener como mejor podían el culto del templo con la ayuda de las autoridades romanas,  los esenios, como los zelotas, estaban listos para tomar las armas por el Reino, pero se habían retirado al desierto en espera del momento oportuno (kairós), considerando que el templo estaba en manos ilegítimas.

A diferencia de los grupos anteriores, la actitud de Jesús y de su comunidad discipular es de tajante oposición al templo, lo que aparece de una manera mucho más radicalmente –no sólo como rechazo de un culto de los poderosos– en las acciones contra los cambistas, a quienes les desparrama las monedas, y contra los vendedores de palomas, a quienes les ordena quitar de en medio su mercancía.

El templo es para Jesús una empresa que explota económicamente al pueblo. De hecho, el culto proporcionaba enormes riquezas a la ciudad y a los comerciantes, sostenía a la nobleza sacerdotal, al clero y a los empleados. La acción de Jesús toca, por tanto, un punto neurálgico: el sistema económico e ideológico que representaba el templo en Israel.

Jesús se dirige y a los que hace  responsables de la corrupción del templo, quiere hacer ver la enorme preocupación de Dios por la suerte de los pobres y su enojo por quienes hacen negocio con su pobreza. En contraste con las dos acciones anteriores, Jesús no ejecuta acción alguna, sino que se dirige a los vendedores mismos acusándolos de explotar a los pobres por medio del culto, del impuesto, y del fraude de lo sagrado. 

El templo es “casa del mercado”, y allí el dios es el dinero. Al llamar a Dios mi Padre, Jesús no lo identifica con el sistema  religioso del templo. La relación con Dios no es religiosa sino familiar, está en el ámbito de la casa familiar. La relación se desacraliza y se familiariza. En la casa del Padre ya no puede haber comercio ni explotación, siendo casa-familia acoge a quien necesite amor, intimidad, confianza, afecto.

 

Jesús da un paso más en su confrontación radical con el templo al proponerse él mismo como santuario de Dios. Frente al poder de Herodes (cuarenta y seis años de construcción del templo) emerge el poder del  resucitado (tres días). En el Reino de Dios no se requiere templos sino cuerpos vivos. Éstos son los santuarios de Dios, donde brilla su presencia y su amor, si viven dignamente. Jesús no viene a continuar la línea religiosa tradicional. Vino a proponer una humanidad restaurada a partir del principio de la vida en cuerpos que viven con dignidad. Sobre esta base es posible soñar y construir otra manera de vivir y otra manera creer.

 

ORACIÓN

Bendito Dios, ayúdanos a ejercer tus mandamientos que ordenan la vida. Perdónanos, porque el mundo tiende a mal utilizarlos o ignorarlos, haciendo y creando sistemas injustos, que no van de acuerdo con el sentido del amor que nos enseñaste. Como tus discípulos y obreros de la mies, con la tarea de evangelizar, ayúdanos a no salirnos de tus preceptos, a demostrarlos con nuestra vida y desde tu Palabra, Amen

 

“Que nuestro amor se una al cuerpo vivo que es el cuerpo de Cristo

 

 


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