lunes, 1 de febrero de 2021

Viernes 12 de Febrero de 2021

 

“DIOS QUIERE SIEMPRE NUESTRO BIEN”

PRIMERA LECTURA

GÉNESIS 3, 1-8

 

“Seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal”

La serpiente era el más astuto de los animales del campo que el Señor Dios había hecho. Y dijo a la mujer: "¿Cómo es que os ha dicho Dios que no comáis de ningún árbol del jardin?" La mujer respondió a la serpiente: "Podemos comer los frutos de los árboles del jardín; solamente del fruto del árbol que está en mitad del jardín nos ha dicho Dios: "No comáis de él ni lo toquéis, bajo pena de muerte."" La serpiente replicó a la mujer: "No moriréis. Bien sabe Dios que cuando comáis de él se os abrirán los ojos y seréis como Dios en el conocimiento del bien y el mal." La mujer vio que el árbol era apetitoso, atrayente y deseable, porque daba inteligencia; tomó del fruto, comió y ofreció a su marido, el cual comió. Entonces se les abrieron los ojos a los dos y se dieron cuenta de que estaban desnudos; entrelazaron hojas de higuera y se las ciñeron. Oyeron al Señor que paseaba por el jardín a la hora de la brisa; el hombre y su mujer se escondieron de la vista del Señor Dios entre los árboles del jardín. Palabra de Dios

REFLEXIÓN

Dice el Génesis que, ante la insinuación de la serpiente, "entonces la mujer se dio cuenta de que el árbol era bueno para comer, hermoso a la vista y deseable para adquirir sabiduría" (Gén 3,6). Lo que la serpiente dio a Eva fueron otros ojos. Le enseñó a mirar el árbol. Cambiándole los ojos, hizo que ella viera la obra de Dios y la prohibición de Dios de otra manera: Diríamos de un modo serpentáceo. "El árbol era bueno para comer". Dios había dicho: "no comáis"; ahora los ojos de Eva dicen: "el árbol es bueno para comer". El mensaje de la serpiente ha sido: "Dios no busca tu bien; si quieres lo bueno, búscalo desde tu  desde tu criterio, desde tus ojos".

El árbol del conocimiento del bien y del mal era el árbol que representaba precisamente que nuestro bien de algún modo está siempre en poder del que nos ha Creado. El pecado de Eva, por consiguiente, empezó en ese acto interior por el cual renunció a recibir el bien de Dios. Por decirlo de algún modo: ya había "comido" del árbol antes de morder el fruto, porque ya había decidido por sí misma el conocimiento del bien y del mal.

¿Decidió Eva "por sí misma"? No, pareciera que decidió desde los ojos que la serpiente le había dado. Si hubiéramos entrevistado a Eva nos habría dicho algo como: "esta es mi decisión; yo he resuelto comer de ese árbol porque yo he visto y he resuelto que es bueno para mí...". Sin embargo, todo ese alegato en primera persona: "mi decisión... yo he visto... bueno para mí..." encubre, a los propios ojos de Eva, un hecho muy grave: su propio "yo" está obrando desde lo que ven unos ojos adiestrados por alguien que no busca su bien.

¡Cuántas veces creemos que nuestro "yo" es lo más nuestro, y juzgamos como intromisión todo lo que interrumpa la corriente de "nuestras" decisiones! Y se nos olvida averiguar con qué ojos estamos viendo el mundo... Pocas veces averiguamos quién nos enseñó y nos enseña mejor a ver las cosas como las vemos.

SALMO RESPONSORIAL 31

R./ Dichoso el que está absuelto de culpa.

 

Dichoso el que está absuelto de su culpa,

a quien le han sepultado su pecado;

dichoso el hombre a quien el Señor

no le apunta el delito. R.

 

Había pecado, lo reconocí,

no te encubrí mi delito;

propuse: "Confesaré al Señor mi culpa",

y tú perdonaste mi culpa y mi pecado. R.

 

Por eso, que todo fiel te suplique

en el momento de la desgracia:

la crecida de las aguas caudalosas

no lo alcanzará. R.

 

Tú eres mi refugio, me libras del peligro,

me rodeas de cantos de liberación. R.

 

OREMOS CON EL SALMO

Este poema expresa la felicidad de un pecador que ha obtenido el perdón divino, contraponiéndola a las aflicciones que provienen del pecado, expresa acción de gracias a Dios por el perdón recibido y  una instrucción sobre la confianza en el amor de Dios. Todos debemos reconocernos pecadores perdonados por Dios, quien nos envió a su Hijo para asegurarnos el perdón y toda la inmensidad de su amor.   

 

LECTURA DEL EVANGELIO

MARCOS 7,31-37

 “Hace oír a los sordos y hablar a los mudos”

 En aquel tiempo, dejando Jesús el territorio de Tiro, pasó por Sidón, camino del lago de Galilea, atravesando la Decápolis. Y le presentaron un sordo que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos. Él, apartándolo de la gente a un lado, le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua. Y, mirando al cielo, suspiró y le dijo: "Effetá", esto es: "Ábrete". Y al momento se le abrieron los oídos, se le soltó la traba de la lengua y hablaba sin dificultad. Él les mandó que no lo dijeran a nadie; pero, cuanto más se lo mandaba, con más insistencia lo proclamaban ellos. Y en el colmo del asombro decían: "Todo lo ha hecho bien; hace oír a los sordos y hablar a los mudos." Palabra del Señor

REFLEXIÓN

Jesús no fue un simple loco soñador, sino que todo lo que soñó, esa locura que él mismo experimentó, la hizo historia, la hizo realidad. Él mismo hace que toda su propuesta de Reino, de liberación, de vida plena llegue a los más pobres y marginados de su sociedad. Su acción liberadora llegó a los últimos. Todo el bien que él anhelaba hacer, y que hizo, tuvo en los oprimidos y marginados, a los sujetos preferenciales de su acción. Jesús realiza la plena liberación de las víctimas de los sistemas de muerte que ensordecían a la sociedad. Jesús manifiesta su amor al Buen Padre Dios, amando de manera incondicional a los hombres y mujeres y declarando para ellos, en especial sobre los últimos y excluidos, la vida en plenitud que Dios quiere para sus hijos e hijas. Jesús vive el amor pleno. En nombre de ese amor relativizó todas las tradiciones y vivió para devolverle la vida digna, liberando, a los que eran víctimas de los sistemas religiosos, políticos y sociales.

ORACIÓN

Amado Dios que nuestra visión sea tu visión, que tu Espíritu sea la fuerza que nos  ayude a vencer el mal, a no cambiar de camino ni desviarnos de tu  proyecto, que antes que buscar nuestros intereses,  busquemos primero los valores de tu  Reino. Amén.

“No podemos rebelarnos contra Dios, entrar en desobediencia contra Él por el pecado, sin destruir lo que nosotros mismos somos”

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