lunes, 1 de febrero de 2021

Viernes 05 de Febrero de 2021

 

“OBEDECER, AMAR Y SEGUIR A JESUCRISTO”

 

PRIMERA LECTURA

HEBREOS 13, 1-8

 

“Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre”

 

Hermanos: Conservad el amor fraterno y no olvidéis la hospitalidad; por ella algunos recibieron sin saberlo la visita de unos ángeles. Acordaos de los que están presos, como si estuvierais presos con ellos; de los que son maltratados, como si estuvierais en su carne. Que todos respeten el matrimonio, el lecho nupcial que nadie lo mancille, porque a los libertinos y adúlteros Dios los juzgará. Vivid sin ansia de dinero, contentándoos con lo que tengáis, pues él mismo dijo: "Nunca te dejaré ni te abandonaré"; así tendremos valor para decir: "El Señor es mi auxilio: nada temo; ¿qué podrá hacerme el hombre?" Acordaos de vuestros dirigentes, que os anunciaron la palabra de Dios; fijaos en el desenlace de su vida e imitad su fe. Jesucristo es el mismo ayer y hoy y siempre. Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Entramos a la lectura del último capítulo de este discurso sacerdotal. Todo este capítulo da unas recomendaciones éticas construidas desde la afirmación de la caridad como elemento fundamental de las relaciones cristianas. Toda la grandeza de la fe que el autor muestra, se concreta en acciones muy sencillas que expresan la relación con el que se ha entregado por nosotros. Se nos pide tener actitudes que el mismo Jesús vivió y enseñó.  

Jesucristo es el mismo ayer, hoy y siempre. Es Él quien nos sostiene, no nosotros a Él, como en cambio sucede con los pensadores o líderes del pasado, que tienen que recibir vida de sus seguidores, Él está vivo hoy, y es vida para nosotros,  es la razón de ser de nuestro camino  y de nuestra fe.  Obedecer, amar,  seguir a Jesucristo, esa es nuestra misión.

SALMO RESPONSORIAL: 26

R./El Señor es mi luz y mi salvación.

 

El Señor es mi luz y mi salvación,

¿a quién temeré?

El Señor es la defensa de mi vida,

¿quién me hará temblar? R.

 

Si un ejército acampa contra mí,

mi corazón no tiembla;

si me declaran la guerra,

me siento tranquilo. R.

 

Él me protegerá en su tienda

el día del peligro;

me esconderá en lo escondido de su morada,

me alzará sobre la roca. R.

 

Tu rostro buscaré, Señor,

no me escondas tu rostro.

No rechaces con ira a tu siervo,

que tú eres mi auxilio;

no me deseches. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

La presencia de Dios en el templo es fuente de atracción constante y de alegría confiada. La presencia de Dios entre los seres humanos se hace definitiva a través de su Hijo Jesucristo, quien es la luz que ilumina a toda persona. Él puso su morada entre nosotros para hacernos participar de su vida.  

LECTURA DEL EVANGELIO

MARCOS 6, 14-29

“Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado”

En aquel tiempo, como la fama de Jesús se había extendido, el rey Herodes oyó hablar de él. Unos decían: "Juan Bautista ha resucitado, y por eso los poderes actúan en él." Otros decían: "Es Elías." Otros: "Es un profeta como los antiguos." Herodes, al oírlo, decía: "Es Juan, a quien yo decapité, que ha resucitado." Es que Herodes había mandado prender a Juan y lo había metido en la cárcel, encadenado. El motivo era que Herodes se había casado con Herodías, mujer de su hermano Filipo, y Juan le decía que no le era lícito tener la mujer de su hermano.

Herodías aborrecía a Juan y quería quitarlo de en medio; no acababa de conseguirlo, porque Herodes respetaba a Juan, sabiendo que era un hombre honrado y santo, y lo defendía. Cuando lo escuchaba, quedaba desconcertado, y lo escuchaba con gusto. La ocasión llegó cuando Herodes, por su cumpleaños, dio un banquete a sus magnates, a sus oficiales y a la gente principal de Galilea. La hija de Herodías entró y danzó, gustando mucho a Herodes y a los convidados. El rey le dijo a la joven: "Pídeme lo que quieras, que te lo doy." Y le juró: "Te daré lo que me pidas, aunque sea la mitad de mi reino." Ella salió a preguntarle a su madre: "¿Qué le pido?" La madre le contestó: "La cabeza de Juan, el Bautista." Entró ella en seguida, a toda prisa, se acercó al rey y le pidió: "Quiero que ahora mismo me des en una bandeja la cabeza de Juan, el Bautista." El rey se puso muy triste; pero, por el juramento y los convidados, no quiso desairarla. En seguida le mandó a un verdugo que trajese la cabeza de Juan. Fue, lo decapitó en la cárcel, trajo la cabeza en una bandeja y se la entregó a la joven; la joven se la entregó a su madre. Al enterarse sus discípulos, fueron a recoger el cadáver y lo enterraron. Palabra del Señor

REFLEXIÓN

A Jesús lo confunden con figuras del pasado, Juan Bautista, Elías o un profeta, porque el pueblo de Israel no alcanza a ver y entender la novedad de su mensaje y de su misión. El poder, la hipocresía y la mentira de la familia de Herodes chocan contra la verdad profética anunciada por Juan el Bautista, que es la puerta de entrada para entender que con Jesús ha llegado la Buena nueva del Reino de Dios. Cuando no logramos vivir al estilo de Jesús, corremos el peligro de vivir como la familia de Herodes, con una conciencia y una voluntad frágil, que traiciona fácilmente a las personas que amamos, que planea la venganza para ocultar la verdad y que incentiva la violencia para eliminar a quienes incomodan nuestra egoísta forma de vida. Los herodianos muestran su poder con banquetes de muerte. A los cristianos nos corresponde mostrar el proyecto de Jesús con banquetes de vida y con fiestas de alegría, para contagiar al mundo de evangelio y de Reino de Dios.

ORACIÓN

Señor. te damos gracias por tu llamado, ayúdanos a ser fieles a tu proyecto, a buscar la verdad,  la justicia,  a que no vendamos nuestros principios ni ideales por la visión que el mundo nos  presenta. Amén

 

“Pidamos al Señor llevar una vida que sea según su verdad, basada en la justicia, la transparencia, la vida digna, la defensa del desvalido, defensa de la creación, y no caer en el cinismo y los engaños que abundan en la sociedad”


No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Mensaje o Intercesión por: